No acostumbro a ver programas de deporte ni tampoco soy aficionada a verlo en la tele, así que no conocía a Luis García-Rey. Pero si a ti te gusta el fútbol, seguramente conocerás a este periodista de verlo en televisión o de escucharlo en radio. García-Rey es uno de esos periodistas que ha probado suerte con la literatura. Durante el confinamiento se metió de lleno en una novela policíaca, ambientada entre Madrid y Vigo. Sus protagonistas principales son Axel Nash y Loor Galván. Estos agentes de policía son como el agua y el aceite, de diferente densidad y, sin embargo, terminarán por encajar a la perfección. Lo que Axel y Loor tienen que investigar será el asesinato de un famoso locutor de radio deportivo. La víctima ha aparecido muerta en la habitación de un hotel de mala muerte, con el pene seccionado. A ello se une una segunda trama que nos traslada a Vigo, donde el trapicheo con la droga está a la orden del día. En Vigo, Iria Novoa es también policía, amiga de Omar, y hermana de Noa, una joven que soporta el peso de una terrible experiencia. Todo esto hablamos con Luis García-Rey hace unos días, a su paso por Sevilla.
Marisa G.- De periodista deportivo a novelista. Cuéntame cómo ha sido ese salto y por qué meterte a contar historias.
Luis G-R.- Bueno, voy a seguir en el deporte, que nadie se confunda. De alguna manera ha sido un paso natural. El mundo del deporte tiene algo de thriller. Cada vez que hay un partido o una competición nadie sabe lo que va a pasar. Es súper emocionante y por eso tiene unas audiencias tan tremendas. Es algo imprevisible. Es lo mismo que ocurre en Axel y en la novela negra, en general. La historia empieza y no tienes ni la menor idea de hacia dónde te va a llevar. Y luego, creo que la escritura está dentro de cada periodista. No me ha parecido un proceso tan antinatural.
Madrid, Galicia y periodismo deportivo. Jugar en casa
Luis García-Rey afirma que, al tratarse de su primera novela, necesitaba escribir sobre algo que conociera y sentirse lo más cómodo posible. «Si tengo que escribir de una ciudad en la que no he estado y de una profesión que desconozco va a ser todo mucho más complicado». Al escribir la novela en pandemia, no podía viajar a otras localizaciones, por eso eligió aquellos lugares que conocía bien. El autor vivió en Vigo hasta los 18 años, así que es una ciudad que domina y de la que puede escribir con total confianza. Lo mismo le ocurre con Madrid, ciudad en la que lleva viviendo muchos años también, o con el periodismo deportivo, profesión a la que se dedica en televisión desde hace más de un lustro. Al margen de que también colabora en radio. Son elementos que maneja y que le venían bien para esta primera novela. «Pero el que piense que se puede encontrar similitudes con la vida real se equivoca. Aunque esta es una novela en la que hay asesinatos, traiciones, violaciones, muertes y sangre, nosotros, como mucho, nos enfadamos por una acción polémica de un fuera de juego. Nuestra vida normal es amistosa y nos llevamos de maravilla. Vamos al trabajo a reírnos y a divertirnos», asegura el periodista.
M.G.- Iréis a trabajar de buen rollo, pero en esta novela hay muchas puñaladas laborales, tanto en el mundo de la radio como en el mundo policial.
L.G-R.- La vida es un poco así. En todas las profesiones y prácticamente en todos lados. Hay gente traicionera que quiere trepar, y gente solidaria que te ayuda. En mi profesión he tenido mucha suerte. Adoro a mis compañeros, creo que ellos, más o menos, me quieren a mí, y nos llevamos todos de maravilla. Pero en la novela hay que conseguir que la trama avance. Tiene que haber elementos propios del género, tiene que haber traiciones, jugarretas,...
La guerra de las ondas que vemos en la novela es algo más antiguo. En España hubo un momento en el que hubo una tensión muy fuerte entre determinados periodistas, que tenían un nivel muy alto y no se llevaban bien, y lo trasladaban a la antena. Pero eso es agua pasada. Ahora mismo, los grandes periodistas de este país terminan viajando juntos. Tenemos viajes de fútbol europeo, mundiales, o Eurocopas, en los que la gente convive. No hay ese corporativismo que te hace pisar al contrario.
