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miércoles, 24 de mayo de 2023

FENÓMENAS (COMEDIA - 2023)

Año: 2023

Nacionalidad: España

Director: Carlos Therón

Reparto: Belén Rueda, Gracia Olayo, Toni Acosta, Emilio Gutiérrez Caba, Ivan Massagué, Miren Ibarguren, Óscar Ortuño,...

Género: Comedia

Sinopsis: A finales de los años 90, Sagrario (Belén Rueda), Paz (Gracia Olayo), Gloria (Toni Acosta) y el padre Girón (Emilio Gutiérrez Cava) forman un equipo de investigación especializado en fenómenos paranormales: el grupo Hepta. Aunque el grupo no está pasando por su mejor momento, aceptan investigar un anticuario en el que suceden cosas extrañas. Pero lo que parecía un caso como otro cualquiera, se convertirá en el más difícil de sus vidas. Y solo juntos podrán resolverlo.

[Fuente: Filmaffinity]

Si te gustan los fenómenos paranormales y acostumbras a leer libros sobre esta temática, o a ver programas del tipo Cuarto Milenio, estoy convencida de que te sonará el Grupo Hepta. Y si no, pues te cuento qué es. Si entras en su página web, podrás ver que se definen como «un equipo formado por profesionales de distintas disciplinas que se dedica a la investigación de campo del fenómeno paranormal». En esa misma página se describe cómo se fundó el grupo, qué miembros han formado parte de él, y en qué sucesos han intervenido, o las jornadas que organizan. Y eso es lo que narra la película Fenómenas.






Tratando de asuntos paranormales, el espectador puede pensar que esta película es de terror. A priori, pensar así es lo más lógico. Y también lo es si empiezas a verla y te topas con ciertas escenas. De hecho, me senté a ver Fenómenas junto a mi marido, al que no le hace ni chispa de gracia el género de terror pero yo traté de convencerlo de que esta película no era de miedo en sí. Sin embargo, tras los primeros diez minutos, tuve que quitarla. Al final, la he visto yo sola. ¿Y es de miedo? No y sí. Fenómenas tiene un fuerte componente humorístico, a pesar de que algunas escenas son propias de películas sobre fenómenos paranormales, entes del más allá, y sucesos inexplicables. Realmente, no estoy muy segura de que enfocar esta historia desde el humor haya sido lo más acertado. Quizá, lo que pretendían era mantener un suave equilibrio, intercalar escenas de más tensión con otras más jocosas. ¿El resultado? Bueno, no tan satisfactorio como esperaba. Os cuento.

La historia arranca en Madrid, en el año 1998. El padre Pilón (Emilio Gutiérrez Caba), fundador del Grupo Hepta en 1987, ha quedado con los miembros del grupo en un bar. Componen el equipo, el profesor Gerardo Plana (Fran Cantos), Sagrario (Belén Rueda), Paz (Gracia Olayo), y Gloria (Toni Acosta). Todas ellas son lo que se llaman sensitivas, personas que tienen capacidad de sentir lo que para el resto de los mortales pasa desapercibido. Se unirá al grupo Pablo, un alumno de Gerardo, físico y matemático, que tratará de dar coherencia a los sucesos a los que el equipo se enfrenten. 

El nuevo caso al que tienen que enfrentarse los llevará a la tienda de un anticuario. En primer lugar, y saltándose el protocolo, acudirá en solitario el padre Pilón. Extraños sucesos tendrán lugar en el inmueble que acabarán con el cura en un hospital. Para tratar de averiguar y solucionar lo que ocurre en aquel lugar, Sagrario, Paz y Gloria se desplazarán a la tienda. Allí hablarán con la portera del edificio (Miren Ibarguren), cuyo marido falleció en aquel inmueble tiempo atrás, y con los propietarios de la tienda, Enrique (Ivan Massagué) y Marisa (Lorena López), quiénes aseguran que en la casa suceden cosas muy raras. Y efectivamente, todos ellos serán testigos de hechos insólitos.  ¿Qué mal se esconde entre las paredes de esa casa? Bueno, para averiguar qué ocurre en ese lugar tendrás que ver la película. Os adelanto que su desenlace me ha parecido flojo, aunque hay partes de la historia que no están excesivamente mal.

Qué me ha gustado y qué no de esta película

Por empezar por lo positivo, diría que me ha gustado la temática y el punto de arranque. A mí me fascina todo lo que tiene que ver con lo paranormal. Me encanta ver películas de miedo aunque, con los años, me voy volviendo algo más blandengue. Por otra parte, cada vez es más difícil encontrar una buena película de terror. Además, siempre he tenido curiosidad por saber más de este famoso grupo, que hoy sigue en activo. 

Fenómenas empieza bien. Con el padre Pilón acudiendo a la tienda del anticuario donde el espectador se enfrentará a escenas de difícil explicación. Y continuará en esa línea, pero llega un momento en que parece que la película se desinfla. Mi interés cayó en picado. Es cierto que, pasado ese bache, vuelve a remontar y los últimos veinte minutos, llenos de fantasía y muchísima acción, llegan a atrapar de nuevo, con efectos especiales interesantes y una sucesión de circunstancias aceptables. (Alguna vez me tuve que tapar los ojos). No obstante,  y como mencioné antes, el desenlace no me gustó mucho. Hay una primera explicación de sucesos que no convence. Y la resolución definitiva tampoco resulta muy convincente. 

Sí hay que destacar la ambientación, cuidando los detalles y recreando un periodo no tan lejano. Y también hay que señalar el trabajo de peluquería y vestuario. 

