jueves, 28 de septiembre de 2023

MANUEL RÍOS SAN MARTÍN: ❝Somos la primera especie que podemos decidir si queremos tener hijos o no❞

La última vez que Manuel Ríos San Martín acudió a Sevilla para promocionar una novela fue en junio de 2021 y llevábamos mascarilla. Luego, como me comentó al final de la entrevista, ha visitado otras veces esta ciudad por motivos cinematográficos, pero esa es otra cuestión. Admiro mucho a los autores que son capaces de llevar un ritmo regular en las publicaciones de sus novelas, construyendo historias entretenidas y con las que se aprende sobre alguna temática. Es el caso de este autor madrileño. Manuel Ríos San Martín ha dedicado buena parte de su vida al mundo del cine y la televisión. Productor, guionista y director, su nombre está detrás de producciones que todos guardamos en nuestra memoria, como Médico de familia, entre otras (puedes ver su biografía aquí). Pero no fue hasta 2016, cuando decidió ponerse en el lado de los escritores con Círculos (Suma de Letras). Luego llegaría La huella del mal (2019), Donde haya tinieblas (2021) y ahora El olor del miedo (2023). 

De entrada, tengo que confesaros que su última publicación, El olor del miedo, me ha gustado mucho. Con este autor, el lector ha llegado a aprender de prehistoria, de religión, o de arte, y ahora aborda el mundo animal. Me declaro amante y defensora de los animales. No sabría decir si me disgustan los zoológicos. Pero sí me hierve la sangre con el maltrato animal. Y maltrato hay en esta novela, historia que se desarrolla en Valencia, en el parque de animales de la capital del Turia, donde Elena es veterinaria. Allí reside Blanca, una elefanta albina que es el símbolo del parque. Pero, un buen día, mientras los cuidadores tratan de averiguar si el paquidermo está embarazado o no, se produce un brutal atentado contra la integridad de los animales allí confinados. Alguien dispara contra Blanca y muere. A partir de ese momento se iniciará una investigación criminal pero, ¿se puede considerar la muerte del elefante como un asesinato? ¿Es viable invertir recursos públicos en la muerte violenta de un animal? ¿Acaso los animales y los seres humanos estamos al mismo nivel? 

El olor del miedo no solo nos regala una historia entretenida sino que, además, nos invita a reflexionar sobre el papel del hombre, el comportamiento animal, la transmisión de los genes o el amor a los animales. A su paso por Sevilla, tuve la oportunidad de conversar con el autor. Ahí va nuestra charla. 

Marisa G.- Manuel, nos vimos en junio del 2021. Tiene mucho mérito escribir una novela cada dos años.

Manuel R.- Sí, sí, no me quejo. Pero es verdad que, entre la documentación, que me lleva mucho tiempo, y la estructura, que la trabajo mucho, no soy capaz de escribir más rápido. Pero bueno, aquí estoy.

M.G.- Aquí estás. El olor del miedo ha salido hace muy muy muy poco tiempo. El 30 de agosto si no me equivoco. Veo por redes sociales que te está dando grandes satisfacciones con ese feedback que estás recibiendo. Yo voy por la página 200 y estoy muy enganchada. 

M.R.- Sí, está siendo muy bueno. Las redes sociales están siendo muy amables, muy cariñosas. Los actos de presentación están yendo muy bien. En Madrid ha sido una locura. He hecho dos presentaciones en Madrid, llenas, abarrotadas, con gente de pie. Y luego, también  muy bien en Galicia y Valencia. Estoy contento. 

M.G.- Dices en los Agradecimientos que esta novela creció gracias a un encuentro en la radio con Pepa Crespo. ¿Eso cómo fue?

M.R.- Sí. Pepa es la directora de comunicación del parque de animales de Valencia. Yo estaba promocionando mi anterior novela, Donde haya tinieblas, en Valencia, y coincidimos en la radio. Ella hacía una entrevista justo antes que yo y la oí hablar del zoológico. Por entonces, andaba dándole vueltas a una idea, a un tema con animales de fondo, al asesinato de un animal en vez del de un ser humano. Así que estuve hablando con ella. Le dije que quería visitar el zoo pero no como un turista, sino por dentro. Si quería ambientar una novela en un zoológico tenía que conocer su funcionamiento. Y ella me invitó. Estuve tres o cuatro días conviviendo con los cuidadores, con los veterinarios, viéndolo absolutamente todo. Y no solo es que el espacio me funcionara sino que vi que el sitio está también lleno de misterios y recovecos. Me quedé una noche. Allí se oía a los leones rugir, a los elefantes barritar,... Era necesario porque, en la novela, hay personajes que se van a quedar por la noche en el zoo. 

M.G.- ¿Y por qué ese interés por los animales? Entiendo que debes de ser amante de los animales. Es algo que se nota en la novela.

M.R.- Siempre digo un poco en broma que, de niño, mi madre, en vez de leerle cuentos infantiles, me leía los libros de Félix Rodríguez de la Fuente. 



[Si quieres oír nuestra conversación, dale al play]



M.G.- A quien está dedicada la novela.

M.R.- Efectivamente. Siempre me han interesado mucho los animales. Hoy en día, vemos en redes sociales que a la gente le encantan. Tienen mascotas y cuelgan vídeos de perros, de gatos, de elefantes,... Pensé que, por un lado, es un tema que a mí me interesa y, por otro, es un tema que interesa a la sociedad. Además, hay tanta novela negra que, al abordar una investigación policiaca desde otro lado, creo que el lector lo va a agradecer. Le puede sorprender esta novela.

M.G.- El olor del miedo narra los hechos que ocurren en un parque de animales, el que está, como has mencionado, en Valencia. Allí se produce la muerte violenta de una elefanta albina. Alguien le dispara desde cierta distancia. Así arranca una investigación policial pero, digamos que hay una segunda investigación, la que lleva a cabo una de las cuidadoras de los elefantes. Elena también quiere saber quién ha matado al elefante.

M.R.- Así es, efectivamente. Quería que hubiese una segunda investigación. Le pregunté a la policía cómo investigarían la muerte de un animal. Me respondieron que, por las características especiales del caso, lo investigarían como si fuese el asesinato de un ser humano. Y eso ya me pareció peculiar. Pero, de todos modos, yo quería que hubiese una persona especialmente implicada en la trama, que fuese una persona cercana a la víctima, porque tienes que generar que el lector sienta interés por saber qué ha pasado. Elena, la veterinaria que cuida a la elefanta, tendrá un sospechoso nada más arrancar la novela porque en el zoológico han venido pasando cosas en el pasado, como pequeños boicots y tal, y, enseguida, ella tiene un sospechoso. A partir de ahí, y junto con un chico senegalés que también trabaja en el parque, lleva a cabo una investigación muchos más emocional que la que emprende la policía, porque la novela es muy emocional. Ella se pondrá en peligro y hará cosas ilegales. Es decir, hay dos investigaciones en paralelo que además dan mucho ritmo a la novela porque se irán intercambiando una con otra.

M.G.- Tu novela es un thriller que me parece muy original porque, como comentas, la víctima es un animal, un elefante albino. Hay mucho debate en la novela sobre si la muerte violenta de un animal se puede considerar asesinato y si al animal se le puede catalogar como víctima. Nunca me lo había planteado.

M.R.- Por eso es un planteamiento original. Teóricamente no se le puede llamar asesinato a la muerte violenta de un animal, pero realmente se parece mucho a un asesinato. 

En las novelas negras, todos hemos matado ya a muchas chicas en lugares emblemáticos, a chicos en sitios misteriosos, y llega un punto donde el lector ya  tiene como unos cánones establecidos y se sabe las dinámicas. Pero aquí, de repente, muere una elefanta y creo que las opciones para el lector son infinitas. A partir de ahí, creo que genera mucho interés este caso, que el que genera otra novela en la que puedes ir adelantando determinadas cosas. 

M.G.- ¿Y entonces la policía se toma tan en serio este tipo de casos y los investiga concienzudamente? Porque las condenas son irrisorias. Lo comentas en el libro.

