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jueves, 2 de enero de 2014

YO FUI A EGB de Javier Ikaz y Jorge Díaz.





Editorial: Plaza & Janés.
Fecha publicación: Noviembre, 2013
Precio. 18,90 €
Nº Páginas: 255
Formato: Tapa dura.
Género: Humor; Nostalgia /Añoranza.
ISBN: 9788401346712



Autores

Javier Ikaz nació siendo aún muy pequeño, concretamente un abril de 1978, pero con la total convicción de que no le gustaría ir a clase. Cuando llegó el momento de ponerse la bata y acarrear una pesada mochila descubrió que aquello tampoco estaba tan mal, a pesar de las matemáticas. Hizo muchos amigos de los que se alejaba cuando se ponían a jugar al fútbol, ocasión que aprovechaba para leer y escribir. De hecho la afición la mantiene y le ha permitido publicar varios libros y gracias a su cinefilia ha dirigido numerosos cortometrajes y un documental. No era mal estudiante y mucho menos bueno, pero finalmente acabó con el libro de escolaridad en un cajón del mueble del salón, junto a un montón de cartas del banco sin abrir y un título de informático sin ejercer.

Desde bien joven desarrolló un oído musical nefasto, a pesar de tener la casa llena de cassettes de todo tipo. Una vez se encontró una moneda de cien pesetas en la calle y descubrió que la vida merece la pena. Desde entonces lee y escribe como si no hubiese mañana. A veces hasta de manera profesional.



Jorge Díaz nació en Bilbao en abril de 1971 y hubiera pasado totalmente desapercibido durante los ocho años de su EGB de no ser por aquellos cuadernos de matemáticas en los que utilizaba la regla hasta para hacer el símbolo «más» y aquella dichosa canción que un profe les mandó inventar y que a punto estuvo de convertirse en el himno del colegio. Siempre suspendía gimnasia, calcaba los dibujos y se ponía rojo como un tomate cuando tenía que  hablar en público. ¡Imaginaos  el día que tuvo que pasar por todas las clases cantando su canción! 

Se aficionó a llegar tarde por las mañanas y enseguida descubrió que el pasillo no eran ningún castigo. No ganó ni una sola medalla, pero sí un montón de amigos que todavía conserva y a los que sigue llamando por su mote del cole.

De la Universidad salió con el título en Ciencias de la Información (Publicidad) que le permitió trabajar como creativo en varias agencias de publicidad hasta que hace un par de años decidió montar la suya propia, Pentsaleku, ese lugar al que mandan a los niños a pensar cuando se portan mal. Además de diseñar, bloguea y, durante los últimos ocho años, ha escrito en un montón de publicaciones hasta hacer de los blogs su profesión y conseguir hablar de música sin necesidad de tener que cantar. Hace muy poco descubrió que ya no se pone colorado.


Sinopsis

Si te aprendiste los ríos y las cordilleras mientras mordisqueabas una goma Milán, si comiste empanadillas en Móstoles, si estabas entre dos tierras y no encontrabas el sitio de tu recreo, si para ti el tiempo era oro y jugabas al Precio Justo, seguro que fuiste a EGB. Si llevabas hombreras o te echabas laca Nelly, si lo primero que leíste fue El libro gordo de Petete, si tu primera lágrima fue porque Marco no encontraba a su madre, si el primer pollo que te comiste fue un Frigodedo, no hay duda de que tú también fuiste a EGB. Los pitufos, Naranjito, Parchís, ET, las chapas, el Seiscientos, Orzowei, los minerales, los gusanos de seda, los Rotring, la Teleindiscreta, la abeja Maya, los lagartos de V, la Botilde, The Final Countdown.

Todos los que fuimos a EGB sabemos que hay mil historias que contar, y estamos deseando retroceder en el tiempo para recordarlas todas en un libro totalmente ilustrado y escrito por los autores del exitoso blog Yo fui a EGB.