Retomando lo que no me ha gustado, insistiría de nuevo en el componente humorístico de la cinta. No me creo que los miembros del Grupo Hepta bromearan con cosas tan serias y tan desconocidas.

Reparto e interpretación

A mi juicio, todos están correctos pero creo que Toni Acosta sobresale por encima de los demás. Su personaje es que el soporta la mayor tensión dramática de la historia pero también la que aporta esas dosis de humor que vamos a ver en la película. En este sentido, Gracia Olayo también pondrá su granito de arena.

Muy cómicos son también la pareja propietaria de la tienda de antigüedades. Especialmente él, Enrique, interpretado por Ivan Massagué. Lo que este hombre vive en su tienda le supera tanto que llega a situaciones histriónicas. Él, por el pavor que tiene a los sucesos que vive, y ella, por el entusiasmo que pone en las vivencias que está experimentando, serán los responsables de arrancarnos alguna risa. El resto, aceptable.

La vida personal de estas mujeres

Pero esta película no solo indaga en los casos en los que interviene el Grupo Hepta. También nos va a dejar ver de qué manera, la vinculación de Sagrario, Paz y Gloria con esta organización, afecta a sus vidas personales.

Sagrario arrastra lastre del pasado. Es viuda. Su marido Carlos falleció desde hace mucho tiempo. Antes del triste desenlace, acordaron una especie de código que emplearían cuando uno de los dos falleciera. La idea era que el fallecido contactara con el que quedaba en este mundo. Desde entonces, Sagrario se pasa los días (y las noches) aferrada al recuerdo de su marido, y tratando de sentirlo en cualquier lugar, circunstancia y momento. Además, también dirige un programa de misterio en la radio.

Paz es una abuela de su tiempo. Es decir, es una mujer que se hace cargo de sus nietos con bastante frecuencia, algo que a ella no le importa porque esos niños le dan la vida. Es vidente, pero su misión en el grupo es grabar las sesiones.

Gloria será la que tenga un mayor protagonismo en las actividades que desarrolla el grupo. Farmacéutica de profesión, posee del don de la clarividencia pero ella está harta de toda esta historia. Lo que ella busca realmente es una vida cotidiana y tranquila, que no trascienda los límites de esta realidad. Le gustaría encontrar a un hombre con el que fundar una familia, pero su pertenencia al Grupo Hepta se lo pone difícil. Los hombres huyen de una mujer así.


Poco más os puedo contar. Inspirada en hechos reales, y con una fuerte combinación entre terror y comedia, mezclada con otros géneros más, Fenómenas se deja ver, aunque creo que puede dejar un sabor agridulce. Buen inicio. Final decepcionante. Fenómenas pudo ser un buen homenaje (está dedicada a Paloma Navarrete, una de las integrantes del Grupo Hepta) y se queda en una parodia.

La tenéis en Netflix.




Tráiler:



miércoles, 15 de diciembre de 2021

ISMAEL (DRAMA - 2013)

Año: 2013

Nacionalidad: España

Director: Marcelo Pyñeiro

Reparto: Mario Casas, Larsson do Amaral, Belén Rueda, Ella Kweku, Sergi López, Juan Diego Botto, Mikel Iglesias, Gemma Brió, Óscar Foronda, Alain Hernández

Género: Drama 

Sinopsis: Ismael Tchou, un niño mulato de 8 años, se fuga en el AVE rumbo a Barcelona para conocer a su padre. Su única pista es la dirección de un apartamento, escrita en el remite de una carta dirigida a su madre. Cuando encuentra el edificio, en el apartamento sólo está Nora, una elegante mujer de unos 50 años.

[Fuente: Filmaffinity]

Cuando en 2014 se anunciaron las películas que estaban nominadas a los Goya, Ismael contaba con dieciocho candidaturas aunque definitivamente solo optó a una nominación. Me gustaba la propuesta de esta película. De entrada, me resultaba llamativo su reparto, con nombres como Belén Rueda, Juan Diego Botto, Mario Casas y Sergi López. Y si mi intención fue verla, lo cierto es que se fue quedando atrás y nunca tuve opción de sentarme a visionarla. Nunca, hasta anoche mismo. Llegado ese momento en que, después de un día de trajín consigues sentarte a las nueve y media de la noche, sin ganas de leer ni casi cenar, conectas Netflix y ahí estaba Ismael esperándome. Me alegró la noche, aunque la cosa fuera decayendo.

Ismael (Larsson do Amaral) es un niño mulato de ocho años con un sueño por cumplir. Quiere conocer a su padre, del que solo sabe que se llama Félix Ambrose (Mario Casas) y vive en Barcelona. Alika (Ella Kweku), su madre, no le ha contado mucho más. Sin embargo, y a través de una carta, el pequeño averigua la dirección exacta de su padre y escapa de casa para ir en su busca. Así llega a Atocha y toma un AVE dirección Barcelona. En el supuesto domicilio de su padre reside una mujer. Se trata de Nora (Belén Rueda), madre de Félix. Tras unos primeros instantes de estupor, ella le explica al niño que Félix ya no vive allí pero, conociendo la verdadera intención del pequeño, siente compasión y decide llevarlo al lugar donde reside su hijo.  Inician así un breve viaje, de apenas unas horas, que servirán para que abuela y nieto se conozcan. Y llegados a la casa de Félix, el reencuentro entre padre e hijo desatará una tormenta llena de reproches, heridas que vuelven a sangrar y palabras que nunca se dijeron. 

A la vez, la travesura de Ismael propicia el encuentro entre Alika y Félix, que no se ven desde hace muchos años. El reencuentro trae al presente recuerdos del pasado, de otra vida regada por la felicidad, pero que se truncó por cobardía y miedo. Todo se vuelve patas arriba. ¿Cómo cambiará la vida de estos personajes? 

