lunes, 13 de enero de 2025

NO TOCARÁS de Nuria Pérez

Editorial: Salamandra
Fecha publicación: mayo, 2024
Precio: 21,00 €
Género: narrativa
Nº Páginas:304
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
ISBN:  9788419456526
[Disponible en eBook;
puedes empezar a leer aquí]


Autora

Nuria Pérez nació en Galicia e inició su vida laboral entre Milán y Londres, donde trabajó como directora creativa en agencias de publicidad. Actualmente crea y dirige proyectos sonoros como Gabinete de Curiosidades (Premio Ondas 2022), uno de los pódcast narrativos en español con más audiencia y mejor valorados en los últimos años. Autora de varios ensayos, No tocarás es su primera novela.

Sinopsis

Verano de 1873. El Alexandra Palace acaba de inaugurarse a las afueras de Londres y la vida tranquila de la joven Mary Hessler, que trabaja muy cerca de allí, está a punto de cambiar. Una noche cometerá un acto inconfesable que, muchos años después, será decisivo también para Adela Ferri y Marta Soler.

Verano de 1998. Marta, una celadora en el Museo Sorolla, lleva meses intercambiándose mensajes secretos con un desconocido y sus días transcurren entre hipótesis sobre quién estará detrás de ese juego y paseos por las calles de Madrid. Mientras, en Londres, Adela afronta como puede la crisis de su matrimonio y se siente protagonista de una extraña realidad que ella, pese a dedicarse a la escritura, no consigue definir.

Separadas en el tiempo y el espacio, pero unidas por un recorrido marcado por la culpa, los condicionamientos sociales, la obsesión y la búsqueda del amor, las historias de Mary, Adela y Marta nos demuestran que, a veces, basta cortar un hilo para que todo se desmorone a nuestro alrededor, y que cada decisión que tomamos es una pieza de dominó que se vuelva sobre las demás.

[Información tomada directamente del ejemplar]

El año 2024 terminó con la lectura de No tocarás, la primera novela de la gallega Nuria Pérez, a la que muchos han conocido por estar al frente del podcast, Gabinete de curiosidades. No es mi caso. No conocía a la autora. Tampoco he escuchado nunca el podcast en cuestión. Ahora siento una inmensa curiosidad, aunque he leído que ya no se puede escuchar. En cualquier caso, indagaré. 

La lectura de No tocarás ha sido más que gratificante. Requiere su tiempo. Quiero decir que, de entrada, el lector puede sentirse algo perdido pero no hay cuidado, poco a poco, las piezas van encajando en su lugar. Admito que, traspasados los primeros capítulos y sintiendo cierta desorientación, opté por leer la sinopsis, por aquello de tratar de dilucidar por dónde iban los tiros. Y vosotros diréis: ¿pero no lo haces antes? Pues no. Más bien me dejo llevar por mis impulsos y me lanzo a una lectura sin leer la contraportada. Eso tiene grandes ventajas y grandes inconvenientes. Por un lado, me enfrento a la historia sin saber un ápice de la trama, lo que me permite disfrutar de las sorpresas. Por otro, me ha ocurrido que, de haber leído previamente la sinopsis, me hubiera ahorrado un disgusto. No ha sido el caso. Pero entro en materia.

No tocarás se articula a través de la historia de tres mujeres: Mary, Adela y Marta. Unas comparten escenario con otras y las otras compartirán año con las unas. ¿Quiénes son estas mujeres?  

Mary (Londres, 1873)

Adentrarme en la historia de Mary me dejó bastante desconcertada. Me encontré con un personaje en una situación extraña, algo turbia. Mary es un joven británica a la que vamos a conocer en circunstancias poco halagüeñas. Está en un barco que no navega ni tiene intención de hacerlo porque no se trata de una travesía de ocio. Más bien es todo lo contrario. Hay gritos a su alrededor y comparte espacio con hombres, mujeres y niños. Cada día, todos ellos tienen que formar fila en cubierta, donde se decidirá la suerte de unos y otros. Si eres afortunado, regresarás al interior del barco, que funciona como una especie de presidiario. En cambio, si tu día ha llegado, serás arrojado por la borda. 


«El tripulante cumple el breve ritual. Posa una mano en su frente, realiza el signo de la cruz y luego le dice que siga caminando. Hoy tampoco será el Día del Juicio para esta mujer. Se le ha concedido más tiempo para hacer penitencia, tendrá que esperar al próximo amanecer». [pág. 15]


Mientras ella espera y teme lo peor, el lector la irá conociendo a través de sus recuerdos. La joven es una buena hija. Como las chicas de su edad y de su época trabaja para ayudar a la economía familiar y por eso se dedica a cuidar del pequeño Thomas, el hijo de la señora Walcott. Los Walcott están muy contentos con el trabajo de la muchacha pero siempre hay alguien que te desea el mal y Mary no estará libre de esa amenaza. No obstante, en la vida no todo es trabajo y sacrificio, también hay que darle vida al corazón y de eso se encargará el joven Oliver McGraw, que jugará un papel muy importante en la historia de Mary. Lo que parece una vida tranquila se tornará en un calvario, y es que Mary tiene un pequeño tropiezo, un desliz que, a simple vista, y dadas las circunstancias en las que produce, podría resultar algo inocente. Sin embargo,... (puntos suspensivos). Ahí lo dejo. 

Adela (Londres, 1998)

Estamos en la misma ciudad pero han transcurrido más de cien años. Adela es una mujer de origen español, aunque desciende de alemanes e ingleses. Casada con Michele, italiano de nacimiento, desde hace veintidós años, es madre de dos hijos, siendo uno de ellos la adolescente Lulu. Adela tiene una buena vida. Reside en Highgate «perla de los suburbios londinenses» y es escritora de profesión. Tiene mucho éxito y cuenta con una legión de lectores, pero el lanzamiento de su nueva novela se verá enturbiado por un descubrimiento que pondrá en jaque su relación conyugal. A partir de ese momento, Adela pone en marcha un plan con el objeto de resarcirse del daño sufrido. La veremos haciendo cosas algo disparatas y locas que pueden despertar tanto la simpatía como la ternura en el lector. Ahora bien, con lo que este personaje no cuenta es con una serie de hechos algo inquietantes y que la harán sentir bastante inestable mentalmente. Su vida se convertirá en un aluvión de emociones difíciles de digerir. Sumida en la frustración, el desencanto, la decepción y la humillación, dará paso a los recuerdos del pasado, que nos permitirá conocer a otro personaje más y que, con el avance de la trama, resultará de suma importancia.

Marta (Madrid, 1998)

La vida de Marta, de veintiocho años de edad, se reduce a su trabajo en la Casa Museo de Sorolla, a su perro, y a un peculiar grupo de conocidos con los que comparte alguna tarde en el parque. El grupo es variopinto y a todos los une un gran amor por los animales. No son grandes amigos pero Marta les tiene cariño y unos se preocupan de los otros. En fin que, aparentemente podríamos pensar que su vida es tremendamente aburrida, pero ha encontrado algo que la mantiene en vilo. Desde hace un tiempo intercambia mensajes cifrados con alguien que firma con la letra V. Todo empezó en el Museo Geominero, un espacio que ella visita con frecuencia y donde se encuentra en paz.