Axel y Luis García-Rey
En palabras del autor, Axel es un tipo muy extrovertido y muy distinto a su compañera de batalla. Loor es mucho más oscura que Axel, y tendremos que ir descubriéndola. «Axel es un policía que se aleja de lo que hemos visto hasta ahora porque no es un tipo duro, no se refugia en el alcohol cuando el caso se complica. Es bastante tierno, aunque tiene mecha corta, y se enfada con facilidad». Dice de su personaje que a Axel le dan mucho miedo las mujeres porque tiene un pasado que le impide avanzar en sus relaciones. Sin embargo, con Loor conecta fácilmente porque entre ellos no hay ningún tipo de tensión sexual. Loor es lesbiana. «Por otra parte, Axel no cree en las jerarquías. Cree que sus métodos son muchos más importantes que los de los jefes».
En cuanto a las similitudes entre autor y personaje, García-Rey asegura que Axel tiene cosas suyas y otras en las que no se parecen en nada. «Por ejemplo, Axel es mucho más valiente que yo. Yo voy por la vida con pies de plomo, con cuidado, controlando mis movimientos para controlar también las consecuencias. Pero Axel, si ve que está en la carretera correcta, acelera y no mira para atrás. Es algo que envidio», confiesa. A pesar de esa valentía, el periodista asegura que su personaje también se equivoca mucho, aunque nunca le pesa el tener que rectificar. Es un personaje con una dualidad interesante que puede provocar en el mismo lector momentos en los que lo amas y momentos en los que lo odias. «El lector va a vivir una pequeña montaña rusa con el protagonista».
M.G.- Aparte de centrarte en el caso policíaco en sí, Axel y Loor tienen un pasado, y sus vidas componen una subtrama que avanza de manera paralela a la trama policíaca. En algún momento, esa parte íntima de los personajes me ha parecido que tiene tanto suspense y misterio como el caso principal.
L.G-R.- Sí. La historia arranca en Vigo, en la década pasada, con una violación. En el fondo es una historia de amor propio y de sanación. A través del cariño y del tiempo, hay que conseguir sanar algo que deja unas consecuencias irreversibles. Un episodio tan traumático te deja secuelas que te van a acompañar toda la vida. Y no solo acompañan a la víctima, sino que acompañan también a parte de su entorno. Creo que esa parte es muy sensible y muy interesante, frente a la otra parte, más trepidante, que es la investigación. Los personajes, tanto Axel como Loor, llevan mucho peso encima. Ese lastre les deja avanzar en lo profesional, porque su trabajo se convierte en un refugio, pero en lo personal tienen muchas dificultades. Hay que investigar también, como lector, esa parte personal para comprender el comportamiento de los personajes.
¿Una novela de personajes o de trama?
Asegura el autor que la novela arranca como un relato de trama que termina convirtiéndose en un relato de personajes. Dice que los personajes de esta novela empezaron a cobrar vida propia. Sin desviarse mucho de la investigación, el motor de la historia son los personajes. «Como escritor me centro más en las relaciones personales y en los diálogos que en la propia trama», admite. Sobre la relación entre Axel y Loor, desvela que tienen mucha química, «algo imprevisible porque son dos lobos solitarios». Pero, poco a poco se van conociendo mejor y comienzan a quererse y a entenderse, posibilitando así que la investigación fluya.
Al margen, otros dos personajes son Omar y Jarvis, de los que el autor afirma que tienen un punto muy tarantiniano, con esas conversaciones tan díscolas y disparatadas. «En mi opinión funcionan como un desengrasante en la novela. Son dos tipos en apuro, dos miserables, pero capaces de comportarse con honor».
Opina que, una vez que se termina de leer, el lector entiende que está ante una novela de personajes más que ante una novela de trama. «Los personajes cobran vida propia, algo que he descubierto mientras escribía». Luis dice que, en algún momento, pretendía que ocurriera algo pero que luego todo salía de otra manera porque los personajes se comportaban de un modo que él no había previsto. «Me he dejado llevar. Sé que suena raro pero los personajes me iban conduciendo a mí y no yo a ellos».
M.G.- De todos los personajes que aparecen en la novela, Jarvis me ha parecido el más auténtico. Leo sus diálogos y me lo puedo imaginar perfectamente delante de mí.