Este es el libro que celebra el fenómeno de internet Yo fui a EGB, seguido por más de medio millón de personas y ganador del Mejor Blog Personal y Mejor Blog del Público en los Premios Bitácoras, y Mejor Blog Personal y Mejor Blog del Año en los Premios 20Blogs.

Ficha del libro: www.megustaleer.com

[Información facilitada por la editorial]



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Hace unos días os traje la entrevista que realicé a los autores del mágico libro Yo fui a EGB, Javier Ikaz y Jorge Díaz (puedes leerla aquí), culpables ambos de haber conseguido que me retrotrajera en el tiempo para vestir mi horrible uniforme del colegio, ponerme los calcetines hasta las rodillas, cargar con una mochila de unos 20 kilos, y verme ahogada por múltiples deberes sin fin. Ahora eso sí, los días previos al inicio del colegio eran una fiesta y más aún ese primer día en el que estrenaba cuadernos y bolis, llevaba mis libros inmaculados, recién forrados y olían tan bien... Desde entonces, lo primero que hago cuando me compro un libro es abrirlo y olerlo. Manías que tiene una. 

Desde la publicación de Yo fui a EGB, son muchas las opiniones que han ido surgiendo estas semanas atrás y todas coinciden en lo mismo. Yo fui a EGB es un libro ameno y entretenido, pero sobre todo muy divertido con el que regresamos a nuestra más tierna infancia para rememorar detalles de la niñez que tanto nos marcaron.

Con este libro he vuelto a masticar los famosos chicles Cheiw de fresa ácida, que se ponían duros como una piedra y me dejaban un espantoso dolor de mandíbula. También me ha permitido volver a saborear los cortes de helado aunque esos los sigo degustando porque me encantan junto con los flag, que no eran más que agua coloreada y congelada. ¿Os acordáis? El kioskero de mi barrio se parecía a Fofó el de los payasos y mi hermana pequeña Isabel llegaba con una moneda (ni me acuerdo de qué valor) y le decía: Fofóooooooooo, dame un flá. Aquí os dejo el anuncio televisivo de aquel producto:





Levantarse de la cama en los meses de invierno sigue siendo una crueldad pero cuando era pequeña mi madre sabía cómo mantener mi cuerpo calentito sin sufrir el calvario de desvestirme para colocarme el uniforme. Solución: me dejaba el pantalón de pijama bajo el chándal o bien la camiseta si tenía que ponerme la falda del uniforme. Si hoy analizo fríamente aquellas prácticas me parecen espantosas e incluso un tanto antihigiénicas pero como dice el refrán: Ande yo caliente...  La lucha contra el frío se remataba con el uso de unos pasamontañas que tan solo te dejaban al aire los ojos... Cuando llegaba al colegio y empezaba a quitarme cosas de encima me sentía liberada y volvía a respirar. 

En cuestión de juegos, los recortables y los cromos eran mi mayor tesoro. Aún tengo mis cromos guardados en una caja de madera. Podía pasarme las horas vistiendo a aquellas muñecas de papel de ojos grandes y vestiditos de cuello bebé o bien intentando ganarle a mis amigas algún que otro cromo con purpurina. Luego vinieron el elástico, el tejo,... y la lima. Mira que éramos burros. Pocas desgracias ocurrieron para las horas y horas que nos tirábamos en la calle jugando Al cielo voy. No me extrañaría que la escoliosis que sufro hoy se debiera a ese juego, en el que tenías que soportar los kilos de tus amigos sobre los riñones y la espalda. Bueno, seguro que el maletón lleno de libros hasta arriba también tuvo que ver con mi desviación de columna. 


 

Hace un par de años me dio por comprarme una Nancy, pero yo no quería las que venden hoy en las tiendas, cuya cara es sustancialmente distinta a la que yo tenía de pequeña. Yo quería la Nancy original cuya cara recuerdo. Tenía tanta fijación por la muñeca en cuestión que estuve buscando por internet y sí, en Ebay la encuentras pero su precio astronómico rompió mi ilusión. La de los años 70 ronda los 150 euros. No estoy tan nostálgica como para gastarme esa pasta, la verdad.

