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jueves, 15 de junio de 2023

BLUE JEANS: ❝No ha sido fácil cambiar de novelas de corazones a novelas de asesinatos❞

Justo antes de marcharme a hacer el Camino de Santiago, tuve la oportunidad de sentarme a conversar con Francisco de Paula, más conocido como Blue Jeans. El autor sevillano tiene tablas en el mundo literario. Lleva quince años escribiendo y publica una novela al año. Los que acostumbramos a visitar ferias del libro ya no nos extraña ver las largas colas frente a las casetas en las que el autor firma. Sus lectores se cuentan por miles, y no solo en España, sino también en otras latitudes. Debo admitir que yo lo he leído en muy contadas ocasiones. La etiqueta de novela juvenil está muy apegada a sus libros pero como él dice, sus novelas pueden ser leídas por público adulto igualmente. Yo misma me he zambullido alguna vez en alguna historia de corte juvenil y la he disfrutado, máxime si, como viene haciendo el autor en sus últimas publicaciones, el argumento aleja un poco el romance para dar más protagonismo al suspense y la intriga.

La última melodía de Chopin es el cierre de la bilogía que se inició con Los crímenes de Chopin. La desaparición de la detective Celia Mayo tiene en jaque a la ciudad de Sevilla. Su hija Triana, junto a su novio Niko, más la periodista Blanca, serán los encargados de averiguar qué pasó con Celia. Todo ello en una ciudad que cobra su protagonismo y con un argumento que, como viene siendo habitual en los libros de Blue Jeans, toca temas de enjundia.

Os dejo con la entrevista. 

Marisa G.- Francisco, un placer tenerte en Sevilla, que es tu casa.

Blue J.- Muchas gracias. 
M.G.- Es la primera vez que hablamos, pero sigo tu trayectoria, y veo todas las cosas fantásticas que te ocurren. Llevas quince años en esto de la literatura y, si no me equivoco, son dieciséis las novelas publicadas.
B.J.- Sí. El 3 de junio de 2008 empecé con Fotolog, aquella red social en la que puse la primera palabra de Canciones para Paula y, quince años más tarde, llevo dieciséis novelas publicadas.
M.G.- Dieciséis novelas, traducciones, adaptaciones al formato audiovisual,...Al margen del trabajo que todo esto supone, que es mucho, ¿cuál crees que es el secreto de tu éxito?

B.J.- Es complicado saber qué tecla pulsa uno para que las cosas funcionen. Creo que tengo cierta dinámica. Más o menos, sé cómo funciona el tema de los libros, el mundo de la literatura, de las editoriales, y de los lectores. Creo que lo importante es la constancia y buscar siempre historias actuales que puedan interesar y gustar a los jóvenes. La primera novela, si funciona, puede ser casualidad pero, después de dieciséis novelas, el trabajo previo que hago para buscar la historia que pueda interesar al lector, y que también me divierta a mí, ese trabajo previo que hago con Esther, mi pareja, es muy importante. Nada es casualidad. Todo está muy planificado. 

M.G.- Bueno, hay un factor suerte pero es mínimo.

B.J.- Por supuesto. Hay que reconocer que somos muchos los que escribimos y en España, por desgracia, muy poca gente puede dedicarse en exclusiva a escribir. Si no tienes suerte, es imposible. En mi caso, la primera persona que apostó por mí es una persona de una editorial a la que sus jefes les decían que no, que aquel chico no había que publicarlo, y ella insistía que sí, que vieran lo que estaba haciendo en Internet. Si esa chica no hubiera insistido, yo posiblemente hoy no estaría aquí.

M.G.- Recientemente has cambiado el rumbo. Sin dejar de hacer novelas juveniles, antes te centrabas más en el romance y ahora tiras más para el suspense y el thriller. ¿Por qué ese cambio?

B.J.- Yo siempre he tenido la etiqueta de autor de juvenil romántica, aunque luego en los libros pasaban muchas cosas. He tratado temas como los trastornos en la conducta alimentaria, el bullying, la identidad sexual, Internet... Pero empecé a notar que necesitaba salir de esa zona de confort para que el lector no se cansara de mí, para que la editorial no se cansara de mí, y para que yo mismo no me cansara. Y bueno, me gusta leer novelas de misterio desde siempre y, hablando con la editorial, les propuse hacer una novela de misterio pero con jóvenes. A Planeta le gustó mucho la idea y empecé a escribir La chica invisible. Me divertí muchísimo. Así que, creo que he encontrado otro camino. No ha sido fácil cambiar de novelas de corazones a novelas de asesinatos, pero me lo paso muy bien. Creo que estos libros, aparte de que me he divertido mucho, están incluso más trabajados que los anteriores porque cambia el proceso y la manera de trabajar. Estoy muy contento con estas novelas. 

M.G.-  Es un género agradecido. El suspense y el thriller nos encanta a todos. Independientemente de que la novela sea juvenil o esté protagonizada por jóvenes.

B.J.- Sí. Y durante estos quince años es algo que llevo peleando. La novela juvenil no es solo para jóvenes. Es verdad que es juvenil. Yo soy el primero que le dice a la editorial que va a escribir una novela juvenil y que quiero que mi novela esté en el sector para jóvenes de la librería. Pero también voy diciendo que un adulto puede leer perfectamente una novela juvenil. Le gustará más o menos mi forma de escribir, o la manera en la que trato a los personajes, pero una novela juvenil la puede leer todo el mundo.

M.G.- Bueno, La última melodía de Chopin, el libro por el que estamos hablando hoy, es el final de una bilogía que se inició con Los crímenes de Chopin. Entiendo que para leer esta novela es obligatorio leer la anterior, ¿no?