L.G-R.- Jarvis es hiperbólico y tiene un carisma extraordinario. Es un perdedor incapaz de sacarlo de sí mismo. Es un tipo que, en determinados momentos, pretende ser vanidoso, es un charlatán que no para de hablar, pero es incapaz de esconder al perdedor que lleva dentro. Creo que es un personaje muy atractivo, que tiene como una nube negra encima, y es incapaz de que algo le salga bien. Es un personaje que me gusta mucho, aunque es de esos tipos que uno quiere tener lo más lejos posible, porque no solo es un perdedor sino también un miserable. En cualquier caso, tiene ese punto que nos permite empatizar con él, porque todos hemos convivido alguna vez con la derrota.
Una novela llena de giros
Luis García-Rey nos comentó que, a la hora de iniciar la novela, partía de varios datos: lo que había ocurrido el día del crimen, cómo se habían desencadenado los hechos, y quién los había protagonizado, «pero no tenía ni la menor idea de cómo llegar hasta ahí», confiesa. Sin embargo, a medida que iba escribiendo se iban desarrollando las subtramas personales de Axel y Loor. «En algunos momentos, esas subtramas me interesaban casi más que la trama principal que había previsto». Así se construye una novela con «muchas carreteras secundarias», que es lo que posibilita que luego haya muchos giros.
Admite que, a veces, se ponía a escribir como lector-escritor y que muchas noches se preguntaba qué iba a pasar en la novela al día siguiente. Lo que planeaba no siempre salía. «Me sentaba a escribir y podía ocurrir lo que había pensado o cualquier otra cosa. Ha sido muy divertido porque la carretera era libre».
M.G.- Hablemos de escenarios. Luis, cuando hablamos de trama negra y la ubicamos en Galicia, inevitablemente se piensa en tráfico de drogas. Cosa que ya es una leyenda porque la droga entra por muchos puntos. Y luego, me gusta mucho cómo algunos personajes reflexionan sobre cómo se sienten en una ciudad u otra.
L.G-R.- Nací en Vigo y vivo en Madrid. Son dos vidas completamente distintas. Cuando viajo de regreso a Vigo, mi vida se convierte en otra. Todo se ralentiza. Pasas de quinta velocidad a segunda. Son las cuatro de la tarde y has hecho cuarenta cosas. Eso en Madrid no pasa. En la novela hay dos ritmos. La parte de Madrid es más trepidante, vertiginosa, con rascacielos, restaurantes de lujo,... Luego llegas a Galicia y allí te espera la familia, el arraigo, la lluvia, las raíces,... Existe una dualidad y una dicotomía en la novela.
M.G.- ¿Y ese Vigo que vemos en la novela, el del bar Pénjamo, el Capitán, las playas y las olas, es tu Vigo?
L.G-R.- Sí, es el Vigo en el que yo nací. Viví allí hasta los 18 años. Iba mucho a Pénjamo y al Capitán. No hacía surf pero mucha gente de mi entorno sí lo hacía, y me pasaba los veranos en la playa. Es un mundo que conozco bien.
Y luego, como decías antes, estaba la drogadicción y el narcotráfico. Eso formaba parte de Galicia porque es una puerta de entrada de la droga a Europa, al igual que pasa con Andalucía. Donde hay mar y puertos importantes, también hay herramientas para introducir la droga. Cuando crecí era la época de los clanes, de los Charlines, Sito Miñanco, los Oubiña,... Todo eso hace que la parte de Vigo sea completa. No están solo las raíces sino que también está la parte que puede salir mal. En la vida siempre hay algo que puede salir mal.
Dinero, sexo, poder, drogas
Son los cuatro elementos que encontramos en la novela porque asegura que fue lo que le iba pidiendo la historia. «La droga y Galicia casan bien. El poder tiene que estar sí o sí porque, de otro modo, no tiene sentido una novela negra. El sexo es algo con lo que empatiza todo el mundo. ¿Y cómo no vamos a hablar de dinero?», se pregunta. De todos modos, Luis señala un quinto elemento que nos lleva a otro lugar distinto. Se refiere al amor. «Lo que pasa es que el amor suele llevar a un sitio bueno, mientras que el poder, el dinero, el sexo y las drogas pueden desviarte de la virtud».
Axel tiene problemas para relacionarse con las mujeres y por eso sus historias de amor no terminan de fructificar. En cualquier caso, hay una historia de amor propio muy importante, la historia de la sanación. «El amor propio que tiene la gente gallega es algo que no existe en otros lugares». Y será ese amor propio el que permite que la víctima sea capaz de sanarse.
M.G.- Pero la música es también un elemento importante. Es una novela muy musical.