M.R.- Sí, sí, a mí me dijeron que sí. Creo que, en el momento en que escribí esta novela, la condena era de dieciocho meses. Ahora, con la nueva ley, puede que haya aumentado un poco. Por esto, sitúo al policía encargado de la investigación como un viejo rockero, un tío de sesenta años, muy irónico, muy socarrón, que se pregunta por qué le han encargado investigar la muerte de un bicho, cuando él es un policía de toda la vida.  E incluso habrá lectores que se pregunten por qué se investiga la muerte de un animal. Así que, están todas las posturas representadas y creo que es algo que funciona bien. 

Luego, el policía tiene una nieta de nombre Coral que queda muy impactada con la muerte del elefante. Hay un momento en el que ella coge a su abuelo y le pide encuentre al que lo ha hecho, y ahí la investigación se vuelve más personal.

M.G.- Ese policía se llama JP, del que hablaremos más adelante. Pero es que esta novela nos coloca un debate tras otro. Por ejemplo, otra pregunta: ¿Es justo que, para entretener al hombre y proporcionarle un espacio de ocio, los animales tengan que estar encerrados?

M.R.- Bueno, creo que ese es un debate en el que no se puede decir sí o no. Es demasiado complejo. Por un lado, los zoológicos como el de Valencia son lugares con instalaciones muy muy buenas. Son realmente impresionantes. Y por otro lado, los animales que están allí no son animales capturados en la naturaleza y destinados al zoológico, sino que son animales que vienen de otros zoológicos peores, de circos, de tráfico ilegal. No llegan al zoo porque los traigan de África. Así que tenemos que partir de eso.

Luego, hay que tener en cuenta que los zoológicos modernos tienen unos programas educativos muy potentes. De verdad, hacen una labor divulgativa muy grande entre los niños que visitan los parques a diario, a los que le dan cursos y charlas.  Y aparte, tienen una fundación que trabaja con ciertas especies en origen. Por ejemplo, en el parque de Valencia hay unos chimpancés que están en peligro de extinción. Pues bien, la Fundación Bioparc colabora en África, en Senegal concretamente, con la Fundación Goodall, en un programa muy bonito que cuento en la novela, para ayudar a esos mismos chimpancés. Es un programa que, además, ayuda a la mujer. En el lugar en el que se están quemando bosques para cultivos, las enseñan a cultivar pero, a la vez, evitan que se destroce el medio ambiente, y protegen a los chimpancés. Por eso, el sí o el no es algo muy complejo. Los zoológicos modernos hacen una labor divulgativa que está muy bien. Por supuesto, siempre puede haber gente a la que no le gusten.

M.G.- Manuel, me parece curioso que, en la novela, a la hora de referirte al espacio, usas más la palabra parque de animales que zoológico porque la palabra zoológico siempre ha sido un término muy peyorativo.

M.R.- Sí, depende del personaje. El policía siempre lo llama zoológico porque a él le da todo igual. Sin embargo, el concepto es más parque de animales. En Valencia, y en Fuengirola donde hay otro parecido, le llaman parque de inmersión. Es un parque que no tiene vallas. Entras en el parque y no hay vallas. Ves a los chimpancés sin que haya vallas por medio. Lo que hay es una montaña en un lado, y un río en el otro. Es decir, de los chimpancés te separa un río que hay entre medio. ¿Por qué? Porque los chimpancés no cruzan el agua. Les da miedo. Y como solo ves un río, pues tu sensación es de estar viendo a los animales en su sitio natural. Y también es mucho más agradable para ellos.

Y para las jirafas cuentan con un espacio destinado a ellas que es como el estadio del Sánchez Pizjuán o el Villamarín. Es un espacio verdaderamente gigantesco. En plena naturaleza, las jirafas siempre duermen de pie porque tienen mucho miedo a los depredadores. Sin embargo, en el parque, cuando se hace de noche, se acercan a la puerta del cobijo en el que duermen bajo techo. Se acercan a la puerta como pidiendo que les abran. Entran y allí se tumban para dormir. Es decir, el parque es un sitio sin miedo. Si les preguntáramos a las jirafas qué prefieren, si ser devoradas por los leones pero estar en libertad, o estar en el parque muy bien y sintiéndose seguras, no sé qué responderían.

M.G.- Bueno, JP es uno de los protagonistas, junto con Elena. Él será el policía encargado de investigar la muerte de la elefanta. Es un tipo con un humor muy ácido, que siempre lleva una coraza puesta. Es muy escéptico y llama a los animales usando el término bicho. Es un hombre que se extraña que haya gente capaz de amar más a los animales que a las propias personas.

M.R.- Sí, sí, sí. Últimamente estoy haciendo encuestas sobre este tema en mis redes sociales. El otro día preguntaba si los animales y los seres humanos somos iguales. El 49% no dijo que los humanos fuéramos más importantes. Las respuestas se dividieron en dos grupos. El 51% dijo que los seres humanos éramos más importantes. Y el 49% restante respondió que, o que éramos iguales, o más importantes que los animales, o que no sabría contestar. Creo que vivimos un momento en el que hay mucha fascinación por los animales pero también pienso que hay mucho desconocimiento sobre los animales. Es decir, hemos visto muchos vídeos en Internet donde hacen cosas muy monas, pero realmente no sabemos cómo son los animales. Por eso, en este libro,  hay una pequeña parte divulgativa. Creo que, cuando lo acabas de leer, entiendes un poco más el comportamiento  de los animales. 

M.G.- Sobre ese comportamiento voy a mencionarte algo después que a mí me ha dejado totalmente noqueada. Pero, volviendo a los personajes. JP tiene una compañera que se llama Violeta. Es mucho más joven que él y con una mente más abierta. Me gusta mucho el contraste generacional que existe entre los dos, ese pique,... Pero se llevan muy bien. Incluso, Violeta respeta mucho a JP y lo admira.

M.R.- Me gusta mucho trabajar los contrastes, efectivamente. Y Violeta responde a algo que me han contado últimamente, que en los estudios de criminalística casi todos los estudiantes son mujeres jóvenes. Mujeres que luego se tendrán que enfrentar a la realidad de un asesinato. Y Violeta será una de esas chicas que se enfrenta a la realidad. Aunque parece una chica muy frágil, según avanza la novela, vamos viendo que no es así, que es muy inteligente, que tiene fuerza, capacidad de decisión,... Cualidades que ella misma irá descubriendo. Violeta llega siendo muy tímida, muy apocada, pero en la novela evoluciona mucho. Es algo que a mí siempre me interesa, que los personajes evolucionen. 

M.G.- Y también tendremos a Elena, la veterinaria, que, al margen de su amor por los animales y su implicación en el caso, lucha contra un dilema personal, íntimo e interior.

M.R.- Sí, es la primera novela que escribo con una historia de amor, un poquito más clara. Hay un triángulo amoroso. Elena tiene una pareja. Es una mujer mayor que ella. Y luego, hay un chaval que trabaja en el parque, un senegalés, que a ella también le gusta. Elena se va a mover entre esas dos personas pero esas dos personas van a jugar de una manera muy simbólica. No es que Elena tenga una historia de amor con las dos, sino que Cristina representa a la mujer madura, inteligente, muy centrada, que la ayudará en la investigación desde el punto de vista más cerebral. Cristina es informática. Trabaja para una empresa informática y sabe mucho del tema. Puede hackear móviles. Ella es como la cabeza. Sin embargo, Sidy, el chico senegalés es todo lo contrario. Él representa la pasión, la fuerza, la energía, la juventud, el amor por la naturaleza y el riesgo. Entonces, digamos que ella no solo está eligiendo entre dos personas, sino que está eligiendo entre dos maneras de vivir.

M.G.- Tu novela no solo nos acerca al mundo animal sino que también vas desgranando, poco a poco, diversos temas. Hablas del amor, en el caso de Elena, pero también tratas el tema del duelo, el que Elena siente por la muerte de la elefanta porque, para ella, es como si hubiera muerto un familiar. E igualmente, abordas el tema de la maternidad, una cuestión muy interesante que tendrá diferentes acercamientos, según el personaje.