«4. Al entrar, Marta se relaja y nota cómo se expande su interior. Es una sensación similar a la que algunos advierten al entrar en un templo, o en una bañera caliente, una comunión con un entorno en el que se siente en paz». [pág. 26]


Marta es una mujer maniática que sufre de discalculia o aritmomanía. Es decir, lo enumera todo, pero cuando digo todo, es todo, como el número de semáforos que se encuentra desde su casa hasta su lugar de trabajo. Para ello posee una gran capacidad de observación. Y mirando, mirando, en una de sus visitas al museo Geominero encontró un pequeño papel que contenía un mensaje:


«La primera vez que Marta descubrió un papel entre las grietas de la manguera se preguntó cuánto tiempo llevaría allí. Ella tiene un especial radar para las cosas fuera de lugar, pero sabe que es un don peculiar. Las personas, por lo general, van por la vida sin apenas fijarse en nada y se maravillan de todo lo que ella puede notar». [pág. 29]


A partir de ese primer hallazgo, Marta se embarca en una especie juego de acertijos y adivinanzas que tendrán a la joven en danza de aquí para allá. No es un entretenimiento frenético porque también tendrá que atender a otras cuestiones que atañen a ese singular grupo de amigos con mascota, que ella frecuenta. 

Qué me ha gustado de esta novela

Pues ya os he hablado a grandes rasgos de las tres mujeres protagonistas de esta novela pero queda la pregunta más importante, ¿qué nexo une a Mary, Adela y Marta? ¿Cuál es el hilo conductor de esta novela? No puedo responder a estas preguntas de una manera clara y directa. Sería romper la magia de la novela. Sí os diré que todo tiene que ver con un objeto hermoso y bello, cargado de historia. Ese objeto, con el paso del tiempo, terminará por unir la vida de las tres mujeres. Pero también habría que añadir que la historia de las tres protagonistas tiene mucho que ver con un lugar, con el hotel Alexandra Palace, y con las relaciones personales, con esa idea, un tanto loca pero real, de que el mundo es demasiado pequeño. Ahí lo dejo.   

Precisamente, y al margen de las vidas de las tres mujeres, lo que más me ha gustado de esta novela es la urdimbre. Nuria Pérez hace una labor exquisita y brillante a la hora de conectar tres vidas, desvelando a pequeños sorbos los hechos y las conexiones. Ese despliegue lento lo vamos a observar más concretamente en la vida de Mary, sobre la que planea con mayor presencia el peso de la duda y la curiosidad. ¿Por qué está Mary en ese barco? Se hablará de pecado, de un acto punible y, poco a poco el lector irá descubriendo lo que esta jovencita «decente y trabajadora» ha hecho, a la vez que la veremos vivir una insólita y desagradable situación que le generará muchas dudas y un gran sentimiento de culpabilidad.


«No, Mary no volvió. Prefirió vivir con su pecado, al que tuvo que añadirle la culpa de algo que nunca entendió. Esa tarde se le pegó, pesada y maloliente, como una chaqueta de lana tras un largo aguacero» [pág. 40]


Nuria Pérez retrata muy bien lo que era la vida en esos pequeños barrios humildes y de gente trabajadora en la sociedad británica de la época. Reductos cerrados, donde los cotilleos y los chismes correrán como la pólvora, y donde será fácil encontrar a los vecinos metiendo las narices en las casas colindantes. Tampoco es que hayamos cambiado tanto.

En cuanto a Adela, me ha gustado muchísimo todo lo que esa mujer, despechada y dolida por su descubrimiento, va a poner en práctica. Es una parte de la novela con la que es muy fácil conectar, por su proximidad a nuestros tiempos. Hay muchas referencias a canciones, películas y libros que nos resultan conocidos. A su vez, me ha resultado divertidísimo el tira y afloja que se genera entre ella y su marido, la ironía de Adela que a Michele se le escapa porque no tiene en su mano toda la información que maneja su mujer y el propio lector. Pero, al tiempo, la vida de esta mujer nos conmueve. Las exigencias de su trabajo, la editorial, las expectativas de los lectores, la erosiva relación con su hija Lulu la ponen en una situación en la que se va sentir totalmente desubicada, desbordada, al borde del colapso. Ni siquiera será capaz de creer lo que ven sus propios ojos.

Y luego está Marta, a la que vemos en una especie de soledad elegida pero que, a la vez, se siente viva en ese juego que le propone V. El misterio que rodea la identidad de esa persona, con la que intercambia mensajes cifrados, le genera ilusión y miedo a la vez. A Marta la entiendo cómo esa persona fiel a sus costumbres sencillas, temerosa de que cualquier cambio se produzca.

Por añadir algo más, me ha parecido interesantísima la historia del hotel Alexandra Palace, coloquialmente conocido como Ally Pally. Uno entiende que lugares que un día fueron sinónimo de alegría, bienestar y lujo pueden tener también un pasado negro y dramático, pero no añado nada más.

Qué no me ha terminado de convencer

Bueno, hay hechos que ocurren en la vida de una de las protagonistas y que van a repercutir directamente en la vida de otra. Digamos que la magia existe y, aunque es fácil entrar en ese juego que nos propone Nuria Pérez, admito que este tipo de hechos no son atractivos para mí. Recurrir a una especie de bucle espacio-temporal me genera descrédito. No obstante, en No tocarás también resultarán esenciales esos giros del destino, las casualidades de la vida que, por insólitas que nos parezcan, se producen y, en este sentido, la novela no me ha defraudado.

Temas

Si rememoro la historia de Mary, Adela y Marta, me vienen a la cabeza varios temas que toca la autora en esta novela. Podría hablaros del abismo que supone para una joven el mundo de los adultos. Mary se ve sumida en una situación que no sabe manejar muy bien, asaltada por múltiples dudas, especialmente porque resulta totalmente sorprendente la actitud de alguien de su entorno. El amor adolescente, tan limpio y puro, tan lleno de entrega, también le tocará de cerca.

La salud mental se aborda desde la óptica de Adela, que ya duda hasta de su sombra. Este personaje nos hace entender la dualidad que podemos experimentar en nuestra vida, teniendo un gran éxito en una esfera pero sintiéndonos fracasados en otra. A través de este personaje también se ahonda en las relaciones materno-filiales, y en emociones como la decepción, la humillación o la traición. 

En cuanto a Marta, la autora explora el mundo de las manías, los miedos y las inseguridades. Para este personaje, la numerología llega a convertirse en un remedio milagroso para todo.


«No recuerda cuándo empezó la obsesión por esos números. El caso es que le basta encontrarlos para cambiar la actitud con la que afronta el día. Es una sencilla superstición que la acompaña desde siempre y que la ayuda a regalarse momentos en los que cree que todos es posible». [pág. 69-70]


Pero para mí, hay dos temas estrellas. Por un lado, la culpa. Las tres, a su manera, se sienten responsables de lo que ocurre en sus vidas. Por otro lado, la venganza que, en el caso de Adela y como comenté antes, seguro que despierta la sonrisa cómplice del lector. 

Estructura y estilo 

Escrito en tercera persona, Nuria Pérez emplea tanto el tiempo verbal pasado como presente. El primero es usado al abordar la historia de Mary, mientras que los hechos que componen la vida de Adela y de Marta se escriben en presente, quizá en un intento de otorgar contemporaneidad a la novela. 