Ismael ahonda en las relaciones padres/madres e hijos. De madres que no tienen tiempo para ocuparse de los hijos. De hijos que viven con desapego materno, y con un gran agujero en el pecho. De hombres que no son capaces de afrontar los retos de la vida. De mujeres con el corazón roto. Y de hijos, sobre todo de hijos, con tantas, tantas carencias.

Personajes

Nora es una mujer de negocios. Divorciada de un hombre inestable, ella se ha rehecho a sí misma. Es dueña de un restaurante en el que vuelca todo su tiempo y su ímpetu, por eso apenas tiene relación con su hijo Félix. 

Félix Ambrose es un joven profesor de un centro de ayuda a jóvenes conflictivos. En realidad, tendría que estar diseñando edificios pues estudió arquitectura pero, un accidente de moto, que le ha dejado una pequeña cojera, lo cambió todo. 

Félix es un hombre reservado que ha sufrido más de lo que su entorno conoce. Eso lo ha convertido en un escudo protector para sus alumnos, y a él acuden cuando tienen un problema.

Alika es una mujer dolida. Aparentemente es feliz con su marido Luis (Juan Diego Botto), quien adoptó a Ismael y de dio sus apellidos. Ella lleva una vida tranquila. Los recuerdos están escondidos en una caja de madera que jamás abre para no despertar los fantasmas del pasado. En cuanto a Luis, tendrá que asumir que no todo es lo que parece. Desde que conoció a Alika se ha hecho cargo de un niño al que ya considera hijo suyo. Sin embargo, las dudas comienzan a morderle.

El último personaje será Jordi (Sergi López), dueño de un hotel, un golpe de suerte cambió su vida para siempre. Sin embargo, siente una gran frustración. 

En cuanto a las interpretaciones y por sorprendente que me parezca, creo que Mario Casas está por encima del resto, incluso de la propia Belén Rueda. Quizá sea por la fuerza de su personaje, por ese dolor visceral que anida en su interior, y lo convierte en un hombre de hierro. Pero todo es fachada. En realidad, Félix es un ser vulnerable, con diversas heridas que no han terminado de cicatrizar.

Belén Rueda y Sergi López están correctos. Sin más. Mientras que el papel de Juan Diego Botto, algo más secundario, está muy desaprovechado. Una lástima

Sobre Larsson do Amaral y Ella Kweku, muy poco que decir. El niño tiene naturalidad y para su edad, no lo hace mal del todo pero tampoco emociona su historia. La madre se mantiene en un precario equilibrio.

¿Qué me ha gustado de la película?

A priori el argumento, aunque tampoco es muy novedoso. El punto de partida es ese deseo de Ismael por conocer a su padre, un sueño muy loable, que trastocará la vida de todo el mundo. La huida de Ismael sirve de vehículo para sacar a la luz toda la miseria y la basura que estos personajes llevan años ocultando. El niño, en su inocente propósito, será el detonante de situaciones llenas de reproches, dolor y lágrimas, en la que madres e hijos, padres y madres, se verán las caras y se dirán las verdades por primera vez. Ismael, sin proponérselo, ha propiciado que llegue el momento de la verdad y eso siempre es interesante.

En ocasiones la fotografía es preciosa. Y la banda sonora tiene momentos estelares. Suena una bellísima adaptación de "Te extraño", en la voz de Armando Manzanero, durante el desarrollo de una escena evocadora y nostálgica.

¿Qué no me ha gustado de la película?

El guion de Ismael tiene un error de bulto que descalabra toda la película. En las escenas iniciales vemos al pequeño en la estación de Atocha. Está solo y quiere coger ese AVE que lo lleve a brazos de su padre. Porta un papel en la mano que imaginamos es el billete de tren. Con algo de ingenio, consigue pasar la puerta de embarque tras mostrar su billete a la azafata. Y aquí vienen un par de preguntas. Uno: ¿cómo llega hasta Atocha? Posible respuesta: el niño puede que viva a escasos metros de la estación. Dos: ¿cómo ha comprado el billete de tren? Posible respuesta: ni se sabe ni se explica. Con esa duda girando alrededor de mi cabeza, continué con el visionado a la espera de que, en algún momento, tal circunstancia se explicara. Pero la explicación no llega en ningún momento. El espectador tendrá que hacer la vista gorda y un ejercicio de credibilidad muy contundente

Por otra parte, y con un metraje de 106 minutos, a la hora, el interés se evapora. La acción se ahoga en un pozo profundo y  ni siquiera consigue remontar gracias a un altercado final en el instituto de Félix. Poco a poco, la cinta va languideciendo hasta un final simplón que ni sorprende ni emociona. 


En definitiva, con un ritmo pausado y un montón de situaciones a las que no se le saca partido, Ismael entretiene. En un momento dado, la trama se vertebra en tres líneas -Félix /Ismael, Alika/Luis y Nora/Jordi-, que irán entremezclándose pero no hay profundidad en ninguna de ellas. A mi juicio, y aunque se deja ver, Ismael se queda en la superficie de un drama que podría haber dado más de sí.