M.R.- Sí, de una manera distinta. El duelo en los humanos también lo comparo mucho con el duelo de los propios elefantes, que es uno de los animales que hacen más duelo cuando se muere alguien de la familia. Ellos viven mucho el duelo. Es un animal que nota la muerte y, de alguna manera, le apena. No sabemos hasta qué punto, pero claramente le afecta.

Y luego, también aparece el tema de la maternidad. Hay algo sorprendente y es que, desde hace 3800 millones de años, los seres vivos transmiten los genes sin más. Desde las bacterias hasta las panteras, los peces,... todos han ido transmitiendo sus genes sin más. Y sin embargo, ahora el ser humano nos podemos plantear qué queremos hacer. Somos la primera especie que, después de 3800 millones de años, podemos decidir que no queremos tener hijos, o intentar no tener hijos, o intentar tenerlos. Es decir, tenemos libertad por primera vez en toda la historia de la evolución. A mí eso es algo que me llama mucho la atención y de esto no se habla. Y bueno, en la novela también se plantea un poco este tema como reflexión. Esto es algo que nos diferencia de los animales. Tenemos la capacidad de decidir si tener descendencia o no.

M.G.- Y, al hilo de lo que comentas, hay otro personaje, Marina Santaolalla, una profesora universitaria. Ella en sus clases habla sobre la evolución de las especies, sobre el comportamiento animal y sobre esa transmisión de los genes. Hay una reflexión muy interesante porque, además, ella compara mucho el comportamiento humano con el de los animales. Llega a decir que los hombres hemos abandona muchos de esos comportamientos que sí mantienen los animales.

M.R.- Sí, sí, sí. Lo que yo quiero con mis novelas es que, primero sean un policiaco que entretenga y con el que la gente se lo pase bien. Eso es obligatorio. Pero también intento que los lectores se queden con algo más. Igual que en La huella del mal, la gente aprendió mucho sobre prehistoria y la hice reflexionar un poco, aquí pasa lo mismo. Con esta comparativa entre humanos y animales, cuando terminas la novela, creo que has podido reflexionar un poco sobre ti mismo, sobre cómo somos los humanos, sobre por qué hacemos las cosas que hacemos. Si esos comportamientos son culturales o vienen realmente de la biología más primitiva. Si aprendes, es algo más que te llevas al leer la novela. Te quedas con unos conocimientos y una pequeña reflexión.

M.G.- Te quedas con muchas cosas, Manuel. Es verdad lo que comentabas antes del mundo animal, cuando pensamos que todo es maravilloso. Me he quedado alucinada con los datos que aportas. Por ejemplo, los delfines jóvenes raptan a las hembras y las violan durante varios días. Y como esto, leo en tu novela otras muchas cosas más. 

M.R.- Sí, sí, sí. A veces tenemos esa sensación de que los animales son maravillosos y los humanos somos los malos. Y la realidad es que hay de todo. No es que sea el comportamiento más habitual en los delfines pero es verdad que, en ocasiones, se ha grabado a delfines machos raptando a una hembra para tener sexo con ella no consentido, por decirlo de alguna manera. Pero también hay casos curiosos entre los elefantes. Por ejemplo, cuando los elefantes machos empiezan a crecer y se hacen jóvenes, las madres los echan de la manada y los mandan a la selva. Son como unos chavales adolescentes perdidos que van destrozándolo todo, que van metiéndose en líos, hasta que encuentran a un elefante macho. Y cuando encuentran a ese elefante macho, este deja que lo sigan y les enseña a comportarse. Me pareció fascinante cómo estos elefantes camorristas andan por ahí hasta que, de repente, llega el elefante macho y les dice: Oye, hay que saber ser elefante. No se puede ir por ahí rompiéndolo todo. Bueno, son comportamientos como muy curiosos que la gente no conoce. Creo que saber esto hace que te intereses más por los animales y no solo por los vídeos esos graciosos, en los que se ve cómo un elefante coge un sombrero y se lo pone.

M.G.- Y todo esto me lleva a preguntarte por la documentación. Obviamente habrás tenido que leer mucho y aprender mucho, para luego transmitirnos todo lo que has leído. Hablas de los libros de Juan Luis Arsuaga en la novela. Imagino que habrán sido libros de cabecera. ¿Qué más material has tenido que manejar?

M.R.- Como te decía antes, desde niño, siempre me ha interesado el tema. Así que siempre he leído mucho sobre animales y he visto muchos documentales. Pero, una vez que decido que iba a escribir una novela, aparte de los libros de Arsuaga, donde analiza de manera muy interesante la evolución, he hablado también con etólogas que me han recomendado otros libros. También he ido a algún refugio de chimpancés que hay cerca de Madrid y he hablado con primatólogos. Así que sí, he hablado con un montón de gente para que lo que se diga en el libro esté documentado. Aunque tenga un barniz literario, porque siempre lo va a tener, que siempre tenga un fondo de biología, de comportamiento animal que sea, de verdad, creíble.

M.G.- Y no solo has tenido que aprender sobre comportamiento animal o sobre actuaciones criminales, aunque esto último es habitual en las novelas policiacas, sino que también has tenido que profundizar en cuanto al hackeo de ordenadores y dispositivos electrónicos.

M.R.- Pues también, sí. En Agradecimientos está todo. Cada día se lleva más que los autores, al final del libro, demos gracias a la gente porque escribir una novela es muy complejo. En esta novela, hay dos páginas de agradecimientos, donde hablo de cazadores, tiradores de precisión, francotiradores, etólogos, policías, comisarios,.... Y, efectivamente, tengo un amigo que sabe mucho de hackeo de móviles y siempre dice que los expertos en eso son los israelíes. Bueno, pues lo que cuento en la novela sobre el hackeo, que también tenga una base creíble. Que si alguien que entiende del tema, lee esta novela, que no diga que no me he documentado.

M.G.- Manuel, esta novela se llama El olor del miedo. ¿A qué huele el miedo?

M.R.- Pues yo tengo un olfato fatal, así que no lo sé. Busqué en Internet y no hay ninguna respuesta que me parezca brillante. No sé. Habría que preguntárselo a los animales.

M.G.- Muy bien. Lo dejamos aquí. Un placer tenerte de nuevo en Sevilla. Estoy disfrutando mucho con la lectura. En dos tardes me he plantado en doscientas páginas,...

M.R.- Pues ya verás porque las últimas doscientas son vertiginosas. O sea que,...

M.G.- Gracias.

M.R.- A ti.

Sinopsis: No hay animal más peligroso que el ser humano.

Elena es un animal de la especie humana, una veterinaria apasionada que se deja la vida en el parque zoológico de Valencia para proteger a los seres que ama: elefantes, chimpancés, leones… Ella los cuida con mimo y los salva del peligro hasta que un tirador comienza a sembrar el pánico.

¿Quién es ese criminal oculto que pretende aniquilar los ejemplares más bellos de otras especies? La peculiar investigación, llevada a cabo por un veterano de la UDEV y una joven inspectora, parece un laberinto sin salida. Según el código penal, matar a un animal no se considera «asesinato». ¿Entonces? ¿Vale más la vida de un ser humano?

Elena se apoyará en Cristina, su pareja, y en Sidy, su amante y compañero en el parque, para desenmascarar al culpable sin importar que tenga que romper la ley. Entre triángulos amorosos e insólitas sospechas, todo está servido para que corra la sangre. ¿Podría ser ella la siguiente víctima?

miércoles, 27 de septiembre de 2023

EL HOMBRE DEL SACO (TERROR - 2023)

Año: 2023

Nacionalidad: España

Director: Ángel Gómez Hernández

Reparto: Jesús Botet, Iván Renedo, Claudia Placer, Macarena Gómez, Manolo Solo, Lorca Prada, Lucas de Blas, Carla Tous,...

Género: Terror. Aventuras.

Sinopsis: Tras la muerte de su padre, tres hermanos se mudan con su madre a un pequeño pueblo. Pronto descubren que en los últimos meses allí se han producido misteriosas desapariciones de varios niños, y se embarcarán en una aventura a contrarreloj para descubrir la verdad que se esconde tras la terrorífica leyenda del que se conoce como "El Hombre del saco".