De los programas de la tele, guardo un cariño especial por La bola de cristal y su bruja Avería. Allí fue donde conocimos a Alaska, a Kiko Veneno, a Santiago Auserón,... Las mañanas de los sábados tenían un sabor muy distinto.



Y en cuanto a las series de animación mis preferidas eran La Abeja Maya y El bosque de Tallac con los ositos Jackie y Nuca. Hace unos años, en otro de mis arranques nostálgicos, me hice con la colección completa de la simpática abeja y sus amigos. La vi enterita, dvd tras dvd y me lo pasé pipa. 

¿Quién no se ha pintado alguna vez un reloj en la muñeca? Estabas deseando que alguien te preguntara la hora para responder: Las carne menos hueso. De esta expresión no me he vuelto a acordar hasta que no he leído el libro y es que nuestra mente está llena de recuerdos que solo salen a flote si alguien te habla de ellos. 

También recuerdo con nostalgia aquellos días en la playa. Cuando mis padres me llevaban a Matalascañas en Huelva, había que salir casi de madrugada para transitar durante horas por carreteras estrechas y en mal estado. No había amanecido aún y ya estábamos con el zafarrancho de bolsas para arriba y para abajo. La sombrilla que no se olvide, ni los flotadores de patito que tenían unos rebordes de plástico duro que menudas rozaduras te hacían en los costados. 




Importantísimo los tuppers con los filetes empanados y la tortilla de patatas. La sandia y el melón para el postre y las meriendas para los niños. Seguro que entonces el día tenía más de 24 horas porque nos daba tiempo a hacer mil cosas. Yo creo que nos han ido robando minutos poco a poco y con el paso de los años, porque si no, no me explico cómo ahora no tengo tiempo de nada y los días se pasan volando.

El libro Yo fui a EGB toca todos estos temas y muchos más desde los productos de alimentación típicos de aquellos años, pasando por las chuches más variopintas, las tendencias en ropa y calzados (uso de las hombreras y calentadores,...), los juegos de mesa en los que invertíamos horas (Tragabolas, Cluedo,...), los famosos dos rombos que nos amargaban las noches televisivas, los primeros reproductores de vídeo y películas que alquilábamos en los videoclubs, los trabajos de manualidades que teníamos que hacer para el colegio (confieso que mi padre hacía el 80% de la manualidad y aún así me suspendían alguna vez; con lo «apañao» que es mi padre y que lo suspendieran...), las revistas que leíamos (Superpop, Vale,...), y las horas que nos pasábamos escuchando la radio e intentando grabar una cinta con nuestras canciones preferidas sin que se oyera la voz del locutor. 




Mi primer poema: 


Con un seis y un cuatro
esta es la cara de tu retrato. 




Yo fui a EGB es terapéutico para el espíritu. Es inevitable reírte con este libro. Allá donde mires surge repentinamente un recuerdo sobre algún amigo, algún profesor, algún juguete,... Experiencias de vida que nos han ido conformando en lo que somos hoy.

viernes, 27 de diciembre de 2013

ENTREVISTA a JAVIER IKAZ y JORGE DÍAZ (Yo fui a EGB)

Autores

Javier Ikaz nació siendo aún muy pequeño, concretamente un abril de 1978, pero con la total convicción de que no le gustaría ir a clase. Cuando llegó el momento de ponerse la bata y acarrear una pesada mochila descubrió que aquello tampoco estaba tan mal, a pesar de las matemáticas. Hizo muchos amigos de los que se alejaba cuando se ponían a jugar al fútbol, ocasión que aprovechaba para leer y escribir. De hecho la afición la mantiene y le ha permitido publicar varios libros y gracias a su cinefilia ha dirigido numerosos cortometrajes y un documental. No era mal estudiante y mucho menos bueno, pero finalmente acabó con el libro de escolaridad en un cajón del mueble del salón, junto a un montón de cartas del banco sin abrir y un título de informático sin ejercer.