La historia de cada una de estas mujeres se va intercalando, dedicando un capítulo completo a una u otra, pero sin seguir un patrón fijo, sino que la narración nos va acercando a lo que ocurre en sus vidas según las exigencias de la trama. 

No tocarás cuenta con una estructura capitular, más o menos homogénea, que se rompe en un momento dado, al introducir un capítulo titulado 5.12, hora crucial en la vida de Mary, Adela y Marta. Y es curioso también observar cómo los párrafos que corresponden a los capítulos de esta última están enumerados, como un guiño cómplice a la manía que ella posee.

Con una prosa elegante, la lectura de esta novela discurre con calma, incluso en momentos en los que se produce cierta emergencia, con lo que No tocarás deja una sensación de relax muy agradable. 


En definitiva, No tocarás me ha resultado una lectura muy placentera, una novela que viene a mostrar cómo el pasado y el presente se pueden llegar a dar la mano. Admito que la historia que más me ha gustado ha sido la de Adela, una mujer que a pesar de tener una vida profesional exitosa, vive zarandeada por un cúmulo de emociones que la llevan desde la rabia y la vergüenza hasta la soledad y la venganza. Bajo mi punto de vista, una lectura muy recomendable.

[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

Puedes adquirirlo aquí en tapa blanda y aquí en Kindle


jueves, 9 de enero de 2025

CELIA SANTOS. Una novela sobre las mujeres que viajaron a Australia en la Operación Marta.

La última conversación de 2024 la mantuve con Celia Santos. Era la primera vez que hablaba con la autora pero no la primera vez que la leía. En 2018 disfruté mucho de la lectura de La maleta de Ana (puedes leer la reseña aquí), una historia que nos hablaba de mujeres y de emigración, el viaje que emprendieron algunas de esas mujeres hacia Alemania, entre los años 60 y 70, en busca de una vida mejor. La autora vuelve a posar la mirada en las mujeres, y nuevamente nos habla de emigración en El país del atardecer dorado, donde recoge el viaje que muchas otras mujeres hicieron a Australia, con el mismo propósito que aquellas que viajaron a Alemania, solo que su llegada al país de los atardeceres dorados escondía luces y sombras.

Recién estrenado este 2025, os dejo con nuestra conversación.

Marisa G.- Celia, un placer saludarte y conversar contigo por teléfono. Y para empezar esta entrevista quería comentarte que yo me leí La maleta de Ana y me encantó, me gustó muchísimo, muchísimo.

Celia S.- Me alegro.

M.G.- Esta última novela la estoy empezando a leer pero llevo muy poquitas páginas. Lo que sí he visto es que está gustando a muchos lectores. Creo que la has presentado en Barcelona, ¿no?

C.S.- Sí, la presenté el miércoles día 20 [se refiere al 20 de noviembre], en Barcelona. Fue la primera presentación y la verdad que muy bien. Para ser un mes de noviembre y entre semana fue muy bien. La sala en la que estuvimos se llenó y bueno, recibí felicitaciones. Por ese lado, muy bien. 

M.G.- Esta novela se llama El país del atardecer dorado. Ese país es Australia. Vuelves a poner la mirada en las mujeres, como ya pasó en La maleta de Ana, y en esas mujeres que tienen que abandonar su país, España, en busca de un futuro. Pero, ¿qué cuentas exactamente en esta novela?

C.S.- Pues, en esta novela, aparte del hecho importante y que ya traté en La maleta de Ana, de hablar sobre mujeres que tienen que dejar su país, su familia y todo lo que tienen, para irse a una tierra desconocida, con otro idioma, con otras costumbres, y en este caso, al otro lado del mundo, para poder mantener a sus familias, como digo, aparte de ese hecho, quería dar a conocer la Operación Marta o el Plan Marta, que se urdió a finales de los 50 y principios de los 60. En esa época, la iglesia católica española, junto con la iglesia católica irlandesa asentada en Australia, reclamaba mujeres con la promesa de una oportunidad de trabajo, aunque su verdadera intención era conseguir mujeres que mandaban a Australia para casarlas con hombres solteros y así repoblar el país. Pero claro, esto último ellas no lo sabían. La iglesia aprovechó el desarraigo, la tristeza y la soledad que se crea en una situación de exilio o migración para, por medio de una selección natural, por así decirlo, conseguir que ellas mismas fueran buscando un poco de afecto. De este modo, se conseguía que se casaran, tuvieran hijos, y se formaran familias en Australia. Ojo, familias blancas.

M.G.- Es decir, ellas iban con una idea en la cabeza, una idea que les habían vendido, pero al final se encontraban otra cosa distinta.

C.S.- Claro, claro. Ellas iban con la idea ganar dinero. Ten en cuenta que estas mujeres iban allí con una promesa de trabajo. En Australia iban a cobrar cuatro veces más de lo que cobraban en España. Allí iban a cobrar unas cinco mil pesetas que para los años 60 era un buen sueldo, mientras que España se cobraba unas mil cien pesetas. Eran sueldos ridículos. Y recordemos que en los años 50 hubo una crisis económica brutal, con dificultades extremas y gente que pasaba hambre. En España había mucha hambruna y la gente decidía irse fuera para poder sobrevivir, tanto ellos como sus familias. Lo mismo que se cuenta en La maleta de Ana, que tuvieron que marcharse a Alemania, pues en este caso se fueron a Australia. Y allí se aprovecharon de la necesidad que ellas tenían para llevar a cabo ciertos planes.

M.G.- Yo desconocía por completo esta Operación Marta o este Plan Marta.

C.S.- Yo también, hasta que tropecé con ellos.

M.G.- ¿Y cómo te tropezaste con esta historia?

C.S.- De la forma más sencilla, fue a través de un artículo en un periódico. Leí que hablaban del avión de las novias y la entrevista que le hicieron a una de las martas. Esa mujer se había ido a Australia siendo muy joven y ahora había vuelto, tras jubilarse. Quería pasar su jubilación en España. Fue entonces cuando empecé a investigar y a buscar información, archivos y demás. Al principio, me pareció como algo distópico, como El cuento de la criada, pero no, fue real. Me dije que aquello había que contarlo, aunque me daba algo de miedo porque ya había hablado de mujeres emigrantes. Pero creo que no hay que dejar de hablar de ellas porque tuvieron un papel muy importante en la economía y en la sociedad española.

M.G.- Celia, ¿tú has conseguido hablar con una de estas martas, como se las llama?

C.S.- No. He conseguido hablar con familiares de ellas, con hijos y nietos. Ha sido difícil porque claro, con La maleta de Ana, podía coger un vuelo low cost y plantarme en Colonia pero en este caso, ir a Australia era otra cosa. Pero bueno, he podido hablar con algunos descendientes de vascos que emigraron a finales del siglo XIX o principios del XX. 

[Si prefieres leer nuestra conversación, dale al play]

M.G.- ¿Y de dónde viene el nombre Operación Marta? ¿Por qué se las llama las marta?