La tenéis en Netflix.


miércoles, 8 de abril de 2020

EL SILENCIO DE LA CIUDAD BLANCA (THRILLER - 2019)


Año: 2019

Nacionalidad: España

Director: Daniel Carpalsoro

Reparto: Belén Rueda, Javier Rey, Aura Garrido, Manolo Solo, Àlex Brendemühl, Sergio Donado, Ramón Barea, Itziar Ituño, Pedro Casablanc, Rubén Ochandiano, Richard Sahagún, Ramón Agirre, Josean Bengoetxea, Itziar Aizpuru, Joseba Apaolaza

Género: Thriller

Sinopsis: Vitoria, 2016. Los cadáveres de un chico y una chica de veinte años aparecen desnudos en la cripta de la Catedral Vieja. Unai López de Ayala, un inspector experto en perfiles criminales, debe cazar al asesino ritual que lleva aterrorizando a la ciudad desde hace dos décadas. La sucesión imparable de crímenes y una investigación policial contaminada por las redes sociales llevarán al límite a Unai, enfrentándolo a un asesino camaleónico y despiadado que podría estar más cerca de lo que creía.

[Fuente: Filmaffinity]


A Eva García Sáenz de Urturi la conocimos cuando publicó La saga de los longevos (bilogía) y Pasaje a Tahití. Poco después quiso rendir homenaje a su ciudad natal y publicó una trilogía cuyos acontecimientos ocurrían en Vitoria. La saga, compuesta por El silencio de la ciudad blanca (2016), Los ritos del agua (2017) y Los señores del tiempo (2018), tuvo muy buena acogida entre los lectores, consiguiendo que fueran muchos los que se engancharan a las investigaciones de Kraken, un ertzaintza marcado por una desgracia familiar. Admito que las buenísimas opiniones de esta trilogía me tentaron poderosamente pero, muchos sabéis que rehúyo de las series. Aún así me lo planteé. Sin embargo, al descubrir que iban a llevar el primer título a la pantalla grande, me frené en seco. Prefería ver la película en primer lugar, y aquí estoy, con más pena que gloria porque, me temo que Daniel Carpalsoro, director de esta cinta y que tiene, bajo mi punto de vista, un único peliculón a sus espaldas -Cien años de perdón-, le ha hecho chico favor a la autora vitoriana.

Extrañada por lo que la película me ofrecía y lo que yo había leído sobre la novela, me puse a indagar en Internet, y encontré estas declaraciones del director y de la autora:

"La película es una interpretación de la novela", explica Calparsoro. "La novela son 500 páginas y esto es una hora y media de película y hay que elegir, no puedes meter absolutamente todo. Y luego el lenguaje cinematográfico es distinto al literario. Podríamos decir, como comenta muchas veces Eva [García Sáenz de Urturi], que la película forma parte del universo de la trilogía de El silencio de la ciudad blanca, pero no es una traducción de la novela". [Fuente: Tráveler

Vale, no es una adaptación propiamente pero aún así, me ha parecido una película muy mediocre, cuando tenía unos buenos mimbres. Os cuento.

El silencio de la ciudad blanca comienza en créditos con el repaso a una serie de crímenes que sucedieron en Vitoria por el año 1999. En los lugares más emblemáticos y llenos de historia de la ciudad, se fueron cometiendo asesinatos que seguían un patrón muy concreto. El asesino, al que apodaron el asesino de los durmientes, elegía a una pareja de niños -un niño y una niña-, que no se conocían. Después de arrebatarles la vida, los colocaba en un lugar significativo, dispuestos en una posición exacta, desnudos y con un eguzkilore, es decir, una flor del sol, colocado sobre sus genitales. En el primer asesinato los niños tenían cinco años, en el segundo tenían diez, en el tercero tenían quince años. Por aquellos crímenes inculparon al joven Tasio, un joven vitoriano de buena familia, y conductor de un programa de la televisión local llamado Telúrico, en el que se analizaban las leyendas más antiguas de Vitoria. Tasio lleva desde entonces en la cárcel, desde donde ha escrito varios libros. Sin embargo, veinte años después de aquellos crímenes, vuelven a cometerse una serie de asesinatos en la ciudad, justo cuando se están celebrando las fiestas de la patrona, la Virgen Blanca. De nuevo, en el interior de la Catedral Vieja, aparece una pareja sin vida, un joven y una joven de veinte años, desnudos, con un eguzkilore sobre sus genitales, y de cuyas bocas salen abejas vivas. Este parece el modus operandi del asesino, narcotizarlos primero y luego, cuando están totalmente conscientes, introducirles abejas en los pulmones, lo que les provocará una muerte muy dolorosa.

Los encargados de investigar los nuevos crímenes son el inspector Unai (Javier Rey), al que llaman Kraken en su círculo más íntimo, junto a su compañera Estíbaliz (Aura Garrido). Ambos tendrán que rendir cuentas a la subinspectora Alba (Belén Rueda), recién llegada de Francia. Los tres tendrán que averiguar quién es el asesino, si Tasio fue condenado siendo inocente, o si se trata de un imitador. Al mismo tiempo, a Unai le irán enviando fotos en las que aparece él, en distintos momentos de la investigación.

En cuanto al asesino, a mitad de película sabremos quién es. Esto no supone ningún problema, más bien al contrario, alienta la curiosidad del espectador porque, de lo que se trata de es averiguar por qué comete esos asesinatos, cuál es su móvil, y por qué emplea tal ritual. 

La película parte de una buena premisa. Los crímenes rituales, relacionados con viejas leyendas o la mitología, suelen ser bastante interesantes. Sin embargo, el gran problema de esta película es el guion. Desconozco la trama de la novela. Ya os he comentado antes que no la he leído, pero me parece que se ha obviado lo esencial de la historia creada por García Sáenz de Urturi. Da la impresión de que han tomado de aquí y de allá lo que les ha parecido, sin importar la coherencia, la lógica, la verosimilitud. De ahí que se sucedan escenas y situaciones que no tienen fundamento ni se sostienen, que no se terminan de explicar. Por poner unos cuantos ejemplos que no os van a destripar la historia. En esta película hay mucha gente que huye en cuanto ven aparecer a la policía. Eso nos hace pensar que están implicados en los asesinatos pero luego, no hay una explicación a tales huidas, ni siquiera se puede achacar al temor que una persona puede sentir frente a la autoridad, sin haber cometido un delito.

