viernes, 31 de marzo de 2023

EL ARTE DE SER NOSOTROS de Inma Rubiales

El pasado 16 de marzo acudí a la Feria del Libro de Mairena del Aljarafe (Sevilla) en buena compañía. Me encomendaron la misión de acompañar a la joven escritora Inma Rubiales en la presentación de su última novela, El arte de ser nosotros (Planeta). Cuando llegamos, media hora antes del inicio del acto, ya había por la zona un grupo de chicas a la espera de ver a la autora. 

Lo de esta joven se ha vuelto algo meteórico. Iniciada la presentación, nos contó que empezó a publicar en la plataforma Wattpad. Fue así cómo se dio a conocer, subiendo las historias que escribía y ganando cada día más y más lectores. Hasta que la editorial Planeta se fijó en ella. «El mismo presentimiento que tuve con Un amigo gratis, lo tuve con Hasta que nos quedemos sin estrellas», novela que ha marcado un antes y un después en su vida, tras publicar por primera vez con Planeta.

Sobre la inspiración que necesita para sus historias comentó que ojalá sus novelas estuvieran inspiradas en hechos reales porque eso significaría que tiene una vida muy interesante. «Veo muchas series y películas. Escucho mucha música y también escucho mucho a mis amigas. O salgo a pasear. A veces escucho conversaciones de refilón que me ayudan». En cualquier caso, confiesa que sus libros también tienen una parte personal, y en ellos vuelca toda su sinceridad, «de ahí que luego me vengan muchas chicas y me digan que se sienten muy identificadas con lo que han leído».




Hablemos un poco de la novela que nos ocupa. El arte de ser nosotros es una novela romántica. Sabéis que es un género que leo con poca frecuencia aunque siempre me sirve para descongestionar mi mente de lecturas más sesudas. Pero si pensáis que estáis ante una historia donde todo es color de rosa, debo quitaros tal idea de la cabeza porque en este libro no solo se habla del amor juvenil sino también de otras cuestiones bastante más delicadas y que son actualidad en nuestros días. Luego os doy detalles.

Trama

Pero, ¿de qué va esta novela? Os diré que Leah es una joven escritora de novela erótica, que vive en Portland. En realidad, nació en Hailing Cove, pero se mudó a la ciudad del río Willimette para estudiar Literatura en la universidad. Muy unida a su madre, su mejor amiga es Linda, con la que comparte piso.

Por otro lado tenemos a Logan Turner, un joven que estudia diseño gráfico y trabaja en un estudio de tatuajes. Parece que no tiene muy buena reputación. Irónico y mordaz, no le cae bien a mucha gente, salvo a sus dos mejores amigos, Kenny y Sasha, que forman pareja. Los tres son como una isla en medio del océano, tres personas que parecen vivir al margen del resto. 


«...forman un grupo bastante peculiar. Son tres personas diferentes que se conocieron por casualidad y descubrieron que tenían mucho en común. Sasha es la artista incomprendida que empezó la universidad solo para cumplir las exigencias de sus padres. A Kenny se le dan bien las matemáticas. Al parecer, trabaja en un restaurante a media jornada para pagarse los estudios». [pág. 86]


El joven ha tenido alguna relación amorosa pero, a quien ama verdaderamente es a su abuela Mandy, con la que convive, una mujer entrañable y un personaje inolvidable.

La acción se inicia in media res y de la forma más divertida. Sin que ninguno de los dos sepa muy bien lo que ha pasado, Leah y Logan amanecerán un día juntos en la misma cama y ¡esposados! Probablemente la culpa de tal bochornosa situación la tenga el alcohol que ambos ingirieron la noche previa durante una fiesta universitaria. Algo más sucedió en esa velada que dejo en el aire. Lo que puede parecer una anécdota divertida se convierte en un gran problema para Leah. Ella cree que Logan es un capullo, a lo que se une que su mejor amiga, Linda, está enamorada del joven, aunque este no le corresponde. Leah se sentirá la peor persona del mundo, una traidora, y ni se atreverá a contar a Linda lo que ha ocurrido. La culpabilidad se la come por dentro.

Todo se complica cuando a Leah le sale un trabajo. Tendrá que dar  clases particulares a la abuela de Logan, así que ellos dos se verán con mucha más frecuencia de lo que a ella le gustaría, después del vergonzoso episodio de las esposas. A partir de ese momento, asistiremos a un tira y afloja constante entre los dos, que se mantendrá a lo largo de toda la historia, con los altibajos naturales que existen en cualquier relación. «El arte de ser nosotros parte de una premisa súper básica: chico malo y chica buena.  Pero he cogido ese cliché y le he dado completamente la vuelta», nos dije Inma

Lo que irá surgiendo entre los jóvenes dará pie a otras muchas situaciones complicadas que afectarán a la vida personal de los protagonistas. Y es que Logan arrastra lastre. Algo ocurrió en su pasado que lo ha encerrado en un caparazón y se ha convertido en una persona incapaz de amar y de entregarse. Mientras que Leah tendrá que enfrentarse a un espinoso episodio y se adentrará en una batalla entre lo que dicta su mente y lo que siente su corazón, al margen de que tendrá que crecer y dejar atrás miedos e inseguridades.

Como dije antes, El arte de ser nosotros no es solo una novela romántica, sino que en ella hay mucho más. Inma Rubiales aprovecha esta historia para introducir temas como la inseguridad, la soledad, los celos, el sentimiento de culpa, la salud mental, el bullying y el acoso en redes sociales. En la novela, ocurrirá algo que colocará a Leah, y a alguna otra joven más, en una situación delicada, de máxima exhibición, y que atentará contra la intimidad y la dignidad de la joven. Este es un tema que surgirá en el presente de la novela pero que también tuvo lugar en el pasado, afectando a otro personaje cuya sombra planea por toda la historia.

Otra cuestión que se toca en la novela son las relaciones tóxicas. Se habla mucho de las relaciones de pareja, en la que uno de los dos miembros ocupa un papel de superioridad y muestra una personalidad manipuladora que anula al otro miembro pero, ¿qué ocurre en las relaciones de amistad? ¿También existen relaciones tóxicas de amistad? Inma Rubiales analiza este tema a través de la relación que mantiene Leah con Linda. A lo largo de toda la historia veremos qué lugar ocupa una y otra. Por una parte, Linda será la que lleve las riendas de la relación, dictaminando, opinando y juzgando sobre lo que Leah hace o no hace, o cómo debe o no debe vestir. Por otro lado, Leah es la típica persona que deja que otros decidan por sí misma. Como ella cree que no tiene criterio, ni personalidad, piensa que es mejor para ella dejarse asesorar por su amiga. Lo que ocurre es que no es capaz de ver que Linda solo se mueve por su propio interés.

Personajes

Durante el acto, Inma Rubiales destacó que los personajes irán evolucionando. Al principio de la novela los veremos de un modo muy distinto a como los percibiremos al final de la historia. Por hablar un poco en detalle de cada uno de ellos, os diré: 

Leah

Me ha parecido un personaje real, teniendo en cuenta su edad y la madurez propia. Es una chica insegura que duda con bastante frecuencia, siempre aferrada a las historias que escribe cada vez que siente temblar el suelo bajo sus pies. Al respecto, Rubiales afirma que dicha inseguridad proviene de la relación que mantiene con su amiga Linda. A lo largo de su vida se ha mantenido a la sombra, dejando que otros ocuparan la primera línea, pero es una joven que tiene mucho que aportar, solo que prefiere no sacarlo a la luz porque piensa que los demás no la valoran. No existe para nadie, salvo para sus padres.


«Así es la dinámica entre las dos. Ella es la que llama la atención, sale con chicos y hace amigos allí donde va, y yo solo soy la amiga invisible que se cuelga de su brazo mientras intenta caerle bien a alguien. Es frustrante estar rodeada de gente, querer decir algo ingenioso y que tu cerebro se quede en blanco. Por eso no me gustan las fiestas». [pág. 48]


A pesar de que tiene muchos seguidores en la plataforma a la que sube sus historias románticas, cree que no tiene talento. «No soy segura, ni valiente ni directa ni ninguna de esas cosas». Tendrá que soportar que otros la traten con condescendencia, pero ella es la primera que se boicotea y se infravalora. «Leah nunca se ha sentido la protagonista de su historia», nos dice Inma. No tiene fe en sí misma aunque eso irá cambiando porque Leah se irá  irá ganando fuerza.

¿Y cómo ve Leah a Logan?

Al principio lo que ve tal que así:


«Sé que vas de tío duro por la vida. Que utilizas a las chicas como te apetece, que las ilusionas y después las abandonas como si nunca hubieran significado nada para ti». [pág. 20]

«Logan es la viva imagen de la confianza en uno mismo. Alto, fuerte, con los brazos y el cuello llenos de tatuajes y esa actitud de "todo lo que digan o piensen sobre mí me importa una mierda". Me fijo en sus hombros fornidos, en cómo la camiseta negra se ajusta a sus músculos. Todo en él grita desinterés. Actúa como si nadie en esta fiesta fuera digno de un mísero segundo de su tiempo». [pág. 52]


Pero su percepción irá cambiando, a medida que lo vaya conociendo más. 

Logan

Personaje con mucho mundo interior, un alma atormentada, que vive bajo una constante sensación de culpa. Lo que le ocurrió en el pasado le obligó a construirse una coraza y no deja que nadie la atraviese. Kenny y Sasha serán los únicos a los que deje acercarse, los únicos que lo conocen mejor que los demás. Incluso así, a veces ni siquiera sus amigos consiguen entender por qué se comporta cómo lo hace. 