C.S.- Bueno, hace referencia a un pasaje de la Biblia, cuando Jesús va a casa de Lázaro que vive con sus hermanas Marta y María. Jesucristo habla con Lázaro y con el resto de los hombres, mientras que a Marta y a María las mandan a hacer la comida, a lavarles la ropa, y a preparar las habitaciones. Marta se queja y dice que por qué tiene que hacer eso y no se puede quedar a escuchar a Jesús, a aprender, a formarse y entonces Jesucristo le dice que tiene que dar gracias por lo que el Señor les ha encomendado. Y de ahí viene lo de la operación Marta.

M.G.- Como comentas, es verdad que es muy complicado y caro viajar a Australia. Entiendo que entonces, el viaje de estas mujeres tampoco tuvo que ser fácil. ¿En qué condiciones viajaban?

C.S.- Las mujeres de la Operación Marta viajaron en condiciones bastante buenas. Viajaron en avión, aunque tardaban en llegar unos tres días, con nueve o diez escalas. Los vuelos salían de Londres, aterrizaban en España, recogían a las mujeres españolas; luego hacían escala en Roma, recogían a las mujeres italianas; también hacían escala en Atenas, y allí recogían a las mujeres griegas. Iban haciendo diferentes escalas pero viajaban en bastante buenas condiciones. En cambio, los hombres hacían el viaje en barco y tardaban unos tres meses en llegar allí. Para las mujeres el calvario empezó cuando llegaron allí, con la pena, el desarraigo, la tristeza de no conocer a nadie, ni las costumbres, ni el idioma,... Pero el viaje fue bastante amable.

M.G.- Sé que las mujeres que deseaban viajar a Australia tenían que responder a un anuncio en el periódico. ¿Qué requisitos tenían que cumplir estas mujeres para embarcarse en esta aventura?

C.S.- En el anuncio del periódico se pedían tres requisitos. Por un lado, tenían que ser solteras, tener entre 21 y 30 años, y ser católicas. Esos eran los tres requisitos. ¿Qué ocurrió? Pues que se produjo un vacío. Tenían que ser solteras pero en ningún caso se especificó que no debían tener hijos. Y claro, eso es lo que le pasa a Elisa, la protagonista de mi novela. Aproveché esa circunstancia. En una entrevista que publicaron en el periódico, la entrevistada era una madre soltera. Ser madre soltera en España, en los años 50 o 60, era un estigma. No podías salir sola, no tenías oportunidad, ni futuro de nada. Muchas madres solteras se fueron a Australia, pero dejando atrás a sus hijos, con los abuelos. Ellas se establecieron allí y luego los reclamaron. Era una vía de escape para ellas.  Pero sí, los requisitos eran tener entre 21 y 30 años, ser soltera y católica.

M.G.- ¿Y no tenían que pagar ninguna cantidad de dinero?

C.S.- No, no tenían que pagar nada. Ellas salían de Barajas y llegaban directamente a Melbourne. Allí se quedaban unos días, o bien en un convento o bien en una residencia habilitada para ellas. Luego las distribuían por el país.

M.G.- Elisa, la protagonista de tu novela es madre soltera. Ella decide marcharse a Australia y digamos que en España tiene un entorno familiar algo complicado. Por eso decide marcharse, ¿verdad?

C.S.- Sí, pero no hagamos mucho spoiler. Ella se marcha a Australia porque su novio de toda la vida, José Ramón, se ha marchado allí también. En España, él era minero sindicalista y no puede seguir en España porque se puede meter en un lío a nivel sindical. No están en un momento como para andar significándose. Su idea es irse a Australia y luego mandar a buscarla para que se vaya con él. ¿Qué pasa? Pues que Elisa se da cuenta de que está embarazada. Y ahí lo dejamos.

M.G.- Lo dejamos ahí, sí. 

Bueno, todos sabemos, más o menos, cómo era España en los años 60 pero ¿cómo era Australia? ¿Con qué país se va a encontrar Elisa a su llegada?

C.S.- En aquella época era un país con muchos contrastes. Lo sigue siendo. Es tan fascinante como aterrador. En los años 60, Australia estaba en plena adolescencia, como país. Te podía dar lo mejor y lo peor. Era un país salvaje que había que domar. Te podías encontrar un coche alemán o americano de último modelo, junto con un coche de caballos, con un canguro que pasaba por allí. Los hombres iban armados por las calles. Era un país que estaba creciendo y, justo después de la Segunda Guerra Mundial, con más motivo necesitaban hacer crecer su población. Además, tenían que ser blancos porque los aborígenes estaban en reservas y prácticamente no los dejaban ni respirar, ni pensar por sí mismos. Los aborígenes también serán protagonistas en la novela porque he querido que así fuera.

M.G.- ¿Y cómo era la relación que mantenían, tanto los hombres como las mujeres, con la población aborigen de allí?

C.S.- Prácticamente no había ningún tipo de relación porque los aborígenes estaban escondidos, estaban en reservas. Prácticamente estaban condenados o relegados a los peores trabajos, los más desagradables, los más sucios. Especialmente en las zonas rurales porque en las ciudades no había tantos. Pero si ya en las zonas rurales, los trabajadores europeos tenían poco contacto con nadie, mucho menos lo tenían con los aborígenes. Lo que pasa es que, en mi novela, sí hay un personaje aborigen, Gulara, que tiene una relación muy bonita con la protagonista. Es un personaje que sí tendrá bastante relevancia en la historia.

M.G.- Imagino que, en principio, la vida de estas mujeres se reducía a cuidar del marido, la casa, los hijos. ¿O cuándo llegaban a Australia hacían otro tipo de labores?

C.S.- Como hemos comentado, al principio, ellas iban con la idea de trabajar en casas particulares, como empleadas del hogar. Eran trabajos durísimos y, al poco tiempo, solían pedir el traslado para trabajar en cualquier otro sector. Muchas de ellas terminaban trabajando en fábricas, hospitales, como limpiadoras o en cocinas. Pero claro, al casarse, tenían que cuidar de la familia. Pero había un problema añadido y es que Australia era el país con más mujeres abandonadas del mundo. Muchas veces, los maridos se enganchaban a la rutina del trabajo y estaban fuera de su casa todo el año, ganando mucho dinero, pero llevando una vida un poco de pirata, por así decirlo. Así que las familias quedaban abandonadas y ellas solas tenían que sacar adelante la casa y los hijos.

M.G.- ¿Hay mucha documentación sobre esta operación, Celia? A la hora de escribir esta novela, y partiendo de ese artículo en el periódico, ¿has encontrado mucha documentación?

C.S.- No mucha, la verdad. Me ha costado. Hay archivos, publicaciones, artículos, pero no te tropiezas con cincuenta mil fuentes de información. Hay que buscar, hay que adivinar y averiguar dónde buscar. Espero que cada vez lo pongan más fácil para que la gente sepa lo que ocurrió. 

M.G.- Bueno, a raíz de tu novela, yo he empezado a buscar información sobre la Operación Marta. De hecho, encontré una noticia en la que se narraba que se rindió como un homenaje a estas mujeres en Guernica. ¿Tienes constancia de esto?

C.S.- Sí. La mayoría de las mujeres eran vascas. Una población importante de vascos emigró a Australia a finales del siglo XIX y principios del XX. Fueron operaciones de los años 50, a las que se llamó Operación Emú, Operación Eucalipto y Operación Canguro, en las que participaron muchísimos vascos.  