Luego, Unai tiene una hermana que padece una enfermedad. Poco se dice al respecto, de hecho se menciona de pasada. Para mí, todo detalle en una película o un libro debe tener una justificación. ¿No era Chéjov el que decía que si en un cuento hay un clavo en una pared, el protagonista tiene que acabar colgándose de él? Pues eso. Nada debe quedar al azar o aparecer por capricho. Sin embargo, en esta película, la enfermedad de Martina, la hermana de Unai, no aporta absolutamente nada a la trama.

Otra incongruencia más. Hay un personaje que hizo desaparecer unos informes policiales, un detalle que a mí como espectadora me dejó fuera de combate. Y es que resulta que ese personaje fue policía en su día, pero este detalle te lo dicen al final de la película.

A todo esto, la gente entra y sale de los monumentos y museos de la ciudad, en plena noche, como Pedro por su casa. Hasta donde yo entiendo, los monumentos, iglesias, museos, tienen un horario de apertura y cierre, y siempre hay algún tipo de vigilancia. En esta película, no. 

Y esto sí que me da rabia. ¿Es necesario introducir siempre un rollete amoroso para darle jugo a una trama? Las relaciones amorosas, clandestinas o no, deben aportar tensión al argumento o, al menos, tensión entre los personajes. Aquí es un aderezo más que se podía haber eliminado y el sustento del thriller no se hubiera visto afectado.

Por último, el abuelo de Unai, apicultor, hace una serie de rituales con manzanas que me dejaron perpleja. ¿Qué finalidad tienen? Es que no se explica absolutamente nada. Vale que el espectador se lo puede imaginar, y ojo que soy de las que opinan que no nos lo tienen que dar todo hecho, pero hombre, un poquito de seriedad. 

En fin, ya veis que la película me ha dejado bastante decepcionada. Lo mejor, sin duda, las escenas de la persecución sobre las cubiertas de la Catedral Nueva, un proceso que se explica en el enlace que os he dejado más arriba.

En cuanto a las interpretaciones, Belén Rueda, en el papel de la subcomisaria Alba, no está a la altura de otros trabajos. Juan Rey y Aura Garrido, me dicen poco. El único que brilla algo más es Manolo Solo pero, como el guion es un despropósito tras otro, enturbia muchísimo el trabajo de este actor. 

En definitiva, me esperaba otra cosa de esta película. Está entretenida y poco más, especialmente si haces la vista gorda a ciertas cuestiones que se tendrían que haber tratado con más cuidado y profesionalidad. Mira que defiendo el cine español pero en este caso no lo tengo nada claro.






Tráiler:   

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miércoles, 13 de noviembre de 2019

EL PACTO (TERROR - 2018)

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Año: 2018


Nacionalidad: España

Director: David Vitori

Reparto: Belén Rueda, Mireia Oriol, Dario Grandinetti, Antonio Durán, Josean Bengoetxea, Carlus Fábrega, Vanessa Buchaca

Género: Terror

Sinopsis: Mónica ve cómo, de repente, Clara, su hija, entra en un coma profundo e inexplicable. Cuando los médicos la dan por muerta, un desconocido le propone un pacto: él salvará a Clara pero, a cambio, Mónica deberá entregarle una vida. Mónica acepta, y contra todo pronóstico, su hija se salva. Ahora ella deberá entregarle otra vida a cambio.

[Fuente: Filmaffinity]


A veces hago repaso a la filmografía de algún actor o actriz que me guste. No sé exactamente qué andaba buscando cuando me topé con esta película de Belén Rueda, que no había visto. Tampoco me sonaba mucho. No recuerdo haber visto ningún tráiler en el cine. La cuestión es que se aunaban dos parámetros interesantes. Por un lado, el género. Por otro, la actriz protagonista. Me gusta Belén Rueda. La he visto en interpretaciones brillantes y otras menos lucidas, pero, por regla general, no es una actriz que me disguste.

El pacto no es una película de terror propiamente. Salvo un par de jumpscares, puede ser visionada por los corazones más sensibles. Yo diría más bien que es una película de suspense con un toque paranormal, y es justo ahí donde vienen los problemas. El espectador merece un poco de respeto y todas las explicaciones necesarias. Y no, no vale escudarse en lo sobrenatural para dejar en el aire un millón de preguntas, porque al final, terminas de ver la cinta, y sientes que te han tomado el pelo, que el largometraje que acabas de ver es como un queso gruyere, de tantos agujeros como tiene. Pero, vamos al lío

Mónica (Belén Rueda) es una madre separada. Abogada de profesión, mantiene una relación complicada con su hija Clara (Mireia Oriol), una adolescente con diabetes. La madre es excesivamente protectora. Tiene tanto miedo de que a su hija le pase algo, que suele tener pesadillas, y por eso no la deja vivir a su aire. Así que la niña se enfada y discute con la madre. Por su parte, el padre, Alex Santos (Dario Grandinetti), es inspector de policía. Él comprende más a su hija pero no quiere inmiscuirse demasiado porque, aunque no mantiene mala relación con Mónica, tampoco es muy cumplidor con el pago de la manutención de Clara. Además ocurrió algo en el pasado que rompió el matrimonio, pero este será un detalle que conoceremos más adelante.

