miércoles, 8 de marzo de 2023

A LAS MUJERES DE ESPAÑA. MARÍA LEJÁRRAGA (DOCUMENTAL - 2022)

Año: 2022

Nacionalidad: España

Directora: Laura Hojman

Reparto: Intervenciones de Kiti Mánver, Manuela Carmena, Rosa Montero, Antonina Rodrigo, Vanessa Montfort, Juan Aguilera, Isabel Lizarraga, Remedios Zafra

Género: Documental

Sinopsis: Documental ficcionado que narra la historia de María Lejárraga, escritora y pionera del feminismo en España durante los años 20 del siglo pasado, cuya producción vio la luz bajo el nombre de su marido, el empresario teatral Gregorio Martínez Sierra. La dramaturga española (interpretado en el documental por Cristina Domínguez) más prolífica de todos los tiempos, autora de obras como Canción de cuna, llevada al cine en cinco ocasiones, o del libreto de El amor brujo, de Falla, fue además diputada por la segunda República y fundadora de proyectos pioneros para los derechos y las libertades de la mujer.

[Fuente: Filmaffinity]


Nunca he sido de efemérides, más allá de la onomástica o el aniversario del nacimiento. La fecha de hoy es importante, pero debe serlo todos los días, pues este camino que nos ha tocado transitar hay que andarlo a diario, hay que pelearlo machaconamente día tras día, como si cada jornada amaneciera en 8 de marzo. Aún así, creo que no puede haber mejor momento que el día de hoy para hablaros de esta película-documental, de A las mujeres de España. María Lejárraga, el nuevo trabajo de la directora Laura Hojman, que ya se emitió en TVE, y que ahora se puede ver en Filmin.

Varias son las razones que me impulsan a traer este documental a este espacio. Uno, que su directora es Laura Hojman de la que ya vi hace un tiempo Los días azules, en el que se nos hablaba de Antonio Machado. Me pareció tan bonito aquel trabajo, tan delicado, que llegué a verlo más de una vez. Aquí os hablo del mismo. Pero otra de las razones por la que tenía que hablaros de este documental es que la principal protagonista de este relato es María de la O Lejárraga. ¡Cuánto ha sonado ese nombre en mis oídos en los últimos años! Descubrí la historia de María Lejárraga como lo descubro todo en mi vida, a través de los libros. Fue en la novela de Vanessa Montfort, La mujer sin nombre (puedes leer la entrevista a Vanessa Montfort aquí y la reseña de la novela aquí), donde leí por primera vez sobre aquella escritora, nacida en San Millán de la Cogolla (Logroño, 1874) y fallecida en Buenos Aires, en 1974. Menuda historia la de Lejárraga, cuyo nombre estuvo sepultado bajo el de su marido, Gregorio Martínez Sierra, durante toda su vida. Era ella la que escribía todas las obras. Era él el que se llevaba todos los aplausos.El nombre de María no figuraba en ninguna publicación. Únicamente, el de Gregorio Martínez Sierra.





Y ahora viene Laura Hojman a poner imagen y voz a la historia de María Lejárraga, con este documental al que, sí o sí, hay que asomarse para aprender más de la vida de aquella mujer que, junto a otras muchas, desbrozaron el camino para ti, para mí, para todas.  Y encima, lo hace con esa delicadeza, y esa dulzura, y ese cariño, que ya vi en Los días azules

A las mujeres de España empieza así:

«Ustedes, como mujeres, son las depositarias de la vida. Estudien ustedes. Busquen en los libros. Y no teman que, por mirar cara a cara a la vida, vayan a perder su facultad de ensueño o vayan a quitarle poesía al vivir. Por el contrario, los sueños más nobles son los que están fundados en la realidad. Nunca el saber ha cortado las alas del ensueño. Y el apasionamiento, créanlo, es lo único por lo que vale la pena vivir. Las quiero a ustedes, futuras mujeres españolas, las que han de salvar y redimir a España, apasionadas e ilusionadas. Hay algo tan grande que las está esperando».

 

El punto de partida del documental será el momento en el que Gregorio y María se conocen en una verbena de Carabanchel. Allí descubren que tienen intereses comunes, como la literatura y el teatro. Se enamoran y unen sus vidas.

A partir de ese punto se irá avanzando en el tiempo, y se nos irá relatando los hitos más importantes en la vida de la escritora, como la fundación de la Biblioteca Educativa o el nacimiento de la revista literaria Helios, la primera publicación del Modernismo en la que figuraban nombres como Juan Ramón Jiménez, Pedro Pérez de Ayala o el propio Gregorio. Entre las páginas de aquella revista, multitud de firmas conocidas.






Irán pasando los años, vendrán escritos, amigos, desengaños, miedos, de los que os hablaré más adelante. Y la veremos afiliarse al Partido Socialista, cuando ya había cumplido los 60 años. Llegará la república, irá como candidata a las elecciones por Granada en las votaciones de noviembre de 1933, la primera vez que se les permitía a las mujeres votar. Y de ahí al Congreso de los Diputados, y al cargo de Vicepresidenta de la Comisión de la Instrucción Pública. Pero también llegaría la guerra civil, con la que se retrocedió en todos los derechos que la mujer había conseguido, y su exilio. Y la Segunda Guerra Mundial.

No fue hasta la muerte de Gregorio, cuando María trató de recuperar el lugar que le pertenecía. Tras el fallecimiento del que fue su marido, Lejárraga luchará por sus derechos de autor. La trampa quedaba sin efecto. ¿Cómo iba a seguir firmando obras una persona fallecida? Gregorio conoció a Catalina Bárcena en 1906. Fue la actriz que encarnaba los papeles femeninos que María escribía para el teatro. Se enamoraron y María, digamos, se quitó de en medio, pero siguió colaborando con Gregorio y escribiendo para él. Pero claro, Gregorio y Catalina tuvieron una hija. ¿A quién le correspondía la herencia de Martínez Sierra? Y aunque él había firmado un documento en el que reconocía la colaboración de su mujer (duele escribir esto), en su testamento no mencionó a María. Así que a la escritora le tocó desde el exilio luchar por lo suyo porque hasta esa fecha, como otras muchas, fue una mujer borrada que trataba ahora de materializarse.

Un capítulo aparte serán las amistades que mantuvo con hombres importantes de la esfera literaria de la época. Me ha parecido muy divertido saber lo distintos que eran Juan Ramón Jiménez y ella. Él, todo tristeza. Ella, toda luz. Y a pesar de ello, la amistad tan intensa que tenían. Otros hombres importantes que pasaron por su vida fueron Joaquín Turina o Manuel de Falla. ¡Cuántos celos entre ambos por la amistad con María! Música y letra se unieron a partir de aquellas amistades y dieron como fruto obras de la talla de El amor brujo o Margot. No lo olvides, obras en las que no aparecía el nombre de ella, sino el de su marido.

Y una vez que se separó de Gregorio comenzó a granjearse amistades femeninas, mujeres intelectuales, como ella, -María de Maeztu, Victoria Kent, Zenobia Camprubí, Elena Fortún-que querían cambiar el mundo, que querían que se les escuchara porque su voz tenía tanto valor con el de los hombres. Eran tiempos de cambios. Llegaba el feminismo.

Obviamente, se hará también un repaso a sus obras. Cuentos breves. Lecturas recreativas para niños supuso un punto de inflexión en su vida. Habría muchos más. Pero en aquel 1899, cuando se publicó la obra firmada por la propia María, a su familia no le pareció bien. Decidió entonces que su nombre jamás volvería a verse impreso en una publicación. Y ahí firmó su sentencia de muerte. Todas las demás obras que escribió -artículos, novelas, piezas de teatro-, llevarían el nombre de su marido. ¿Cómo permitió aquello? El mismo documental responde a nuestra pregunta. Para María era más importante poder escribir y que sus obras llegaran al público que llevarse todas las alabanzas por el éxito y la fama. Ella prefirió quedar en un segundo plano porque no le gustaba ser centro de atención ni estar en el ojo de la popularidad. Nace así la marca Martínez Sierra. Me resulta curioso imaginar, sabiendo que muchas de las obras que escribía María, y firmaba Gregorio, llevaban insertas pinceladas feministas, lo que pensaría la opinión popular del marido. ¿Lo verían como un hombre muy moderno?