Logan ha sufrido mucho por eso evita todo aquello que le pueda hacer daño en el futuro. Vive como si pareciera que no le importara nada, como si los rumores que corren sobre él no le afectaran, pero no es así. Como se suele decir, la procesión va por dentro, solo que él no deja que los demás vean sus puntos flacos. 

¿Y cómo ve Logan a Leah?

En ese encuentro inicial la verá así: 


«Tiene la piel pálida y pecosa, las pestañas gruesas y los labios carnosos. El flequillo rojizo le cae sobre la frente». [pág. 13]


Aunque luche con todas sus fuerzas, Leah se convertirá en alguien importante para él. 

Linda

Manipuladora, egoísta, celosa  y egocéntrica, tiene complejo de abeja reina. Es decir, ella es el centro del universo, y todo debe girar alrededor suya.  Es la típica persona que sabe captar a un ser más débil que ella para manejarlo como un títere. Y esa víctima es Leah. Linda la anula por completo, la reprime, la juzga y la subyuga. Lo peor del caso es que Leah tardará en reaccionar. 

Mandy

Para mí es el personaje más entrañable de toda la novela. Es una mujer divertida y sagaz, que cala perfectamente a todo aquella persona que se coloca por delante. «Mandy es la representación de las lectoras del libro». Nos contó Inma que el personaje está inspirado en una persona real. «Se llama Mari Tere. Es una amiga de mi abuela que se ha leído todos mis libros y que empezó a leerme hace muchos años». Hay una anécdota muy divertida que Inma narra en la novela y que ocurrió realmente. 

Kenny y Sasha

Los mejores amigos de Logan y también se convertirán en los mejores amigos de Leah. Ambos representan lo que debe ser realmente una amistad, personas que son sinceras, que te apoyan en los momentos duros pero que también te dan un tirón de orejas cuando te estás equivocando. Es lo que son para Logan y para Leah. Esta última encontraré en Sasha un apoyo importante en los momentos más complicados en su relación con Linda, pero también en su relación con Leah. «Sasha es la contraposición de Linda. Es un ejemplo de sororidad, de una amiga que te anima a Leah a vestir porque le dé la gana. Creo que es uno de los personajes que más gustan, fuera de los protagonistas».

Al margen de eso, forman una pareja que vive su amor a su manera, sin dejarse influir por nada ni por nadie. 

El proceso de escritura y la novela erótica

Aunque Inma asegura que no es Leah, tanto la autora como el personaje comparten ciertas cualidades y es ella misma la que nos confirmó que ha usado a Leah para quejarse. «Hay una parte en la novela, donde otro personaje le empieza a soltar un rollo a Leah sobre la novela romántica, diciendo que es un género de segunda, y que si ella quiere ser escritora de verdad, tendrá que escribir otra cosa». Dice Inma que este tipo de conversaciones las ha mantenido con amigos y con periodistas. Es un prejuicio que buena parte de la comunidad lectora mantiene, aunque Inma asegura que la gente joven no piensa así, sino que este prejuicio es achacable a otro tipo de lector. «Hay gente que habla con mucha superioridad. Gente que piensa que si vendemos mucho, no es porque escribamos bien, sino porque escribimos fácil. Se desprecia mucho la literatura romántica, juvenil. Y la literatura de Wattpad es peor todavía». 

En cualquier caso, la autora confirma que sus novelas son leídas principalmente por mujeres, aunque también tiene algún lector masculino. «Hay muchos chicos que no se atreven a leer novela romántica porque creen que es literatura para mujeres pero la realidad es que mis libros pueden gustar a todo el mundo, a chicas, a chicos, a personas mayores, o a personas jóvenes». Contó la anécdota de un chico «muy petado» que se le acercó en una firma y le dijo que el libro le había gustado mucho, y estaba muy contento.  

Pero a Leah le da vergüenza que la gente sepa que escribe novela erótica:


«Mis padres también están al tanto de que me gusta escribir, pero no tienen ni idea de que me gustaría dedicarme a eso de forma profesional. Tampoco saben lo grande que es la comunidad de lectores que tengo en internet, ni qué es lo que... escribo en sí. Romance con toques de erotismo. Con bastante erotismo.

Con mucho erotismo.

Por eso lo mantengo en secreto. Si algún conocido se enterase de esto, no podría volver a mirarlo a la cara». [pág. 26]


Y sin embargo, en El arte de ser nosotros, el erotismo está bastante contenido. 

Escenario

Toda la acción ocurre en Portland, aunque podría ocurrir en cualquier parte del mundo. «Elijo Portland porque tenía ganas de escribir algo ambientado en Estados Unidos  porque ya tenía una visión de la novela que estoy escribiendo ahora y están interconectadas». Lo cual nos deja ver que en la siguiente novela volveremos a encontrarnos con los personajes de esta última«aunque será de manera muy secundaria», aseguró.

Estructura y estilo

Con un prólogo introductorio, la novela se articula en un total de treinta y tres capítulos, con epílogo y algún capítulo extra. Está escrita en primera persona, ya sea a través de la voz de Leah o la de Logan, que se irá alternando capítulo a capítulo.

El arte de ser nosotros posee un estilo muy fresco y coloquial, propio de nuestros tiempos en los que la música y las nuevas tecnologías forman parte del día a día de los personajes. 

Consejos

Llegando al final de la presentación, le pregunté a Inma Rubiales qué consejos daría a todos esos jóvenes que sueñan con escribir y publicar. El primer consejo que les dio fue que jamás tiraran la toalla porque, a escribir, se aprende escribiendo, y no  hay que desanimarse. 

Por otro lado habló de Wattpad, plataforma que catalogó de importante altavoz pero que también puede ser muy peligroso con respecto a las expectativas«Me da miedo que alguien crea que va a publicar un primer capítulo y a la semana siguiente va a tener tres millones de lecturas y un borrador de Planeta en su correo».  Aseguró que los resultados que hoy está obteniendo son fruto de años y años de trabajo, cuando no era visible.


Apasionada por la escritura, asegura que está viviendo un sueño y quiere aprovecharlo al máximo. Y mientras nos llega su próxima novela, tenemos en librerías El arte de ser nosotros, una novela romántica con algo más, algún personaje entrañable, algo previsible, aunque su final puede sorprenderte, y con la que he pasado unos agradables días de lectura.

Cerramos el acto con algunas preguntas de las lectoras y la firma de ejemplares.

Sinopsis: La vida no es justa, y eso Logan lo sabe muy bien. Después de una dolorosa pérdida, su corazón se ha vuelto hermético, frío e inquebrantable. Por eso no le importa que todos crean que es el malo de la historia.

Leah nunca se ha sentido la protagonista de la suya. Vive con la cabeza enterrada en los libros, intentando pasar desapercibida, y se refugia en la gran comunidad de lectores que tiene en internet.

Leah no es el tipo de chica que Logan está buscando.

Y Logan es la clase de chico que Leah trata de evitar.

Quizá por eso lo que hay entre ellos funciona tan bien.

La historia que ha tocado el corazón de miles de lectores en Wattpad en una edición especial con capítulos inéditos.



martes, 28 de marzo de 2023

CÉSAR SEBASTIÁN: ❝Ronson es un objeto que se parece un poco al rosebud de Ciudadano Kane❞

No conocía a César Sebastián pero para a mí, que tanto me gusta el género ilustrado, es un placer descubrir a un nuevo ilustrador. Y más aún si me aproxima a una obra como Ronson, en la que cualquiera con cierta edad puede verse reflejado. 

Ronson es una obra gráfica que publica Autsaider Cómic, editorial al que le vengo siguiendo la pista desde hace tiempo por su particular línea de edición, y el esmero con el que tratan todo lo que sacan a mercado. Son ediciones llenas de detalles que convierten el libro publicado en una joya. Es lo que ocurre con Ronson, la primera obra larga de Sebastián. Hablo telefónicamente con el autor. 

Marisa G.- César, un placer saludarte desde Sevilla. No sé exactamente dónde estás tú.

César S.- En Valencia. De hecho, en plenas fallas.

M.G.- Es cierto, es cierto.

C.S.- Si oyes algún petardo, no te preocupes.

M.G.- De momento, no se escucha nada

Bueno, vamos a hablar de Ronson, tu última publicación. Es la primera vez que te leo. Soy muy aficionada al cómic, a la novela gráfica, a todo lo ilustrado. Y abro tu libro, César, y a mí que me gusta leerlo de cabo a rabo, la biografía del autor, la sinopsis, los agradecimientos, y en tu libro, no hay nada de eso. ¡Nada! Así que, como no sé quién eres, me gustaría que nos contaras quién es César Sebastián.

C.S.- Sí, la verdad es que el libro es un tanto intrigante, porque ni siquiera tiene un texto en la contraportada. Es solo el contenido magro.

Yo nací aquí en Valencia, aunque me crié en un pequeño pueblo de la provincia de Cuenca, que se llama Landete. Y mi familia paterna proviene también de un pueblo pequeño que es en el que inspira, de hecho, la historia de Ronson. Se llama Sinarcas, pertenece a Valencia, pero está en el interior. Estudié Bellas Artes. Siempre me he dedicado a dibujar. Mi gran pasión es el cómic, aunque me dedico más profesionalmente también a la ilustración y a la docencia. He publicado sobre todo historias cortas, en antologías, entrevistas, cosas por el estilo. Pero Ronson es mi primera novela gráfica, mi primer trabajo largo. He tardado mucho en hacerlo. 