Una noche de intensa lluvia, Álex acude a una llamada de la policía. Una mujer se ha tirado desde un noveno piso. Al parecer no es la primera vez que lo intenta. Su hijo, Fran Ortiz -amigo de Clara-, está en estado de shock. Ha sido testigo de la caía y solo repite una y otra vez "No pude hacerlo". Contra todo pronóstico, y cuando la mujer ya está depositada en la bolsa mortuoria, empieza a moverse y regresa a la vida. Nadie da crédito. 

Al día siguiente, Fran recoge a Clara en su coche para ir colegio. Poco después, la joven desaparece sin más, y será hallada en un lugar aislado, sin móvil y sin mochila, pero se encuentra muy grave. Sumida en un coma diabético, parece que la joven no se recuperará nunca. Álex intentará encontrar a las personas responsables de la situación de su hija, mientras que Mónica se sumerge en un estado de desesperación profundo. Pero alguien le propone hacer un pacto para salvar a su hija y no con el diablo precisamente. Entonces, ¿con quién? Eso tendrás que averiguarlo.

El pacto parte de una buena base. La trama gira alrededor de la típica pregunta que se le formula a unos padres. ¿Qué estarías dispuesto a hacer por tus hijos? Es una idea que ya hemos visto en otros largometrajes y, aunque no sea excesivamente original, hubiera sido una buena película si no hubiera dejado tantos cabos en el aire. Porque, insisto, aunque te asomes a lo paranormal, no todo vale.

Hay detalles que, en su momento, no se entienden. Es más, pasan casi desapercibidos para el espectador. No pasa nada, porque luego todo va a cobrar sentido, así que, por este lado, nada que objetar. Ahora bien, ¿quién es el tipo con el Mónica hace el pacto? ¿De dónde sale? ¿Qué extraño poder posee? ¿Por qué? ¿De dónde le viene? ¿Y qué ocurre con ese insecto que aparece insistentemente en la película? Multitud de preguntas que no tienen respuesta en la película. Y digo yo, aunque los hechos se deban a cuestiones paranormales, alguna explicación tiene que haber, ¿no? Es que no podemos inventarnos a un tipo, misterioso, que habita en lo más recóndito de un polígono industrial, darle unos poderes y ¡hala! Ancha es Castilla. Lo siento, pero no me vale.

Para rizar más la cosa, resulta que el guion no está muy pulido que digamos. Intentaré no hacer mucho spoiler pero, para empezar, la policía no es capaz de rastrear el móvil de Clara porque según parece está apagado. Y luego resulta que alguien envía un mensaje desde ese móvil. ¿Qué pasa, que el móvil no tiene contraseña? ¿Un móvil de una adolescente sin contraseña? Eso no se lo cree nadie. Por otro lado, Mónica, alegando que ha perdido el bolso, solicita al servicio de vigilancia de un hospital, visionar las cámaras de seguridad, y ahí se sienta ella, junto al guardia de seguridad, a mirar las cintas. Y es que la mujer sospecha algo pero, ¿por qué sospecha? ¿De dónde le viene esa sospecha? Tanto se aclara esto. Más cosas, hay un accidente de tráfico y en ese accidente, una persona se salva, pero esa información no llega a los implicados en el accidente. Así que, esa persona que se ha salvado, anda detrás de otra, descubre dónde vive, cuál es su número de teléfono y en qué colegios estudian sus hijos. Lo habrá mirado en su bola de cristal. Y podría continuar con más cosas, pero lo voy a dejar ya. A lo mejor resulta que soy muy 'especialita', pero sinceramente creo que este guion le toma el pelo al espectador.

Eso sí, la banda sonora es muy potente y acompaña perfectamente bien a los momentos de máxima tensión. Casi que es la propia música la que provoca esa inquietud en el espectador, más que la propia escena.

En cuanto a las interpretaciones, Mireia Oriol en el papel de Clara no me ha gustado absolutamente nada. Vale, su personaje ha salido de un coma, pero es que resulta insulsa desde el primer minuto. He visto muertos con más vida que esta actriz. En cuanto a Belén Rueda, a mi juicio no es su mejor papel. Su interpretación no me ha aportado nada de nada. Por lanzarle un capote, me atrevería a decir que probablemente a ella el guion le convenciera menos que a mí. El único que se salva es Dario Grandinetti, que se muestra correcto y convence. 

Y no continúo con más detalles. No voy a decir que El pacto es una película tan malísima que no merece la pena verla. No es eso. A mí me ha resultado entretenida, pero es que es inevitable sentir cierta decepción, porque parte de unos mimbres muy buenos y luego se va desinflando plano a plano. Así que, para una tarde de puro aburrimiento, te puede servir. Una pena que se haya cuidado tan poco los detalles.






Tráiler:

Puedes adquirirla aquí:










miércoles, 12 de septiembre de 2018

NO DORMIRAS (TERROR - 2018)

Resultado de imagen de no dormirás películaAño: 2018

Nacionalidad: Uruguay.

Director: Gustavo Hernández.

Reparto: Eva De Dominici, Belén Rueda, Natalia de Molina, Germán Palacios, Eugenia Tobal, Susana Hornos, Juan Manuel Guilera, Joche Rubio, María Zabay, Miguel Ángel Maciel. 

Género: Terror.