B.J.- Convendría. A ver, yo voy haciendo recordatorios de lo que ocurre en el primer libro porque pasa un año desde un libro a otro, y hay lectores que han leído muchísimo por el camino, y se les ha podido olvidar lo que pasó en el primero. O igual, hay lectores que leen el primero y luego pasan tres años hasta que leen el segundo. Así que voy haciendo recordatorios. Pero es conveniente leer el primero porque son libros continuistas. Es decir, lo que encuentras en las primeras páginas del segundo son las respuestas que quedaron pendientes en el primer libro. Por eso ha sido muy difícil hacer una sinopsis porque tienes que desvelar sí o sí lo que pasa al final del primer libro. Así que sí, es conveniente leer el primero antes del segundo. Aunque también te digo que hay gente que lee el segundo sin haber leído el primero y se mete en la historia, porque te lo voy recordando.

M.G.- Has empezado a hacer promoción incluso antes de que la novela salga a la venta. Es la primera vez que me encuentro algo así, que el autor inicie la gira de promoción antes de que los lectores puedan tener el libro en sus manos.

B.J.- Yo llevo de promoción... Incluso me he subido a un helicóptero para hacer vídeos y tal.

M.G.- Sí, lo sé. 

B.J.- Antes, el escritor, cuando escribía el libro, lo mandaba a su editorial y se olvidaba del libro hasta que salía. Si acaso, luego tenía alguna firma. Pero hoy en día, estás los 365 días del año pendiente de tu libro. Haces muchísimas más firmas, muchísimos eventos, y tienes las redes sociales.

Yo llevo promocionando esta novela antes de terminar de escribirla, porque he ido poniendo frases en mis redes sociales, porque voy intentando calentar el libro, hacer hype, hablar de los personajes sin contar nada, ir hablando con los lectores. Tienes que ir alimentando. Y el último mes, antes de la publicación, ya tenemos mucho contenido. Por ejemplo, hemos mostrado cómo se hace el libro en la imprenta y, como te digo, me han subido a un helicóptero para promocionarlo.

M.G.- Por primera vez te subes en un helicóptero.

B.J.- Por primera vez, y me lo pasé muy bien. Disfruté mucho. Pensaba que me iba a dar miedo pero peor lo pasaron los que venían conmigo. La periodista lo pasó peor, pero yo disfruté mucho. Así que, bueno, esta es la nueva manera de trabajar y tienes que estar un mes antes calentando el libro hasta el día de la publicación.

M.G.- Respecto a la novela anterior, te leí en una entrevista decir que ese libro surgió una noche de insomnio. Quería preguntarte si tu mente funciona así, si tus novelas surgen a base de impulsos.

B.J.- Como te he dicho antes, cada novela tiene un trabajo previo, que a lo mejor no se puede llamar trabajo, pero sí una fase previa en la que nacen las ideas, las primeras ideas. Esas ideas nacen muchas veces de charlas con mi pareja, con Esther. ¿De qué voy a escribir el próximo libro? Surge como una tormenta de ideas y vamos soltando cosas, vamos soltando títulos. Es una parte bonita porque además es con tu pareja. 

Una idea puede salir en cualquier momento, como salió con Los crímenes de Chopin. Estaba escuchando música clásica. Bueno, ni siquiera recuerdo si era clásica, y me vino la frase a la cabeza. Esther ya estaba dormida pero le fui mandando mensajes de WhatsApp para que los viera al día siguiente, con los detalles de la historia que me iba viniendo a la cabeza.

Otras veces nace de forma distinta. De una canción, del título de una película. Por ejemplo, Buenos días, princesa es una frase de la película La vida es bella. Las ideas van saliendo, no de una manera mecánica, sino de la exposición a un montón de cosas y sobre todo de esas charlas con Esther. Esas charlas son fundamentales porque cuando tenemos una novela entre manos, pues me gusta hablarlo mucho con ella y ahí nacen muchas ideas.

M.G.- Total que Esther es casi como una co-autora.

B.J.-Se puede decir que es la mitad de todo lo que hago, aunque el libro lo escribo yo, evidentemente. Ella es muy inteligente, muy lista, y aparte es capaz de ver cosas que a lo mejor yo no veo. Hay un montón de cosas por las que hemos discutido. Claro, yo me llevo ocho horas escribiendo, llega ella, le cuento lo que he escrito y me dice que no lo ve. El primer pronto es preguntarle que por qué me dice eso, que llevo trabajando todo el día. Luego, le das una vuelta, ya en frío, y terminas por darle la razón. 

M.G.- Las mujeres somos muy listas, ¿eh?

B.J.- En general, ella lo hace porque, al igual que yo, quiere lo mejor para el libro. Y al igual que hablo con Esther, también hablo con mis editoras. Hacen un buen trabajo conmigo y hay plena confianza para que me digan si algo lo ven bien o no.

M.G.- Bueno, como hemos dicho, este libro es el cierre de la bilogía. En la anterior, narrabas la desaparición de la detective Celia Mayo. Imagino que en esta novela todos los misterios quedan resueltos, ¿o hay opción a que quede una puerta abierta?

B.J.- El lector ya sabe cómo son mis finales. No puedo prometer nada. Lo único que puedo prometer es que va a encontrar las respuestas de muchas cosas que quedaron pendientes en el primer libro. Pero que lean este libro porque hay muchas sorpresas, muchas muertes inesperadas y muchos giros. Eso es lo fundamental en una novela de misterio, en un thriller. Es necesario que haya giros inesperados. Si el lector intuye lo que va a ocurrir, llega al final, y ocurre lo que ha pensado... Siempre me guardo alguna carta. En este libro me guardo varias para el final. 