M.G.- ¿Y por qué no incluir nada? No sé si eso es decisión tuya, o si es cosa de la editorial. Me parece muy curioso que no haya nada.

C.S.- En realidad, estuvimos tanteando la idea de poner un texto en la contracubierta. Pero claro, no sabía muy bien si yo iba a ser capaz de hacer justicia o de sintetizar el contenido de Ronson. No es una novela gráfica, tradicional, en el sentido de que no narra una única historia, una trama, ni nada por el estilo. Al final, optamos por que fuese más bien un objeto así muy sugerente e intrigante, que el lector tuviese que adentrarse en sus páginas para saber exactamente de qué iba. Por eso, igual mucha gente ha pensado que el libro lo había hecho alguien más mayor que yo. Tengo treinta y cuatro años, pero en el libro se narran los recuerdos, las vivencias de alguien mayor. 

M.G.- Yo lo pensé. El narrador es una voz con bastantes más años que tú. Lo primero que hice fue buscar en Internet quién era César Sebastián y me encontré a una persona joven. Y a los futuros lectores, ¿qué les dirías sobre lo que van a encontrar en este libro?

C.S.- Bueno, Ronson es una novela gráfica, como comentabas antes, pero bebe también de la tradición oral y casi del folclore. Si tuviera que describir de qué va, diría que Ronson trata sobre un hombre ya maduro, que echa la vista atrás sobre su infancia, una infancia que transcurrió en un pueblo pequeño, como otros tantos pueblos pequeños de España. Este protagonista reflexiona sobre la memoria, cómo la memoria nos permite formar una propia idea de nuestra vida, de nuestra identidad y, sobre todo, también reflexiona sobre cómo era, de forma muy específica, su infancia, las características de esa España rural, desde la década de los 60, y las cosas que él echa de menos porque le resultaban entrañables. Y también se habla de cosas que son bastante terribles, vistas desde nuestra vida actual. 




M.G.- De eso hablaremos después. Creo que estas historias están inspiradas en cosas que te contó tu padre.

C.S.- Efectivamente, sí. El punto de inspiración son los recuerdos de mi padre. Mi padre no es una persona leída ni tiene inquietudes culturales como las mías, de cómics y tal, pero tiene muy buena memoria y es muy locuaz. Le gusta hablar de sus recuerdos. Me di cuenta que mi padre tenía una memoria bastante extraordinaria. Los amigos con los que compartió su infancia no recuerdan las cosas con tanto detalle como mi padre.

En algún punto, decidí hacer seriamente una novela gráfica, recopilando todas estas historias. Muchas de las cosas que mi padre me contaba me producían asombro, y otras eran muy bonitas, muy entrañables. Algunas de ellas eran cercanas a mi propia infancia. Me generaban como sentimientos un poco ambivalentes. Empecé a grabarle. A veces, sin que él lo supiera. Lo grababa con el móvil, le iba preguntando cosas, y luego hacía la transcripción. 

El resultado es una obra de ficción. Tiene mucho de fabulación pero digamos que el germen o la base está en los recuerdos de mi padre.

M.G.- Tiene un tono un tanto nostálgico, ¿no? Vas leyendo la historia, te vas adentrando en los recuerdos. Tiene ese tono de ese tiempo pasado, de esa vida de cuando uno era un niño, inocente, y la vida era de otra manera.

C.S.- Quizá tenga un poco de nostalgia, pero no tanto por la época sino porque, si uno ha tenido una infancia feliz, pues echa un poco en falta esa despreocupación, esa inocencia que uno tiene cuando es niño. Pero no es un relato que se recree en la nostalgia. Yo intenté tomar una cierta distancia, como narrador, con respecto a lo contado, e intenté que la parte gráfica mostrase la realidad como es, sin posicionarme, sin intentar guiar demasiado al lector. Y luego hay algunos sucesos que narra el protagonista, y que son también desagradables. No es como si todo fuese una arcadia.

M.G.- Has hablado de la memoria. Se hace hincapié en los recuerdos y en ese juego curioso de la mente. A veces recordamos las cosas no como fueron sino como nos interesa.

C.S.- Sí. Cuando me lancé a hacer el cómic, me centré en los hechos concretos que mi padre me narraba pero, cuando empecé a transcribir todas esas conversaciones, me paré a pensar, casi de forma automática, en la memoria en sí misma, casi como un axioma, como un fenómeno que ocurre a veces sin que sepamos muy bien por qué y que teje una telaraña casi enigmática, ¿no? No sabemos muy bien de dónde salen todos esos recuerdos y si son realmente verdad. A veces nos damos cuenta de que no son del todo verdad, cuando contrastamos un suceso vivido con otra persona cercana. Empecé a reflexionar sobre eso, sobre la propia memoria en sí, porque es la generadora de identidad, pero al mismo tiempo no es un mecanismo muy fiable. Estamos continuamente reescribiendo nuestros recuerdos conforme los vamos re-visitando a lo largo de nuestras vidas. Me parecía que era como un tema de temas porque la memoria es un tema que agrupa a todos los demás.

M.G.- Hay una cosa muy curiosa que creo que nos pasa a todos, por lo menos a mí me pasa y al protagonista también, y es cuando revisita los lugares de su infancia siendo adulto y descubre que antes todo le parecía mucho más grande.

C.S.- Sí, sí, eso nos ha pasado a todos. La mirada infantil es muy ingenua y a veces uno querría recuperarla. Cuando eres niño todo te resulta nuevo y todo te resulta maravilloso. Con el paso del tiempo uno se acostumbra a ver las cosas y, al tenerlas más vistas, como que ya no te sorprenden tanto. 

Y también ocurre por ejemplo con ciertas películas de dibujos animados, que uno ve cuando es niño, y luego las vuelves a ver de adulto y las recuerdas mucho más largas, más épicas, llenas de eventos maravillosos. De adulto la analizas, y te das cuenta de que no era para tanto. La mente de un niño lo hace crecer todo como si fuese una levadura mágica. 

M.G.- Y ocurre también con las lecturas. Cuando uno, por ejemplo, lee una novela en época estudiantil, en el instituto, y después la vuelves a leer, cuando tienes veinte años más, resulta que es una lectura totalmente distinta a la que hiciste.

C.S.- Así es. Pensamos que somos una única persona pero, en realidad, somos muchas encarnaciones distintas a lo mejor de nuestra vida. Vamos cambiando muchísimo.

M.G.- En Ronson haces un retrato, inspirándote en los recuerdos de tu padre, de la vida en los pueblos. Retratas cómo era esa vida, en la que todos los vecinos eran el tío tal, la tía cuál, donde había muchos apodos. Es decir, tú haces un retrato de cómo era la vida en los pueblos, con costumbres que aún hoy se siguen manteniendo.

C.S.- Sí, sí, totalmente. De hecho, mi padre, cada vez que se refiere a alguien del pueblo, usa el apodo. Los nombres son algo más genérico, algo que se puede repetir, pero el apodo es una cosa totalmente única.

En Ronson hay un episodio, con una pequeña disertación sobre los apodos. Me parece una cosa maravillosa.

M.G.- Son muy ingeniosos.

C.S.- Y, a veces, crueles. Es un fenómeno que me interesa mucho.

M.G.- Bueno, y de crueldad también hay algunas escenas en el libro. A ver, crueldad vista desde nuestra perspectiva. En esta historia vamos a ver a algunos niños cometiendo auténticas barbaridades con animales. Hoy, yo veo esto con mis ojos de adulta, pero de niña también he hecho este tipo de trastadas. Todos hemos hecho cosas así.

C.S.- Es algo que todo el mundo me está diciendo estos días.

Estos comentarios es el testimonio de que hemos progresado moralmente, de que tenemos una mayor empatía hacia los animales. Hay una mayor empatía, en general.

No puedes culpar a un niño de hacer esas cosas y, mucho menos, a un niño de la época porque todo esto era una parte de la normalidad, de la vida cotidiana de entonces.

Hoy día tenemos otro tipo de crueldad que antes no existía.

M.G.- Aunque hayamos hecho estas barbaridades, porque ya te digo que yo también las he hecho, después nos hemos convertido en adultos, o generalmente nos convertimos en adultos, que no hacemos estas cosas y que incluso amamos mucho a los animales.

C.S.- Claro, yo el primero. He cambiado muchísimo también en ese aspecto. Pero me parecía interesante. Si uno quiere retratar esa época y, sobre todo, la infancia, tiene que contar estas cosas. Al contrario, estaría falseando la realidad. Quería contar las cosas de manera fidedigna y no ocultar las caras incómodas. Hoy en día, se trata al lector de forma un poco paternalista, como si tuviésemos que cuidar a la gente de no ver cosas desagradables. Las cosas desagradables son las cosas desagradables que existen en nuestro día a día, y la ficción tiene que retratarlas también. 

M.G.- O lo escatológico, que también nos llamaba mucho la atención cuando éramos pequeños.

C.S.- Sí, hay algo de escatología en el libro. No hay mucha gente que lo haya destacado pero a mí todas esas cosas me hacían mucha gracia. Pretendía que el cómic tuviera también mucho humor. Esas cosas me divierten mucho dibujarlas.

M.G.- César, la narración es muy sensorial. Se va aportando mucha información a través de todo lo que se recibe por los sentidos. Por ejemplo, se habla mucho del sabor de los dulces, o de los chicles bazokas. Hay muchas referencias a los olores del tabaco, de la gasolina, de la abuela. 