Desde bien joven desarrolló un oído musical nefasto, a pesar de tener la casa llena de cassettes de todo tipo. Una vez se encontró una moneda de cien pesetas en la calle y descubrió que la vida merece la pena. Desde entonces lee y escribe como si no hubiese mañana. A veces hasta de manera profesional.



Jorge Díaz nació en Bilbao en abril de 1971 y hubiera pasado totalmente desapercibido durante los ocho años de su EGB de no ser por aquellos cuadernos de matemáticas en los que utilizaba la regla hasta para hacer el símbolo «más» y aquella dichosa canción que un profe les mandó inventar y que a punto estuvo de convertirse en el himno del colegio. Siempre suspendía gimnasia, calcaba los dibujos y se ponía rojo como un tomate cuando tenía que  hablar en público. ¡Imaginaos  el día que tuvo que pasar por todas las clases cantando su canción! 

Se aficionó a llegar tarde por las mañanas y enseguida descubrió que el pasillo no eran ningún castigo. No ganó ni una sola medalla, pero sí un montón de amigos que todavía conserva y a los que sigue llamando por su mote del cole.

De la Universidad salió con el título en Ciencias de la Información (Publicidad) que le permitió trabajar como creativo en varias agencias de publicidad hasta que hace un par de años decidió montar la suya propia, Pentsaleku, ese lugar al que mandan a los niños a pensar cuando se portan mal. Además de diseñar, bloguea y, durante los últimos ocho años, ha escrito en un montón de publicaciones hasta hacer de los blogs su profesión y conseguir hablar de música sin necesidad de tener que cantar. Hace muy poco descubrió que ya no se pone colorado.

Sinopsis

Si te aprendiste los ríos y las cordilleras mientras mordisqueabas una goma Milán, si comiste empanadillas en Móstoles, si estabas entre dos tierras y no encontrabas el sitio de tu recreo, si para ti el tiempo era oro y jugabas al Precio Justo, seguro que fuiste a EGB. Si llevabas hombreras o te echabas laca Nelly, si lo primero que leíste fue El libro gordo de Petete, si tu primera lágrima fue porque Marco no encontraba a su madre, si el primer pollo que te comiste fue un Frigodedo, no hay duda de que tú también fuiste a EGB. Los pitufos, Naranjito, Parchís, ET, las chapas, el Seiscientos, Orzowei, los minerales, los gusanos de seda, los Rotring, la Teleindiscreta, la abeja Maya, los lagartos de V, la Botilde, The Final Countdown.

Todos los que fuimos a EGB sabemos que hay mil historias que contar, y estamos deseando retroceder en el tiempo para recordarlas todas en un libro totalmente ilustrado y escrito por los autores del exitoso blog Yo fui a EGB.

Este es el libro que celebra el fenómeno de internet Yo fui a EGB, seguido por más de medio millón de personas y ganador del Mejor Blog Personal y Mejor Blog del Público en los Premios Bitácoras, y Mejor Blog Personal y Mejor Blog del Año en los Premios 20Blogs.


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Hoy os traigo la última entrevista del año 2013. Creo que hasta febrero no volveré a retomar esta actividad con lo cual me tomo un respiro yo y vosotros también que sois unos santos y os merecéis el cielo. Cuando el mundo editorial se apee de las Navidades y vuelvan a la carga con sus novedades, espero volver a traeros entrevistas interesantes.

Muchos sois los que habéis leído y reseñado Yo fui a EGB, un libro que nos ha transportado a nuestra infancia, ayudándonos a rescatar del pasado todos aquellos juegos, series de televisión, libros, dulces,... que inundaron nuestros años más jóvenes. La semana pasada tuve la oportunidad de hablar con sus autores. ¿Queréis saber lo que nos han contado?