Hay una anécdota que siempre me gusta contar. El actor Jacob Elordi, que está tan de moda ahora, es un chico australiano que triunfa en Hollywood pero es nieto de un inmigrante vasco. Ese abuelo se marchó a Australia y luego reclamó a su mujer y a su hijo, el padre del actor. El apellido Elordi es vasco.

Y luego, hay otra anécdota muy curiosa relacionada con los escoceses y con el grupo AC/DC.

M.G.- Sí, lo he visto en tu Instagram.

C.S.- Sí, pues ellos llegaron a Australia con sus padres. Eran nada menos que nueve hermanos y fue allí donde montaron la banda.

M.G.- Es curioso, la verdad.

Celia, y ya para terminar, ¿has descubierto algún pasaje más de la historia en la que poner la mirada y en  el que las mujeres sean protagonistas?

C.S.- Siempre, siempre están ahí, Marisa. Creo que me persiguen y están esperando a que termine una novela para tocarme el hombro y decir ahora me toca a mí. Pero bueno, ahí hay dos o tres historias que me están rondando, pero todavía no lo tengo muy claro. Seguro que la protagonista será una mujer.

M.G.- Y espero poder hablar contigo sobre esa nueva novela. Te agradezco muchísimo que me hayas atendido.

C.S.- Gracias a ti, Marisa. Ha sido un placer.

M.G.- Un saludo, Celia.

Sinopsis: Octubre, 1961. Un avión repleto de mujeres despega de Madrid con destino a Australia. Ciento catorce almas, equipadas con sus sueños y temores, se dirigen al fin del mundo.

UN VIAJE AL PAÍS DEL ATARDECER DORADO

UN AMOR IMPOSIBLE DE OLVIDAR

UN SECRETO A PUNTO DE ESTALLAR

Entre los verdes campos de caña de azúcar de Queensland y el dorado del cielo australiano, se alza la plantación Santa Ana. Elisa, una joven asturiana integrante de una iniciativa del franquismo y la iglesia católica para poblar Australia llamada Operación Marta, consigue trabajo en la hacienda aunque ella tiene otro objetivo: encontrar al padre de su hijo, desaparecido tiempo atrás.

Sin embargo, cuanto más investiga, más misterios descubre alrededor de la plantación, de sus patronos y de los duros trabajos de los jornaleros. Bajo la amenazante mirada del sacerdote y el guardián de Santa Ana, Elisa buscará la verdad y hallará la sabia y valiente compañía de los aborígenes del lugar y de aquellos que, como ella, han perdido demasiado para temerle a nada.

Celia Santos escribe sobre la Operación Marta o "el avión de las novias", un viaje histórico en el que cientos de mujeres fueron enviadas a Australia con la esperanza de un futuro mejor. El país del atardecer dorado nos desvela el oscuro enigma oculto tras esa promesa en una historia repleta de amor, esfuerzo y esperanza de la mano de unos personajes inolvidables.




miércoles, 8 de enero de 2025

¿PARTICIPASTE EN EL RETO AUTORES DE LA A a la Z (Edición 2024)?

 Iniciado el nuevo año, vengo a recordaros a los participantes del Reto Autores de la A a la Z (Edición 2024) que ya podéis enviarme vuestros logros a lecturapolis@gmail.com. A esta dirección, debéis remitirme el enlace a la entrada en la que deben figurar todas esas lecturas de 2023, con las que participáis en este reto. Incluid también los puntos conseguidos conforme a lo estipulado en las bases. No basta con enumerar las lecturas, sino que deben estar debidamente enlazadas a las reseñas correspondientes (ya sea en un blog o en Instagram).




Recordad que solo serán válidas aquellas reseñas publicadas entre el 1 de Enero y el 31 de Diciembre del 2023 y que, aunque no hayáis completado todo el abecedario, podéis tener puntos para participar en el sorteo si habéis cumplido los requisitos mínimos.

Para el envío del enlace, tenéis de plazo hasta el 20 de enero. Con posterioridad, redactaré una entrada con los participantes, sus enlaces y los puntos conseguidos, y organizaré el prometido sorteo. 

Gracias a todos por vuestra participación un año más.

Y muchas gracias porque la mayoría de vosotros habéis sido fiel a este reto año tras año pero hoy os quiero comunicar que este año os voy a dar un descanso. No es un adiós sino un hasta luego. En 2025 haremos un kit kat, pero tengo intención de retomar el reto cuando tenga más tiempo.

Espero vuestros correos.



viernes, 3 de enero de 2025

EL MISTERIOSO CASO DEL IMPOSTOR DEL TITANIC de Carmen Posadas

Editorial: Newton Espasa
Fecha publicación: octubre, 2024
Precio: 22,90 €
Género: novela negra
Nº Páginas: 432
Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta
ISBN: 978-84-670-7269-3
[Disponible en eBook y Audiolibro;
puedes empezar a leer aquí]

Autora

Carmen Posadas es autora de doce novelas, más de quince libros infantiles, dos biografías y varios ensayos, relatos y guiones de cine y televisión. En 1998 ganó el Premio Planeta con Pequeñas infamias. También ha sido galardonada con el premio Apel·les Mestres de literatura infantil y el Premio de Cultura que otorga la Comunidad de Madrid.

Entre sus títulos más destacados se encuentran La cinta roja, La hija de Cayetana, La maestra de títeres, La leyenda de la Peregrina y Licencia para espiar. Traducidas a treinta idiomas, todas sus obras han sido recibidas con gran éxito de crítica y público. En 2003 la revista Newsweek la señaló como «una de las autoras más destacadas de su generación».

Sinopsis

Carmen Posadas se embarca con Doña Emilia Pardo Bazán en una aventura detectivesca  

En abril de 1912, la adinerada viuda de Peñasco tuvo un mal presentimiento mientras almorzaba en su palacete de Madrid. Algo les había pasado a su único hijo y su nuera, a quienes en ese momento creía en París, disfrutando de su luna de miel. La dama no se equivocaba: a pesar de las advertencias que les había hecho, los recién casados se habían embarcado en el que se creía el barco más seguro del mundo y sin duda era el más lujoso: El Titanic. Pocos días después las funestas nuevas llegaron a la mansión de la viuda: su hijo había perecido y su nuera estaba sana y salva, pero rota de dolor en Nueva York.

Se pone en marcha así una intriga al más puro estilo Carmen Posadas, ambientada en el Madrid de principios de siglo y entre cuyo elenco destacan Emilia Pardo Bazán y uno de sus personajes ¿de ficción?, el dandy reconvertido en detective Ignacio Selva.

Años después del hundimiento del Titanic, entra en contacto con Selva una dama adinerada de Avilés con una noticia insólita: su hermano, un indiano millonario que había sido dado por muerto en el naufragio, aparece en su mansión de La Habana para susto primero y alegría después de su viuda. Tras la sorpresa inicial, se despierta la sospecha en la familia. ¿Ha vuelto ese hombre de entre los muertos o no es más que un impostor?