[Fuente: Filmaffinity]


Llevo semanas viendo este tráiler. Dale al play.




Semanas viendo imágenes que inducen a pensar que estamos ante un película de terror y por tanto, llevo semanas esperando poder ver El hombre del saco, buscando con quién ir al cine, porque mi marido no se acerca al género de terror ni en broma. Y, ¡oh, milagro! El domingo pasado descubro que la estrenan en plataforma el lunes, día 25 de septiembre. Es decir, el lunes pasado. ¡Qué carambola más buena! ¡Qué suerte voy a tener! Así que ese mismo día me siento a ver la película, feliz cual perdiz. Pues bien, al minuto sexto de metraje, ya sabía que la cosa no iba bien. Entre lo que yo esperaba de esta película y lo que me ha ofrecido hay un abismo tan inmenso, que ver El hombre del saco me ha resultado un fiasco de enormes dimensiones. Pero entremos en materia.

Supuestamente, El hombre del saco narra el origen de esa figura leyendaria, que lleva en el imaginario de los niños desde hace más de un siglo. Todos hemos escuchado alguna vez la tan trillada frase: ¡Pórtate bien que si no, viene el hombre del saco! Aunque ahora que lo pienso, mis padres jamás me dijeron algo así. Bueno, a lo que voy. Parece que la película tiene la intención de contarnos de dónde viene eso del hombre del saco. Y, efectivamente, así es como empieza esta película, remontándose al origen, a la noche del 28 de junio de 1910, en la localidad de Gádor (Almería). Esa noche, el joven Bernardo, huyendo de la severidad de su padre tras una trastada, se adentra en el bosque y tiene un encuentro desgraciado con un anciano. Bernardo desaparece para siempre y será el primer niño capturado por el hombre del saco.

A partir de ese momento, la acción regresa a la actualidad. En la misma localidad de Gádor comienzan a desaparecer más niños. La primera en desaparecer será Sara, una niña que no hace más que asustar a su hermana pequeña. Este hecho coincidirá en el tiempo con la llegada al pueblo de Claudia y sus tres hijos,- Sergio, Alicia y Lucas-. La familia quiere empezar una nueva vida tras la muerte en accidente del padre de los niños. A los hijos no les hace gracia el nuevo hogar, aunque pronto se integrarán y harán amigos. Sin embargo, el ambiente en Gádor, con tantas desapariciones, es más bien oscuro y triste. La leyenda del hombre del saco siempre ha estado muy presente en el pueblo y más ahora que se están produciendo nuevas desapariciones. Pero, ¿quién es el hombre del saco? ¿Dónde se lleva a los niños que captura?  Bueno, a las afueras del pueblo hay una casa abandonada. Se dice que es el lugar donde mora este hombre roba-niños, pero nadie quiere acercarse por allí.

En principio, los encargados de investigar las desapariciones será la Guardia Civil, pero este cuerpo de seguridad no va a tener mucho protagonismo. Toda la atención recaerá en un grupo de jóvenes del pueblo, quienes han visto cómo hermanos y amigos han desaparecido. Serán ellos los que se armen de valor para intentar averiguar lo que está sucediendo. En el camino hacia la  verdad conocerán a Quino, un hombre que vive como un ermitaño y que tiene un pasado que les será de mucha ayuda para esclarecer los hechos. Todos ellos tendrán que hacer frente a sus propios miedos y, analizando sus propias vidas, conseguirán averiguar qué fuerza mueve al hombre del saco, por qué hace lo que hace, y cómo recuperar a los niños capturados.

Como os podéis imaginar,  estamos ante una película con final feliz, que casi exige euforia colectiva y aplausos enfervorecidos a los créditos. 

Qué me ha gustado de la película

Por destacar alguna cosilla, diría que la ambientación de las primeras escenas, esas que tienen lugar en el bosque que me parecen logradas. Yo ahí pensé que me lo iba a pasar bien viendo esta película. También podría hablar de la atmósfera ochentera en lo que se refiere a la decoración de ambientes, pero no cuadra mucho esto con las actuales redes sociales y los móviles que usan algunos personajes. 

De todos modos, creo que lo más importante de esta película son los mensajes que pretende transmitir. Teniendo en cuenta el público objetivo de esta cinta (de lo que hablaré más adelante), estamos ante un largometraje que quiere incidir en alguna cuestión de máxima actualidad. Me refiero al mundo digital, al uso de las redes sociales y a la tendencia de documentarlo gráficamente todo, sin importar la intimidad de los demás. Uno de los personajes será el encargado de demostrar que no todo vale con tal de conseguir seguidores o un puñado de likes, sino que hay unos límites que se deben respetar. 

Por otra parte, el tema de la culpa también estará muy presente en todo el largometraje. Esta historia quiere hacer entender que a veces arrastramos un lastre del que no somos responsables o que, en caso de cometer un error, hay que decir la verdad, confesar nuestras debilidades, apechugar con las decisiones y pedir perdón. 

Bajo mi punto de vista, hay buena intención en la transmisión de esos mensajes solo que, para el público adulto, es una acción moralizante que se queda corta.

Qué no me ha gustado de la película

Muchísimas cosas. Principalmente porque no ha resultado lo que me esperaba. El hombre del saco no es una película de terror. No se la puede calificar de este modo. Llegó un momento en el que me tuve que parar a pensar qué es lo que estaba viendo y al final tuve que asumir que esto era otra cosa porque, a veces, es que daba risa, pero esa risa como de vergüenza ajena. De hecho, me he fijado en que, en la clasificación que hace Amazon Prime figura la palabra comedia. Y ahí está el quid de la cuestión. Es una mezcla entre comedia y terror, donde el humor es muy mediocre y el terror muy exiguo.

Al margen de eso, hay que destacar que la película está llenita de clichés: muebles que crujen, puertas que se abren, voces infantiles que salen de un armario,... A mí cada vez me decepciona más el género de terror. Parece que ya está todo inventado.

Añado que los diálogos, especialmente los que se producen entre los jóvenes, son penosos. Siento que hay muy poca naturalidad.

Personajes e interpretación

En cuanto a los personajes y la interpretación, no tengo mucho que aportar. Con respecto a los personajes adultos, no puedo decir que me haya gustado ninguno. Ni Claudia en el papel de madre afligida que trata de tirar adelante con sus hijos, ni Quino que me ha parecido ese personaje con pasado que cumple la ecuación de «pon un adulto, que sigue sintiéndose como un niño, en tus aventuras». Yo me esperaba otra cosa de los personajes que interpretan Macarena Gómez y Manolo Solo, especialmente en este último caso. También asoma por ahí Ruth Gabriel con un papelito mínimo.

Y admiro muchísimo cuando los niños son capaces de hacer transmitir emociones. Hay películas interpretadas por niños que son buenísimas. No es el caso. No quisiera cebarme pero es que tengo que admitir que, en ocasiones, me han parecido algo repelentes. Los personajes que me han irritado más son Sara, Gabi, y Sergio. Y las correspondientes interpretaciones, como los diálogos que tienen entre ellos, excesivamente artificiales. Que me perdonen los pequeños y sus padres, porque entiendo que son niños, pero también actores y tienen que convencer. De la quema salvaría solo a Álex, cuyo personaje, por lo que comentaba antes de los mensajes moralizantes, es el que más me ha interesado. Y además, Lucas de Blas tiene gracia en su interpretación. 


En definitiva, El hombre del saco es, a mi juicio, una propuesta fantástica para la noche de Halloween. Tú le dices a tu hijo/a que invite a sus amigos para una fiesta de pijamas en casa. Decoras el salón con cuatro calabazas del Lidl, cuelgas del techo unas cuantas telarañas de esas que se hacen con bolsas de basura (te dejo el tutorial aquí) y repartes unas cuantas velas de esas que funcionan con pilas. Luego, dejas al alcance de los niños enormes cuencos de palomitas, chucherías variadas y refrescos.  Cuando lo tengas todo preparado, le das al play, y te garantizo que vas a quedar como un padre/madre súper enrollado. Me apuesto lo que sea.