C.S.- Sí, es que muchos de los recuerdos que mi padre me narraba tenían que ver con eso. Por ejemplo, hoy estamos muy acostumbrados al olor de la gasolina y a mucha gente le desagrada. Pero mi padre me decía que, en aquella época,  que apenas había vehículos, era un olor muy extraño y fascinante. Era un olor extraordinario. Y pasa con muchas de estas cosas.

Hoy en día, nuestros sentidos están saturados de imágenes, de olores, de sonidos y de todo tipo de cosas. Pero claro, en aquella época, probar un dulce no tan fácil. Cuando uno probaba un dulce era porque eran fiestas. Me interesaba plasmar todo eso en el cómic. Puedes describir el sabor con gran fidelidad e incluso ilustrar cómo eran esos productos.

M.G.- Estamos hablando de Ronson, que es el título del volumen. Descubrimos qué es Ronson a medida que vamos leyendo. 

C.S.- Sí, sí, sí. Mucha gente me pregunta qué es Ronson pero, claro, hay que leerlo porque si lo explico se estropea una parte muy bonita del libro. Tiene que ver con un objeto que, en cierto modo, encapsula la infancia del personaje. Mucha gente me pregunta si es como el rosebud de Ciudadano Kane y, bueno, sí, es un poco así. Ronson es un objeto que se parece un poco al rosebud de Ciudadano Kane.

M.G.- Las ilustraciones, en algunos casos, funcionan como metáfora. Por ejemplo, cuando tienes que hablar del paso del tiempo o de la devastación que produce el paso del tiempo en las personas o en los objetos, pues por ejemplo dibujas las distintas etapas de un árbol. Ese árbol que está naciendo, que se hace mayor hasta que se convierte en un tronco, sin nada más. O sea, usas la ilustración en plan metafórico.

C.S.- Sí, sí. En cómic, el lenguaje visual es súper rico. A veces, parece que, por un automatismo, nos limitamos a narrar las cosas de manera como muy directa y literal. Pero creo que el cómic permite metáforas visuales, utilizar un lenguaje más cercano a lo poético, hacer figuras visuales que escapen de los mecanismos más obvios.

Ese primer capítulo del libro quería que fuese como una especie de paseo, casi como un paseo psico-geográfico, por los lugares del pueblo en el que el personaje compara o retrocede a su propio pasado. Era algo que me interesaba mucho. 

Además, aunque lo descubrí posteriormente, eso me recordaba al trabajo de un fotógrafo que me gusta muchísimo, el de William Christenberry. Fue un pionero de la fotografía a color en Estados Unidos. Él provenía del sur de los Estados Unidos y su familia luego emigró. Cuando regresó a su ciudad natal, décadas después, se dedicó a fotografiar casas abandonadas, como para dar testimonio de esa vida campesina que hubo en otros tiempos. Fotografiaba la maleza tomando posesión de las casas abandonadas. Esa es una estética que, por alguna razón, me atrae mucho.





M.G.- Pues tenemos que hablar de los colores. Es muy llamativo que solo predomine un color, que no sabría muy bien cómo definirlo. No sé si es ¿ocre?

C.S.- Es un color pantone pero no recuerdo ahora el número. Y sí, se podría decir que es ocre. Esa era la idea, que fuera un tono verdoso. Quería que fuese un color que evocase la época y el paisaje. Cuando me subo a la azotea de mi casa en el pueblo, depende de la estación del año, ves los campos más o menos verdes. Este color aúna esa gama cromática de los alrededores del pueblo.

M.G.- A pesar de que me gustan mucho los libros ilustrados, desconozco la terminología que usáis. ¿Cómo caracterizarías tu forma de dibujar, tus ilustraciones?

C.S.- Bueno, diría que mi estilo de dibujo, especialmente en el caso de Ronson, es de línea clara. Intento que la línea quede muy desnuda, sin emplear claroscuros. Es un estilo naturalista porque intento reflejar la realidad de una manera muy próxima a como es, sin deformarla mucho gráficamente. Creí que era el estilo idóneo para esta historia, porque, en primer lugar, quería reflejar las cosas con el mayor rigor posible. Este lenguaje gráfico es, en cierto modo, muy riguroso y casi aséptico, por momentos. Al mismo tiempo, es un estilo muy claro, de manera que invita al lector y lo seduce con facilidad. A los lectores que no estén acostumbrados a leer cómics, no creo que le haya resultado un lenguaje muy críptico. Creo que permite a cualquier persona a leerlo con mucha facilidad. 

M.G.- Estéticamente, llama la atención este color que hemos comentado, pero también el troquelado de las páginas. Es la primera vez que me encuentro un libro con las páginas troqueladas así.

C.S.- Yo también. Fue una idea de mi editor, de Ata Lassalle. Cualquiera que conozca un poco el catálogo de Autsaider Cómics, quedará deslumbrado. Todos sus libros tienen alguna característica, algún pequeño detalle de producción que lo hace único y que además refuerza un poco el propio contenido del libro.

Con Ronson, creo que Ata pensó un poco lo mismo, que el diseño del libro, las cubiertas y el tema del troquelado reforzara el contenido y lo convirtiese en un objeto, en una pieza única. 

Con lo del troquelado, se intentó imitar o emular el troquelado propio de las fotografías antiguas. Me decía Ata que es un detalle modesto pero que, al mismo tiempo, lo hace bonito, como esas fotografías antiguas y únicas.

M.G.- Hay ilustraciones de fotografías que me han sobrecogido. Por ejemplo, hay una en la que aparece el protagonista de niño, montado sobre un burro con su abuelo. Yo tengo una foto exactamente igual. 

C.S.- Muchas de esas imágenes las reinterpretaba un poco, o cambiaba algún detalles pero eran fotos que cogía de mi propio álbum familiar. Tenía ahí mucho material gráfico. Reconstruir esa época y ese lugar requería de documentación fotográfica. No te puedes inventar las cosas. Aquí necesitaba referencias reales. Me inspiré en muchas fotografías que dieron pie a estas ilustraciones.

M.G.- César, hablando de Autsaider, me maravilla que una editorial, tal y como está el sector hoy, se pueda mantener dedicándose a un único género. Y luego, estáis los autores. Ayer hablaba con una escritora de romántica que decía que mucha gente consideraba ese género como algo menor. Llevando esta reflexión al mundo del cómic, ¿cómo lo ves tú? ¿Está el género en auge? 

C.S.- Bueno, creo que, a día de hoy, se publica muchísimo. Hay una cantidad enorme de títulos que se publican y por eso, también no se le da la oportunidad a los libros para que tengan una vida más larga. Todo esto forma parte de la propia maquinaria editorial. No es el caso de Autsaider. Al margen de que tienen una producción increíble y mantengo un contacto muy cercano con el equipo, una de las cosas por las que me gusta trabajar con ellos es porque siguen la filosofía de producir pocos libros, pero muy cuidados, dedicándoles la atención que necesitan.

En España, hay muchísimo nivel en cómic y tienen una calidad increíble. También hay una gran diversidad de voces. Antes, el mercado del cómic se limitaba a unos géneros muy específicos, destinados más a un público infantil. Hoy día, hay cómics de todo tipo, una variedad que lo abarca todo. Cualquier persona puede encontrar un cómic que le interese. 

Por otro lado, creo que el cómic ya se mira de forma distinta. La gente no piensa tanto en un medio de expresión menor, en comparación con la literatura. Todavía hay un poco de condescendencia, sobre todo, de desconocimiento por parte de mucha gente, que solo ha leído lo que leyó de niño y no ha leído nada nuevo. Pero bueno, creo que, poco a poco, iremos ganando terreno, aunque aún queda mucho por hacer.

M.G.- Yo defiendo mucho género, porque me parece muy paradójico que todos hayamos empezado a leer con los cómics y ahora, de adulto, no se lean. Pero bueno. 

César, si no me equivoco, hoy es el día del cómic [la entrevista tuvo lugar el viernes 17 de marzo], ¿verdad?

C.S.- Hoy es el día del cómic, exactamente. 

M.G.- Hablando precisamente del género, tiene su propio día.

C.S.- Sí, es el primer año que se celebra y la verdad es que es una iniciativa que está muy bien, para poner el género sobre la palestra. Aquí hay grandes creadores, hay industria. Creo que todo suma.

M.G.- Y tú, ya para terminar, ¿qué otros ilustradores me recomendarías?

C.S.- Guau, pues aquí hay muchísimos. En España, una barbaridad. He leído obras de autores que me gustan mucho, algunos compañeros, como por ejemplo, Pep Domingo (Nadar). Ha publicado hace poco un cómic fabuloso que se llama Transitorios, es una obra que recopila pequeñas historias cortas. A mí me parece una maravilla. También está mi colega Adrián Bago, que es un autor que publica igualmente en Autsaider, un historietista fabuloso. Él publica mucho en torno a la auto-ficción, con muchísimo sentido del humor y con una visión así muy aguda a nivel político. Y otro colega, no tan conocido como debería, es Jaume Pallardó, que publicó una obra que se llama La muerte rosa. Es una otra de ciencia-ficción.

También te podría recomendar El arte de volar de Altarriba o Paracuellos de Carlos Jiménez, que es otro grandísimo clásico, uno de los grandes cómics que se han hecho aquí. No sé, te podría recomendar un montón.

M.G.- Pues de todos los que me has dicho, el único que me suena es Paracuellos, así que tomo nota de todos los demás para ir echándole un ojo.

César, no te robo más tiempo. Vamos a dejarlo aquí, si te parece.

C.S.-Estupendo, encantado de hablar contigo.