[Si quieres escuchar nuestra conversación, dale al play]


M.G.- Al hilo de lo que estás comentando, hay que aclarar que esta bilogía no solo trata de la desaparición de Celia Mayo, sino que ocurren muchas más cosas. Por ejemplo, hay hijos que tienen que sobrellevar el asesinato de un padre, personajes que se enfrentan al suicidio de un amante, atentados contra políticos, personajes que tratan de suicidarse como vía de escape,... Es decir, que la novela abarca un montón de temas y vamos a encontrar personajes con mucho mundo interior.

B.J.- Creo que mis libros son muy de personajes. Además, intento que no sean un cliché, sino personajes contradictorios, que no piensen siempre lo mismo. Creo que las personas vamos cambiando y las experiencias que vamos viviendo nos condicionan. Una persona que pierde a su padre, o a la que le desaparece su madre, no puede ser una persona extrovertida, súper contenta de la vida y tal. Ese sufrimiento lo tienes que ver en su comportamiento, como pasa con Triana. En este libro, Triana tiene comportamientos que, en el caso de que su madre o su padre estuvieran vivos, posiblemente no tendría. Sus circunstancias afecta a su relación con Niko. Una persona, como Triana, a la que le está pasando lo que le pasa a ella, no puede estar bien con su pareja, por mucho que su pareja la apoye. Tiene que tener subidas y bajadas. A Niko también le afecta todo lo que le está ocurriendo a su pareja. Así que se trata de una cadena que va uniendo a los personajes. Es fundamental que los comportamientos de los personajes sean creíbles y reales. Es lo que intento trabajar mucho porque creo que es importante que la historia sea creíble. Es lo fundamental. Luego pueden pasar muchas cosas. Se puede estrellar un helicóptero contra la Giralda.

M.G.- Eso me dio mucho miedo. 

B.J.- Pues imagínate, que me subieron a uno. Pero como te digo, pueden pasar muchas cosas, incluso algunas fantásticas,... pero la situación de los personajes, el entendimiento de la vida, el comportamiento,... Todo eso tiene que ser muy creíble. Y eso creo que es lo que más trabajo.

M.G.- Las emociones, ¿no?

B.J.- Exacto. Y luego cada personaje tiene su desarrollo, tiene sus circunstancias, tiene su vida personal, que forma parte de las historias paralelas que se van conformando, a medida que se va desarrollando la investigación. 

M.G.- En la desaparición de Celia, juega un papel importante una periodista de nombre Blanca, a la que ya vimos en la novela anterior. Por otro lado, también estás hablando de Triana, hija de Celia, y de Niko que van a hacer sus averiguaciones. Entonces, Francisco, ¿en esta investigación no interviene la policía?

B.J.- Sí, la policía está pendiente. Esa es la otra parte de esta novela que, aunque juvenil, el tema policial tiene que quedar muy claro. Tienes que saber a qué se dedica un policía nacional, qué es un comisario, cómo trabaja una comisaría, cómo trabaja un investigador. 

Tengo la suerte de que mi padre era procurador de los tribunales. Ahora está jubilado pero todo el tema policial, judicial, forense,... todo eso se lo consulto a él y él me va indicando. Ahí no puedes meter la pata porque la gente que sabe del tema se da cuenta si estás preparado o no estás preparado. En mi caso, intento trabajar esa parte también. Y la policía sí, la policía está investigando la desaparición de Celia, lo que pasa es que haces lo posible para que los protagonistas se enfaden con la policía, porque piensan que no están haciendo bien su trabajo. La policía de vez en cuando le dice a los protagonistas que sí, que están trabajando, lo que pasa es que no pueden decir nada. Al final, todo esto es un tejemaneje entre los protagonistas. Sobre todo con Niko porque este personaje es un delincuente y es normal que no confíe en la policía. Es normal que no le caiga bien el comisario, que piense que están ocultando información, que incluso puede que la misma policía esté metida en el ajo. Y ese desencuentro entre ellos y la policía es también parte importante de la historia.

M.G.- Hay que decir que esta novela es muy coral y, ahora que has mencionado a Niko, tengo que decirte que es un personaje que ha llamado mi atención. A él se le conoce como Chopin, de ahí el título de la novela. Y le has construido una vida súper complicada. El  pasado de este personaje es tremendo.

B.J.- Niko es una persona que se dedica a robar, como pasa en el primer libro. Se le conoce como Chopin porque deja una partitura del músico como firma. Es polaco. Vino de Polonia con su abuelo, cuando murieron sus padres. Su abuelo también es un personaje complicado, es un ladrón que además se mete en muchos follones. Cuando este muere, Niko, en vez de optar por dedicarse a otra cosa, sigue delinquiendo porque es lo que ha aprendido y lo que sabe. Solo cuando se encuentra con Triana, es cuando parece que va encauzando un poco su vida. Para colmo, van apareciendo personajes de su vida pasada que le complican aún más las cosas. En fin que, cuando parecía que estaba bien todo, pasa lo de la detective Mayo, madre de su pareja. 

Niko es un personaje que irá evolucionando. El Niko del primer libro no se parece al Niko del segundo pero no se olvida tampoco de quién era. Es imposible que una persona que se ha dedicado a robar, y que ha vivido esa vida sin padres, o con un abuelo que incluso lo maltrataba, pase de todo eso de la noche a la mañana. Niko tiene su cosita interior que iremos viendo en el libro porque él no es una persona inocente, es una persona que tiene sus mecanismos de defensa, y que ha aprendido de manera no muy ilícita.

M.G.- Has comentado antes que en tus novelas tratas temas de actualidad. En este caso, por ejemplo, se habla de suicidio, una cuestión que hoy en día hay que manejar con mucha delicadeza porque estamos viendo suicidios entre gente muy joven. ¿Cómo has abordado un tema como este, tan complicado, en un libro que lee tanta gente joven?