De muchas de sus obras podremos escuchar algún fragmento en este documental. Me he quedado muy pillada con Cartas a las mujeres de España, una recopilación de artículos publicados a lo largo de 1915, en la revista Blanco y Negro bajo el título genérico de La mujer moderna: Cartas a las mujeres de España. Un volumen, de nuevo estaban firmados por Gregorio, con el que se trataba de despertar a la mujer de un sueño que ya duraba demasiado. Eran textos con los que se intentaba animar a la mujer para que dejara de bordar y leyera libros, para que estudiase, se cultivase, o se interesase por diversas materias. Ella quería alertar a las mujeres para que no les ocurriera lo que a ella.


«¡No se alarmen ustedes, señoras mías! Precisamente hace tiempo que tenía yo deseo de pronunciar en público, delante de ustedes, la temerosa palabra: feminismo.

[...]

El feminismo quiere sencillamente que las mujeres alcancen la plenitud de su vida, es decir, que tengan los mismos derechos y los mismos deberes que los hombres, que gobiernen el mundo a medias con ellos, ya que a medias le pueblan. [...] Pretende que lleven ellas y ellos una vida serena, fundada en la mutua tolerancia que cabe entre iguales, no en la rencorosa y degradante sumisión del que es menos.

[...]

Y no se avergüencen ustedes de la pelea, no les dé rubor proclamarse de una vez para siempre feministas»

Porque no todo gira en torno al amor.

«El que pone su dicha a una sola carta, antes de jugarla, la tiene perdida. Y ustedes, están acostumbradas por tradición de siglos, ha ponerla exclusivamente en la carta del amor, que es la más caprichosa y la más insegura de todas. No debéis confiar todas vuestras venturas al solo navío del amor. Hay que lanzar las naves por todos los anchos rumbos de la mar: trabajos, ambiciones, estudios, creación. Hay que tener, señoras, en la vida, intereses de realizaciones que estén fuera del amor. Hay que amar, desde luego, que el amor es la flor de la vida, pero hay que vivir. Hay que vivir y ser felices porque hay que dejar, después de nuestra muerte, testimonio de que no hemos vivido la vida en balde. En los libros, en las comedias, en las novelas, en los poemas, la mujer, para que el hombre sea feliz, debe sonreír para él, debe vivir exclusivamente para su amor. Eso dicen los libros pero hay que tener en cuenta, señoras, que esos libros los han escrito los hombres». 


El documental se estructura en dos partes. La primera se denomina Gregorio y yo, precisamente como el título de la obra que publicó en 1953, y en la que, por primera vez, se hacía público no que María Lejárraga era la autora de las obras que firmó su marido Gregorio, sino que ella colaboró con él. Aún así, se la comieron los lobos. Si llega a contar la verdad... 

Y la segunda, Las mujeres de España, una vez que se ha separado de Gregorio y empiezan a emerger mujeres que lideran los movimientos feministas. Llegan los tiempos del Lyceum club y la asociación feminista fundada por la propia María.





Para narrarnos todo esto, el documental cuenta con diversas intervenciones que paso a enumerar:

- Mi querida Vanessa Montfort, escritora y dramaturga, que tanto homenaje ha hecho a María Lejárraga con su novela y con la obra teatral Firmado Lejárraga.
- Isabel Lizarraga, escritora
- Rosa Montero, escritora
- Remedios Zafra, escritora y ensayista
- Antonina Rodrigo, escritora
- María Luz González, directora del CEDOA
- Juan Aguilera, profesor y escritor
- Manuela Carmena, jueza y política


Al margen de todas estas intervenciones, la narradora de esta historia será Kiti Mánver. Y ella misma será la que ponga voz a las palabras de María, leyendo fragmentos de sus obras. ¡Qué preciosa entonación la de Mánver! ¡Qué voz más cálida! Y qué buena elección hace Laura y su equipo a la hora de elegir a los narradores de estos documentales. Todavía recuerdo el arrullo de la voz de Pedro Casablanc, en Los días azules

Pero si tiene ojo para elegir a los narradores, no lo es menos con la música. Las melodías que acompañan al documental son un complemento perfecto, a cargo de, no podía ser de otra manera, Pablo Cervantes. Cada nota se fusiona con cada imagen, con cada palabra. 

También resulta un acierto la actriz que encarna a María -Cristina Domínguez-, la ambientación, el trabajo de vestuario, peluquería,... Perfecto todo. 


En fin que esto es, a grandes rasgos y de manera muy desordenada, lo que nos cuenta este documental. Para tener una visión más completa de la vida de María Lejárraga te invito a ver esta nueva película de Laura Hojman que, como dije antes, está disponible en Filmin. Ojalá llegue a más plataformas porque este vuelve a ser un trabajo precioso de la cineasta sevillana, que bien merece que llegue lejos, lejísimo. Lamentablemente, y aunque estaba nominado como Mejor Documental en los últimos Goya, no llegó a alzarse con el premio.  Pero si un documental como este emociona tanto como lo hace A las mujeres de España, el premio ya se lo ha llevado su creadora. A mí me ha conmovido esta narración, casi al punto de la lágrima. Por un lado, porque me apena profundamente que mis antepasadas tuvieran que tragar con lo que tragaron. Por otro, porque, tras verlo, me han entrado unas ganas inmensas de levantarme de la silla y de gritar. 

Hoy es día de manifestación y esta noche soñaré que entro por las puertas del Lyceum Club y entre sus paredes escucho a algunas de aquellas brillantes mujeres hablar de mi futuro.

Por todas las mujeres que nos precedieron: Clara Campoamor, Margarita Nelken, María de Maeztu, Matilde Ucelay, Zenobia Camprubí, María Teresa León, Carmen de Burgos, Delhy Tejero, Elena Fortún, Lilly Rose Schenrich, marquesa del Ter, Victoria Kent, Enriqueta Otero, Isabel Oyarzábal, Concha Méndez, Luisa Carnés, María Luz Morales, María Goyri, Matilde Huici, Rosa Chacel, Ángeles Santos Torroella, Federica Montseny, María Zambrano, María Blanchard, Ernestina de Champourcin, Emilia Pardo Bazán, Maruja Mallo, María Lejárraga.


Por todas las que aún siguen ocultas entre sombras.

Por ti, por mí, por nosotras.


Tráiler:




martes, 7 de marzo de 2023

SARA JARAMILLO KLINKERT: ❝La felicidad no está en los lugares. La felicidad está en uno❞

Sara Jaramillo Klinkert visitó Sevilla hace unas semanas para promocionar su última novela, Escrito en la piel del jaguar (Lumen). Se trata de la tercera novela que publica la autora colombiana, después de que, gracias a que Héctor Abad Faciolince se cruzara en su camino, publicó Cómo maté a mi padre, en 2020.

La idea para desarrollar la historia que se narra en Escrito en la piel del jaguar parte de su propia experiencia. Sara cuenta cómo descubrió una playa prácticamente virgen, a la que llegó por azar, pedaleando en bicicleta. El lugar es recóndito y apenas explorado, pues es difícil acceder a él en coche. Sara quedó maravillada con aquel lugar y decidió construirse una cabaña, donde pasa largas temporadas. Es un lugar en el que no existen las modernidades con las que contamos hoy, y donde los nativos subsisten pescando, recolectando agua, como si el mundo siguiera anclado en el pasado y no estuviéramos en el siglo XXI. Fue así cómo a Sara se le ocurrió la idea para esta novela, protagonizada por una pareja, Miguel y Lila, que deciden irse a vivir a lo que ellos consideran un paraíso. Nada resulta como esperaban.

No serán los únicos personajes. Importante será también el peso de Antigua Padilla, una buscadora de agua. 

Os dejo con nuestra conversación. De hecho, os recomiendo escucharla mejor que leerla. Sara le pone tanta pasión a sus palabras que es una delicia oírla. 