M.G.- Pues nada, un placer. 

C.S.- Muchas gracias. Adiós. 

Sinopsis: Ronson es una barbaridad de libro. La historia se remonta varias décadas atrás, y a ojos de nuestras constreñidas mentes actuales, lo de barbaridad, puede superar lo estético y formal para llegar a lo moral. Un tebeo de infancia con carretadas de realidad verosímil. Realidad de pueblo, que puntúa doble que la urbana. Además, de pueblo de hace sesenta años, que es como hablar de otra galaxia en términos de usos y costumbres, digamos, más recias. Tiene ese rollo neo realista con aire documental, con esos ritmos, esas composiciones y esos caretos. Sin necesidad de moralejas, finales felices o cualquier otra esclavitud argumental. Un tebeo entre sensible y descarnado que nos recuerda de dónde venimos. De la misa obligatoria, la pedrada al perro y las hostias a los niños sin preguntar. Pero también de la silla a la fresca, de jugar en la calle y las aventuras asalvajadas.

¿Pero esto es tebeo Autsaider? ¡Vaya si lo es! Excelencia formal, pensamientos divergentes y estendalazo potencial para almas sensibles.

Un clásico instantáneo, como dice Eduardo Bravo. Un libro de esos que puedes leer y releer, que no pierden impacto y que circula por una vía paralela a las tendencias o a las modas. Recursos propios innovadores, que de puro novedosos son absolutamente ajenos a lo que se estila. El dibujo merece capítulo aparte, una maestría entre la línea clara y lo académico que, con un increíble dominio de la anatomía en las diferentes edades del hombre, hace llorar a John Byrne, incluso al propio John Buscema cada vez que se acuerda de sus dibujos de los hermanitos Maximoff.

RONSON es la primera novela gráfica de César Sebastián.

 

 

viernes, 24 de marzo de 2023

TODO LO QUE APRENDIMOS DE LAS PELÍCULAS de Mª José Navia

Editorial: Páginas de Espuma
Fecha publicación: 2023
Precio: 17,00 €
Género: cuentos
Nº Páginas: 160
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
ISBN: 978-84-8393-327-5


Autora

María José Navia es magíster en Humanidades y Pensamiento Social por la universidad de Nueva York y doctora en Literatura y Estudios Culturales por la universidad de Georgetown. Actualmente se desempeña como profesora en la Facultad de Letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Es autora de las novelas SANT (2010) y Kintsugi (2018; 2020) y de las colecciones de cuentos Instrucciones para ser feliz (2015) Lugar (2017; Finalista del Premio Municipal de Literatura) y Una música futura (2020; ganadora del concurso Mejores Obras Literarias que entrega el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile y finalista del Premio Municipal de Literatura). También ha publicado una novela infantil: El mapa secreto de las cosas (2020; Premio Medalla Colibrí IBBY Chile 2021 a la Mejor Ficción Infantil).

Algunos de sus relatos han sido traducidos al inglés, al francés y al ruso y han formado parte de antologías en Chile, España, México, Bolivia, Rusia y Estados Unidos. En 2022 fue seleccionada como una de las cinco finalistas del Premio Internacional Ribera del Duero por su libro de cuentos inédito Todo lo que aprendimos de las películas.

Sinopsis

«Padres y madres y parejas y amigas y ecografías, habitaciones peligrosas, visiones alteradas y la inminente posibilidad del fin de todas las cosas son proyectadas en la pantalla de Todo lo que aprendimos de las películas por la linterna mágica de María José Navia. Diez tramas que acaban conformando un mismo largometraje mental y que se leen/ven no como cuentos de hadas pero sí como cuentos de embrujadas a la espera de la llegada de ese gran tornado que las lleve muy lejos o que las devuelva a ese sitio que jamás quisieron abandonar. En el más technicolor black & white, Navia enseña todo lo mucho y muy bueno que sus lectores tienen para aprender de ella leyéndola –desde los créditos de apertura hasta el The End, por favor, shhh, sin hacer ruido– en el más elocuente y conmovido y agradecido de los silencios por toda su luminosa oscuridad», Rodrigo Fresán.

[Información tomada directamente del ejemplar]


El pasado mes de febrero tuve la oportunidad de conocer a María José Navia. Profesora en la Facultad de Letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile, país en el que nació, Navia es autora de novelas, tanto para adultos como para niños, aunque lo que más ha cultivado son los cuentos. Y precisamente, un volumen de relatos es lo que nos lleva a esta reseña. Porque María José Navia quedó recientemente como finalista del Premio Ribera del Duero con el título Todo lo que aprendimos de las películas, publicado por la editorial Páginas de Espuma. Con motivo de dicha publicación, la autora cruzó el charco para hacer promoción en España. Una de sus paradas fue Sevilla, ciudad que visitaba por primera vez, y aquí nos encontramos para hablar de este libro (puedes leer la entrevista aquí).

Un total de diez cuentos componen este volumen que, atención a la advertencia, es preferible leer en orden. Los lectores de antologías de cuentos, relatos, o de poemarios solemos ser bastante anárquicos y emprendemos la lectura de estos libros de manera desordenada. Eso es lo que hice con Todo lo que aprendimos de las películas y cometí un error. Por una entrevista, supe que la autora recomienda leer estos cuentos en orden porque ella los concibió así dispuestos, con la intención de provocar ciertos efectos en el lector. Pero cuando tuve conocimiento de tal sugerencia, ya era tarde para mí, porque había leído prácticamente el volumen completo como Dios me dio a entender. Ahora siento que no he extraído todo el jugo a esta lectura.

En cualquier caso, lo que sí he hecho es abordar mis notas acorde a la recomendación de Navia. Es decir, empezando a revisar mis apuntes con Mal de ojo, que es el cuento que abre el volumen (yo lo leí en penúltimo lugar) y, a partir de ahí, en adelante. Os cuento un poquito sobre algunos de ellos.

* Mal de ojo. Daniela acude con cierta regularidad a la consulta del oftalmólogo pues su diabetes genética le está afectando a la visión. Allí suele coincidir con un padre y un hijo, con los que entabla cierta amistad. El cuento explora lo que supone para Daniela esos encuentros, qué espera de ellos: ¿amistad? ¿Algo más? Averígualo con su lectura.

* Dependencias. Una pareja busca una casa en la que formar una familia y tener un hijo. Después de mucho buscar, consiguen encontrar el lugar perfecto, el idóneo, ese espacio en el que poder cumplir un sueño.

«Habíamos esperado mucho para tenerla. A ella, a la casa. Meses rondándola, revisando posibilidades de pago, pensando que, en cualquier momento, alguien iba a comprarla antes que nosotros. Era perfecta. Un lugar lleno de luz, con un patio muy verde (tantos árboles, había dicho una de las sobrinas), en un barrio lindo y tranquilo». [pág. 53]

Pero el hijo no termina de llegar. Al principio no pierden la ilusión pero el tiempo pasa, y esa casa que tanto habían buscado ya no será tan luminosa ni tan perfecta para los propósitos de la pareja. ¿Qué ocurre cuando los sueños se frustran?

* Fan. Constance Bergman es una afamada escritora que acaba de fallecer. La hija recibe en el domicilio, a un admirador de la madre, con el que conversa. Pero se producen dos diálogos a la vez. Por un lado, el que la hija mantiene con el admirador. Por otro, el que ella mantiene consigo misma, mientras escucha los halagos del fan hacia su madre. El cuento nos permitirá también conocer a Constance desde dos ángulos, desde el de escritora y desde el de madre. Los pensamientos de la hija nos irán descubriendo qué relación mantenían. 

* Gretel. Ese es el nombre de este cuento pero también el nombre que recibe la IA del mismo. El relato narra la historia de dos niñas que viven en una casa (atención a esta casa) y están únicamente bajo el cuidado de una suerte de Alexia, que decide en todo momento lo que las niñas tienen que hacer (despertar, comer, jugar, dormir). ¿Por qué están las niñas solas en esa casa? Esto no te lo desvelo pero te va recordar a cierta etapa de tu vida reciente, créeme.  

«Gretel tiene ojos en todos lados. Controla la temperatura de la casa, el volumen de la música. Deja que los teléfonos pasen a buzón de voz si la llamada llega muy tarde. Le avisa a mamá si falta comida en el refrigerador o productos de limpieza. Cada cierto tiempo nos pregunta cómo estamos. Nos apaga la tele si llevamos mucho rato, monitorea nuestras tareas y horas de clase». [pág. 121-122]

El cine tendrá gran importancia en este cuento.


Estas son pequeñas pinceladas que te pueden dar una idea de lo que encontrar en este volumen de cuentos. Entre los temas que aborda María José Navia, destaca principalmente todo lo relacionado con las relaciones personales, -la relación entre padres e hijos, la relación de pareja, la relación con los espacios-, la maternidad, el culto al cuerpo, ... Pero Navia ha puesto especial interés en los límites, en las fronteras, en lo que no es pero puede que esté a punto de ser, en el «casi» que lo llama ella. Me decía en la entrevista: «Me interesan mucho las relaciones del casi padre, la casi madre, los casi amigos o la casi pareja. Todos estos vínculos que pueden ser efímeros, transitorios, son también importantes». Por eso vamos a ver a madres que quieren serlo y no lo son, a mujeres que casi son madres pero no han parido a la niña que cuidan, y a personas que casi son amigas, 

Obviamente, y con un título como el del volumen, las referencias cinematográficas no pueden faltar. Desde Kill Bill a Big Eyes, pasando por El Mago de Oz, que será casi un mantra en estos relatos. 