[Información tomada de la web de la editorial]

En este mundillo de lectores, escritores, editoriales y reseñadores se suele decir que, si vas a opinar sobre un libro que no te ha gustado, mejor mantener el silencio. Entiendo perfectamente que una reseña de color gris empaña un libro y la labor de su autor, pero la vida está compuesta de luces y sombras. Las lecturas, también. Y bajo mi punto de vista se puede hablar absolutamente de todo si fundamentas tu opinión y la manifiestas desde el respeto. Eso es lo que pretendo hacer en este post, hablar de mis impresiones sobre El misterioso caso del impostor del Titanic de Carmen Posadas, argumentando mis palabras y mostrando el absoluto respeto que tengo por la autora porque, vaya por delante que Carmen Posadas es una autora que me gusta. No es que haya leído toda su producción literaria pero lo que he leído me ha gustado. Admito, además, que cada vez que la autora lanza nueva novela, me intereso por ella y, en la medida de lo posible, acudo a la presentación de sus publicaciones en Sevilla. Pero vayamos al grano.

El misterioso caso del impostor del Titanic tenía todas las papeletas para que la lectura de esta novela se colara y adelantara a otras pendientes. Para empezar, han hecho una fantástica labor de edición. No me negaréis que, tanto título como cubierta, resultan sumamente atractivos. Tanto una cosa como la otra es lo primero que nos entra por los ojos y el primer reclamo que consigue que nos acerquemos a un libro o no. Por otra parte, la novela me prometía un misterio, un enigma a resolver que, además de estar vinculado con el  hundimiento del Titanic, resulta que, para mayor abundamiento, va a ser investigado y resuelto por, nada más y nada menos, doña Emilia Pardo Bazán. Ahí es nada. Así que, si sumaba dos más dos, el resultado no podía ser otro más que lanzarme de cabeza a la lectura de este libro. Lamento decir que la experiencia no ha sido como esperaba. En honor a la verdad, siento decir que la novela me ha resultado ocasionalmente tediosa hasta el punto de que he tardado una eternidad en finalizar la lectura. Os cuento en detalles y que quede claro que esta es una opinión más. 

La acción de esta historia se inicia con un primer capítulo introductorio que dará pie al grueso de la trama. En ese primer capítulo conoceremos a doña Purificación Castellana de Peñasco, una dama de alta alcurnia y muy supersticiosa, compañera de doña Emilia Pardo Bazán en sus partidas de bridge. Doña Pura está muy afligida. Su hijo Víctor viajaba en el Titanic y ha desaparecido. Pero como digo, este puñado de páginas será solo un aperitivo porque la verdadera trama de la novela comienza diez años después, en febrero de 1921, cuando doña Emilia, que ya tiene unos setenta años, pretende escribir varios artículos sobre los pasajeros españoles que sobrevivieron al hundimiento del Titanic. La Bazán quiere contactar con ellos, indagar en las secuelas que tuvo la traumática experiencia y contar qué ha sido de estos hombres y mujeres.


«Podía ser muy interesante desde el punto de vista humano responder, por ejemplo, a este tipo de preguntas: ¿cómo se sobrevive a una tragedia tan terrible, y a la vez tan notoria? ¿Cambia la personalidad de un hombre o de una mujer después de -y como decía Fermina- "asomarse a la puerta del infierno"?». [pág. 36]


Siete fueron los supervivientes españoles que esquivaron la muerte aquel fatídico 14 de abril de 1912 en el Titanic. Por circunstancias que mejor dejo en el aire, Emilia Pardo Bazán conoce a dos de ellos. Para localizar a los cinco restantes contará con la ayuda de Ignacio Selva y con un amigo de este, el ex inspector Corralero. Hechas las pesquisas oportunas, resulta que la autora no encuentra un hilo jugoso del que tirar, así que abandona la idea de escribir la serie de artículos. No obstante, y tras otras cuestiones que ocurren en la novela, Ignacio Selva recibirá una carta desde Asturias, concretamente desde Avilés. La firma Amalia Olmedo, cuyo hermano Armando falleció en el Titanic. O eso parece porque ahora le llegan noticias de que su hermano vive. ¿Será cierto? Han pasado muchos años sin tener noticias del que ahora parece resucitar de los muertos y como Amalia anda recelosa, encarga a Emilia Pardo Bazán y a Ignacio Selva que acudan a Avilés, para esclarecer si Armando es realmente quién dice ser o bien se trata de un impostor. Y ahí comienza realmente esta novela, con el desplazamiento de la autora y su mano derecha la Casa de los dos Torreones, propiedad de los Olmedo. Allí pasarán una temporada, poniendo a prueba al supuesto heredero de la fortuna familiar. La indagación sobre la auténtica identidad de este personaje dará pie a otra serie de cuestiones que adentrarán al lector en el pasado de la familia, descubriendo que la desdicha se ha cebado con ellos, y sacando a la luz una serie de secretos que desvelarán la realidad que se esconde tras este entramado, un hecho que tiene que ver con un episodio trágico del pasado. De este modo, El misterioso caso del impostor del Titanic nos llevará por el camino de la verdad, no sin dejar atrás un reguero de muertes. ¿Accidentes? ¿Suicidios? ¿Asesinatos? Pasen y vean, lectores. 

¿Por qué digo que esta novela no me ha convencido?

Para gustos colores. Cuando me topo con una novela que no me termina de convencer, me gusta leer otras opiniones. He leído varias sobre este libro y creo que soy la nota, si no discordante, al menos, sí la más discordante.

Al inicio de la lectura me sentí atraída. Ese capítulo introductorio despertó mi curiosidad, con esa doña Pura que tiene una terrible premonición, y teme por la vida de su hijo Victorito. A partir de este punto, Posadas va encaminándonos a lo que realmente es el núcleo de la novela, la suplantación o no de la identidad de Armando Olmedo, los secretos familiares, las relaciones que se tejen entre todos los miembros de la familia, los avatares del pasado,... Todo pintaba bien pero temo que me he encontrado varios escollos por el camino. Por ejemplo, algún capítulo me ha parecido que sirve como relleno. Me refiero a esas páginas en las que Emilia Pardo Bazán e Ignacio Selva llegan a Avilés y mantienen una conversación sobre la historia de la ciudad, ahondando en la necesidad que han tenido muchos de sus habitantes de emigrar fuera de España para buscar un futuro mejor. O bien la transcripción de un diario en el que, además de lo importante, también se cuenta lo que no es relevante. A mi juicio, da demasiada información que tampoco resulta necesaria. 

A eso se une que algunos diálogos me han sobrado y otros me han parecido demasiado extensos. Los interlocutores se enredan en una conversación que da muchas vueltas alrededor de lo que se quiere decir. De este modo, el arranque de la investigación, lo jugoso del misterio, tarda mucho en llegar. He sentido que, en algunos momentos, se frena la acción, demorándose los momentos más interesantes de la trama, lo que impide que la historia avance. En su lugar, los personajes se enredan en otras cuestiones accesorias, como la descripción del caso de unas esmeraldas robadas, que han conseguido disminuir mi interés.

Por otra parte, hay ocasiones en los que se debería recurrir a la elipsis narrativa porque en algún capítulo se vuelve a referir con detalle información que el lector ya conoce. Es decir, si ya se ha descrito previamente alguna peculiaridad de la fisonomía de un personaje, no hay necesidad de volver a contar con minuciosidad qué clase de peculiaridad es esa. El lector ya lo conoce. A eso añadimos que hay explicaciones e hipótesis que se repiten, relacionadas con el origen de otro personaje.