Marisa G.- Sara, un placer tenerte en Sevilla. Tenía muchas preguntas que hacerte, pero vamos a ir directo al grano, porque no tenemos mucho tiempo. Para empezar, sé que esta novela parte en cierto sentido de experiencias personales tuyas.
Sara J.K.- Sí. Fíjate, Marisa, que yo, por razones del azar, llegué un día montando en bicicleta, a esta playa, que es un sitio muy recóndito, muy lejano, donde no hay carreteras, pero como iba en bicicleta, logré llegar. Quedé súper enamorada del sitio y terminé allí con mi novio construyendo una cabañita. Parecía como este sueño idílico de tener una cabaña frente al mar con un montón de  naturaleza, un montón de animales, y resulta que cuando uno empieza a pasar temporadas allí, se va dando cuenta de que el paraíso y estos lugares tan idílicos también tienen cosas oscuras y también pasan cosas oscuras.
Me interesaba mucho mostrar en la novela ese contraste y mostrar esta aspiración tan humana de vivir en el paraíso. Mostrar que eso en la teoría funciona muy bien, pero en la práctica hay un montón de dificultades, porque la naturaleza, cuando está tan virgen como está en este lugar, cuando es tan salvaje y el mar cuando es un mar abierto, y los lugareños, cuando son un grupo de personas que nunca han salido de allí, tienen otra forma de entender la vida, de asimilarlo, y de solucionar sus propios conflictos. Todo esto significa un choque muy grande para una persona que llega de la ciudad. Me interesaba mucho reflejar ese choque de los personajes con este tipo de lugares.
M.G.- Hay un contraste importante entre lo que es la vida civilizada, entre comillas, y la vida en la naturaleza.

S.J.K.- Sí, total, total. Soy de las que digo que los seres humanos, sobre todo los que estamos viviendo en la ciudad desde hace tanto, hemos perdido por completo la conexión con la naturaleza, ¿sabes? Nosotros estamos acostumbrados a que el pescado no se pesca, el pescado lo ve uno en el supermercado y lo saca del congelador, ¿cierto? Y con el agua, uno siempre abre la canilla y siempre, absolutamente siempre, sale agua. Y esto hace que nos desconectemos mucho, que dejemos de ver la importancia de los procesos de cultivar, de pescar, de leer la marea para saber que está ocurriendo en el mar, de leer el cielo para saber si va a llover o no va a llover, de coger la tierra y analizarla para ver si es una tierra buena para cultivar o no. Nosotros perdimos todo eso. Eso eran conocimientos ancestrales que venían desde muy atrás, y nosotros ya los perdimos. Entonces van una pareja como Lila y Miguel, absolutos urbanitas, acostumbrados a que con dinero pueden solucionar absolutamente todos los problemas de su vida y allá se encuentran con que no es así. Es un encontrón muy fuerte consigo mismos porque básicamente se dan cuenta de que no sirven para nada. Si los lugareños no les ayudan, se mueren de sed, se mueren de hambre, se mueren de tedio. Y entonces me interesaba un montón como desmitificar esta idea tan idílica y tan humana de que la vida en la naturaleza es perfecta y que voy a ser feliz cuando viva en la naturaleza.

M.G.- Claro, tiene sus problemas. Todo tiene sus pros y sus contras.

S.J.K.- Yo digo que si supiéramos en qué lugar existe la felicidad, pues todos estuviéramos viviendo allá. Y resulta que es que la felicidad no está en los lugares. La felicidad está en uno. Y es un poco lo que le pasa a Miguel, que siempre se ha sentido tan infeliz porque está lleno de cosas, de recursos y de dinero, pero nunca ha sentido que es feliz. Y allá él, de repente, se da cuenta de que aún menos, porque allá lo único que medio le daba estabilidad era el dinero. Pero como allí el dinero no le sirve para nada, entonces se siente todavía más infeliz. Él es el que lleva más mal esa situación y ese tener que valerse por sí mismo y ese sentirse tan absolutamente infeliz con su vida. Ojo, pese a tener todo. Me interesaba también mostrar ese conflicto, porque mira que la situación de Lila es distinta. Lila intenta más entender dónde está y entender cómo puede lograr ser feliz en ese lugar. Esa tensión me servía porque también quería que hubiese conflicto de pareja. Esa diferencia de opiniones y de formas de analizar lo que les está pasando me servía para conflictearlos a ellos también.

M.G.- Interesa también ver cómo los nativos perciben la llegada de la pareja.

S.J.K. - Sí, sí, sí. Los urbanitas, cuando llegan allá, siempre llegan como yo les voy a enseñar. Yo sé más que ellos, porque yo tengo educación, y yo he ido a universidades, y yo tengo dinero, y yo vengo de una familia muy poderosa. Siempre es esa la actitud. Y los nativos los miran con mucha pena, se ríen de ellos, porque los nativos rápidamente se dan cuenta de que son un par de tontos, que son un par de ingenuos, y que si ellos no les ayudan, pues no van a durar allá ni un día, se van a morir de sed al día siguiente. Los ven agobiados por el calor, porque allí el calor es terrible y la humedad es terrible. Y los ven agobiados por los bichos porque los pican todos, los zancudos, las aguasmalas, todos los pica y los ven absolutamente agobiados por ese tedio.

Ellos no saben qué hacer con el tiempo, no tienen ni idea que hacer con el tiempo, porque de repente se ven con unos días larguísimos que nunca se acaban, donde nunca pasa nada, donde los días son iguales. No saben qué hacer, y se aburren, y lo único que los mantiene allí esperando es esa pizca de esperanza que les da saber que viene esa buscadora de agua. Su llegada será muy incierta, pero ellos quieren creer que sí va a llegar, y que ella va a encontrar agua. Miguel y Lila creen que cuando ella encuentre agua, ellos van a poder apropiarse del territorio, van a sacarle mucho dinero. Ellos piensan que un lugar frente al mar con agua se va a valorizar mucho. A pesar de que se están dando cuenta de que el dinero no les sirve para nada, paradójicamente tienen la ilusión de hacer más dinero. Y allí se quedan varados, esperándola a ella.

Todo esto es muy curioso porque demuestra esa visión infinita del ser humano de querer siempre más y más. No importa cuánto consigamos, queremos un poquito más y conseguimos ese poquito más. Pero entonces vamos por el otro poquito y parece que nunca estamos llenos y que nunca estamos saciados. Y era lo que quería reflejar con eso.


[Si prefieres oír nuestra conversación, dale al play]



M.G.- Esa buscadora de agua, que se llama Antigua Padilla, que es un personaje muy peculiar. Es zahorí, emplea un péndulo para buscar agua, y además se dice que tiene el poder de atraer a los jaguares.

S.J.K.- Ay, mira Marisa, con ese personaje me pegué una encariñada con él impresionante. Imagínate que ese personaje, en un principio, era muy secundario. Era un personaje que yo necesitaba para obligarlos a ellos a esperar. Esa era la única función de Antigua Padilla. Es más, en algún momento me planteé si necesitaba que llegara. Si era necesario que la zahorí llegara físicamente a Puerto Arturo. Lo único que necesitaba de ella es darle una razón a Miguel y Lila para que se quedarán allí, esperándola. 

El poder de Antigua Padilla para encontrar agua me obligó a crearle un pasado. Y ese pasado es que su abuela tenía el mismo don. Ese es un don que se hereda, un conocimiento ancestral. Su abuela también encontraba corrientes subterráneas de agua. Vivían en un sitio que también era muy seco. En Puerto Arturo, digamos, que la sequía apenas está empezando. Ellas son de una zona donde hace muchos años que no llueve, con lo cual el poder de encontrar agua era realmente un superpoder.

La abuela, cuando estaba muy vieja y encontraba los pozos de agua, la mandaba a ella cuidarlos. Imagínate una niña en el desierto cuidando esos pozos de agua, absolutamente desprotegida. La abuela la disfrazó de hombre para que no la violaran, pero estaba muy desprotegida. Antigua lo que hacía era dibujar huellitas de jaguar en la arena. Y así empezó a regar el runrún entre los lugareños de que los jaguares habían vuelto a la zona. Antigua nota que su estrategia funciona y aprende además a rugir como los jaguares. La gente cree que todo está lleno de jaguares en torno a ese pozo y nadie se puede acercar. Por eso ella siempre está relacionada con los jaguares. Donde estaba Antigua, siempre estaba el runrún de que había jaguares. Para mí, como autora, era delicioso crear esa atmósfera porque me permitió darle Antigua es ambigüedad. ¿Ella atrae a los jaguares o ella es capaz de convertirse en un jaguar? Pongo ahí los elementos para que para que cada lector lo interprete a su manera.