L.G.-R.- Esta es una novela muy moderna, aunque las referencias musicales no son muy actuales. También hay muchas referencias cinematográficas porque es algo que me gusta. Fundamentalmente es un guiño a mí mismo. Me encanta el cine, me encanta la música, y me apetecía que a mi protagonista le gustase lo mismo que a mí.
Temas
Dice Luis que, con esta novela, ha pretendido que la gente desconecte de su día a día, de las tecnologías y la saturación de pantallas. Y al margen de entretener al lector, el autor destaca una serie de temas muy actuales, que están tratados con cierta sensibilidad, como el machismo. «A través del movimiento feminista estamos avanzando pero queda mucho por hacer, muchísimo». En Axel, los personajes femeninos son muy sensibles, se pasan toda la novela en una lucha por ser visibles y que sean tratadas de igual manera que un hombre. «El machismo está tratado como telón de fondo de una manera sutil pero muy presente», nos desvela.
¿Habrá segunda parte?
Confiesa que le gustaría que hubiera más aventuras de Axel. «De momento, estamos con la primera. La Axelmanía está empezando, la acogida está siendo muy buena. Tanto la editorial como yo estamos contentos». García-Rey comenta que su personaje le gusta mucho, que cree que Axel y Loor forman un buen equipo y señala que le gustaría pasar más tiempo con ellos. «Y si yo paso más tiempo con ellos, me gustaría que los lectores también lo hicieran, así que, ¿por qué no una segunda parte?».
M.G.- Luis, me encanta leer los agradecimientos pero en este caso no hay. Te lo pregunto porque, en esa sección, generalmente el autor agradece a esas personas que lo han ayudado en la escritura de este libro. Como no hay agradecimientos, me gustaría preguntarte por esa ayuda que, quizá, te han prestado. Especialmente en la parte negra de la novela, en lo relativo a la investigación policial.
L.G.-R.- Lo que ocurrió es que estábamos en pandemia y no podíamos ir a ningún lado. Estaba en mi casa metido. Bajaba a la farmacia o bajaba al supermercado. Gran parte de la bibliografía y de la investigación fue a través de internet, o de otros libros. Vas buscando referencias o situaciones que se puedan parecer.
Y con respecto a los agradecimientos, si te soy sincero, tengo que agradecer a mucha gente pero se me ha pasado por completo. Es mi primera novela y se me olvidó por completo. Y mira que me ha ayudado gente. Pero bueno, también estoy muy contento con la dedicatoria. Se la he dedicado a mis padres. Mi padre falleció hace un par de años y es una de las personas más maravillosas del mundo. Y mi madre es la persona que más quiero. Me parecía muy bonito dedicárselo a ellos. De todos modos, me sabe mal lo de los agradecimientos.
M.G.- Para terminar, siendo escritor de novela negra, entiendo que serás lector de novela negra, me gustaría saber cuáles son tus autores de referencia.
L.G-R.- En España, para mí era Domingo Villar. Además lo conocí porque era paisano. Era muy del Celta, como yo, y coincidíamos en la radio. Recuerdo que le comenté que estaba pensando escribir una novela y me estuvo aconsejando. Me dijo que me tomara cada capítulo como si fuera la novela entera y que tenía que tratar a todos los personajes con el mismo amor. Eso me ha ayudado muchísimo. Permite que te abstraigas un poco de la globalidad y que te centres en cada capítulo. Es una forma maravillosa de avanzar. Las novelas de Domingo Villar me parecen obras maestras.
Y luego, fuera de España, mi detective favorito es Harry Hole de Jo Nesbo. Me gusta más el personaje que los libros. Podría estar toda la vida leyendo historias de Harry Hole. Me fascina y me gusta muchísimo cómo se comporta.
M.G.- Luis, no tengo más preguntas. Muchas gracias por haber venido a Sevilla y por esta novela.
L.G-R.- A vosotros.
Mientras tanto en Vigo, Omar Pombo y su amigo Javier Grande, Jarvis, que, como muchos otros jóvenes de las Rías Baixas, han acabado trapicheando para el narcotráfico, acaban de meterse en un lío descomunal: han perdido un cargamento y las consecuencias son previsibles. Y no son buenas.
Un mundo con personajes demasiado apegados al poder —y a los vicios— de los grandes empresarios, trata de blancas y prostitución, narcotráfico, mucho cine y mucha música en dos tramas perfectamente enlazadas, con giros magistrales y dos protagonistas inolvidables: eso y más es Axel, el debut narrativo del periodista Luis García-Rey.