Sinopsis: En un hospital psiquiátrico abandonado, un grupo de teatro vanguardista experimenta con el insomnio para la preparación del montaje de una obra creada veinte años atrás por un grupo de pacientes. Con el paso de los días sin dormir, alcanzan nuevos umbrales de percepción, que los enfrentan a energías e historias ocultas del lugar. Cuando Bianca, una joven promesa del teatro, se incorpora al elenco, en competencia por el papel principal, debe sobrevivir no solo a la intensidad del trabajo y sus compañeros, sino a una fuerza desconocida que la empuja, como a los demás, al trágico desenlace de la puesta en escena original.

[Fuente: Filmaffinity]


Primer acercamiento al cine uruguayo con una película que me llamaba bastante la atención, en primer lugar por la temática -el terror es uno de mis géneros favoritos - y en segundo lugar por la presencia de Belén Rueda. El resultado no ha sido totalmente satisfactorio.

No dormirás se estructura en dos partes. Una primera parte de la acción se desarrolla en 1975 cuando la dramaturga Alma Böhm lleva a cabo un experimento con una de sus actrices fetiches. Marlene Bennet lleva casi 108 horas sin dormir. El cansancio provocado por el insomnio afecta a los niveles de conciencia, perdiendo la percepción de la realidad y haciendo que el individuo se adentre en un limbo, en un universo paralelo. Con ello se pretende que los actores se conviertan en esponjas, capaces de absorber los estímulos más sutiles. El insomnio es una puerta a los sentidos, aumenta la sensibilidad y convierte a los actores en más creativos, consiguiendo una interpretación estelar. Pero el experimento no llega a culminarse y Böhm, que ya ha llevado a cabo experimentos similares con la asfixia, el hambre o la hipnosis, vuelve a repetir con el insomnio casi una década posterior. Para ello contratará a Bianca (Eva De Dominici) y a Cecilia (Natalia de Molina) dos jóvenes amigas y actrices que intentan abrirse camino en el mundo del teatro y no pueden desaprovechar la oportunidad que se les presenta de trabajar con la famosa Alma por muy duro que sea el trabajo. 

A través del insomnio, pondrán en pie una obra de teatro anónima titulada 'Osa Menor' en la que se narra la historia de Dora, una mujer que, tras ser madre, se vuelve loca, mata al marido e intentará matar también a su bebé para acallar su llanto. La obra se representará en un lugar acorde con la temática, en la clínica psiquiátrica Santa Regina, ya abandonada y en completo desuso. Mientras se llevan a cabo los ensayos, los actores residirán en la misma clínica y entre ensayo y ensayo, Bianca irá haciendo descubrimientos inquietantes sobre la clínica mientras los efectos del insomnio comienzan a pasarle factura.

No dormirás cuenta con un guion que se inicia por buen camino. La historia comienza a tomar forma tras un flashback inicial pero poco a poco se va diluyendo, quedando muy en el aire algunas cuestiones. Secuencia a secuencia, el guion se tambalea, pierde consistencia y el espectador se desorienta. No obstante, acercándonos al desenlace, un buen giro recolocará las piezas, para volver a desbaratar el montaje de nuevo, y así la película es como una noria, un sube y baja que la convierte en un producto inconstante. Creo que se ha querido construir una historia compleja y ambiciosa, con revueltas y entuertos, pero es ley que, a veces, lo sencillo funciona mucho mejor y es mucho más satisfactorio. El desenlace de No dormirás se retuerce tanto que llega un momento que no entiendes muy bien qué es lo que nos están contando.

Y estando ante una película de terror es habitual el uso de golpes de efecto (jumpscares). Unos cuantos sustos nos aguardan, algunos con más acierto que otros, pero todos ellos siguen el patrón normalizado. Ante una escena de tensión, la música va in crescendo, el espectador se encoge sobre sí mismo, entrecierra los ojos, está a punto de suceder algo y se prepara pero... ¡falsa alarma!. Sin embargo, en el microsegundo en el que nuestro cuerpo comienza a relajarse, ¡zas! Aún así pocas son las escenas que nos harán dar un salto en nuestro asiento.

En cuanto a la interpretación, Eva De Dominici era una completa desconocida para mí. Su interpretación no ha sido como para no olvidar pero sí me quedo con su candor, su dulzura y su cara bonita. Su papel viene aderezado por una subtrama a la que no se le saca ningún partido y que funciona como un simple objeto decorativo que, a mi juicio, sobraba totalmente. En el caso de Natalia de Molina, me ha sorprendido mucho su capacidad de adaptación. Me parece que este papel demuestra su faceta más camaleónica, solventando con bastante soltura el escollo del idioma y el acento del cono Sur. 

Sobre Belén Rueda, en un papel casi de madrastra, perversa, egoísta y maquiavélica, no me ha decepcionado pero se ve a leguas que su aparición en esta cinta es más un reclamo que otra cosa.

Dicho lo cual, No dormirás es una película que promete pero no cumple. Si te gusta el género, es una película para pasar el rato pero no llega ni a reseñable y mucho menos a memorable. Una pena porque las clínicas psiquiátricas abandonadas dan mucho juego y aquí el guion no está a la altura.




Tráiler:







miércoles, 20 de junio de 2018

EL CUADERNO DE SARA (DRAMA - 2018)

Año: 2018

Nacionalidad: Española.

Director: Norberto López Amado.

Reparto: Belén Rueda, Manolo Cardona, Marián Álvarez, Enrico Lo Verso, Florín Opritescu, Malcolm Sitté, Iván Mendes, Marta Belaustegui, Nick Devlin, Ramón Barea.

Género:Drama.