B.J.- Son temas que llevo tratando muchos años. Recuerdo que empecé un libro, no me acuerdo cuál, quizá Algo tan sencillo, en cuyo prólogo aparecía una chica lanzándose por una ventana. Era una chica adoptada que no soportaba lo que le decían los demás y ya no podía más. En todos estos temas que trato, como por ejemplo las auto-lesiones, intento huir del morbo y del amarillismo. Intento que sean escenas que no funden a negro pero que trato con mucho respeto y mucho cuidado. Cuando tratas este tipo de cosas, creo que es fundamental saber que hay personas que te están leyendo, que a lo mejor han pensado o están pasando por lo mismo. De momento, sobre todo las lectoras más jóvenes, que pueden ser las que más me leen, creo que se sienten bien al leer que hay personajes que le está pasando lo mismo que a ellas. Hay mucha gente que me ha venido a dar las gracias, que me escribe, incluso en las firmas, que vienen con las vendas de la auto-lesión porque La chica invisible trató ese tema. Vienen y me cuentan que han superado alguna situación difícil. 

No hace mucho me vino una chica y me contó que llevaba un año sin cortarse y que los libros la habían ayudado mucho. Cuando una persona viene y te dice eso, y te da las gracias, para mí es un orgullo. Yo siempre les digo que tienen que afrontar el problema, que lo tienen que contar, que lo hablen con su entorno, con su familia, con alguien con quien tengan confianza porque la energía que te da un libro dura un rato, una semana o dos semanas, pero es en el día a día donde tienen que encontrar a esa persona que los ayude.

El tema del bullying también lo trato mucho en los libros. He conocido a gente que se ha cambiado de colegio porque lo acosaban. Son temas muy complicados pero están ahí, hay que tratarlos, y hacerlo de forma realista. Si no lo cuentas de manera real, no queda natural. Lo que pasa es que tienes que saber dónde cortar a tiempo, dónde poner el punto y final, o el punto y aparte, porque hay gente que está pasando por eso.

M.G.- Qué responsabilidad. Escribir un libro no es algo tan sencillo como desarrollar una historia porque todos estos temas que se tocan pueden afectar a los demás.

B.J.- Sí, y más cuando vas conociendo a personas que están viviendo por lo mismo. Lo bueno que también tiene esto es que yo sigo en la misma línea que los lectores. Yo no estoy por encima del bien y del mal, ni por encima de ellos. Todos formamos parte de la misma aventura y cuando me han hablado, yo he contestado. Es decir, yo contesto en mis redes sociales. Intento contestar a todo el mundo cuando tengo un rato. Me cuentan estos problemas, porque piensan que, si yo los trato en un libro, es porque yo soy especialista o tal. Es complicado. 

Tengo una hermana psicóloga con la que hablo algún tema de estos. Le he preguntado a ella y a la editorial en varias ocasiones. Si quiero describir alguna escena le consulto si me estoy pasando o me estoy quedando corto. Y trabajamos para que la escena no quede morbosa, que es lo principal. A veces se busca el morbo en las ventas. Es como ocurre también con el sexo. En mis libros, hay sexo, y no hay fundido a negro. Pero tampoco es un sexo explícito. Creo que todas las escenas de sexo son naturales. No es sexo por sexo. Si una pareja de chavales de dieciocho años están juntos, lo normal es que tengan sexo. Hay que contarlo pero sin morbo y sin recrearse en una escena. Contarlo porque tienes que contarlo y porque es lo que el libro necesita en ese momento.

M.G.- Bueno, la acción de la novela y de la anterior se desarrolla en Sevilla. ¿Qué protagonismo tiene la ciudad? Creo que haces que los personajes se muevan bien por estas calles. 

B.J.- Sí, sí. No me leen solo sevillanos ni me leen solo gente de España, sino me lee gente también de Latinoamérica. Cuando decidí que esta historia iba a ser en Sevilla, pensé que si alguien de Latinoamérica leía la novela, tenía que sentir ganas de venir a Sevilla. Claro, lo que muestro es una Sevilla a través de los ojos de un chaval. Yo soy de Carmona y mis abuelos vivían en Sevilla. Me venía todos los fines de semana. Tengo el recuerdo de mi padre yendo a la Plaza del Cabildo a los sellos, o yendo a comprar dulces a los conventos. Mis abuelos vivían en la calle Jesús del Gran Poder, en la zona centro, y mis otros abuelos vivían en Triana. Muy sevillanos, ¿no? Mis padres son muy sevillanos y mis abuelos eran muy sevillanos. Pues eso es lo que yo intento transmitir en esta novela, hablar del barrio de Santa Cruz, de callecitas, de placitas y de dulces.

M.G.- De los patios,...

B.J.- De los patios, de todo. Es decir, intento que se vea una Sevilla bonita. Una Sevilla bonita dentro de un clima de asesinatos, de muertes y de crímenes (ríe). Pero porque Sevilla tiene también ese misterio de las calles con esa luz tenue por las noches, del barrio de Santa Cruz, o de alguna placita. Y luego también aparece la parte de fuera, de Amate o del Polígono. Todo eso lo he querido recoger y que se vea esa Sevilla en la que yo viví y la Sevilla de ahora, también. Es, como tú has dicho, un personaje más, un protagonista más de la novela.

M.G.- Y teniendo en cuenta el título, la música también tiene su valor en este libro, ¿no? Aunque sean novelas que pueda leer un adulto, la música que aparece es la propia de gente joven.

B.J.-  Sí, hay una playlist. Al final del libro tenemos un código QR que lleva a la lista de Spotify con todas las canciones que aparecen en el libro. La música aparece desde mi primer libro, desde Canciones para Paula, que ya tenía su lista de canciones. Me gusta porque ambientan. Al igual que en una serie, suenan canciones, también me gusta que suenen cuando estás leyendo. Porque, además, si a la persona que está leyendo le gusta la canción, se lleva una alegría. Yo, por ejemplo, si estoy leyendo y aparece una canción de los Beatles, me voy corriendo a escucharla. Intento hacer lo mismo con mis libros. La música aparece, la que me gusta o la que creo que, aunque no sea de mi agrado, puede venir bien y debe estar. Y música actual porque me lee mucha gente joven pero también me permito a veces meter un REM o a los Beatles, el Barrio, cosas así, que es lo que yo escucho. 