Curso 1976-1977
Marisa G.- Javier y Jorge os agradezco mucho este rato que nos vais a conceder para poder rememorar juntos todos aquellos años a través de vuestro libro. A mí la EGB me pilló de lleno. Yo nací en 1970 y he conocido todo aquello de lo que habláis en el libro. Algunas cosas las tenía ahí olvidadas pero ha sido un placer volver a recordarlas.

Javier I.- Es que esa era la idea, retomar todos aquellos recuerdos que estaban ahí, no olvidados exactamente porque en el momento en el que los activas, te acuerdas perfectamente. 

M.G.- Exacto, así es. Bueno, todo esto empezó porque vosotros en un principio abristeis una página en Facebook. Eso fue lo primero, ¿no?

J.I.- Lo primero que nos vino a la mente fue la frase, Yo fui a EGB. Nos hizo mucha gracia porque era muy identificativa, a la vez que muy breve y muy concisa. No había que explicar nada. Yo fui a EGB y ya. Entonces se nos ocurrió que lo más fácil y más barato era crear una cuenta en Facebook con ese título donde empezamos a contar nuestras experiencias de cuando eramos más pequeños, la ropa que llevábamos, los libros del colegio, lo que leíamos,... Desde el principio vimos que a la gente le gustó la idea y encima participaban mucho, contándonos sus anécdotas y tal. La idea tuvo mucho éxito. A raíz de aquello abrimos el blog con el que hemos conseguido 4 premios muy importantes, pero la gente nos empezó a pedir que hiciéramos un libro.

M.G.- Un libro del que yo tengo la 3ª edición.

Jorge D.- Bueno, ayer nos anunciaron que ya va por la 6ª.

M.G.- Ufff! 

J.I.- Sí, y fíjate que todo surgió como algo lúdico, aunque desde el principio nos lo tomamos muy en serio y trabajamos mucho. Ahora hemos llegado hasta aquí y el camino ha sido muy bonito.

M.G.- Me habéis comentado que el blog ha recibido varios premios.

J.I.- Sí, el Mejor Blog Personal y Mejor Blog del Público en los Premios Bitácoras y Mejor Blog Personal y Mejor Blog del Año en los Premios 20Blogs.

J.D.- Ganamos en las categorías en las que nos presentamos en los dos premios. Hicimos doblete. No nos lo podíamos creer.

M.G.- ¿Y en qué se tradujo aquellos premios? ¿Qué ganasteis? 

J.D.- En uno fueron unos 5.000 euros y algunos regalos.

J.I.- Sí, por ejemplo, una tablet y cosas así.

M.G.- Pues no está nada mal.

J.D.- Pero más que nada es el reconocimiento a un trabajo. Llevábamos tres o cuatro meses con esto y los premios nos demostró que lo que hacíamos le gustaba a la gente. Ganar el Blog del Año frente a 20.000 blogs o más,... Es una experiencia que no se olvida nunca.

J.I.- Voy a decir una cosa que va a parecer muy..., pero lo digo de corazón. Los premios están muy bien, es un reconocimiento, pero lo más gratificante de todo son los cientos de mensajes diarios de la gente que nos escribe como si fuéramos familiares, nos demuestran mucho cariño, nos cuentan cosas muy personales,... Y eso es lo que realmente agradezco.




J.D.- La gente nos agradece que estemos ahí, nos dan las gracias porque leen cosas que les alegra, a pesar de los tiempos que estamos viviendo y nos agradecen la sonrisa que le sacamos cada día. Eso es mucho más que cualquier premio.

J.I.- Es increíble. Agradecemos muchos todos esos mensajes que también contestamos. Creemos que un proyecto como Yo fui a EGB es netamente humano y vive de la gente. A veces comentamos los mensajes que recibimos y nos quedamos alucinados.  

M.G.- Si el libro va por la 6ª edición está claro que la gente respalda vuestro proyecto. Pero tengo una duda, ¿escribir el libro fue idea vuestra o vino la editorial y os lo propuso?