Y ya llegando al final, la resolución del enigma es muy predecible. Tiene mucho que ver en el asunto una técnica novedosa, empleada por la policía para elaborar la ficha policial de un detenido. Sobre este asunto se incide mucho a lo largo de la novela y se dan mucha clase de detalles que, bajo mi punto de vista, podrían haberse reducido. Y es que hay mucha descripción, lo que consigue que la lectura se torne lenta y tediosa.

Esto es lo que os puedo contar sobre la trama. En cuanto a los personajes, también tengo mis más y mis menos.

Personajes

El misterioso caso del impostor del Titanic es una novela bastante coral. Para empezar, entre las páginas de este libro aparecerán los distintos miembros que componen la familia Olmedo y su servidumbre, es decir, Amalia y su hermano Armando; Eva, la mujer de Armando; Laura, una supuesta sobrina; Piedad, el ama de llaves; Plácido, el jardinero e hijo de esta última; o Covadonga, la doncella. Pero, en la primera línea de protagonismo estarán Emilia Pardo Bazán e Ignacio Selva.

El hecho de que Carmen Posadas haya optado por convertir en detective a una escritora de renombre como la Pardo Bazán no es muy original. Ya hemos leído novelas en las que escritores reales se convierten en investigadores, pasando de la realidad a la ficción. Por ejemplo, están las novelas de Luis García Jambrina, en las que vamos a ver a Fernando de Rojas como pesquisidor. Es un recurso curioso, que puede despertar la curiosidad y el interés del lector, pero que ya no sorprende. 

La imagen que Carmen Posadas nos da sobre Emilia Pardo Bazán me ha desconcertado. A mí me ha parecido un dibujo un tanto caricaturesco. Desconozco si es lo que la autora pretendía pero tengo que decir que me ha roto los esquemas. De Pardo Bazán tenemos mucha información. Sabemos que fue una mujer avanzada a su tiempo, comprometida políticamente, ferviente defensora de los derechos de las mujeres,... La novela hace un despliegue de lo que fue su faceta literaria y muestra su ideario en cuanto al papel de la mujer en la sociedad (para mí, las páginas más valiosas del libro). Muy interesante la explicación de cómo evoluciona el largo de las faldas, acortándose a medida que la mujer se integraba cada vez más en la vida laboral. 


«Inauguramos el siglo XX con ellas [se refiere a las faldas] barriendo inmundicias del suelo, como ha ocurrido desde tiempos inmemoriales; luego, cuando el Titanic se fue a pique, tímidamente empezamos a enseñar el tobillo; con la llegada de la Gran Guerra, se recortaron aún más y, desde entonces, trepando, trepando no han hecho más que menguar hasta incluso más arriba de la rodilla». [pág. 117-118]

 

Pero también vamos a ver a una mujer que recuerda con un gran cariño a Benito Pérez Galdós, fallecido un año antes de desarrollo de los hechos de esta novela, con quien mantuvo una relación sobre la que han corrido ríos de tinta y sobre la que tampoco se hace un gran despliegue en el libro, una mujer a la que se le atribuye una buena colección de amantes, una mujer de costumbres inflexibles. 


«A doña Emilia le faltaba poco para cumplir los setenta y su cintura no era la duna Friné (tampoco sus brazos, ni sus caderas, ni siquiera lo eran sus clavículas de las que en otros tiempos estuvo tan orgullosa), pero la fama es la fama, y la suya, modestia aparte, era la de una coleccionista de romances. Con hombres guapísimos, dicho sea de paso, y bastante más jóvenes que ella». [pág. 33]

 

El lector se va encontrar con una Pardo Bazán intuitiva y sagaz pero a la que percibo con frivolidad. Es una apreciación muy personal pero es lo que he sentido.

En cuanto a Ignacio Selva, este nombre debería resonar a los lectores de las obras de la gallega pues estamos ante un personaje de novela que traspasa los límites de la ficción y se transforma en persona de carne y hueso. Digamos que Carmen Posadas le da una vuelta de tuerca al asunto porque Ignacio Selva, o Selvita como cariñosamente lo llama la Bazán, fue el personaje de su novela La gota de sangre. Fabula Posadas con que Selva fuera un personaje real, coetáneo de Emilia Pardo Bazán, al que pidió prestado su nombre para uno de sus personajes. 


«Selvita debía de andar por los veintisiete o veintiocho cuando ella decidió convertirlo en protagonista de su primera novela policiaca. Le había gustado su nombre, Ignacio Selva, y se lo pidió prestado para bautizar con él al protagonista de La gota de sangre». [pág. 31]


Entre otros personajes, aparece Laura, la sobrina ciega de doña Amalia, cuya ceguera también cobrará cierta relevancia en los hechos. Y el resto, también tendrán su importancia. Muchos de ellos serán personajes acosados por la culpa y otros andarán con mucha sed de venganza. 

Estructura y estilo

Narrado principalmente en tercera persona, y con un importante toque humorístico, la novela se estructura en nueve bloques, cada uno de ellos lleva el nombre de uno de los personajes. A lo largo de dichas partes se distribuyen un total de cuarenta y nueve capítulos, generalmente de corta extensión, que culmina con un epílogo que aclararía todas las dudas.  

La narración estará salpicada allí y allá por algunos términos gallegos como meu ruliño, que Posadas pone en boca de la escritora gallega para dar más empaque al personaje y que no suponen ningún escollo para el lector. Ahora bien, hay dos expresiones que me han descolocado. Me refiero a «dar el cante» y «hacerse el longuis», ambas pronunciadas por Pardo Bazán. Debo decir que he hecho una incursión profunda en Internet, buscando el origen de estas dos expresiones y cuándo empezaron a usarse. No he encontrado nada definitivo. Lo mismo son expresiones de la época pero me ha chocado escucharlas/leerlas en boca de la autora.

En definitiva, El misterioso caso del impostor del Titanic es una novela con secretos familiares, venganzas, traiciones y amor, con el hundimiento del Titanic y con doña Emilia Pardo Bazán como principal protagonista. A mi juicio es una novela que se deja leer, con un claro propósito de entretener y divertir al lector pero que, en mi caso concreto, no me ha terminado de convencer por todo lo expuesto. E insisto, es mi opinión personal. Quizá a ti te convenza más que a mí. Todo es probar. 

[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

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martes, 31 de diciembre de 2024

FELIZ AÑO 2025

Querid@s mí@s, seguro que todos estamos atareados a estas horas, ultimando los detalles de esta noche, la última que nos regala el año 2024. Si echamos la vista atrás, ¿con qué sabor despedís el 2024? En mi caso, no voy a quejarme. Al 2025 le pido lo más importante, que sea un año venturoso y lleno de dicha, en el que la SALUD y el AMOR brille por encima de todo. Espero que tengáis una noche maravillosa y...

¡FELIZ AÑO 2025!