Debo admitir que algún cuento me ha parecido especialmente triste. Daniela, la narradora de Mal de ojo me resulta una mujer solitaria, temerosa de quedarse ciega, que busca aferrarse a algo para cubrir vacíos. Otros, en cambio, tienen una atmósfera algo tétrica, cuya lectura me ha producido cierta incomodidad, como ocurre con Sirenas o Sacar la lengua.

Pero lo más notable de este volumen de cuentos es lo común que hay entre unos y otros. De ahí la importancia de leerlos en orden. El lector se irá dando cuenta que aquella casa que parecía maldita en Dependencias será la misma casa que habiten otros personajes en otros relatos, pero los espacios varían en función de aquellos que los ocupen. Y luego, será curioso advertir cómo algunos personajes aparecerán en más de un cuento, como protagonistas, como secundarios, o in absentia. Un nombre sobrevolará buena parte de estas piezas breves, el de Constance Bergman (¿lo de Constance será por algo?) y entre líneas también veremos a la hija de esta escritora, en diferentes momentos de su vida. Navia plantea un juego que despierta la curiosidad de lector, a la par que lo divierte.

La mayoría de estos cuentos están escritos en primera persona, a través de una voz de mujer, pues predomina el protagonismo femenino. No obstante, en alguna ocasión se cuela la tercera o bien, esta desaparece para ceder el testigo a uno de los personajes que se expresa momentáneamente de viva voz. Juegos, y más juegos que nos ofrece la autora. 

Con una longitud variable (algunas piezas se convierten en nouvelle), estos cuentos no se pueden entender como fragmentos individuales sino que conforman un todo, constituyen una unidad, de ahí que no se pueda hablar de un volumen con cuentos sino un volumen de cuentos, como aclaró la autora en la entrevista. 

Como siempre, y a pesar de haberlos leído de la manera incorrecta, he disfrutado de un género que cada vez me depara más sorpresas. Así que, si te gustan los cuentos, que son cuentos pero a la vez funcionan como una historia compacta, no te puedes perder Todo lo que aprendimos de las películas de María José Navia, aunque...

«En las películas aprendemos cosas que nunca usamos». [pág. 37]


jueves, 23 de marzo de 2023

CRUZ SÁNCHEZ DE LARA: ❝Me encantaría ser una viejecita que escribe❞

Nunca había leído a Cruz Sánchez de Lara. En 2022, saltó al panorama literario con la novela titulada Cazar leones en Escocia, que publicó la editorial Planeta. En aquella obra, la abogada y vicepresidenta del periódico El Español, narraba la historia de tres mujeres, y nos hablaba del trance de las herencias, de las familias, del amor y de la felicidad.

Es, en este mes de marzo, cuando Sánchez de Lara publica su segunda novela, bajo el mismo sello, pero abordando una temática que supone una de las muchas lacras sociales a exterminar en nuestros tiempos. La autora asegura que lo ha pasado realmente mal, enfrentándose la escritura de esta novela, en la que ha volcado todas esas historias de mujeres maltratadas que ha estado escuchando durante veinticinco años de profesión. 

A su paso por Sevilla, hemos hablado de Maldito Hamor. Sí, amor con H. Os dejo con nuestra conversación. 


M.G.-  Cruz, un placer tenerte en Sevilla y conocerte.

C.S.- Muchas gracias.

M.G.- Es la primera vez que te leo. He empezado a leer esta novela, Maldito Hamor, y amor con H. Conozco tu trayectoria. Sé que estás muy comprometida socialmente. Imagino que tu vida laboral te deja poco tiempo. ¿Por qué empiezas a escribir?

C.S.- Pues mira, toda la vida he sido una escritora que no publicaba. Escribir me ha hecho muy feliz toda la vida. De hecho, el primer dinero que yo gané fue escribiendo en concursos literarios, cuando era jovencita. Pero luego la vida nos pone en situaciones difíciles, hay que ganarse la vida, hay que trabajar, y lo aparcas. Pero un día me llamó una editora, mi editora ahora, y me dijo, tras leerme en el periódico, que pensaba que podía escribir ficción. Yo decía que qué iba ella a saber si me había leído solo un poco, y le respondí que me llamara al mes siguiente. Y al mes siguiente volvió a llamarme. Pensé que esa mujer se merecía por lo menos el respeto de ir a explicarle que tengo mucha exposición para jugármela. 

Pero bueno, escribí mil palabras sobre el primer tema que se me ocurrió, y con esas mil palabras me fui a verla. Le dije que le había traído un texto sobre lo primero que me había venido a la cabeza para que ella lo leyera, pero le pedí que teníamos que hacer un pacto entre señoras. Quería que nos miráramos a los ojos y que me dijera sinceramente si valía o no, porque yo no tenía ni necesidad ni tampoco me apetecía hacer el ridículo. Ella me respondió que aquello no era una ONG, sino una empresa, y que solo me iba a publicar si la historia era buena. Y bueno, le dejé el texto. Aquella tarde no me llamó. Pensé que no me iba a llamar más pero, al día siguiente, recibo su llamada. Me pidió que le jurara que no había escrito nunca, y me comentó que el texto era buenísimo. Y fue así como escribí una primera novela [se refiere a Cazar leones en Escocia], que fue muy bien de público y de crítica.

Para mí es un orgullo. Con esto no espero ni hacerme rica ni famosa, que son las aspiraciones de la mayoría de la población en estos momentos. Para mí, esto es un plan de jubilación porque es lo que me hace más feliz. Me encantaría ser una viejecita que escribe. Si me preguntan qué quiero ser de mayor, respondería que escritora. Estoy trabajando todo lo que puedo. Me parece una buena forma de plantear mi vejez. Mientras la cabeza te aguante bien, tú, con tu ordenador, eres la creadora de un mundo que luego otros publican y otros leen. Y eso no tiene nada que ver ni con el cuerpo, ni con estar guapa, ni con la tiranía de ser siempre joven. Y el día que la cabeza no funcione, pues me dará todo igual porque no me enteraré. 

M.G.- No, en ese momento seguramente no te importará nada.

C.S.- Por eso me parece que es una inversión muy buena para mientras sea consciente de lo que me espera. Y la verdad es que hago todo porque me dejen seguir escribiendo.

M.G.- La anterior novela fue Cazar leones en Escocia. Enfrentarse al público lector conlleva sus riesgos, porque hay gente que le puede gustar lo que uno escribe y gente a la que no. ¿Aprendiste de las opiniones que no fueron tan positivas?

C.S.- Siempre aprendo, y además escucho. Hablo mucho y rápido, y parece que lleno los silencios. Maldito Hamor es el fruto de años de escucha. He escuchado muchísimo, sobre todo porque he sido abogada, y un abogado es alguien que te acompaña en un proceso vital. También hay gente que vive la abogacía de otra forma y que lo que ve es la minuta, pero muchos abogados, la mayoría de los abogados, vivimos de poder acompañar a personas en procesos personales. He escuchado hablar mucho sobre amor, sobre desamor y sobre amor con h, que es el peor de los amores, un amor totalmente fake, porque eso no es amor. 

Con la anterior novela, me dijeron que tenía que hacer una sinopsis, una lista de personajes. Como soy muy bien mandada, hice todo eso. Y con esta, llegué con la primera frase del libro («Aquel día en que te maté fue el comienzo de muchas cosas») y les pedí que me dejaran hacerlo sin sinopsis. Pero en la vida no se puede ir nunca de listilla, nunca. Ha salido un libro que yo tendría que haber escrito en algún momento en mi vida, porque llevo documentándome muchos años. He conocido a muchas Cleas, a muchos Henrys, a muchas Amalias, a muchos personajes de los que representan un papel en esta novela. Pero también ha sido una novela que ha representado mucho sufrimiento y mucha agonía a la hora de escribirla, en el sentido etimológico del sufrimiento, porque es muy difícil desde el punto de vista de las emociones. De hecho, he intentado abandonarla en dos ocasiones pero las personas más cercanas a mí no me han dejado. He sufrido mucho y creo que he contado muchas cosas que he aprendido sobre la naturaleza humana. Con la primera novela sentí que escribir era una maravilla. No entendía por qué había escritores que sufrían. Pues he bebido de mi propia medicina. Lo he pasado fatal. Pero creo que esta novela puede ayudar a mucha gente, a gente que está sufriendo, a gente que no sabe ver el sufrimiento en los demás, a gente que no ha pensado nunca dónde están los límites. La primera novela fue buena para mí y luego resultó ser buena para los demás. Esta novela no es para mí. Esta novela es para los demás. Y se ha escrito sola, usándome como vehículo conductor. 

M.G.- Estás contestando a todas las preguntas que te iba a hacer, pero tengo por aquí dos apuntes. Por aquello de que la realidad supera a la ficción, y teniendo en cuenta todas esas conversaciones con mujeres por tu trayectoria profesional, imagino que todo eso te ha servido de bagaje para construir la novela.

C.S.- Esta historia es la suma de la historia de muchas mujeres. Es decir, lo que he intentado es explicar por qué nadie debería decir nunca: «A mí me daban la primera». Todos hemos oído eso o «a mí no me pasaría algo así». He intentado explicar por qué hay que ser comprensivas con quienes ceden a una realidad tan dramática y tan triste. Esta es una historia de manipulación, de sometimiento y de llevarte hasta tus propios límites. Todos deberíamos pensar cuáles son nuestros propios límites. ¿Hasta dónde seríamos capaces de llegar? ¿Mataríamos si viéramos que están violando a nuestros hijos? ¿Nos comeríamos a alguien si no tuviéramos otra cosa de comer? ¿Robaríamos si no tuviéramos para comer? ¿Dónde están nuestros límites? Si tú estás viviendo una vida como un muerto en vida, en una relación de co-dependencia absoluta, en la que lo estás asumiendo todo, y no eres capaz de librarte de una persona, ¿intentarías matarla para seguir viviendo tú? 