J.D.- El libro fue algo que nos estaba demandando mucho la comunidad de seguidores porque querían tener algo físico que pudieran leer cuando quisieran. Sí se pusieron en contacto con nosotros un montón de editoriales y los primero que lo hicieron fueron Plaza & Janés. Nos han dado libertad absoluta para hacer el libro que hemos querido y encantados con ellos. 

M.G.- La edición desde luego es preciosa. Todos los elementos están relacionados con aquella época.

J.D.- Podíamos haber cogido todo lo que tenemos en el blog, traspasarlo a papel y de un día para otro teníamos el libro pero nos parecía que iba a ser un engaño para el lector. Queríamos que el libro fuera muy cuidado, que fuera como una joya que atesorar porque el libro es para tenerlo en la mano y no para leerlo en formato digital o en la pantalla del ordenador. Cada página es completamente diferente, no hay dos páginas iguales. Incluye un montón de fotografías, de guiños,...

J.I.- Teníamos claro que queríamos un libro especial y desde la editorial se dieron cuenta de que las tapas, el tipo de papel,... todo tenía que ser elegido al detalle. Está hecho con mucho cariño y mimo.

J.D.- En el momento en que alguien abre el libro se engancha  y da lugar a muchas conversaciones. 

M.G.- Yo lo he leído estos días atrás y no podía parar de sonreír porque me veía reflejada en cada página.

J.I.- Los que fuimos a EGB consumíamos las mismas cosas porque no había tanta oferta como ahora, por eso todos los que vivimos aquella época nos vemos identificados en un libro como este.

M.G.- Es que es ver el título y una siente como un orgullo....

J.D.- Claro, claro. Mira una cosa muy curiosa que nos ha pasado es que nos dimos cuenta de que el término EGB no se utilizaba hasta que llegamos nosotros, se ha puesto de moda ahora.

J.I.- Es un término muy setentero u ochentero. 

M.G.- La página de Facebook, ¿cuándo la creasteis? 

Con Javier Ikaz.
J.I.- En el 2010.

J.D.- Sí, hace tres años pero el boom lo pegó el verano pasado, el verano del 2012. 

M.G.- Al hilo de lo que comentáis, que habías puesto de moda el término EGB, imagino que sabréis que se ha publicado otro libro más este año sobre aquella época. (Me refiero a Generación EGB de Javi Nieves y publicado por Espasa).

J.D.- Sí, lo sabemos, pero ha salido después de que ganáramos los premios,... 

J.I.- Está básicamente basado en nuestro blog.

J.D.- Nosotros estábamos ya trabajando en nuestro libro pero no queríamos publicarlo de un día para otro y hacerlo mal. Queríamos tomarnos nuestro tiempo y madurarlo pero claro sabíamos que corríamos el riesgo de que alguien sacara otro sobre lo mismo.

J.I.- El libro que tú comentas salió cuando nosotros estábamos ultimando el nuestro.

J.D.- Pero son dos cosas totalmente diferentes.

M.G.- Yo lo leí en su día y me divertí también, eso no puedo negarlo, pero también es verdad que la edición del vuestro está más cuidada y creo que incluye muchas más fotografías. 

J.D.- Nosotros sabíamos que si nos tirábamos un año haciendo un libro tan cuidado como este, alguien se nos iba a adelantar. Éramos consciente de eso.

M.G.- Entiendo. En cualquier caso, sabreis que nos habéis colocado una sonrisa de oreja a oreja con vuestro libro, ¿no?

J.D.- Pero fíjate que nosotros no hacemos humor. Es que en otra entrevista nos preguntaron qué tipo de humor hacemos... Solo hemos sacado una sonrisa por recordar con el libro aquellas situaciones de cuando éramos pequeños. 

J.I.- Que conste que a mí me encantaría hacer humor porque me parece lo más difícil que hay. De todos modos, es curioso que el libro, dependiendo de la librería, lo colocan en la sección de humor, o en la de sociología, o no sé... (risas). Es que tampoco sabemos muy bien cómo catalogarlo, pero sí es verdad que es muy bonito que nos digan que han pasado un buen rato leyéndolo o que se han reído mucho.