Ya hablando en serio, no es una película para adultos. Al menos, es lo que pienso. Creo que el problema está en que no hay signo evidente que nos haga pensar que el público principal de esta película son los jóvenes, que es una peli para ver en familia. Ni siquiera el tráiler te da una pista, o yo no fui capaz de advertirlo. O, por invocar más el mea culpa, que el domingo leí sesgadamente la opinión de Miguel en Cine y críticas marcianas (puedes ver su estupenda opinión aquí) y me salté información que era importante. De haberlo sabido, probablemente no hubiera visto esta película y no existiría esta reseña. Lamentablemente, y siendo sincera a mi experiencia como espectadora adulta, esta película no pasa el filtro. Sorry.

La tenéis en Amazon Prime.


 

lunes, 25 de septiembre de 2023

DEMASIADA GENTE de Manuel Machuca

Editorial: Libros Padilla
Fecha publicación: junio, 2023
Precio: 16,50 €
Género: narrativa
Nº Páginas: 150
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
ISBN: 978-84-8434-785-9


Autor

Manuel Machuca tiene publicadas hasta ahora cinco novelas (Aquel viernes de julio, 2012, Editorial Anantes; El guacamayo rojo, 2014, Editorial Anantes; Tres mil viajes al sur, 2016, Editorial Anantes, finalista del Premio Ateneo de Sevilla de novela 2015; Tres muertos, 2019, Ediciones La isla de Siltolá; y Demasiada gente, 2023, Padilla Libros) y numerosos relatos («Conversaciones bajo los cipreses», Relatos de farmacéuticos, 2006, OFIL; «La hacienda», Revista Motor de Ideas (Argentina); «Volver», Hidra verde. Relatos de farmacéuticos hispanoamericanos, 2015, Tropo Editores; «Telegráfica 5», Vida salvaje, Editorial Maclein y Parker, 2016; «Lo maté porque era mía», El derbi final, 2015, El Paseo Editorial; «Invictus», Blog de Maclein y Parker, 2016; «La confesión», Blog de Antonio Muñoz Molina, 2013; «La muerte de Manolito El Botica», Poetas hipocondríacos. Antología, Editorial Liliputienses, 2016; Mujeres en movimiento, Editorial Extravertida, 2020; «Juicio a D10s», Maradona, uno de los nuestros, Editorial Anantes, 2021; «El examen», Los misterios del hilo de Ariadna, Editorial Cazador de ratas, 2021).

Ha prologado diversos libros, participado en proyectos teatrales y literarios (Mujer migrante On-Off, Proyecto Boza, un grito contra el silencio y Tres pies al gato) y en conferencias.

Desde el año 2018 ejerce de forma periódica la crítica literaria en Estado Crítico (www.criticoestado.es) ha publicado artículos en Sevilla Información, Diario de Sevilla, Cambio 16, Cuadernos para el diálogo y Diario 16. Mantiene una columna mensual en la revista El Farmacéutico y otra semanal en el periódico deportivo digital La Colina de Nervión.

Ha colaborado asiduamente con Correo Farmacéutico y ha publicado en la práctica totalidad de las revistas de divulgación del ámbito farmacéutico. También ha sido colaborador semanal en el programa de radio La Colina Radio Show de FM Neo Radio 90.4 FM de Sevilla durante la temporada deportiva 2018-2019.
En 1999 recibió el premio periodístico de la Fundación Farmacéutica Avenzoar al mejor artículo periodístico farmacéutico publicado en prensa; en 2015 fue finalista del Premio Ateneo de Sevilla de novela y ha sido ganador del VIII Concurso de Microrrelatos organizado por la Librería El Gusanito Lector de Sevilla (2021).

Sinopsis

«Demasiada gente» es su sexta obra literaria completa, quinta novela desde que comenzó con «Aquel viernes de julio», en 2012. Como aquel libro primero, «Demasiada gente» surge de una conversación entre la mujer que protagoniza la historia y el autor, que escucha y luego novela una biografía fascinante a partir de un trágico hecho.

A Fernanda, la protagonista de esta novela, le robaron su cuarto hijo al nacer con la excusa de que había muerto durante el parto, en los años 70 del siglo pasado.

En España, las asociaciones cifran en 300.000 los bebés robados entre los años 1940 y 1990 a familias humildes, con pocos recursos económicos y sin apenas voz para defenderse.

«Demasiada gente» aunque es una historia sobre niños robados durante la dictadura franquista, uno de esos trescientos mil bebés arrancados a sus madres, a sus familias, a los que aluden las estadísticas de una época oscura de España que aún hoy resulta tenebrosa, descubre una Fernanda sencilla pero luchadora, con ganas de aprender y descubrir qué ocurrió con su hijo.

Una novela que narra la historia maldita de estas madres a las que aún hoy se las ignora y se las condena al olvido o a la locura. A Fernanda le robaron su hijo en el hospital cuyo edificio es hoy sede de la soberanía popular, el Parlamento de Andalucía. Ningún correlato más potente que este para una historia de incomprensión, injusticia y desprecio desde el poder a uno de sus ciudadanos. Hoy, desde el poder, a ella y a las madres, padres y familias de esos trescientos mil bebés robados, se los condena al olvido, a que mueran con la herida irreparable cometida contra ellos, y que la falta de memoria de este país, esa memoria que volverán a enterrar los hijos del régimen que permitió aquello, dejará impune, lista para volver a repetirse de nuevas y subrogadas maneras.

[Información tomada de la web de la editorial]




Cuando el sol caía a plomo sobre Sevilla, Manuel Machuca tuvo la gran suerte de presentar su última novela el día 20 de junio, justo cuando las altas temperaturas nos daban cierto respiro. En el centro cívico de La Buhaira nos congregamos un buen puñado de amigos para escuchar al autor hablar sobre su última publicación. Demasiada gente, editada por Libros Padilla, es la novela número quinta del autor sevillano, cuyas obras siempre se caracterizan por su gran humanidad y por abordar cuestiones sociales de gran calado. No podía ser de otro modo siendo como es la persona que firma estas letras.

Manuel Machuca estuvo acompañado por el escritor Isaac Rosa, la periodista Sandra Camps, y la editora María Padilla, y fue la propia Camps quien inició el acto, comentando que «todos los libros de Manuel tienen algo en común, las personas». Y no puedo estar más de acuerdo. Si algo caracteriza a Manuel es su capacidad de escucha y su deseo de ayudar a los demás. A esa botica en la que ejerce como farmacéutico se acercan muchos parroquianos. Especialmente muchos abuelos y abuelas que arrastran sus achaques, pero también sus miserias. La idea de dar voz a los menos escuchados se inició con su primera novela, Aquel viernes de julio, cuando, en la trastienda de la farmacia, Machuca daba de merendar a los abuelos del barrio mientras escuchaba las historias sobre sus vivencias durante la guerra civil. Desde entonces, este autor ha querido seguir dando voz a las voces mudas, a las que nadie presta atención, a las que pronto se olvidan. Y este es el caso de Demasiada gente donde, nuevamente, el autor se sienta a escuchar para dar a conocer una historia personal e íntima, llena de dolor y sufrimiento. Como afirmó Isaac Rosa, el verdadero interés de Manuel Machuca a la hora de sentarse a escribir es luchar contra el olvido y el desconocimiento de tantas y tantas historias personales que bien merecen nuestra atención. 

Demasiada gente ya ha pasado por mis manos. Lo hizo durante el verano. Por eso este post va a ser un poquito diferente, una especie de híbrido entre crónica y reseña. Os iré descubriendo lo que se dijo durante la presentación, al tiempo que iré intercalando mis propias impresiones. Así que, vamos allá.

En el acto de presentación, y tras la apertura de Camps, tomó la palabra el propio autor para dar las gracias. Inició su intervención explicando que su relación con la literatura se inicia de manera causal. Siendo farmacéutico ha sido testigo directo de la fragilidad humana y del dolor causado por la enfermedad, algo que siempre conduce a la entrega, al hecho de sincerarse, aunque no conozcamos a nuestro interlocutor. Machuca siempre mostró especial interés por la gente de abajo, por aquellos que realmente construyen la historia de una sociedad, de un país.

