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miércoles, 8 de noviembre de 2017

YO CONFIESO (SUSPENSE - 1953).


Año: 1953

Nacionalidad: EE.UU.

Director: Alfred Hitchcock.

Reparto: Montgomery Clift, Anne Baxter, Karl Malden, Brian Aherme, O.E.Hasse, Dolly Haas, Roger Dann, Charles André, Judson Pratt.

Género: Intriga.

Sinopsis: Un sacerdote escucha la confesión de un criminal. Cuando las circunstancias implican al cura, y las sospechas de la policía recaen sobre él, entonces tendrá que afrontar una espinosa situación: no puede contar lo que sabe; tiene, pues, que encubrir al culpable porque está obligado a respetar el secreto de confesión. 


[Información facilitada por Filmaffinity]


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Pocas cosas hay más placenteras que sentarse ante el televisor, ir pasando canales con programaciones soporíferas y encontrarse de repente con el inicio de Yo confieso de Alfred Hitchcock. La vida de repente adquiere una tonalidad mucho más bonita y en mi interior rebulle una sensación de bienestar inigualable. 

Basada en la obra de teatro "Nos deux consciences" (Nuestras dos consciencias) de Paul Anthelme, Hitchcock lleva a la gran pantalla una historia llena de emociones dispares que giran en torno a la religión católica y se desarrolla en Quebec (Canadá). En dicha localidad, aparentemente tranquila, se ha cometido un asesinato. El abogado Monsiuer Villette yace en el suelo de su casa con una importante brecha en la cabeza. Un hombre sale a hurtadillas de la vivienda del abogado. Viste sotana pero no es más que un disfraz. A primera instancia se podría pensar que el argumento de la película se centra en averiguar la identidad del asesino pero tal misterio queda desvelado en los primeros minutos de metraje. El asesino es Otto Keller (O.E.Hasse), un tipo que vive junto a su esposa Alma en la rectoría de la iglesia de Santa María, encargado de las labores de mantenimiento del edificio y acogido y protegido por el padre Michael Logan (Montgomery Clift). Otto desvela su fechoría en el confesionario por lo que su testimonio queda protegido bajo el secreto de confesión. El motivo del crimen es de los más antiguos y se diluye en un argumento que pone el foco de atención en otras cuestiones. ¿Qué debe hacer un cura si tiene conocimiento de un delito por medio del confesionario? ¿A quién se debe, a la justicia o a su fe?  No deja de ser interesante el dilema que plantea la película y que, hasta el momento, nunca lo había pensado.


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Pero no es tan simple el argumento. En el momento en el que se descubre el cadáver, el agudo e inteligente inspector Larrue (Karl Malden) encargado de la investigación desplegará todas sus artes y pondrá su ingenio y perspicacia al servicio de la investigación. La película deja entrever que Logan esconde algo, de hecho todas los indicios apuntan hacia él como principal sospechoso. Además su relación con Ruth Grandford (Anne Baxter), una mujer casada, levantan aún más las sospechas. Ambos tienen algo que ver con Villette y ambos, en cierto modo, se alegrarán de la muerte del abogado. "Somos libres" exclamará aliviada ella. Pero lo que ambos esconden tendréis que averiguarlo al ver la película.

Lo más fascinante de Yo confieso no es únicamente el argumento, previsible en ocasiones, sino la manera en la que está rodada. Me encanta analizar las películas de este cineasta, la peculiaridad de sus secuencias, el uso de la luz, la composición de los planos. A veces me pierdo parte del hilo por andar fijarme en esas cosas. En esta ocasión, Hitchcock se vale de los planos picados y contrapicados para crear profundidad, y despertar emociones, emplea un ingenioso juego de luces y sobras que convierten la película en una obra de arte. Y los fondos de escena, esos que simplemente sirven como telón, en Hitchcock cobran especial sentido. En sus películas los detalles están muy cuidados, todo tiene un sentido y un por qué. No hay más que fijarse en las primeras escenas, cuando la cámara pasea por las calles de una Quebec desierta y en cada esquina encontramos un cartel indicador con la leyenda "Direction" que nos muestra el camino a seguir hasta llegar a la ventana abierta de la vivienda de Villette a través de la cual se ve su cadáver tirado en el suelo.

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