J.D.- El otro día estábamos en la cola de embarque del aeropuerto y curiosamente la chica de delante llevaba nuestro libro. Se lo estaba leyendo en ese momento y se estaba tronchando, muerta de risa ella sola,... 

M.G.- Pero es que es normal. Es que hemos recordado nuestra infancia tan marcada por unos elementos tan concretos como los que se recogen en el libro.

J.D.- Sí, sí... y otro tema que nos caracteriza es que nosotros hemos querido hablar de todo aquello desde una perspectiva muy actual, no cayendo en el tufillo este rancio. 

J.I.- Desde el momento que dices «Yo fui» estás hablando desde el presente obviamente. Teníamos claro que debíamos escribir el libro desde el día de hoy, por ejemplo, cuando hablamos de la enciclopedia Larousse decimos que aquella era nuestra Wikipedia. No hemos querido recordar aquella época desde la nostalgia ni caer en el tópico de decir que aquello era mucho mejor.

lunes, 20 de mayo de 2013

GENERACIÓN E.G.B. de Javi Nieves.





Autor

Periodista conocido por su labor en programas de radio de Cadena 100 o COPE. 

Sinopsis

¿Te marcó la muerte de Chaquete?
¿Te obligaba tu madre a beber muy rápido el zumo de naranja porque se le iban las vitaminas?
¿Tenías que esperar dos horas para hacer la digestión antes de bañarte en la piscina?
¿Rebobinabas las cintas de música con un boli Bic?

Si la respuesta es afirmativa, eres de los nuestros. ¡Por tus venas corre el gen de la EGB!

Generación EGB es un libro basado en la sección del mismo nombre del programa La Mañana de COPE, que conduce Javi Nieves. Un viaje al pasado que pretende sacudir la memoria de los que crecimos a base de Bollycaos y bocadillos de Tulipán, entre partidos de fútbol-chapa y clases de mecanografía. Una mirada nostálgica, divertida e irónica a aquellos años.


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Lo siento. No lo pude evitar. Me salen los libros por las orejas pero aún así tuve que decir: «¡¡Si, sí, sííííííí!!» ¿Cómo me voy a resistir a un libro que se titula Generación E.G.B si lo llevo en la sangre? Así que, cuando este libro me llegó, me monté en él, pisé el acelerador, derrapé en una curva, adelanté a siete u ocho volúmenes que esperaban pacientes su turno y llegué a la meta, mi mullido sofá con el libro en las manos. ¡La de recuerdos que se me han venido a la mente! Pero vayamos por parte.

Javi Nieves es este chico  que conduce  una sección titulada igual que el libro dentro del programa La Mañana de la Cadena Cope.

Debe rondar más o menos mi edad, y gracias a él he vuelto a mi época de Educación General Básica y a aquellos años tan bonitos.

A través de diez capítulos, subdivididos a su vez en secciones,  se hace un recorrido por lo que era nuestra vida entonces. 

Del colegio, el autor nos recuerda los motes que poníamos a los profesores, las clases de dibujo y marquetería, los libros que usábamos, los juegos infantiles, las carpetas forradas con fotos de nuestros ídolos, los diccionarios, ...





En casa la vida no era de color de rosa. Teníamos obligaciones que hacer, al menos había que recoger la habitación de vez en cuando, porque ¿a quién de vosotros no le gritó su madre alguna vez: «¡Esto no es una habitación! ¡Es una leonera!»Leonera, ¡qué bonita palabra! Y que me decís de aquellas meriendas. Todavía anda por casa de mis padres la famosa yogurtera que tan conocida se hizo entonces y que por lo visto toda madre, incluida la del autor, usaba con frecuencia. El trasto aquel terminó por quedar arrumbado al fondo de un armario cuando ya nos llegaba el yogurt a las cejas. Menos mal que también existían los Bony, los Tigretón y aquellas Mi merienda que no eran más que pan con chocolate.




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