Lo de convertirse en jaguar lo digo muy inspirada por los chamanes, que son los indígenas que están muy al sur de Colombia, donde para ellos el jaguar es el animal más sagrado de la selva. El jaguar es el dueño de la naturaleza, es el dueño del cielo, es el dueño de la tierra, y es el dueño de los demás animales. O sea, es básicamente su dios. Y esos chamanes, a través de esas ceremonias que hacen, dicen que pueden transmutarse en jaguar, convertirse en jaguares. Esa idea me parecía tan bonita y tan poderosa que me dije cómo no le voy a poner a Antigua este don y así la doto de un poder muy grande. Es una mujer que aparentemente está muy desprotegida, pero tiene este poder de la jaguaridad. Además me imaginé que tenía vitíligo porque, de alguna manera, eso la asociaba a tener manchas en la piel. Finalmente, los jaguares son animales con manchas en la piel. Así la empecé a dotar de esos rasgos felinos. El personaje fue tomando forma, fue pidiendo espacio y protagonismo dentro del libro. Se lo di y se volvió un personaje tan bonito y tan impresionante. El lector me pregunta si realmente se convierte o no en jaguar. Y yo le respondo, pues usted interprete lo que sea. Si usted me dice que sí, ahí están todas las pistas para que usted me defienda esa opinión. Y si usted me dice que no, también están las pistas para defender esa opinión. Tiene razón las dos formas de ver la historia. Cada lector decide cómo lo quiere ver y cómo lo quiere interpretar, y me gusta mucho eso, que el lector sea el que tenga que esforzarse y que cerrar la historia a su manera.

M.G.- Aparte de los urbanistas, aparte de Antigua, también hay otros personajes nativos. Femeninos, precisamente, porque tú señalas o haces hincapié en los personajes femeninos nativos.

S.J.K.- Sí, sí, sí. Por ejemplo, me gustan un montón esos personajes, sobre todo, el de Tilda, una niña que nació allí. Todos los lugareños de allá nacieron allá y allá van a morir con seguridad. Es casi que lo único que saben desde que nacen, porque salir de allá es muy difícil. 

Después de pasar tantas temporadas allá, conocí a un montón de niñas llenas de sueños y llenas de ganas de hacer cosas. Al volver a la temporada siguiente, era muy triste ver que esas niñas seguían allá y que no habían podido cumplir ni uno solo de sus sueños. Para mí era muy frustrante y muy triste.

Tilda personifica a todas esas niñas que he conocido a lo largo de todos estos años y la forma en la que todos sus sueños terminan tan rotos. No hay manera de romper ese patrón. No lo logran por mucho que quieran, por mucho que intenten. Pareciera que están en un lugar tan libre y tan abierto y tan vasto, pero están encerradas allí, y es muy fuerte esa idea. ¿Cómo en medio de tanta vastedad puede uno estar encerrado? Ellas están encerradas y no logran cambiar su suerte. 

Parte de su suerte proviene del hecho de ser mujer en un territorio absolutamente machista. Allá, mientras más hijos se tienen, más hombre se es. Todos tienen que tener un montón de hijos porque todos quieren demostrar que son muy hombres. Y en la novela denuncio todas estas actitudes machistas que finalmente son las que hacen que estas mujeres no logren nunca romper esa cadena, ni puedan decidir sobre sus propios cuerpos y sobre sus propias suertes. Y el personaje de Tilda fue muy bello de crear, dotarle todos esos sueños y todas esas capacidades. Es una niña llena de talento, es muy imaginativa, jugaba fútbol mejor que los hombres y ellos no le perdonan eso. Después, era muy triste pensar que le tenía que dar un final que a mí no me iba a gustar y que al lector seguramente tampoco, pero que es real, que es lo que realmente pasa allá. Es eso lo que quería denunciar.

M.G.- Has hablado de machismo. También hemos hablado del contraste entre civilización y naturaleza. Son temas de la novela, una historia que te permite hablar de mucho, como de la maternidad o del valor del dinero. Se tocan muchas cuestiones.

S.J.K.- Sí, a pesar de que pareciera que no está pasando nada, porque solo hay esta pareja de urbanitas, esperando a una buscadora de agua, en el fondo, hay un montón de temas. Tú ya mencionaste algunos. También hay una crítica gigante al capitalismo. Hay denuncia al embarazo infantil. Se habla de incesto, de paramilitarismo, de narcotráfico. Es que hay un montón, un montón de temas, pero estos citadinos no los ven. Ellos se vienen a dar cuenta al final, cuando ya explota la cosa. Ellos están absolutamente abrumados por lo que está pasando. Están muy impresionados, pensando cómo no nos dimos cuenta de esto si esto estaba precisamente casi sobre nosotros, pisándonos las narices, y nosotros no lo vimos. Pero eso es lo que pasa cuando uno es urbanita y se va a vivir allá, y se desentiende de los temas que ocurren allá. 

Me interesaba hacer como un repaso de todos estos temas y ponerlos allí como soterrados, evidenciarlos a través de historias, y que el lector mismo, así como tú hiciste, los fuera desenterrando, los fuera como detectando, dándose cuenta de que la novela habla. Aparentemente no habla de nada, pero habla de todo.

M.G.- De la magia, por ejemplo. Los urbanitas creen que por vivir en la naturaleza van a ser más felices pero también es verdad que los nativos entienden la vida de otra manera. Por ejemplo, tienen una forma peculiar de interpretar la muerte o de atajar las enfermedades.

S.J.K.- Sí, mira, es muy bonito porque, cuando uno vive en conexión con la naturaleza, no pelea con ella. Entonces, si una persona se murió, pues se murió. Y no hay absolutamente ningún misterio con respecto a eso. Lila y Miguel, por ejemplo, estaban empeñados por poner luz, electricidad en la casa, Tilda les decía que para qué. Y Lila le responde que para tener luz por la noche. Y Tilda le dice que, si la noche es para dormir, ¿para qué necesitan luz de noche? Es una respuesta lógica. Los ilógicos somos nosotros que queremos iluminar la noche. Eso sí es ilógico. 

Nosotros racionalizamos el tiempo al punto de decir que nos bañamos a determinada hora. Lila le pregunta a Tilda: ¿A qué hora se mete uno al mar? ¿Cuál es la mejor hora para meterse al mar? Y Tilda le responde que cuando uno tenga calor. Ella ni siquiera entiende esa pregunta, es tan absurda. Y Lila solo se da cuenta de lo absurda que es cuando Tilda le responde eso. Nosotros medimos la hora a la que nos bañamos, la hora a la que desayunamos, la hora a la que almorzamos. Qué manía está de ponerle hora a todo, de racionalizar nuestro manejo del tiempo, cuando la naturaleza misma es la que a ellos les da los propios ciclos, les dice a qué hora levantarse, a qué hora acostarse, cuándo cultivar, cuándo sembrar las semillas, cuándo pescar. O sea, toda esa información está en la naturaleza y ellos la saben a la perfección. Los que la olvidamos somos nosotros, que por andar aquí en la ciudad tan confiados de que nuestro dinero nos va a salvar de todo, creemos que no vamos a necesitar nunca esos conocimientos.

M.G.- Ya para finalizar, Sara, ¿has sentido presión a la hora de escribir tu segunda y tercera novela, teniendo en cuenta el éxito de la primera, de la mano de Héctor Abad?

S.J.K.- Sí, claro. Yo creo que esa presión siempre se siente, pero a mí no me molesta. Siento que esa presión es lo que me hace esforzarme más, es lo que hace que a cada obra le dedique más tiempo, le dedique más reescrituras, le dedique más pensamientos, y más planificación. En efecto, siento un compromiso con los lectores, que ya empiezo a notar que esperan la obra, que me piden cuerda para una siguiente y no los quiero defraudar. En cierta manera, visto de manera optimista, que ya ves que soy una persona que siempre tiende al optimismo, veo que esa presión me obliga a esforzarme, me obliga a esforzarme, y a darle siempre lo mejor.