Demasiada gente está protagonizada por Fernanda. De nuevo es una mujer la que ejerce el protagonismo y es que, como el propio autor comentó en aquel encuentro, siempre le han interesado mucho las mujeres. «Creo que, en casi todas las novelas que he escrito, los personajes más potentes son mujeres». Aclaró que quizá sea así porque, durante sus días de trabajo en la farmacia, trata mucho más con mujeres que con hombres. Ese trato «me ha hecho desarrollar la capacidad de escucha hacia lo femenino». Machuca siempre opta por poner la historia al servicio del lector, para invitarlo a reflexionar, «con el objeto de llegar a convertirnos en mejores personas».


 
Demasiada gente narra la historia de Fernanda, a la que apodan la Garraposita -«como me reveló que la llamaban de niña»-. El narrador, que será el propio Manuel Machuca, conoce a esta mujer de 75 años cuando, una tarde calurosa, entra en la farmacia. A Fernanda le duelen las piernas y busca algún remedio que le alivie el dolor, incrementado por las altas temperaturas. Como si se tratara de contar las cuentas de un rosario, la mujer comienza a desgranar todos los males que padece. Y así, entre operaciones pendientes e inflamaciones de rodilla, confiesa que le robaron un hijo.                                                                                                                                                                                                     «Fernando nació el 6 de noviembre de 1970 en la Casa de la Muerte. Y allí me lo arrebataron, sin que me dejaran tenerlo ni una sola vez en mis brazos». [pág. 19]                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 Con la Casa de la Muerte se refiere al antiguo Hospital de las Cinco Llagas, que fue institución sanitaria hasta el año 1972. Hoy, curiosamente, es la sede del Parlamento de Andalucía. A Machuca, tras aquella revelación, se le erizó el vello.  Él, que siempre está atento a las pequeñas grandes historias, siente inmediatamente gran interés por aquel suceso. Así que le propone a Fernanda visitarla en su casa para que ella, en su entorno, le cuente su historia. De este modo, a través de diversos flashbacks, el autor irá construyendo el recorrido vital de esta mujer desde su infancia hasta la edad adulta. Nos hablará de sus abuelos, de sus padres y de una hermana, Guadalupe, de la que mejor no os desvelo nada. Fernanda irá de desgracia en desgracia, buscándose la vida. Tendrá una infancia terrible, tratará de huir de una atmósfera asfixiante, se casará y tendrá hijos, pero el destino no deja de jugarle malas pasadas una y otra vez.  



El robo de bebés

El robo de bebés saltó a la actualidad informativa hace bastante tiempo. Y ocurre como ocurre con todas las noticias. Al principio, se habla mucho del asunto en cuestión para posteriormente quedar sepultado por otros sucesos de más actualidad. Pero no hay que olvidar que, como señaló el autor en la presentación, entre 1940 y 1990 se robaron trescientos mil niños en este país, «aunque no es una práctica que se haya dado sólo en España. Todos conocemos lo que ha sucedido en Argentina, Uruguay o Portugal». A la pérdida de un hijo en estas circunstancias, Machuca apuntó también que hay una carga adicional, el descrédito por parte de la familia, «con un mal sentido de la compasión». Cree que si la familia le quita importancia, no es por despreciar los sentimientos de la madre, sino para tratar de que a ella se le quite la idea de la cabeza. El problema es que eso solo acrecienta el dramatismo de la situación. Y esto es precisamente lo que le ocurre a Fernanda. «Tiene hijos que son profesores de universidad pero no la creen. Aseguran que su hijo falleció, a pesar de que nadie viera el cadáver. Su suegro era panadero. Sabía lo que pesaban las cosas, como también sabía que aquel ataúd iba vacío».

          
Lo que contiene las páginas de Demasiada gente es un relato imprescindible. Escribir y leer esta historia es hacer un acto de justicia. La historia de Fernanda, como la de otras muchas mujeres, debe ser conocida. Hay que ponerse en la piel de estas madres que, durante nueve meses, llevaron un hijo dentro al que, tras el parto, ni siquiera pudieron ver. Machuca narra la realidad de Fernanda, una realidad que ha sido dura, descarnada, terrible, pero también introduce elementos de ficción. Admito que la parte en la que se describe cómo Fernanda parió a su hijo te deja hecha polvo. Inevitablemente cae sobre el lector la tristeza y la desolación.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                               «A la mujer le daba igual que llorara o no. Con la ayuda de las muchachas me tumbó en el suelo y me ató de pies y manos al borrico. Sin quitarme la ropa ni nada. Yo les rogaba que no lo hicieran, les gritaba que no estaba cumplida, que sólo venía a que me revisaran porque había perdido una poquita de agua. Pero no me hicieron caso. Y mi marido sin venir. Me pusieron una inyección y ya no me enteré de nada más». [pág. 75]                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                               Y a pesar de la dureza de los hechos narrados, estamos ante una historia tratada con ternura, sin caer en excesos ni en dramatismos histriónicos que arrojen sobre nosotros la sensación de artificialidad, de tal manera que el lector pueda conectar directamente con la protagonista.

Sobre el robo de los bebés se habló mucho durante la presentación, como refleja el vídeo-resumen del acto que tienes a continuación.






Fernanda y Paula

Y aunque la protagonista se llame Fernanda, la mujer en la que Manuel Machuca se inspiró para escribir esta historia lleva el precioso nombre de Paula. A Paula, le robaron el cuarto hijo de los ocho que tuvo. Sin embargo, y a pesar de lo terrible, «y de una situación familiar complicada», ella tiró hacia delante. Tenía que atender a los siete restantes. «Cosía y lavaba para la calle. Hizo todas la labores que una mujer sin estudios de la época hacia en España si no estaba casada con un señor con dinero». 

Según nos comentó Manuel, Paula llegó a leer el manuscrito y le dio el visto bueno. «Le gustó mucho», afirmó. Contó que le llevó el primer ejemplar y grabó ese momento tan emotivo que el autor subió a sus redes sociales (puedes verlo aquí). Paula y Fernanda. Fernanda y Paula. En definitiva, una mujer que no dejará de buscar nunca a su hijo. 

Y en este punto, voy a pedirte algo importante. Te pido que le concedas unos minutos de tu tiempo a Paula. Escúchala en esta entrevista que le hicieron junto a Manuel Machuca en Canal Sur Tv.  Ella, como mejor puede, trata de explicar a los espectadores lo que le ocurrió el día que dio a luz a su cuarto hijo. Es inevitable sentir una ternura infinita por una mujer que lo pasó tan mal y a la que la vida ha castigado tan duramente. Escucha la entrevista completa aquí





Estilo y estructura

La novela cuenta con quince capítulos de corta extensión. En el último, a modo de epílogo, Machuca se dirige directamente al lector. Desvela en esas líneas que no todo lo que cuenta es real ni todo lo que Paula le contó está recogido en el libro, por expreso deseo de ella. En cualquier caso, e imagino que para dar más veracidad al relato, el autor opta por incorporar en el texto mensajes que madres, hermanos, hermanas, hijos e hijas cuelgan en algunas páginas de Facebook, dedicadas a los bebés robados. Leer estos mensajes me ha parecido descorazonador aunque, también hay alguna pequeña alegría que una siente casi como propia. Y, de igual modo y con la misma intención, Machuca transcribe notas de audio (todas reales) que fue compartiendo con Fernanda. Leerlas es darte cuenta de lo sencilla que es esta mujer, haciendo partícipe al autor de sus cosas más cotidianas, de sus pensamientos, de su día a día. Son pequeñas anécdotas que nos conmueven. Y también te das cuenta de lo sola que está. 


Machuca es un mero transmisor de esta historia. Ya se comentó en la presentación. Él no quiere hablar por boca de otros sino que esos otros sean los que hablen, utilizándolo a él como vehículo de comunicación. Y así lo mencionó Camps al señalar que, «de la manera en la que está narrada esta historia se advierte que quien escucha, deja hablar libremente, casi que sin preguntar, sin condicionar, sin matizar; dejando que el que hable lo haga como quiera»,  y evidenciando que entre el narrador y la protagonista hay una complicidad brutal.