He intentado contar con patrones que he escuchado durante mucho tiempo, cómo son las bofetadas que no se dan, cómo son los latigazos para los que no hace falta el látigo, cómo es la destrucción de las personas sin que se note, sin que deje heridas, o que deje heridas que se haga uno mismo. He intentado hablar del aguanta por tus hijos o del quédate, que no pasa nada. O tú juega porque esto es juego y siempre se puede salir. O pobrecito, si va a cambiar. Creo que esas escenas o esas conversaciones las hemos tenido todas. Todas hemos pensado alguna vez que no nos pasaría nada porque somos fuertes, que contigo no va a poder porque puedes y estás segura de que vas a conseguir que todo vuelva a ser lo que era. Todas hemos dicho maldito amor en alguna ocasión, aunque sea por estar amando. Amar implica una generosidad que te hace olvidarte en ocasiones de ti y hasta cuando el amor es sin h, hemos dicho maldito amor. Pero cuando el amor es con h, es un amor que puede llevarte a la muerte o a la muerte en vida, que en ocasiones puede ser peor. 

Estamos gritando y hablando mucho de política y de igualdad, pero hay unos que están negando que existe un problema de desigualdad, y otros están hablando como si la vida fuera un eslogan permanente. Pero, justo en medio, hay muchas personas que sufren porque tenemos problemas educacionales, problemas de roles en las relaciones, problemas de co-dependencia y de sumisión tremendos, porque todos tenemos la misma necesidad, que nos quieran. Y hacemos muchas cosas, a veces superando los límites, por el mero hecho de que nos quieran, quién hemos decidido que nos quiera. Porque, a lo mejor, tenemos otros muchos que quisieran querernos y no les dejamos. Esto es la complejidad humana. Pues, he intentado explicar todo eso y espero que le sirva a la gente, porque yo, pasármelo bien, no me lo he pasado.


[Si prefieres oír nuestra conversación, dale al play]


M.G.- De hecho, querías abandonar en el capítulo trece, precisamente por ese malestar que sentías a la hora de escribir.

Y fíjate que has mencionado un montón de frases tipo y a mí hay una que me escuece especialmente. A veces, las mujeres maltratadas justifican a su maltratador. Me refiero a cuando el maltratador tiene problemas de alcoholemia y se suele decir: «Pobrecito, es que cuando bebe, no sabe lo que hace».

C.S.- El alcohol es un potenciador de nuestras cualidades personales. Yo creo que todos nos hemos tomado una copita en la vida. Bueno, habrá gente que no. Yo ahora ya, porque tengo más años y eso, no bebo, pero cuando me tomo una copa, a mí me da por ser súper simpática y bailar. El alcohol es un potenciador de tus cualidades, pero a mí nunca me ha dado por pegar a nadie. Lo que pasa es que te desinhibe. Eso de «es que cuando bebe» es horrible pero también es horrible cuando se dice: «Es que cuando él es bueno, es buenísimo».

M.G.- Hay muchas frases de este tipo.

C.S.- Sí, hay muchas frases de esas que nos hacen justificar. Y realmente es que no hay justificación para quién es malo contigo y te está destrozando.

Mi madre que es de Málaga, siempre me dice: «Hija, pero, ¿qué necesidad tienes?» Pues ese qué necesidad tienes es el que le diríamos a cualquiera que esté pasando por esto. Lo que ocurre es que ellas tienen la autoestima aniquilada. Hay que ponerse en la piel de alguien que tenga la autoestima aniquilada y que, sin tener una gotita de combustible en el cargador, aparece un señor que le dice que sin él no es nada. Y ella necesita vivir. Esta es una historia que no nos es ajena a ninguno, lamentablemente, porque todos hemos tenido cerca alguna historia como esta, en mayor o menor medida. Ojalá que esta novela sirva a mucha gente, ahora que estamos con el 8M, de enfrentamientos y estamos dejando sin voz a las víctimas que realmente necesitan que se hable de igualdad y de salir del pozo. Ojalá haya alguien que se vea en el espejo o que diga: «Yo también necesito ayuda»Ojalá esto sirva para algo.

M.G.- Ahora que has mencionado el 8M, ¿qué radiografía harías tú de la situación de la mujer? Es verdad que hemos avanzado mucho. Probablemente nos quede mucho que avanzar. ¿En qué situación estamos?

C.S.- Ahora mismo, una muy triste. Muy triste. Yo estoy muy triste. Lo que ha pasado este año me parece una cosa tan lamentable. Que haya habido tantísimas mujeres que nos han posibilitado que tú estés hoy haciéndome la entrevista y yo contestándotela, que teniendo las niñas otras opciones distintas a las nuestras, y que estemos escuchando dos mensajes contrapuestos,... Uno, que no existe la desigualdad, que eso nos lo hemos inventado, llamándonos feminazis a las feministas. Y luego, por otra parte, están las que se han olvidado de que somos mujeres y que nos queda mucho por avanzar, que andan gritando como si las demás no quisiéramos que las trans- tuvieran todos sus derechos. Esto es un incendio en medio del que se han olvidado los derechos de las personas. Creo que lejos de haber un interés porque la sociedad mejore, lo que hay es un interés por quedarse en ese juego de la silla. Se están olvidando de lo que realmente somos las mujeres. Hay ochenta que gritan y millones que callan.

M.G.- Vamos a centrarnos en los personajes, Cruz. Esta novela narra la historia de Clea que, al conocer a Henry, entran en una relación de amor con h, en una relación tóxica. Hablemos de Clea, por ejemplo, hay un antes y un después, obviamente, después de Henry. ¿Cómo es el personaje? ¿Cómo evoluciona?

C.S.- Pues mira, Clea es una señora de treinta y cinco años, sin problemas económicos, arquitecta, alegre, vital, que se apunta a un bombardeo. Ella se cansa de los hombres antes de que las relaciones se vuelvan serias y no tiene un anclaje realmente con nada importante. Sí es muy perfeccionista, auto-exigente y nunca ha tenido un gran fracaso. Pero se empeña en que la quiera alguien que no sabe querer, o que no quiere querer. Y ahí hay un antes y un después. La Clea de la mitad de la novela es una Clea destrozada, pero la Clea del final de la novela es una Clea sorprendente.

M.G.- Henry es la pareja de Clea, una persona manipuladora, un maltratador. Todo maltratador tiene un perfil psicológico muy concreto, con unas cualidades muy concretas. ¿Cuáles son las que tiene Henry?

C.S.- A mí me encanta la definición de Miguel Lorente, un andaluz y una de las personas que más saben de violencia de género del mundo. Él dice que un maltratador es un narcisista perverso. Y creo que es así. Normalmente suelen ser personas acomplejadas que necesitan establecer una relación de poder, una relación de sumisión en una relación afectuosa. Necesitan que la otra persona se sienta inferior y que sienta que está agradecida por estar con él, porque realmente ni a él mismo le gusta cómo es. Creo que suelen ser de los que cuentan que son estupendos, pero en el fondo están llenos de complejos. Narcisista, perverso, acomplejado,... Creo que esa es la radiografía. Pero luego son encantadores socialmente.

M.G.- Encantadores de serpientes, que se suele decir.

C.S.- Claro, encantadores socialmente. Ahora ya están más controlados los medios pero antes, le ponías un micrófono a los vecinos y todos decían: «Pero si era una pareja excepcional, buenísima, ejemplar, ¿cómo es posible que esto haya pasado?» Pues hacía falta que la matara para que todos se dieran cuenta de que ahí estaba pasando algo anormal.

M.G.- En esta novela hay mucho personaje femenino. El tema está muy vinculado con la mujer. Seremos muchas las mujeres que leeremos esta novela pero a mí me interesa mucho el efecto que causa en el hombre. 

C.S.- Piensa que en esta novela hay dos homicidios y una investigación policial. Así que, por ahí los hombres,... Además es sorprendente porque es muy ambigua en todo momento y, al final, hay una solución muy concreta.

Cuando salió la novela, la primera persona que me entrevistó fue un hombre. Me llamó mucho la atención que me dijera que se había quedado preocupado. ¿Por qué?, le pregunté. Me dijo que porque le había parecido muy buena y se había quedado preocupado con un comportamiento suyo. Me dijo que él, cuando discute, castiga con el silencio. Y es que castigar con el silencio es un castigo muy brutal, o con la desaparición. Ahora los modernos lo llaman ghosting pero eso ha pasado toda la vida. El silencio como castigo, cuando el otro necesita saber, es muy doloroso y además parece inocuo. Nadie siente que está haciendo nada grave. Esta novela es un buen espejo porque creo que va a haber hombres que comprendan. La falta de autoestima de las mujeres, vista desde fuera, es bastante incomprensible. Tú ves gente que va con una soberbia por el mundo, increíble y sobre todo injustificada, y luego ves gente que vale un montón y que dices: «Si tú vieras en el espejo lo mismo que veo yo». Creo que a los hombres también les puede ayudar a conocernos un poco mejor, porque hay cosas, como lo de la autoestima, que son muy difíciles de entender. 