Este libro empieza con una canción de Fondo Flamenco. Seguro que a muchos les encanta que haya metido una canción de este grupo que se han puesto de moda otra vez. Todo esto hace que el lector se meta más en el libro. La música, las series que se mencionan, las palabras, las redes sociales,... De todo eso tengo que saber. Tengo que saber cómo funciona TikTok, qué series ven los jóvenes, si hay un grupo japonés o coreano que se pone de moda. Todo eso aparece en el libro y es un trabajo de documentación para mí.

M.G.- Por ir terminando, Francisco. Cuando hay una feria del libro y estás tú, hay un totum revolotum que no sé muy bien cómo gestionas esa avalancha de lectores porque, te voy a decir algo, no todos los autores lo llevan bien.

B.J.- No, no, no. Tengo amigos que no, que no lo llevan, o que lo llevan regular. Yo lo llevo muy bien, la verdad es que es como recoger las notas del cole, ¿no? Además, con el paso de los años, siempre piensas que ese año no va a venir nadie porque a veces voy a las ferias del libro sin novedad, aunque salga un libro al año. Y, sin embargo, siempre viene gente.

Aquí en Sevilla, llevo como doce o trece ferias del libro y siempre ha venido muchísima gente. Yo siempre intento estar a la altura de los lectores. Ellos vienen incluso dos horas antes. Se han comprado todos tus libros. A lo mejor son adolescentes y solo tienen veinte euros para comprarse un libro. O han movilizado a su familia porque tienen cuatro libros y solo firmo dos por persona. Ves al padre o a la madre haciendo cola con más libros. Vienen de La Rinconada, de Brenes, de Carmona,... Tienes que estar a la altura. Tienes que estar uno con uno, y siendo diez de diez. No puedes no sonreír, no ser simpático, no ser agradable y no rellenarles una página, o no estar diez segundos con cada uno. No te da tiempo a más pero intento estar un momento con todos, que no se vayan sin la foto, sin el selfie, sin mandar un audio para la prima que no ha podido venir, o un vídeo para alguien que está en Perú. Intento cumplir con todo eso. Durante las cuatro o las cinco horas que dura la firma tienes que estar ahí al máximo. Y cuando acabas, la energía se te baja a cero y tienes que recuperar para el día siguiente porque lo mismo tienes más firmas en Huelva o en Cádiz. Y tienes que volver a hacer lo mismo. Pero bueno, para mí es una alegría. Este año tenemos una gira de dieciocho ciudades en dos meses y me alegro muchísimo que sigan permitiéndome poder encontrarme con los lectores tantos años después. 

M.G.- No te quiero robar más tiempo pero antes de despedirnos, te comento que he visto la serie La chica invisible. Me gustaría saber si estás satisfecho con el guion, con las interpretaciones. ¿Cómo te sentiste?

B.J.- Es muy complicado hacer una serie de un libro. En una serie intervienen guionistas y, en nuestro caso, han sido cinco guionistas, dos directores, más el productor y los actores. Cada uno tiene su interpretación. A mí me dejaron claro desde el principio que la serie estaba inspirada en el libro. Ya lo viví con El club de los incomprendidos. Sabía por dónde iban los tiros. Lo bueno de esto es que Morena Films siempre ha contado conmigo para todo, para informarme de todo. Yo he estado, y cuando algo no me ha gustado, lo he dicho, y hemos debatido, y he hablado con los guionistas, he hablado con el director, he podido ir al rodaje varias veces. Al final tienes que confiar en la gente que sabe. ¿Que la serie podía haber sido de otra manera o podía haber sido más parecido o menos parecido? Bueno, eso es una cuestión de la productora. Y aquí te tienes que poner la camiseta de la productora y defender a muerte lo que han hecho, que es lo que he hecho yo. Oye, vosotros que sabéis más que yo de esto, habéis decidido que esto es lo que hay que hacer,  pues a muerte con vosotros. Yo vi la serie, a mí me gustó, y me gustó el casting. Creo que fue un acierto el que los actores fueran andaluces, quitando a Zoe Stein, la protagonista, y a Daniel Grao, el resto son actores andaluces, elegidos en la escuela de actores de aquí de Andalucía, de Málaga, de Sevilla. Y aparte, gente desconocida, gente que a lo mejor, su primer papel ha sido en La chica invisible. Entonces, sumando todo eso, pues creo que ha sido una experiencia muy positiva. Y bueno, ahora depende de Disney si hacemos una segunda temporada. Acaba de salir la serie en Estados Unidos, y también la tenemos en Latinoamérica. Para mí ha sido una experiencia muy positiva y además, a los libros le favorece. Cada vez que se hace una serie, nos viene muy bien a todos.

M.G.- Me gustó. Aparte del guion, me gustaron mucho las localizaciones. Y esa escena rodada en el cementerio de Gerena, donde mis padres están enterrados.

B.J.- Ah, sí... Se rodó entre Carmona, El Viso, Gerena,... Yo me llevé una sorpresa porque no estaba planeado el rodaje en Carmona pero cuando el productor me dijo que se iba a grabar allí porque tenía todos los ingredientes, me alegré. Se han llevado tres meses allí. Que Carmona se vea así, me parece muy bien. Además también hicimos la premier allí, en el Teatro Cerezo. 

M.G.- Bueno, Francisco, lo dejamos aquí ya. Muchas gracias por atenderte. No sé si desearte suerte porque parece que la llevas de fábrica...