Otras cuestiones

En circunstancias normales, publicar una novela es realmente difícil. Manuel confesó que conseguir editor para la historia de Fernanda ha sido un arduo camino. Comentó que había puesto mucha ilusión en este proyecto pero que lo ha desgastado mucho. «Ha sido un proceso muy ingrato porque terminé este relato antes de la pandemia» y si no llega a ser por Libros Padilla, que apostó por esta narración, posiblemente se hubiera quedado en el cajón. Machuca tenía miedo de que, debido a la delicada salud de Paula, ella no llegara a ver el resultado final. Por suerte, y como se ve en el perfil de Facebook del autor, Paula ha podido tocar su historia, una novela que los propios hijos de Paula no han querido ni leer. 

Dice Manuel que le gustaría que este libro llegara muy lejos pero no por él sino por Paula, para  hacer justicia y para que ella sepa que el mundo sabe su historia. Machuca ha puesto su granito de arena con la escritura. Y yo quiero poner el mío, con su lectura y con este post. Nunca debió ocurrir lo que ocurrió. A ninguna madre se le debería arrebatar a su hijo porque eso es igual que condenarla en vida.

 
Y yo me pregunto lo mismo que se preguntó Isaac Rosa en la presentación. ¿Cuántas mujeres estarán en la misma situación que Fernanda? ¿Cuántas de ellas llegarán a leer este libro, preguntándose qué habrá sido de su hijo, cómo será, en quién se habrá convertido? Y podría llegar aún más lejos, al ponerme en la posición de otro elemento importante. También me pregunto si, en algún momento, algún hombre o alguna mujer, quizá atisbando alguna duda en su interior, se pregunte dónde estará su madre y si todavía vive.


Por poner fin a esta reseña, Demasiada gente es de esas lecturas que ponen sobre la mesa el papel social que juega la literatura. Estamos ante una novela luminosa porque, a pesar de lo aterrador del relato y de lo intenso del dolor de Paula, cuenta con un desenlace esperanzador que nos invita a soñar un bonito final. 

Y dice el autor que él escribe porque hay cosas que le duelen. Y yo añado que yo leo para que haya cosas que me duelan. 

Sinopsis: 
«Demasiada gente» es su sexta obra literaria completa, quinta novela desde que comenzó con «Aquel viernes de julio», en 2012. Como aquel libro primero, «Demasiada gente» surge de una conversación entre la mujer que protagoniza la historia y el autor, que escucha y luego novela una biografía fascinante a partir de un trágico hecho.

A Fernanda, la protagonista de esta novela, le robaron su cuarto hijo al nacer con la excusa de que había muerto durante el parto, en los años 70 del siglo pasado.

En España, las asociaciones cifran en 300.000 los bebés robados entre los años 1940 y 1990 a familias humildes, con pocos recursos económicos y sin apenas voz para defenderse.

«Demasiada gente» aunque es una historia sobre niños robados durante la dictadura franquista, uno de esos trescientos mil bebés arrancados a sus madres, a sus familias, a los que aluden las estadísticas de una época oscura de España que aún hoy resulta tenebrosa, descubre una Fernanda sencilla pero luchadora, con ganas de aprender y descubrir qué ocurrió con su hijo.

Una novela que narra la historia maldita de estas madres a las que aún hoy se las ignora y se las condena al olvido o a la locura. A Fernanda le robaron su hijo en el hospital cuyo edificio es hoy sede de la soberanía popular, el Parlamento de Andalucía. Ningún correlato más potente que este para una historia de incomprensión, injusticia y desprecio desde el poder a uno de sus ciudadanos. Hoy, desde el poder, a ella y a las madres, padres y familias de esos trescientos mil bebés robados, se los condena al olvido, a que mueran con la herida irreparable cometida contra ellos, y que la falta de memoria de este país, esa memoria que volverán a enterrar los hijos del régimen que permitió aquello, dejará impune, lista para volver a repetirse de nuevas y subrogadas maneras.


viernes, 22 de septiembre de 2023

LA DESCONOCIDA de Rosa Montero y Olivier Truc

Editorial: Alfaguara
Fecha publicación: marzo, 2023
Precio: 17,90 €
Género: novela negra
Nº Páginas: 160
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
ISBN: 9788420475837
[Disponible en eBook y Audiolibro;
puedes empezar a leer aquí]

Autores

Rosa Montero nació en Madrid y estudió Periodismo y Psicología. Ha publicado las novelas Crónica del desamor (1979), La función Delta (1981), Te trataré como a una reina (1983), Amado Amo (1988), Temblor (1990), Bella y Oscura (1993), La hija del caníbal (1997, Premio Primavera de Novela), El corazón del Tártaro (2001), La loca de la casa (2003, premios Qué Leer, Grinzane Cavour y Roman Primeur), Historia del Rey Transparente (2005, premios Qué Leer y Mandarache), Instrucciones para salvar el mundo (2008, Premio de los Lectores del Festival de Literaturas Europeas de Cognac, Francia), Lágrimas en la lluvia (2011), Lágrimas en la lluvia. Cómic (2011, Premio al Mejor Cómic en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona), La ridícula idea de no volver a verte (2013, Premio de la Crítica de Madrid), El peso del corazón (2015), La carne (2016), Los tiempos del odio (2018), La buena suerte (2020) y El peligro de estar cuerda (2022). También ha publicado el libro de relatos Amantes y enemigos (1998, Premio Círculo de Críticos de Chile), y dos ensayos biográficos: Historias de mujeres —reeditado en edición ilustrada, revisada y ampliada con el título de Nosotras. Historias de mujeres y algo más (2018)— y Pasiones (2000), así como cuentos para niños, recopilaciones de entrevistas y artículos, y Escribe con Rosa Montero (2017). Desde 1976 escribe en El País, en el que fue redactora jefa del suplemento dominical durante 1980-1981. Además de los mencionados, ha sido galardonada con el Premio Nacional de Periodismo (1981), el Premio Nacional de las Letras Españolas (2017), los premios Leyenda de la Asociación de Librerías de Madrid y Ciudad de Alcalá de las Artes y las Letras (2019), el Premio Cedro (2020) y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (2022). Es doctora honoris causa por la Universidad de Puerto Rico y su obra está traducida a más de veinte idiomas.

Olivier Truc nació en Dax (Francia) en 1964. Trabaja como periodista para Le Monde y fue corresponsal para los países bálticos y escandinavos, prestando especial interés a temas sociales y a las minorías. Ha producido documentales de televisión y ha publicado dos libros de reportajes. Es autor de obras como L’Imposteur y Le Cartographe des Indes boréales, y de la serie de novelas protagonizada por la policía especial de los renos formada por El último lapón (ganadora de los premios Quais du polar, Mystère de la critique y Michel-Lebrun 2013), El estrecho del lobo (2015), La Montagne rouge y Les Chiens de Pasvik. La desconocida, escrita junto a Rosa Montero, es su última novela.

Sinopsis

Es de noche y en el puerto de Barcelona un guardia hace su ronda cuando su pastora alemana se para en seco a olfatear desesperadamente un contenedor. Al llegar, los mossos hallan en su interior a una mujer inconsciente y deshidratada. Tiene una brecha en la sien, quemaduras en la cara y el cuerpo, y no recuerda quién es ni cuál es su lengua materna, pero está viva. Mientras se recupera en el Hospital Clínic, un hombre intenta asesinarla. La inspectora Anna Ripoll, experta en trata de mujeres, parece haber dado con su identidad y su dirección: Alicia Garone; 19, rue du Chariot, Lyon. En la ciudad francesa el inspector Erik Zapori busca el modo de librarse de la investigación a la que asuntos internos lo está sometiendo por delitos de corrupción y proxenetismo. Nada mejor que viajar a España a ayudar en la resolución de este caso, aunque pueda ser el más complejo de su vida.

Rosa Montero, una de las autoras más queridas y premiadas en lengua española, vuelve a la novela negra, esta vez acompañada por Olivier Truc, ganador del Premio Quais du Polar, el más prestigioso galardón francés del género policiaco.