M.G.- Muchas gracias, Sara, por atenderme y un placer tenerte en Sevilla.

S.J.K.- Ay, no, el placer es mío. Estoy feliz aquí, feliz de conversar contigo, y feliz de dejar esta ciudad llena de huellitas de jaguares. 


Sinopsis: Lila y Miguel, una pareja de trabajadores obsesionados con el dinero y la clase social, dejan atrás su cómoda vida en la gran ciudad y terminan varados en un lugar idílico frente al mar, aunque recientemente asolado por una gran sequía. Allí esperan la llegada de Antigua Padilla, una buscadora de agua de quien se dice que tiene el poder de atraer a los jaguares.

Atrapados en un tiempo sin medida, oyen hablar acerca de curanderas con pies de elefante y fuego en la boca, peces que comen ojos, hombres de dos caras, flores del sueño y leyes impuestas por fuerzas invisibles para favorecer sus oscuros intereses. No solo serán desafiados por la naturaleza y la comunidad de nativos sino también por ellos mismos y sus limitaciones, pues en ese lugar hermoso y terrible salen a la luz los aspectos más secretos e inquietantes del ser humano.

Una historia inspirada en hechos reales sobre el choque de dos mundos, sobre domadores domados y la mirada miope de los citadinos que pretenden habitar un entorno salvaje. La revelación de la literatura colombiana con Cómo maté a mi padre cifra también en esta gran novela la arraigada costumbre de cerrar los ojos como método de supervivencia.

lunes, 6 de marzo de 2023

UNA DECISIÓN INEVITABLE de María Montesinos

Editorial: Ediciones B
Fecha publicación: enero, 2022
Precio: 20,90 €
Género: narrativa
Nº Páginas: 544
Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta
ISBN: 9788466670777
[Disponible en eBook y Audiolibro;
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Autora

María Montesinos es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha trabajado tanto en medios como en comunicación social. Sus novelas Un destino propio y Una pasión escrita has sido aclamadas por la crítica y los lectores, y se han convertido en best sellers. Con Una decisión inevitable la autora cierra su trilogía sobre las primeras mujeres que lucharon por ejercer su profesión a finales del siglo XIX.

Sinopsis

UNA MUJER DISPUESTA A VOLVER A EMPEZAR

Han pasado tres años desde que Victoria viajó a Inglaterra para casarse con el aristócrata que su padre había elegido para ella. Convertida ahora en una joven viuda, su único deseo es regresar a Madrid para reencontrarse con los círculos literarios y periodísticos que frecuentaba antes de su infeliz matrimonio. Sin embargo, antes deberá pasar algunas semanas en la explotación minera de Riotinto, en Huelva, para solventar unos asuntos de su familia británica.

UN PASADO IMPOSIBLE DE OLVIDAR

Victoria se establece temporalmente en la colonia de los propietarios de las minas, donde la lujosa vida de la comunidad inglesa contrasta con las miserables condiciones de los trabajadores. Será ahí donde el destino le depare dos sorpresas: el inesperado acercamiento de su cuñado Philip, un apuesto médico marcado por su vocación de ayudar a quienes le rodean, y la reaparición de Diego, el periodista con quien Victoria vivió una historia de amor imposible antes de casarse y que llega a Riotinto, enviado por su periódico, para informar sobre la incipiente revuelta de los mineros.

DOS AMORES Y UNA DECISIÓN

Tras el éxito de Un destino propio y Una pasión escrita, María Montesinos pone el broche a una trilogía que ya ha conquistado a más de ochenta mil lectores. Trasladándonos a un lugar y un momento histórico fascinantes, esta novela nos presenta a una protagonista que se debate entre dos amores y dos formas de ver un mundo lleno de injusticias. Pero cuando es el amor quien elige por ti, hay decisiones que son inevitables.

[Información tomada directamente del ejemplar]


Hoy vengo a hablaros de una novela que me gustó muchísimo cuando la leí. Fue en el pasado mes de noviembre, si no recuerdo mal, y desde entonces he tenido mis notas a resguardo, a la espera de sentarme a hablaros de esta historia en la que vamos a encontrar a mujeres que, a pesar de la época en la que les ha tocó vivir, no se resignaron a cumplir únicamente con lo que se esperaba de ellas. Os cuento.

Una decisión inevitable forma parte de una trilogía que María Montesinos dedica a la memoria de las mujeres. Son tres los títulos con los que la autora madrileña quiere rendir homenaje a todas esas mujeres del siglo XIX que no se dejaron arrastrar por los convencionalismos sociales, sino que lucharon por cumplir sus sueños y batallaron por aspirar a ser algo más que solamente esposas y madres. En las novelas de Montesinos conoceremos a mujeres que quisieron ampliar sus horizontes y salir de las paredes de su casa, para aportar al avance del mundo su propio grano de arena. 

Componen esta trilogía los siguientes dos títulos previos:

Un destino propio, donde se aborda el tema de la educación.

*Una pasión escrita, donde se aborda el tema de la literatura y el periodismo.

En realidad no es una trilogía al uso porque se pueden leer de forma independiente (esta vez, sí), aunque debo decir que en Una decisión inevitable hay personajes que ya aparecieron en la novela previa, pero es como si los conociéramos por primera vez.

Entro en detalles. 

La acción se inicia en noviembre de 1887. Victoria Velarde navega rumbo a las costas españolas en el Seawinds. Atrás deja Inglaterra, el país en el que ha estado viviendo desde que se casó con James Langford. A la protagonista de esta historia ya no la ata nada a la tierra de la reina Victoria, pues James ha fallecido. No será lo único que ha perdido. Su situación personal ha cambiado drásticamente y ella decide regresar a Madrid, a su casa, a su familia. Pero en el viaje la acompaña Clarissa, su suegra, la duquesa madre de Langford, que quiere pasar una temporada en Huelva, más concretamente en Riotinto, donde su hijo Phillip ejerce como médico en la colonia británica establecida allí. La intención de Clarissa es convencer a su hijo para que regrese a Inglaterra, y asumir las responsabilidades del ducado de Langford. Así que, Victoria acompañará a Clarissa hasta Huelva, y de allí partirá a Madrid.

Pero la idea de regresar a Madrid en cuanto pisa España se retrasa. Victoria pasará una temporada en Riotinto, donde seguirá sintiendo el desprecio de las damas británicas, por el hecho de ser mujer española y viuda de un hijo de la madre patria, y descubrirá la dureza de un mundo, el trabajo en la mina. El proceso de extracción del mineral acarrea importantes enfermedades para la población minera,  pues generaba tal cantidad de humo que imposibilitaba la respiración, algo que por supuesto no afectaba a los británicos, porque ellos residían en una zona donde la niebla de humos sulfurosos no llegaba. Sin embargo, la población oriunda de la comarca, al margen de vivir en condiciones deleznables, soportará también el veneno que flota en el aire e incluso en el agua.


«...los humos se adueñaban de las calles del pueblo de Riotinto, cegaba los caminos, desorientaba a los perros y tiznaba las ropas tendidas, los cristales de las ventanas, la escasa vegetación que había. Apenas se podía respirar ni se veía a más de dos palmos de la nariz, así que no había más remedio que suspender el trabajo en el tajo y decirle a la gente que trancaran las puertas y se encerraran en sus casas hasta que cambiara el tiempo». [pág. 108]


Como dije antes, hay personajes que ya aparecieron en la novela previa. Victoria, la protagonista, será uno de ellos. En la anterior trama, la habíamos visto ejerciendo de periodista, actividad de la que no se ha desvinculado completamente al contraer matrimonio con James y trasladarse a Londres. Y es ahora, al ver la injusta situación que se vive en Riotinto, cuando quiere dar a conocer al mundo, a España, el trato que reciben los trabajadores españoles por parte de los empresarios británicos, y la reacción de estos que, cansados de soportar condiciones de insalubridad, deciden rebelarse y luchar por sus derechos, y una mejora en la calidad de vida. Pero que una mujer se haga eco de las revueltas que se producen en Riotinto, dando voz a los trabajadores y señalando con el dedo a los británicos, no estará bien visto en el círculo en el que ella se mueve, así que, actuará amparada bajo el anonimato, escribiendo artículos en los que denuncia la situación, textos que enviará a algunos periódicos madrileños.