B.J.- Siempre hay que tener suerte. Gracias a ti.

M.G.- A ti. Espero verte en la próxima.

Sinopsis: 
La detective Celia Mayo ha desaparecido. Triana y Niko todavía tienen esperanza de encontrarla, aunque saben que las posibilidades son cada vez más escasas. Un día, los jóvenes reciben una llamada anónima que les asegura que está viva. ¿Será esta vez cierto o se trata de una broma de mal gusto?

Mientras tanto, Blanca se recupera de las lesiones que sufrió tras el accidente de helicóptero. Su compañera periodista Luna González está investigando y no parará hasta descubrir lo que ocurrió, aunque eso la ponga en riesgo.

Sevilla se ha convertido en una ciudad peligrosa en la que nadie parece a salvo. Los misterios y las muertes sospechosas se van produciendo y la policía no logra encontrar a los culpables.

¿Conseguirán averiguar la verdad de esos sucesos?

 

miércoles, 14 de abril de 2021

EL ENEMIGO DE LAS RUBIAS (INTRIGA - 1927)

Año: 1927

Nacionalidad: Reino Unido

Director: Alfred Hitchcock

Reparto: Ivor Novello, Marie Ault, Arthur Chesney, June, Malcolm Keen, Eve Gray, Reginald Gardiner

Género: Intriga

Sinopsis: Un asesino serial conocido como "El Vengador" está matando jóvenes rubias bajo la niebla de Londres. Al mismo tiempo, un nuevo inquilino, Jonathan Drew, llega a la casa de los Bounting y alquila un cuarto. El hombre tiene hábitos peculiares: sale por la noche en medio de la neblina y guarda una imagen de una rubia y joven muchacha. La hija de los Bounting, Daisy, es una modelo de cabello rubio y está comprometida con Joe, un detective de la policía. Daisy comienza a sentirse atraida por Jonathan, y Joe, al darse cuenta, comienza a pensar que Jonathan podría ser el asesino. 

[Fuente: Filmaffinity]


De Alfred Hitchcock conocemos grandes obras maestras como El hombre que sabía demasiado, Rebeca, Sospecha, La soga, Extraños en un tren, Los pájaros, La ventana indiscreta,... pero lo que no sabía es que el maestro del suspense había empezado con películas mudas. Me enteré de este hecho a través de las chicas de Las Inquilinas de Netherfield, cuando en un post reciente nos hablaron de la novela El huésped de Marie Belloc Lowndes, publicada en 1913, bajo el título original The Lodger: A Story of the London Fog. Puedes ver la reseña aquí

Fue en 1927 cuando el gran Hitch adapta dicha novela al cine. Con las interpretaciones de Ivor Novello, Marie Ault, Arthur Chesney, June, Malcolm Keen, Eve Gray, Reginald Gardiner, el maestro del suspense nos adentra en una trama criminal que recuerda mucho a los asesinatos de Jack el Destripador. De entrada, los hechos suceden en la propia ciudad de Londres, en la que se han cometido siete crímenes. Todos ellos ocurren de noche, en martes, y las víctimas son mujeres jóvenes con el cabello rubio, sobre cuyos cuerpos sin vida deja un triángulo de papel, en cuyo interior puede leerse El vengador. La ciudad está consternada. No se habla de otra cosa en la prensa y la radio. Las mujeres de la ciudad tienen miedo, tanto las que trabajan en los cabarets como las que se ganan la vida haciendo pasarela de moda para las damas más refinadas. Daisy Bunting es una de esas jóvenes que le teme a la noche. Vive con sus padres en una casa, donde se ofrecen habitaciones de alquiler, y mantiene una relación sentimental con Joe, un policía que está locamente enamorado de la joven.

Todo se complica cuando los Bunting acogen a un nuevo inquilino. Se trata de un hombre joven y apuesto, pero serio, y con una mirada siniestra. El caballero se comporta de manera extraña, con ciertas peticiones que resultan insólitas. Al cabo de unos días, y tras el hallazgo de un nuevo cadáver, la señora Bunting empieza a sospechar del joven. Lo ha visto salir del inmueble a horas intempestivas. Máxime cuando su hija y el huésped empiezan a intimar, una relación que exaspera a Joe, que arde en llamas por los celos. ¿Quién es ese hombre? ¿Qué secretos son los que oculta? ¿Quién se esconde detrás de los asesinatos de las mujeres de cabellos dorados?

El enemigo de las rubias, un título bastante incoherente, teniendo en cuenta el original de fácil traducción al castellano, nos presenta una trama llena de suspense e intriga en la que habrá que averiguar la identidad del criminal y los motivos que le llevan a asesinar a mujeres rubias. A priori, ese debería ser el punto de partida. Lo que ocurre es que la atención de la cinta se desvía hacia otros lugares. Para ello, la historia se cimienta sobre las apariencias y los prejuicios, que vendrán acompañados por el amor despechado y los celos. Y llegaremos a un final en el que lo más importante no será tanto averiguar la identidad del pérfido asesino, sino el hecho de hacer justicia con los desvalidos.

Tengo que reconocer que la película, incluso muda, es estupenda. En comparación, he visto largometrajes actuales que me ha parecido aburridísimos, y eso que, hoy día, se tienen a mano un sinfín de recursos técnicos, entre ellos el sonido. El enemigo de las rubias mantiene la intriga hasta el final y consigue mantener la atención del espectador. Al menos, eso es lo que a mí me ha pasado. 

Además, como anécdota, leo por ahí que Hitchcock ya hizo su primera y habitual aparición momentánea como un extra más en esta película, sin embargo, yo no he sido capaz de localizarlo. Me han entrado ganas de darle al rewind para buscar su oronda figura pero son 90 minutos de metraje y al final he desistido. Y lo de oronda, también habría que comprobarlo porque cuando rodó esta película, el cineasta tenía tan solo 27 añitos. 