Sinopsis: Laura busca desde hace años a su hermana Sara, desaparecida en medio de la selva del Congo. Ni la ONG para la que trabaja ni la Embajada tenían noticias de su paradero... hasta que aparece una foto de un poblado minero del este del Congo con la imagen borrosa de Sara. Sin dudarlo un momento, Laura viaja hasta Kinshasa dispuesta a adentrarse en el territorio de los "Señores de la Guerra", dejando atrás las diferencias que la separaron de su hermana, y sin sospechar que esa peligrosa aventura le llevará a poner en peligro su propia vida.

[Fuente: Filmaffinity]


Cuando Mediaset está detrás de una película el bombardeo publicitario está garantizado. Tanta labor de marketing y propaganda suele generar en mí un efecto contrario. Inicialmente me resisto como gato panza arriba pero, si el largometraje tiene algún mínimo elemento de interés, termino por verla. En este caso me llamaba la atención la presencia de Belén Rueda. No es que sea una incondicional de la actriz pero, por regla general, me suelen gustar sus trabajos en el cine. En televisión, y salvo La princesa de Éboli, la cosa varía. Así que me senté a ver esta historia ubicada en el Congo, donde los mercenarios reclutan niños y violan a las mujeres. El resultado, muy mediocre.

El cuaderno de Sara cuenta la historia de Laura Alonso (Belén Rueda) en busca de su hermana Sara (Marián Álvarez). Esta última, médico cooperante en una ONG, lleva dos años desaparecida en el Congo, sin que nadie haya dado con su paradero ni hayan encontrado su cuerpo. Tampoco parece que las instituciones y el gobierno español hayan hecho mucho por localizarla. Casualmente, a través de un reportaje de investigación sobre la captación de niños por parte de las guerrillas, descubren que Sara está viva. Laura viajará hasta la ciudad de Goma, en el Congo. Quiere encontrar a su hermana a toda costa aunque la zona es muy peligrosa pues es dominio de los rebeldes que captan a jóvenes para hacerlos trabajar en las minas de coltán, uno de los minerales más valiosos de nuestro siglo que se utiliza para fabricar productos tecnológicos, o bien para convertirlos a la causa guerrillera. A su paso, las aldeas quedan totalmente masacradas, los hombres asesinados, las mujeres violadas y los niños secuestrados pero nada parece frenar a Laura en su objetivo.

A través de un buscavidas y una antigua pareja de Sara, Laura contactará con Jamir, un joven con un terrible secreto pero que parece el único nexo de unión con Sara. Juntos emprenderán un viaje lleno de horror, miedo y muerte. Y como breve trasfondo moral de este viaje, el deseo de Laura por reencontrarse con su hermana y conseguir el reconocimiento de un padre enfermo de Alzheimer.

El cuaderno de Sara no ha resultado ser la película de acción y aventuras que me esperaba. Creo que el guion está un tanto deslavazado. El inicio arranca sin mucha justificación. No sabemos qué hacía Sara en el Congo, cómo desapareció ni cuánto tiempo lleva desaparecida. Es cierto que esta información se va facilitando a medida que avanza el metraje pero el desconocimiento inicial solo consigue que la trama se tambalee. Lo mismo ocurre con la conexión Jamir-Sara. De un segundo a otro, se nos desvela que hay un chico que supuestamente habla español porque una mujer blanca se lo enseñó pero queda todo muy en el aire, fruto de un azar que nos abre camino con demasiada facilidad. Por no hablar de una secuencia en la que se requiere una acción urgente ya que alguien se está desangrando pero los que pueden atajar la situación se dedican a perder el tiempo. Dicho todo esto, me ha parecido que la película no tiene unos cimientos sólidos que puedan sustentar la trama. El espectador no se adentra en la historia, no la siente suya, ni termina por afectarle el horror que se vive en África, con la explotación infantil, con las masacres o las dificultades a las que se enfrenta la ayuda humanitaria. Y a pesar de tener una temática tan interesante, a pesar de poder ser una película de denuncia social, llega un momento en el que te desenganchas de la trama, el ritmo se ralentiza hasta el punto de que deja de importarte si Laura encuentra definitivamente a Sara. 

Como puntos a favor señalaría la interpretación de Belén Rueda. No es para un Oscar pero al menos no la encuentro artificial. Su personaje va a pasar por situaciones violentas, en las que su vida pende de un hilo. Ese miedo, ese pánico que la paraliza se refleja en su rostro consternado y en sus ojos desorbitados. Yo me la he creído. A ella sí, no tanto a su hermana Sara, interpretado por Marián Álvarez, una actriz que también me gusta pero en esta ocasión su papel, al ser más breve, no da pie a explayarse.

Otra cuestión digna de mencionar es la fotografía que muestra inmensas explanadas de mares verdes, atardeceres mágicos y brisas que juegan con los tejidos. Hay una escena preciosa con una luz taimada que casi parece un cuadro. La verdad es que las localizaciones tan exuberantes -la película se rodó en Uganda y en las Islas Canarias- ofrecen unas instantáneas maravillosas y a juzgar por la frondosidad de la vegetación, el rodaje no tuvo que ser nada fácil. Ver sudar a Belén Rueda, con el cabello alborotado y el rostro enrojecido provoca un calor asfixiante.

En resumen, El cuaderno de Sara tenía buenos mimbres pero se queda a mitad de camino. Si lo que se pretendía era acercarnos al horror de África, al terror que provocan los rebeldes que consiguen dominar las minas de coltán por medio del derramamiento de sangre, creo que no lo consigue. El Congo, su selva y sus guerrilleros serán muy peligrosos pero al llegar al final de la película casi me he olvidado ya del peligro que acecha en ese punto del planeta y de la cantidad de personas que pierden la vida para enriquecer a otros. No transmite ni conciencia.
 



Tráiler:


 
 
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