La situación de desorden y caos que se vive en esa zona minera atraerá a otros periodistas españoles, que también quieren hacerse eco de la noticia. Cada uno de los rotativos enviará a su corresponsal, y entre los plumillas que se trasladan a Riotinto aparecerá un viejo conocido de Victoria. 

Así que la trama de novela se articulará en varias líneas: la revuelta de los mineros, el reencuentro de Victoria con ese periodista y un par de tramas más, algo más secundarias o colaterales,  que convierten a Una decisión inevitable en una novela extraordinaria e interesante, un fabuloso retrato de la sociedad de la época, donde habrá historia, amor y aventuras, hasta un desenlace que culmina en 1891 y lo que podría ser, a mi juicio, el punto de partida de otra novela.

Los personajes

Victoria Velarde

Es una joven de veintisiete años. Se podría pensar que está en la flor de la vida pero se siente cansada y envejecida. Hasta ahora, piensa que solo ha tenido una vida llena de decepciones y amarguras. A ello se une que es viuda.


«Ya no era la joven segura de sí misma que se las ingeniaba para hacer siempre su voluntad. Era una viuda. Una viuda en la flor de la vida, una viuda estéril. Una mujer a medias, dañada, irreversible». [pág. 13]


Su marido James Langford falleció en un accidente de coche cuando venía de un lugar que no os voy a desvelar, pero vaya tela con el duque de Langford, aunque tampoco es de extrañar en aquellos tiempos. Lo suyo fue un matrimonio concertado, uno de esos acuerdos propios de la época para colocar a las hijas al amparo de maridos con buena posición. Aunque estaba enamorada de otro hombre, ella acató la decisión de su padre, a pesar de que se trataba una de las decisiones más importantes de su vida. Eso sí, había una condición. Victoria se casaría con quien su padre eligiera para ella, siempre y cuando, la dejara estudiar en la Asociación para la Enseñanza de la Mujer en Madrid, institución fundada en 1870, en la que las mujeres de clase media tenían la oportunidad de formarse académicamente.

Tras casarse con James, su llegada a Inglaterra no fue precisamente cálida. Victoria venía de un mundo totalmente distinto y se metió en la boca del lobo, en las fauces de una sociedad estirada y con severas normas. La joven se sintió fuera de lugar.


«Desde el principio notó la frialdad y el desdén con que la acogieron en los ambientes más respetables de la nobleza; era la extranjera, la intrusa, la "española", oía silabear con deje despectivo a ciertas damas, indignadas por el hecho de que los duques de Langford la hubieran elegido a ella antes que a sus hijas, educadas en los elevados preceptos morales victorianos». [pág. 15]


Clarissa, duquesa de Langford

Una mujer que ya no es la que fue. Vapuleada por las desdichas, Clarissa ha perdido a su marido y a su hijo James en solo un par de años. Sabiendo que su nuera no está dispuesta a continuar en Inglaterra, opta por viajar a Huelva, para rescatar a su otro hijo. Es un personaje que tendrá importancia, más al inicio de la novela.

Phillip

Hijo pequeño de Clarissa, y actual duque de Langford, tras la muerte de su hermano James. Es un médico de profesión y trabaja para la compañía británica. Es un hombre «de carácter afable y tolerante, poco dado a los conflictos». Hay rumores que lo relacionan con una mujer, pero no os doy más datos.

Diego Lebrija

Es un plumilla madrileño de familia humilde. Trabaja para El Liberal y su madre regenta una imprenta pequeña, junto a su hermano Santiago, en el barrio de Lavapiés, así que, desde pequeño ha estado rodeado del olor a tinta y papel. En su tiempo libre se reúne con otros periodistas en el Café La Iberia, donde se organizaban tertulias periodísticas. Diego ha tenido algunas relaciones amorosas pero ninguna termina de cuajar. Algo le ha pasado que lo ha convertido en un «majadero insensible que renegaba del amor y de cualquier sentimiento remotamente parecido».


«Le quedaba poco para llegar a los treinta años, la edad en que los hombres de provechos buscaban una buena esposa, y sin embargo, él había hecho el camino inverso por culpa del desamor: huía de las mujeres complicadas, de las promesas fútiles, de las relaciones que le exigieran más de lo que estaba dispuesto a ofrecer, sin ataduras, sin compromisos». [pág. 84]

 

Diego no quiere compromiso con las mujeres pero sí es un hombre comprometido con su profesión. Aunque siempre se ha jactado de ser un hombre íntegro, tiene un episodio oscuro en su pasado. 

Temas

Entre los diversos temas que se tratan en esta novela, el papel de la mujer tendrá un lugar predominante. A través de Una decisión inevitable conoceremos cómo era la vida de la mujer a finales del siglo XIX. Lo habitual es que las mujeres de niveles sociales más bajos trabajaran o cuidaran de la prole, mientras que las de clase acomodada se casaban con hombres de buena posición, tenían hijos que eran cuidados por otras mujeres, y ellas se dedicaban a otros menesteres mucho más gratificantes. En fin, la estampa que todos conocemos. No obstante, había mujeres a las que no les hacía gracia tener una vida tan disoluta. Para ellas, lo de casarse, tener hijos y dedicarse a la vida contemplativa no iba con ellas. Eran mujeres que aspiraban a algo más, a tener una formación, a dedicarse a una labor profesional, a aportar su grano de arena. Ese será el caso de Victoria Velarde, una mujer con anhelos, con deseos de estudiar y ejercer alguna profesión que, por regla general, estaba reservada para la esfera masculina. Todo esto lo veremos también en Rocío Alonso, una enfermera que perfectamente podría ejercer como médico pero, ¿dónde se ha visto que una mujer se aparte del rol de cuidadora y ostente otro papel de mayor prestigio? Eran mujeres que, para conseguir lo que se proponían, tenían que hacer acopio de grandes dosis de resignación y realizar importantes sacrificios.

Las minas de Riotinto explotadas por la empresa británica Compañía de Rio Tinto será otra de las cuestiones en las que se profundice. La novela nos permite conocer la historia de estas minas que, hasta la llegada de los ingleses, no había sido más que un negocio ruinoso.


«Nadie lo hubiera creído unos años antes, cuando el recién estrenado gobierno que surgió tras la proclamación de la república en España no vio otra forma de evitar la bancarrota de las arcas del Estado que vender al consorcio liderado por Hugh Matheson los derechos de la explotación de las minas, además de la propiedad del suelo y del subsuelo, por un precio de noventa y dos millones de pesetas». [pág. 30]


Una decisión inevitable permite al lector asomarse la provincia de Huelva para descubrir un pedazo de este país en el que todavía no había canalizaciones de agua potables, ni las calles estaban adoquinadas, ni había carreteras transitables ni alumbrado público, aunque esto sí se solventa gracias a la intermediación británica. La novela nos permite también asomarnos a la vida de aquellos hombres españoles que trabajaban para los ingleses. Las condiciones laborales eran durísimas. Incluso, para los propios británicos era un calvario vivir en aquellas latitudes.


«El clima, la presión, la dureza y la exigencia del trabajo provocaban que una gran parte de los británicos no aguantaran más de un año allí». [pág. 31]


Montesinos nos explica de manera sencilla y accesible cómo era el proceso de extracción del mineral, las enfermedades que sufrían los mineros o  los diversos efectos secundarios que provocaba respirar un aire contaminado. Te puede parecer un tema que se aleja de tus intereses, sin embargo, todo lo que rodea al mundo minero está cargado de tensión e intriga. La autora describirá las asambleas, cómo se fundó la Liga Antihumo, con veinte municipios de la comarca del Andévalo adheridos, las revueltas que se produjeron, los días de huelga, la manifestación que tuvo lugar y el número de personas que murieron por defender sus derechos. Todo esto es real. Ocurrió como María Montesinos nos relata y a mí me ha parecido interesantísimo. 