[Información tomada de la web de la editorial]

He leído alguna novela de Rosa Montero. No todas de su extensa bibliografía. Admito que las que leí me gustaron. De hecho es una autora a la que no solo me gusta leer, sino también escuchar. En cuanto a Olivier Truc, no lo conocía. Tampoco lo he leído nunca. Hasta ahora.

Me acerqué a La desconocida cuando se iniciaban los días estivales, buscando esa lectura entretenida, amena y ágil, que no me friera aún más las neuronas, porque para eso ya teníamos la canícula sevillana. No me importaba que fuera una novela escrita a cuatro manos. Antaño, recelaba mucho de este tipo de producto literario pero, con el tiempo, y después de haber leído títulos no solo escritos a cuatro manos, sino a seis, ya nada me sorprende ni nada me echa para atrás. La desconocida ponía ante mis ojos una historia negra, con secuestros, muertes, persecuciones e investigaciones criminales. Justo lo que andaba buscando. No obstante, el resultado de la lectura no fue exactamente lo que esperaba. Os cuento.

La desconocida arranca en el puerto de Barcelona. Mientras el vigilante nocturno hace su ronda junto a su inseparable compañera Julieta, un pastor alemán con un olfato entrenado por la policía que se detiene junto a un contenedor, descubre que el container ha entrado de manera ilegal en el puerto. El vigilante da el aviso. Lo que encuentran en su interior...


«...la gran caja está por completo vacía, salvo por una persona tumbada de costado y en postura fetal justo en el centro. Es una mujer de piel muy blanca con un vestido negro de tirantes. El pelo, corto, tupido y muy oscuro, deja ver un perfil afilado. Está descalza. Si no te fijas en la cinta adhesiva que le cubre la boca ni en las bridas que le sujetan muñecas y tobillos, se diría que está durmiendo plácidamente, una perla en su concha metálica a la luz aguada del amanecer». [pág. 8]


 
La chica está viva pero no recuerda su nombre. De hecho, no recuerda nada de sí misma pues, además de estar deshidratada y con magulladuras, sufre amnesia general transitoria. Por no mencionar que, en la revisión médica le han encontrado escopolamina en sangre, la famosa droga de la sumisión, y también cuenta con numerosas marcas de cigarrillo en su brazo. ¿Se las hizo ella o se las hicieron?

Al cargo de la investigación tendremos a Anna Ripoll, la inspectora judicial cuya primera indagación es averiguar a quién pertenece el contenedor donde apareció la joven. Todo apunta a una empresa de origen francés. DominoMer es una compañía con sede en Lyon, que únicamente se encarga de ofrecer contenedores en alquiler. A priori, parece una empresa limpia pero muy pronto sabremos que está en el punto de mira de la policía gala. 

Por otra parte, la joven -a la que han puesto como nombre provisional María- es interrogada mientras está en el hospital. Parece que domina varios idiomas, incluso el español, aunque tiene un acento peculiar. Estando bajo vigilancia médica en el centro hospitalario, ocurrirá algo que dará a entender que María no es una joven más, pues cuenta con ciertas cualidades no propias de cualquier persona y que despiertan la curiosidad de Anna. No será el único hecho que suceda. Parece que alguien quiere evitar a toda costa que María recupere la memoria, que hable y que desvele todo lo que sabe.  Pero, poco a poco, la luz se irá abriendo camino en su mente.

De este modo, tendremos dos tramas. Una, la que se desarrolla en España, con la investigadora Anna Ripoll y la víctima de nombre desconocido. La otra se iniciará en Francia y tendrá como protagonista al inspector Erik Zapori, que en la actualidad está siendo investigado por asuntos internos, su compañero el inspector Laurent Fachelle, y el comisario Votart. Dado que la empresa DominoMer es el nexo de unión de ambas investigaciones, los dos hilos narrativos confluirán en uno solo, y más aún cuando se descubra la verdadera identidad de María. Así que, España y Francia irán de la mano, aunque las formas de proceder de Anna y las de Erik son totalmente distintas.

La desconocida es una novela a la que no le faltará la acción. Poco a poco iremos adentrándonos en una historia en la que muchos no son lo que dicen ser y en la que descubriremos tapaderas, corrupción, y negocios turbios. Estamos ante un relato que nace del deseo de venganza, alimentado por esos impulsos más primarios del ser humano. Todo ello para llegar a un desenlace que responde a las incógnitas que han ido surgiendo a lo largo de la lectura. Y si dije al principio que la lectura de esta novela no había resultado ser lo que esperaba no es sino porque no me ha dejado especial poso. Me ha entretenido y poco más. 

Llegados al final del libro, descubrimos una nota editorial, en la que se nos informa de que La desconocida es el resultado de la colaboración entre Rosa Montero y Olivier Truc, idea que surgió en el festival Quais du Polar, a propuesta de la editorial Points.



«Se trata de un proyecto de escritura colaborativa de una novela policíaca original, en la que los dos protagonistas, no francés y otra española, se enfrentan a las diferencias culturales entre sus dos países con la idea de contribuir a un mejor entendimiento mutuo». [pág. 155]

 


A ver, original no es que me parezca, pero sí puedo decir que yo no he advertido diferencias en cuanto a una escritura a cuatro manos. Quiero decir que el estilo está equilibrado y eso que cada uno de los autores fue escribiendo un capitulo por turno. Seguro que se lo pasaron genial. 



Qué me ha gustado y qué no me ha convencido de esta novela

Lo que me ha gustado:

- la narración cuenta con suculentos giros de guion que animarán la lectura

- transcurre a buen ritmo, que se vuelve frenético al llegar al desenlace 

- personajes dispares; cada uno con su forma de ser y, lo más importante, con su forma de trabajar; a veces saltan chispas cuando Anna y Erik están juntos (lo amplio en el siguiente punto) 

- los autores van soltando detalles, datos aquí y allá que nos permiten ir sabiendo lo que ocurre; somos nosotros los que tenemos que ir componiendo el puzle de las relaciones personales entre los personajes. 

- lectura que cumple la misión de entretener al lector con una historia que, por su extensión, se lee en un suspiro 

 

Lo que no me convence:

- he leído ya muchas novelas que arrancan con un hecho truculento en el puerto de Barcelona y además con el mismo punto de partida, el hallazgo de una joven (o de varias) dentro de un contenedor.

- la trata de blanca, tema muy esquilmado en literatura; y es que tampoco me ha aportado un punto de vista diferente. 


Personajes

La acción gira alrededor de un puñadito de personajes. Nuestra atención recaerá principalmente en María, la joven hallada dentro del contenedor, que no recuerda su nombre ni nada de lo que le ocurrió pero que, obviamente, ha estado metida en problemas. María irá desvelando poco a poco su naturaleza. Desubicada y totalmente perdida en los primeros compases de la novela, se muestra siempre alerta, como si ese fuera su instinto natural. Lo que se esconde tras su personalidad se irá desvelando a medida que ella vaya recuperando la memoria.

Anna es una mujer que ya ha visto de todo y por eso desconfía hasta de su sombra. La experiencia le otorga las tablas suficientes como para manejarse bien en una situación como la que nos plantea la novela. Tiene todo bajo control y su olfato, como a un buen sabueso, le dice que nada es lo que parece.

Por la parte francesa, Erik Zapori es de esos personajes que aportan cierta dosis de humor a un relato negro. Veremos saltar chispas en los momentos en los que coincide con Anna porque, aunque son dos personas que reman en la misma dirección, lo cierto es que se llevan tremendamente mal y eso arranca alguna sonrisa al lector. 

Luego tendremos algún personaje más, bastante importante en la trama, pero ni siquiera voy a mencionar su nombre.



Con capítulos muy cortos y un estilo fluido y ágil, La desconocida apenas traspasa el umbral de las ciento cincuenta páginas que, unido a la abundancia de diálogos, consigue que te ventiles la lectura de esta novela en solo unas horas, un día máximo. Estamos ante una novela negra que, sin llegar a sobresalir sobre el resto de publicaciones del género, al menos sí te aportará la dosis de intriga necesaria para que la lectura te mantenga entretenido hasta su desenlace.


[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

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