Siendo una película muda, recurre a los subtítulos aunque, por suerte, no se abusa de los mismos. Tan solo se muestra texto en momentos muy puntuales. El resto de las escenas se comprenden perfectamente con la ayuda del contexto y la gesticulación facial de los personajes. Esta cuestión, la del lenguaje corporal y la expresión facial es de vital importancia en una película muda. Ojos abiertos como platos, bocas constreñidas y miradas penetrantes son las que dan énfasis a las escenas. Sobre esta cuestión, quiero hacer hincapié en la interpretación de Ivor Novello, que encarna al huésped del que todo el mundo sospecha. Me ha encantando este actor al que no conocía absolutamente de nada. Con un porte de galán de cine del momento, tiene una mirada hipnotizadora que lo dice todo. Es un actor muy expresivo, lo que se agradece muchísimo. 

Algún plano cenital, el empleo de los primerísimos planos, las luces y las sombras, y por supuesto, el leit motiv de esta trama (del que mejor no digo nada para no dar pistas) son características de esta película y que volveremos a ver, más perfeccionadas, en las que vengan a posteriori. Sin duda, Hitchcock supo sacarle siempre partido a los recursos con los que contaba. Me ha parecido interesante la manera en la que el cineasta transmite el sonido de un caminar nervioso, a lo largo y ancho de una habitación, empleando un primer plano de los zapatos o recurriendo a un techo semitransparente sobre el que se "escuchan" las pisadas. Y el uso de un flashback para justificar la extraña actitud del inquilino también es digno de mencionar.

Si te gusta el cine, si te gusta Hitchcock, creo que podrías darle una oportunidad a esta película. Sé que, al ser muda, te puede echar un poco para atrás pero, verdaderamente, merece mucho la pena.  Solo es cuestión de probar.

La tenéis en Filmin.


 Tráiler:                                                                                    Puedes adquirirla aquí:

 
  


miércoles, 8 de noviembre de 2017

YO CONFIESO (SUSPENSE - 1953).


Año: 1953

Nacionalidad: EE.UU.

Director: Alfred Hitchcock.

Reparto: Montgomery Clift, Anne Baxter, Karl Malden, Brian Aherme, O.E.Hasse, Dolly Haas, Roger Dann, Charles André, Judson Pratt.

Género: Intriga.

Sinopsis: Un sacerdote escucha la confesión de un criminal. Cuando las circunstancias implican al cura, y las sospechas de la policía recaen sobre él, entonces tendrá que afrontar una espinosa situación: no puede contar lo que sabe; tiene, pues, que encubrir al culpable porque está obligado a respetar el secreto de confesión. 


[Información facilitada por Filmaffinity]


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Pocas cosas hay más placenteras que sentarse ante el televisor, ir pasando canales con programaciones soporíferas y encontrarse de repente con el inicio de Yo confieso de Alfred Hitchcock. La vida de repente adquiere una tonalidad mucho más bonita y en mi interior rebulle una sensación de bienestar inigualable. 

Basada en la obra de teatro "Nos deux consciences" (Nuestras dos consciencias) de Paul Anthelme, Hitchcock lleva a la gran pantalla una historia llena de emociones dispares que giran en torno a la religión católica y se desarrolla en Quebec (Canadá). En dicha localidad, aparentemente tranquila, se ha cometido un asesinato. El abogado Monsiuer Villette yace en el suelo de su casa con una importante brecha en la cabeza. Un hombre sale a hurtadillas de la vivienda del abogado. Viste sotana pero no es más que un disfraz. A primera instancia se podría pensar que el argumento de la película se centra en averiguar la identidad del asesino pero tal misterio queda desvelado en los primeros minutos de metraje. El asesino es Otto Keller (O.E.Hasse), un tipo que vive junto a su esposa Alma en la rectoría de la iglesia de Santa María, encargado de las labores de mantenimiento del edificio y acogido y protegido por el padre Michael Logan (Montgomery Clift). Otto desvela su fechoría en el confesionario por lo que su testimonio queda protegido bajo el secreto de confesión. El motivo del crimen es de los más antiguos y se diluye en un argumento que pone el foco de atención en otras cuestiones. ¿Qué debe hacer un cura si tiene conocimiento de un delito por medio del confesionario? ¿A quién se debe, a la justicia o a su fe?  No deja de ser interesante el dilema que plantea la película y que, hasta el momento, nunca lo había pensado.


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Pero no es tan simple el argumento. En el momento en el que se descubre el cadáver, el agudo e inteligente inspector Larrue (Karl Malden) encargado de la investigación desplegará todas sus artes y pondrá su ingenio y perspicacia al servicio de la investigación. La película deja entrever que Logan esconde algo, de hecho todas los indicios apuntan hacia él como principal sospechoso. Además su relación con Ruth Grandford (Anne Baxter), una mujer casada, levantan aún más las sospechas. Ambos tienen algo que ver con Villette y ambos, en cierto modo, se alegrarán de la muerte del abogado. "Somos libres" exclamará aliviada ella. Pero lo que ambos esconden tendréis que averiguarlo al ver la película.