En la otra parte estarían los ingleses. Las familias de los británicos desplazados hasta Riotinto vivían la mar de bien, en lo que se conoció como la colonia Bella VistaEra una zona alejada de las casas de los trabajadores porque a los ingleses no les gustaba mezclarse, no ya con los humildes trabajadores sino con los españoles en general. De hecho, si algún británico sucumbía ante la belleza de alguna española, la relación era mal vista dentro de la colonia. El veto lo ejercían principalmente las damas británicas que miraban por encima del hombro a las esposas españolas, de tal modo que a estas les prohibían el acceso a las distintas instalaciones de la compañía, únicamente reservadas a las damas más distinguidas de la sociedad británica para sus reuniones de té, sus bailes y alguna labor caritativa con la que acallar conciencias. De todos modos, tenían que apechugar lo suyo cuando nacía algún «inglesito», es decir, algún hijo bastardo, con los que sus maridos poblaban la zona.

Es muy interesante todo lo que Montesinos nos cuenta sobre las minas. A lo dicho, añado esos pasajes en los que la autora nos explica qué jornal recibían los trabajadores, cómo tenían acceso a los servicios médicos o cómo era el trabajo de las mujeres, de las barcaleadoras, que también arrimaban el hombro, ayudando a la extracción del mineral. Y si interesante es ver a estos ingleses en Riotinto también lo es viajar a Londres y asomarse al retrato que la autora hace de la sociedad británicacon esa arrogancia que caracterizaba a las familias más distinguidas, reflejo de la seguridad que les proporcionaba la expansión del imperio británico y sentirse como los dueños del mundo.


«La misma arrogancia con la que peroraban en los salones, en los diarios nacionales o en las sesiones del Parlamento sobre las virtudes superiores del imperio colonial, político y comercial del Reino Unido que extendía sus dominios por gran parte de África, el sur de Asia, Oceanía e, incluso, buena parte de América del Norte». [pág. 15]


Pasaremos de puntillas por ese Londres, para ver la vida en esos salones, las relaciones entre hombres y mujeres, cómo se esmeraban en guardar las apariencias, el temor que sentían al qué dirán, o las conversaciones insustanciales que mantenían las damas, y que tanto aburren a Victoria.

Por ir comentando alguna cuestión más, a través de esta novela veremos cómo se vivía la viudedad y el duelo. Hoy nos parecerá mentira pero, si alguien fallecía en la familia, había una serie de rituales a seguir. Un rosario de costumbres se instauraba en las casas.  Algunos usos son conocidos en nuestros días pero otros me han parecido realmente llamativos. Por ejemplo, detener las agujas de los relojes de la casa en la hora del fallecimiento del familiar. 

Por otra parte, es muy curioso ver qué limitaciones tenía una dama, en función de su estado civil. Entre ser soltera, casada y viuda, ¿quién creéis que tenía más libertad de movimiento? Ahí lo dejo. 

Y, por supuesto, teniendo en cuenta que Victoria ejerce de periodista, la profesión tendrá gran repercusión en la trama de la novela. Había de todo, como en botica. Por un lado, periódicos que estaban al servicio de la Compañía Rio Tinto. Y no hablo de rotativos británicos, sino de algunos españoles que, por los intereses que fueran, justificaban las decisiones de la empresa. 


«...un ejemplar del onubense La Provincia que replicaba en su noticia de primera plana los mismos argumentos de la Compañía Rio Tinto para justificar las calcinaciones. Por eso Gálvez lo llamaba "la voz de la compañía", y con razón». [pág. 286]


Estructura y estilo

Una decisión inevitable tiene 543 páginas. Comento este detalle insustancial porque sé que hay lectores a los que les echa un poco para atrás las novelas muy voluminosas. Yo misma, por ejemplo, y no por temor a enfrentarme a una historia larga sino porque, como tengo la manía de acabar lo que empiezo, si la historia no me atrapa desde el principio me veo obligada a seguir enredada con una trama que no me aporta nada. Manías de lectora. Pero esta novela, como digo, será voluminosa pero se lee con suma agilidad.

La prosa de María Montesinos acuna. La narración no se detiene en detalles nimios ni se enreda en datos que perfectamente se podrían suprimir, sino que va al grano. Con descripciones precisas y concretas, la autora dibuja para nosotros una composición de lugar (la vida en Londres, la vida en Riotinto) y nos cuenta hechos históricos de tal manera que genera intriga y suspense. 

Por otra parte, los personajes están sumamente bien construidos. Cada uno de ellos tendrá su propia personalidad y, en función del papel que le toca, sus intereses, pensamientos y reacciones quedan debidamente justificadas. Además, Montesinos consigue que nos deslicemos por diálogos creíbles. Algunos, según el momento y los interlocutores, resultan dulces y suaves. Da gusto leerlos.


En definitiva, Una decisión inevitable es una novela muy completa que retrata una época, girando alrededor del mundo minero. Insisto en que puede resultarte un tema escaso de interés pero la autora atrapa al lector al retratar unas vidas trágicas, un trabajo peligroso y una lucha que tuvo su repercusión en Madrid, y de la que dieron cuenta los periódicos. A mí me ha gustado muchísimo leer esta novela. Tanto que, nada más acabarla, y teniendo ya en casa el segundo volumen, me compré el primero, Un destino propio, que aún tengo pendiente de lectura.

Para completar esta reseña, dejo aquí la entrevista que le hice a María Montesinos con motivo de la publicación de la segunda entrega. 

[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

Puedes adquirirlo aquí:



miércoles, 1 de marzo de 2023

MODELO 77 (DRAMA - 2022)

Año: 2022

Nacionalidad: España

Director: Alberto Rodríguez

Reparto: Miguel Herrán, Javier Gutiérrez, Jesús Carroza, Fernando Tejero, Xavi Sáez, Catalina Sopelana, Polo Camino, Alfonso Lara, Javier Lago, Iñigo Aranburu, 

Género: Drama

Sinopsis: Cárcel Modelo. Barcelona, 1977. Manuel (Miguel Herrán), un joven contable, encarcelado y pendiente de juicio por cometer un desfalco, se enfrenta a una posible pena de entre 10 y 20 años, un castigo desproporcionado para la cuantía de su delito. Pronto, junto a su compañero de celda, Pino (Javier Gutiérrez), se une a un grupo de presos comunes que se está organizando para exigir una amnistía. Se inicia una guerra por la libertad que hará tambalearse al sistema penitenciario español. Si las cosas están cambiando fuera, dentro también tendrán que hacerlo.

[Fuente: Filmaffinity]


Modelo 77 la he visto dos veces. La primera, me quedé traspuesta, cuando tan solo quedaban 20 minutos de metraje. Al margen de perderme unas cuantas escenas importantes, no salí muy contenta del cine. A ver, debo aclarar que aquel día no era el más apropiado para meterme en una sala oscura y silenciosa, y menos para ver una película de dos horas de duración. Me dormía de pie y aguanté demasiado. Así que, he vuelto a verla una vez que llegó a plataforma. Mi impresión ha cambiado radicalmente, aunque sigo diciendo que últimamente se están haciendo películas un pelín largas. Pero entremos en la cuestión.

Modelo 77 narra la historia de una fuga. ¿Real? Bueno, Alberto Rodríguez se basa en los hechos ocurridos el 2 de junio de 1978, cuando 45 presos de la cárcel Modelo de Barcelona, consiguen huir del centro penitenciario, vía cloacas. Aquel suceso es el que ha inspirado al cineasta para hacer esta película pero entiendo, por lo que he leído, que luego ha dejado volar su imaginación. De hecho, si lees algún artículo sobre el suceso advertirás ciertas diferencias en cuanto al proceso de fuga. Pero es igual. 

La acción se inicia en febrero de 1976. Hace tres meses que Franco ha fallecido y ya se huele un cambio en la política del país. A la cárcel Modelo llega Manuel, un joven trajeado al que se le acusa de sustraer la cantidad de un millón de pesetas de su lugar de trabajo pero, en realidad, el joven asegura que solo cogió cincuenta mil (el adelanto de una nómina), en complot con el hijo del dueño de la empresa. Parece que ha sido víctima de una encerrona. No se entrará en detalle en esta cuestión.  Manuel tendrá que esperar a su juicio pero, es probable que le caigan seis años de prisión.