 



jueves, 26 de diciembre de 2024

BEGOÑA PÉREZ, LA ORDENATRIZ: ❝Me gustaría que este libro fuera como El 1080 recetas de Simone Ortega❞

Begoña Pérez es muy conocida en redes sociales. En su cuenta de Instagram @la_ordenatriz comparte con sus seguidores todo tipo de trucos y consejos, desde blanquear la tapa del wc hasta quitar manchas de maquillaje. ¿Que se te ha manchado un bolso de nobuk y no sabes como limpiarlo? Acude a la cuenta de la Ordenatriz. ¿Que te huele un cajón a humedad? Busca el remedio en su cuenta de Instagram. En ese perfil podemos encontrar la respuesta a cualquier drama doméstico.

Esta simpatiquísima y amabilísima madrileña publicó su primer libro, Limpieza, orden y felicidad, en 2022. Recientemente ha visto la luz su segunda publicación, Los trucos de La Ordenatriz. Soluciones de la A a la Z para los pequeños dramas domésticos, dedicada exclusivamente al tratamiento de las manchas. A mí me ha parecido un libro hiper-mega-super práctico porque entre sus páginas puedes encontrar la solución a muchas manchas que a veces se convierten en un verdadero quebradero de cabeza, arruinando nuestra prenda favorita. 




El pasado día 7 de noviembre, Begoña Pérez visitó Sevilla para promocionar este segundo libro y tuve la oportunidad de conversar con ella, junto a Fernando Sánchez de Libros en el petate. Madre de siete niños, sentía curiosidad por saber de dónde venía esa afición a solventar problemas de espacio y de manchas. ¿Es una obsesión o más bien es fruto de esa gran maternidad? Begoña nos dijo que su casa es un caos pero la disfruta a tope porque, aunque tiene muchos hijos y como los de todos, desordenan y manchan, siempre trata de encontrar el lado práctico al asunto. Reconoce que limpiar no es una actividad que le guste pero, después de indagar tanto en el orden y en el mundo de las manchas, siente mucha curiosidad y cualquier mancha que se le ponga por delante le supone un reto.

La autora aseguró que jamás se imaginó que pudiera tener tanta repercusión en redes sociales. Actualmente su perfil supera la cifra de un millón setecientos seguidores que le lanzan preguntas y buscan sus consejos, pero admite que difícilmente puede llegar a responder a todos. «"Cuando tenía tan sólo cien mil seguidores me llegaban una media de mil quinientas preguntas al día y tuve que reconocer que no me daba tiempo a responderlas todas». En ese momento se agobió porque para ella era importante establecer vínculos con sus seguidores, responder a las consultas que le hacían e interactuar con todos ellos, pero el volumen de mensajes que le llegaba era inabarcable.

En Los trucos de la Ordenatriz se recogen todos esos trucos caseros, ese compendio de sabiduría popular, que ha ido pasando de abuelas a madres y de madres a hijas. «En este libro hay muchas cosas que se estaban perdiendo, todos esos trucos de nuestras antepasadas, en los que usaban productos baratos y que solemos tener en casa», afirmó. Pero no sólo vamos a poder encontrar trucos que forman parte de nuestro legado familiar, sino que Begoña también ha tenido que hacer pruebas para conseguir eliminar algunas manchas, a través de la técnica del ensayo y el error. «Me he cargado muchísimas cosas, más de las que puedo contar, entre ellas regalos que me han hecho». Nos comentó que, con las manchas, no todo es uno más uno igual a dos porque una misma mancha se comporta de forma distinta según sea el tejido. Es decir, que la misma técnica no siempre funciona con el mismo tipo de mancha en distintos tejidos. Y, efectivamente, hay manchas que no se quitan. Hizo mención a las que provoca la lejía, «aunque más que mancha, es una decoloración del tejido, y contra eso no encuentro una solución que funcione»

Otra mancha que da también muchos quebraderos de cabeza es la que producen los pomperos, esos juguetes infantiles con los que los niños hacen pompas de jabón.  «No sé qué tiene ese producto que, cuando la prenda manchada la echas a lavar, la grasa se queda incrustada en el tejido y eso es casi imposible de eliminar», aseguró Begoña.

Pero contra las manchas difíciles hay muchos productos de fácil adquisición que nos pueden ayudar. Cree la autora que en cada casa debe existir un kit básico, compuesto por jabón, bicarbonato, percarbonato, vinagre blanco y alcohol. Compartió con nosotros los ingredientes de la fórmula mágica, muy útil para limpiar y eliminar manchas difíciles, y que se compone de:


- medio litro de agua tibia

- 2 cucharitas rasas de jabón en escamas (o ralladura de jabón)

- 50 ml de amoniaco

 

De todos modos, hoy en día se están haciendo virales dos productos de limpieza más. Por un lado, el jabón potásico. Por otro, la piedra blanca«El jabón potásico es el jabón de toda la vida y la piedra blanca se lleva usando desde hace treinta o cuarenta años, que se inventó en Alemania», nos explicó. En cuanto al jabón potásico sirve, no sólo contra las manchas sino que también es muy útil contra los insectos, con la ventaja de que no resulta perjudicial para las mascotas y los bebés.

Nos aseguró que uno de los grandes errores que cometemos a la hora de tratar de eliminar una mancha es usar más producto de la cuenta. Puso el ejemplo de esas personas que abusan del detergente y del suavizante en la lavadora, porque de este modo pensamos que la ropa va a quedar más limpia y más suave. «No es así. Los fabricantes lo tienen todo estudiado y las indicaciones que nos dan en el etiquetado son las que debemos seguir», aconsejó.

Quise ponerla a prueba y le pedí que me explicara qué podía hacer con una mancha de vino que no había conseguido eliminar después de usar jabón potásico. Me respondió que el empleo de este jabón era correcto pero que, para otra ocasión, tratara la mancha con vino blanco o con gaseosa, antes de meter la prenda en la lavadora. Ahora bien, si ya se ha tratado de eliminar la mancha y no hemos obtenido el resultado adecuado, Begoña nos sugiere introducir la prenda en agua tibia, con percarbonato, y dejar actuar el producto durante un par de horas. Luego, evitando siempre exponer la prenda al sol, lavar de forma habitual.

La autora tiene en mente otro proyecto, escribir como una especie de manual de supervivencia, dirigido a todos esos jóvenes que se van a independizar pero, mientras ese nuevo libro llega, le gustaría que este libro fuera como El 1080 recetas de Simone Ortega, aquel primer libro de recetas de cocina que nuestras madres y abuelas tuvieron en sus casas y que, a día de hoy, se sigue editando. «Me gustaría que este libro fuera también un básico, un diccionario de manchas que uno se pueda llevar consigo cuando se independiza». 

Sinopsis: Manchas de bolígrafo, de chocolate, de maquillaje, de cera o de sangre. Atascos, roturas, quemaduras o desteñidos. Este libro es una guía infalible para tener siempre a mano porque te resolverá los mil y un problemas domésticos que se te puedan presentar en el día a día. Con ingredientes básicos como bicarbonato, vinagre, jabón en escamas, amoníaco o laca (sí, laca como ingrediente quitamanchas, y también insecticida, ¡insecticida!), Bego, La Ordenatriz, te guiará con nuevas, creativas y originales soluciones tan sencillas como infalibles.

Soluciones de la A a la Z para que encuentres rápidamente la respuesta que necesitas, con un lenguaje sencillo y toda la sabiduría de esta gran experta a la que ya siguen más de un millón y medio de personas. 

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