Lo más fascinante de Yo confieso no es únicamente el argumento, previsible en ocasiones, sino la manera en la que está rodada. Me encanta analizar las películas de este cineasta, la peculiaridad de sus secuencias, el uso de la luz, la composición de los planos. A veces me pierdo parte del hilo por andar fijarme en esas cosas. En esta ocasión, Hitchcock se vale de los planos picados y contrapicados para crear profundidad, y despertar emociones, emplea un ingenioso juego de luces y sobras que convierten la película en una obra de arte. Y los fondos de escena, esos que simplemente sirven como telón, en Hitchcock cobran especial sentido. En sus películas los detalles están muy cuidados, todo tiene un sentido y un por qué. No hay más que fijarse en las primeras escenas, cuando la cámara pasea por las calles de una Quebec desierta y en cada esquina encontramos un cartel indicador con la leyenda "Direction" que nos muestra el camino a seguir hasta llegar a la ventana abierta de la vivienda de Villette a través de la cual se ve su cadáver tirado en el suelo.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

LA MUJER DEL CUADRO (THRILLER - 1944).




Año: 1944

Nacionalidad: Estados Unidos.

Director: Fritz Lang.

Reparto: Edward G. Robinson, Joan Bennett, Raymond Massey, Edmund Breon, Dan Duryea, Thomas E. Jackson, Dorothy Peterson, Arthur Loft, Frank Dawson.

Género: Cine negro. Intriga. Thriller.

Sinopsis: El profesor Wanley y sus amigos comienzan a obsesionarse con el retrato de una bella muchacha, que está expuesto en el escaparate contiguo al club en que se reúnen. Wanley conoce por casualidad a la mujer del retrato y acepta ir a su apartamento. Pero allí ocurrirá algo inesperado.

[Información facilitada por Filmaffinity]


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Yo sigo pensando que el cine de antaño tenía otro color, aunque en cuestiones cromáticas todo se redujera al blanco y al negro. Hay argumentos, interpretaciones, guiones, enfoques, desenlaces, direcciones,... tan fantásticas que una no se cansa de ver las mismas buenas películas una y otra vez. Ese es el caso del largometraje que os traigo hoy, La mujer de negro, del director Fritz Lang.

Hacía mucho tiempo que no volvía a ver esta película y precisamente una presentación a la que asistí el pasado viernes la trajo de nuevo a mi memoria. No me acordaba de lo magnífica que es, de lo bien urdida que está su trama en la que las jugadas del destino nos colocan un suelo resbaladizo a nuestro paso.

Richard Wanley es un profesor universitario experto en cuestiones psicológicas que está a punto de quedarse solo en la ciudad mientras su mujer y sus hijos se marchan de vacaciones. Se trata de un hombre respetable y honesto que no tiene más intención que dedicarse a sus clases y conferencias y dedicar las noches a cenar con sus dos amigos, Michael -médico de profesión- y Frank - Fiscal del Distrito. Ambos se mofan de él por la poca predisposición de Richard a aprovechar su tiempo de soledad en otros menesteres más lúdicos pero el profesor considera que ya ha pasado su época de aventuras alocadas. No obstante, la visión del retrato de una joven y hermosa mujer expuesto en el escaparate de una tienda consiguen remover unos deseos aletargados y más aún cuando la modelo aparece en la vida de Richard y la tentación hace tambalear sus principios. Con una banal excusa que el profesor no se resiste a eludir, ambos se dirigen al apartamento de ella y una conversación sencilla que aún no ha dado pie a nada más serio queda interrumpida por la aparición de una tercera persona. A partir de este momento la vida de Richard y la joven quedará unida y atravesada por los designios del destino que, casi como de una confabulación se tratara, no deja de burlarse de ellos.


Los acontecimientos se precipitarán y numerosas decisiones y errores de principiante conducirán a Richard a un desenlance fatídico. No obstante, el argumento nos guarda una sorpresa final más sorprendente aún.

En La mujer del cuadro todo está medido al milímetro. Los contenidos de los diálogos, aparentemente triviales, adelantarán lo que supuestamente va a acontecer, los objetos sobre los que la cámara se posa trasmiten mensajes siniestros incluso hay que estar muy atentos a aquellos que figuran en segundo plano. Además los personajes viven ajenos y despreocupados, confiados en saber lo que se hacen, sin embargo, a mayor confianza, mayor será el tropiezo hasta el punto de que el círculo se estrecha cada vez más y más, asfixiando a unos protagonistas que se han visto involucrados en unos hechos inimaginables.

A una trama muy buena hay que unirle una magnífica interpretación. Edward G. Robinson da vida al profesor y sin duda consigue que caminemos a su paso estando muy pendientes de lo que hace. Irá metiendo la pata cada dos por tres por lo que su congoja se verá incrementada por la nuestra propia.

No voy a pararme en el resto del reparto porque creo que Robinson eclipsa a los demás, especialmente a la gentil damisela que parece una muñequita desvalida pero a la que se le ven las intenciones de lejos.

En cuanto a la dirección, a la fotografía y a la música, destacarlo todo, pues todo forma un conjunto maravilloso que hace que esta película se posicione en niveles altísimos. Tanto es así que, mientras la estaba volviendo a ver y disfrutándola por segunda vez, me maravillaba de lo fantástica que es, no obstante, fue llegar al desenlace, del que no recordaba nada, cuando claudiqué definitivamente. Es sencillamente brillante con un manejo del suspense bárbaro, aunque a mí lo que más me ha gustado es ese retrato de las circunstancias adversas, esa confianza que se tuerce en los recovecos más intrincados. 

Así pues, si os gusta el buen cine, si tenéis ganas de adentraros en unas de esas tramas negras que tanto apreciáis en las novelas, La mujer del cuadro, aunque esté en blanco y negro o precisamente por eso, os va a gustar mucho. Os recomiendo que no os la perdáis porque ya no se hacen películas así y casi me atrevería a decir que hoy día no se escriben argumentos así, aunque la película está basada en la novela homónima de J. H. Wallis. Ya me contaréis.

Por mi parte ya le he echado el ojo a otros trabajos de Fritz Lang que estoy convencida de que no me van a decepcionar.



Trailer [fragmento]:




Puedes adquirirla aquí:

 



[Imágenes e ilustraciones tomadas de Google]


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