Desde el primer momento, no entra con buen pie en la cárcel y uno de los boqueras (funcionario) le hace la cruz. Será recluido en aislamiento durante quince días. Las condiciones en las que es encarcelado son infrahumanas. Frío, bichos, comida que huele mal y sabe peor, y sin posibilidad de asearse. Desde el principio Manuel protestará y exigirá que se respeten sus derechos y no sea tratado como un animal. Será un preso marcado y señalado desde que pone un pie en la cárcel, un recluso conflictivo para el personal laboral del centro. Sus exigencias provocarán un trato más descarnado por parte de los funcionarios.

Poco a poco, se irá adaptando a la vida en la cárcel. Compartirá celda con Pino (Javier Gutiérrez), un preso veterano con larga condena por delante (y por detrás), al que nadie le tose. Pinto es dueño de sus dominios, cuida sus objetos y trata de mantener una vida tranquila dentro de la cárcel. Sus trapicheos le permiten tener acceso a algunos privilegios pero, en general, mantiene una actitud tranquila. En la misma celda duerme Negro (Jesús Carroza), un joven más dicharachero, un soñador que cree que, tras la muerte de Franco, todo irá a mejor. Manuel hará buenas migas con ambos, mientras intenta salvar el pellejo de los conflictos, golpes y peleas que vendrán de diversos flancos.

Pero la actitud de Manuel llamará inmediatamente la atención de otro grupo de presos que luchan por cambiar las cosas dentro de la cárcel. Así nace COPELla Coordinadora de Presos en Lucha, que estarán respaldados por abogados altruistas que tratarán de aligerar juicios y reducir penas, mientras esa democracia en la que tenían tantas esperanzas, no termina de dar los frutos esperados. No, al menos, en el mundo carcelario. Entre las paredes de la Modelo sigue imperando la dictadura. La violencia, el maltrato, los supuestos traslados, las muertes ocurridas en extrañas circunstancias se irán sucediendo, y todo ello dará lugar a un ambiente cada vez más caldeado. Los presos están dispuesto a todo, incluso aquellos que abogaban por una convivencia tranquila; incluso aquellos que son considerados los más peligrosos y a los que todo el mundo da la espalda. La unión entre presos será férrea.

Modelo 77 irá desgranando los sucesos mientras el tiempo pasa hasta el desenlace final que da pie a esa fuga que tuvo lugar en el año 78. Tras alcanzar la calle, ¿qué futuro les depara? Ah, eso queda para la imaginación del espectador.

Qué me ha gustado de la película

En primer lugar, la película me descubre un acontecimiento que ocurrió en este país cuando yo era una «micurria»Por cierto, ¿os he contado alguna vez que, hasta los ocho años, yo viví frente a una cárcel? Recuerdo unas movidas impresionantes, con los presos metiéndole fuego a los colchones, y accediendo a los tejados del edificio. Tuve una infancia muy divertida. Y ahora que lo pienso, y teniendo en cuenta que lo de COPEL y la lucha de los presos llegó a todas las cárceles españolas, lo mismo fui testigo de una revuelta similar que la que se vivió en la Modelo. Lo que para mí fue algo aislado en la cárcel de Ranilla, quizá fuera una acción colectiva a nivel nacional. Estoy hablando del año 77, así que, bien podría ser. Pero, volviendo a la película, la trama me ha empujado a buscar más información sobre aquella fuga y he encontrado un documental estupendo, que se emitió en TVE en 2016, titulado La fuga de los 45. Lo dejo aquí por si os interesa. A mí me gustó mucho y me parece un complemento perfecto para esta película.




Por otra parte, nunca está de más asomarse a la política de tu país en un determinado periodo. La muerte de Franco parecía que iba a abrir las puertas a lo grande y de un día para otro, pero todo requirió su tiempo. Había que anular leyes de la dictadura y sustituirlas por otras democráticas y, aunque en el tema carcelario había cierto consenso, Modelo 77 nos muestra que la modificación de la legislación penitenciaria no salió adelante como se esperaba. A los presos les tocaba esperar mucho más que al resto de la población civil. 

La época está muy bien recreada. Se cuidan mucho los detalles de vestuario, peluquería, y todo lo que ayude a trasladarnos a aquella época. Hay un personaje a través del cual iremos viendo cómo era la vida en aquellos años, por medio de una serie de recortes de prensa que nos muestras los avances en distintas esferas. 

Modelo 77 no te aburrirá sino que hay tanta acción y la tensión es tan palpable, que te mantendrá en vilo (olvidemos que yo me dormí la primera vez que la vi). 

Qué no me ha gustado de la película

Únicamente la duración de la misma. Ya digo que tiene mucha acción y ocurren muchas cosas, pero a mí me parece que dos horas sentada en la sala de un cine, para mí (ojo, para mí) es mucho tiempo. En tu casa, ya es otra historia.

Y luego hay algo que no entendí bien. Uno de los reclusos es médico de profesión. De vez en cuando, él se encarga de atender a los presos que tienen heridas o cualquier problema médico. Lo curioso es que este personaje cuenta con un arsenal de medicamentos e instrumentación que no sé hasta qué punto podía tener en su celda. A mí me resultó extraño.

Reparto e interpretación

En una cárcel, hay mucho recluso y, tratándose de una película, hay mucho personaje, pero Pino y Manuel serán los dos grandes protagonistas. Sin embargo, también resaltarán otros tantos, entre ellos el Marbella, un preso muy chungo de la sexta planta (por lo que se ve, en la sexta está lo peor del género carcelario) e interpretado por Fernando Tejero.

Pino es un hombre curtido en el mundo de la cárcel. Conoce bien el terreno en el que se mueve y no espera gran cosa de los cambios que se avecinan. Aunque inicialmente lo veremos más como un lobo solitario, que no necesita ayuda, será uno de esos personajes que irá evolucionando poco a poco. La resignación y la desgana se irán transformando en un deseo de libertad, como hasta ahora no había experimentado. Conoce bien las entrañas del edificio en el que lleva desde hace tantos años y eso será una gran ventaja a la hora de orquestar la fuga. Interpretado por Javier Gutiérrez, me ha gustado mucho su trabajo en esta peli, en el que lo he visto algo más lejos de los papeles que suele hacer. El actor aporta a su personaje matices y registros que no le he visto hasta ahora. Debo decir que, metido en el papel, se ríe de una forma peculiar que me ponía nerviosa, pero eso va en la interpretación. Si ves alguna fotografía de su personaje podrás preguntarte por qué le han colocado esas gafas de culo de botella, y esa profusa barba. Espérate a las fotografías que acompañan los créditos finales y lo entenderás

Manuel es un joven con sangre nueva. Es hijo de otra generación, aunque ha nacido en dictadura. Su juventud, y la idea de que tiene un futuro por delante que puede quedar marcado y truncado para siempre, lo animarán a unirse a la lucha. Manuel oculta sus verdaderos orígenes y creerá estar por encima de los demás pero la cárcel pone a todo el mundo en su sitio. Al final, se sentirá uno más. Y si Gutiérrez está correcto, Manuel Herrán no se queda en absoluto atrás, más bien diría que casi le hace sombra a otros nombres más consagrados. Este chico va dando pasos agigantados. Cada vez me gusta más en todo lo que se mete.

Jesús Carroza encaja en su personaje. Fernando Tejero también está extraordinario en su papel.


En definitiva, Modelo 77 hay que verla. Desconozco si sigue en sala en algunas ciudades (siempre es mejor ver las pelis en pantalla grande) pero como ya la tenéis en alguna plataforma, no os la podéis perder. La segunda vez que la he visto la he disfrutado un montón, al margen de que, me fui fijando en más detalles. 

Nota 1: Ah, lo que no se cuenta en la película es que los presos que se fugaron volvieron a ser apresados a lo largo de los años.

Nota 2: Ya sabéis los Goya que se ha llevado esta peli, ¿no? Aquí.

La tenéis en Movistar+


Tráiler:


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