Las mujeres que salen de relaciones violentas, más tarde tienen otras. En parejas heterosexuales, me refiero, porque es de lo que va el libro. En relaciones heteros, hay muchas mujeres que salen de historias violentas, que luego empiezan a tener historias con hombres que necesitan entender qué ha pasado. Por eso creo que esta historia puede ayudar a que se entienda cómo es el proceso para llegar hasta una situación de destrucción personal tan brutal.

M.G.- ¿Y has construido los personajes basándote en personas de tu entorno?

C.S.- Estos personajes son la suma de muchas personas pero no he tenido la inspiración de nadie. Igual que, por ejemplo, en Cazar leones en Escocia, para una de las dos mujeres mayores tenía en la cabeza a una amiga que murió, en esta novela, los personajes son totalmente ficticios.

Lo que sí son reales son las historias. Es decir, he procurado buscar situaciones que ejemplifiquen el maltrato psicológico o cómo te llevan a determinadas situaciones, uniendo muchos patrones de conducta que he escuchado. Es decir, es una novela muy documentada, muy documentada, sin que yo me haya sentado, y me ha haya puesto a estudiar para escribirla. Es una novela muy documentada con cientos de testimonios. 

No sé si la novela tendrá éxito o no tendrá éxito, porque hay novelas buenísimas que se mueren sin haber visto un éxito tremendo, y hay novelas malísimas que tienen un feedback brutal. No sé cuál será el destino, pero la intención y el esfuerzo ha sido el máximo que podía dar.

M.G.- Entre los temas que se abordan en la novela está la depresión, el amor tóxico, la manipulación sentimental. Algo que siempre me ha llamado la atención es que pensamos que la mujer maltratada corresponde a un estrato social bajo. Pero, en la realidad y en la novela, vemos que no es así. Afecta a cualquier mujer. ¿Cómo se puede escapar de una relación tóxica? 

C.S.- Para escapar lo primero que hay que hacer es identificar el problema. Pero no quieres perder lo que tienes. Aunque sea algo pernicioso, a ti te parece algo excepcional. Te parece que tienes la suerte de tu vida porque él te ha hecho ver que tienes la suerte de tu vida por estar con él. Y una cosa que se repite mucho es el hacer pensar que, si no te quiero yo, no te va a querer nadie. Así que, lo primero que hay que hacer es ser consciente de que tienes un problema. Pero es un error decirle a otra persona lo que le está pasando. 

Lo que siempre he hecho cuando me he encontrado a una mujer así es escucharla, hasta donde ella quiera contar. Cuando una mujer se escucha a sí misma, se escucha decir en voz alta lo que le está pasando, su cabeza hace un clic. Y si no, pues coge confianza contigo, y le puedes abrir las puertas a una ayuda profesional. Para que una víctima salga, lo primero que debe ocurrir es que lo asuma. También ir a un psicólogo, aunque sea para arreglar su situación, ayuda a que la mujer se dé cuenta de lo que está viviendo.

M.G.- Mezclas voces narrativas en la novela. Se habla en tercera persona, con ese narrador omnisciente que prácticamente narra el grueso de la novela. Pero también vemos una segunda persona. Clea reflexiona mucho y entra mucho en monólogo interior. ¿Cómo ha sido manejar esas voces?

C.S.- Es como me sale. Te podría contar un rollo tremendo, que si utilizo la técnica del no sé qué. Cuando lees a alguien que ha escrito sobre tu novela es muy divertido porque dicen que si eres una experta en la gestión de los tiempos y tal, y cual.

Yo no he hecho cursos de cómo escribir una novela. Escribo como a mí me sale. Es verdad que dicen que manejo bien el irme para atrás, para adelante en el tiempo, y tal y usar unas voces. Pero de verdad, es como el que toca el piano de oído. Agradezco mucho haber tenido muy buenos profesores de lengua y de literatura cuando era pequeña. Creo que me enseñaron a leer muy bien y creo que, al final, lo que he aprendido ha sido de leer, de leer muchísimo. Lo que he aprendido ha sido leyendo.

M.G.- Pues mira que hay autores que dicen que ellos no leen, que solo escriben. Cosa bastante incomprensible.

C.S.- Pero porque han leído antes. Cuando tengo un ratito, procuro irme a escribir, pero yo he leído toda mi vida. Es más, yo me leo hasta las etiquetas del champú. Es que no lo puedo evitar. Es el vicio de leer. 

Mira, aprendí a leer en la guardería. Mis padres no sabían que yo sabía leer. Creo que he tenido la suerte, la fortuna, de tener grandes maestros, y eso es fundamental en la vida. 

M.G.- Te doy totalmente la razón. Me pasa igual. Creo que soy lectora hoy gracias a los profesores que tuve.

C.S.- Hay que ser agradecido. Soy chica de pueblos, educada en andaluz, y eso se agradece, porque es una forma de entender la vida. Yo soy por lo que han sido conmigo.

M.G.- Dos últimas preguntas para terminar. No me quiero dejar atrás los escenarios, que son muchos en esta novela. ¿Qué importancia tienen las localizaciones en la historia?

C.S.- Las localizaciones tienen, para mi gusto, la importancia de abstraerte de la historia. Por ejemplo, hablo de Biarritz y todo el mundo me dice que cómo se nota que he estado en Biarritz. Yo no he ido a Biarritz en mi vida. Lo que pasa es que ahora tenemos la posibilidad de documentarnos muy bien porque tenemos toda la información a nuestro alcance. 

Creo que poner en escenarios bonitos a gente con desahogo económico, te permite centrarte en la parte psicológica, en el alma, que es lo que a mí me interesa. A mí me interesa lo profundo de las personas y todo eso es mucho más fácil con ciudades como Nueva York, que todo el mundo tenemos identificada con el cine, o Biarritz, que la identificamos con la antigua nobleza. Y mis descripciones son breves pinceladas, pero creo que te transportan a lo que tienes en la cabeza. Hacerlo todo cómodo, te permite luego bajar al barro, al terreno de las emociones, de las bajas pasiones que, al final, es lo que nos preocupa a todos. Porque las bajas pasiones mueven el mundo muy a nuestro pesar y condicionan nuestra vida.

M.G.- Y ya para finalizar, en ese proyecto de futuro que tienes, de verte en el día de mañana, centrada, escribiendo únicamente, entiendo que vas a seguir escribiendo ficción.

C.S.- Estoy en el tercer capítulo de la siguiente novela. Me voy a los años 40, del siglo pasado, y me está encantando. Igual que te digo que esta la he sufrido, con esta otra estoy teniendo mucho que estudiar, porque claro, tienes que documentar un entorno. Creo que es una novela bastante ambiciosa, pero me está gustando mucho. Ahora estoy buscando mis ratitos para poder ponerme a escribir. Tengo la suerte de que, cuando tengo un rato, me concentro y me concentro. Como tengo tampoco tiempo libre, la inspiración no es un lujo para mí. Y además hay otra cosa. Los abogados tenemos una cosa buenísima. Me he pasado veinticinco años escribiendo historias que no decidía yo, que tenía que documentar, y para la que no tenía el lujo ese de encontrar la inspiración. Tenías diez días, cinco días, veinte días, y tenías que hacerlo cuando te tocaba. Toda esa formación profesional es buenísima porque si tengo una historia que contar, me siento y la cuento.

Estos cincuenta años de mi vida me han venido muy bien. Ansón [se refiere a Luis María Ansón] me dice que debería dejarlo todo para ponerme solo a escribir y que tengo la suerte de haber empezado a escribir en la edad ideal, porque hay que vivir antes de escribir.

M.G.- Hay que tener bagaje. Cruz, lo dejamos aquí. Te agradezco que me hayas atendido. Muchas gracias por haber venido a Sevilla y un placer hablar contigo.

C.S.- Un placer. Gracias a ti.

Sinopsis: Ella tiene una obsesión

Él tiene un objetivo

Un crimen imperfecto los arrastrará a situaciones diabólicas

«El deseo lo vestía todo: la diversión, la necesidad. ¿A quién le importan las desavenencias, los desencuentros o las tensiones? Los malos recuerdos murieron contigo. Seré la custodia, la cancerbera de un relato único, de una historia de pasión desenfrenada, de entrega, de una tormenta de necesidad desgarradora. Lo seré siempre».

La pasión de Clea Castán son las reformas, algo en lo que la joven arquitecta va adquiriendo prestigio poco a poco en su Madrid natal. Hija única de un consultor de éxito y un ama de casa, desde pequeña, la perfección y la belleza que rodean su trabajo y su vida independiente son las máximas que dirigen sus pasos, siempre custodiada por el amor incondicional de sus padres. Pero esta situación idílica va a dar un vuelco hasta un extremo que ni a Clea ni a los suyos se les había pasado jamás por la cabeza. Los ingredientes no pueden ser de mejor calidad: un palacete que reformar en Biarritz, un atractivo aristócrata inglés, un amor apasionado y sensual, y una vida de lujo llena de ambientes de objetos hermosos. Sin embargo, el plato que Henry Astor VI cocina para Clea se sirve frío y es amargo, porque el aderezo lleva celos, obsesión, egoísmo, perversión… y muerte.

Biarritz, Nueva York, Madrid, Londres, Viena son los escenarios de la segunda novela de Cruz Sánchez de Lara, un thriller psicológico que disecciona la psicología del mal amor, del no amor al que ponemos nombre propio, que nos reduce a la nada, que nos hace desear morir o matar, que nos lleva a pozos de oscuros fondos de los que es difícil salir sin la ayuda de la única persona cuyas iniciales deberíamos añadir siempre al amor: las nuestras. 

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