Mostrando entradas con la etiqueta entrevista. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta entrevista. Mostrar todas las entradas

martes, 14 de abril de 2020

SANTIAGO POSTEGUILLO: 'Si Galeno viviera en estos tiempos sacaría los retrovirales del coronavirus en tres tardes'

A mediados de Marzo, Santiago Posteguillo tenía que haber visitado Sevilla para promocionar su última novela, Y Julia retó a los dioses (Planeta). El encuentro programado con el autor fue suspendido, como ocurrió con otros muchos actos literarios en esas fechas, con motivo de la crisis del coronavirus y la inminente declaración del estado de alarma. La cosa se ponía muy fea. Tanto es así que, el mismo día en el que Posteguillo tenía agenda en Sevilla, la Feria del Libro de Madrid anunciaba su aplazamiento para el mes de octubre. Poco después, sería la Feria del Libro de Sevilla la que comunicara la misma decisión. No nos quedaba otra opción que echar mano del teléfono para hablar de Julia, de Septimio Severo, de Roma y su historia. Y eso hicimos, conversar durante algo más de media hora sobre Y Julia retó a los dioses, la segunda parte de aquella otra novela, Yo, Julia, con la que Santiago Posteguillo ganó el Premio Planeta en 2018.

[Fuente: Web editorial Planeta]
Marisa G.- Santiago, buenas tardes. Muchas gracias por atender mi llamada.

Santiago P.- Gracias a ti. No nos queda otra, dadas las circunstancias.

M.G.- Pues sí. En fin, hablemos de Y Julia retó a los dioses, continuación de Yo, Julia, novela con la que usted ganó el Premio Planeta. Algunos lectores pensaban que esto era una trilogía, pero estamos en el desenlace de la historia, ¿verdad? 

Santiago P.- Exacto. Es una bilogía porque no siempre tengo que hacer lo mismo. Me gusta mucho descolocar a todo el mundo. Escribí una primera trilogía y nadie pensó que pudiera escribir otra, pero lo hice. Nadie pensó que podía poner a una mujer como protagonista, y la he puesto. En realidad, he hecho lo mismo que Robert Graves con la vida de Claudio. Él escribió Yo, Claudio, y posteriormente escribió, Claudio, el dios y su esposa Mesalina. Pues en mi caso, hay un paralelismo con Yo, Julia y Y Julia retó a los dioses. Y con esta última novela cerramos la historia.

M.G.- Pero algo que me preocupa mucho cuando hablamos de sagas, series,... ¿Es necesario haber leído la primera parte para comprender esta segunda novela?

S.P.- No. Se puede leer de manera independiente, sin ningún problema. Esta es una máxima en todas mis novelas. Podrías leer la segunda o la tercera parte de la Trilogía de Trajano o la de Escipión, sin haber leído la primera. En este caso, es lo mismo.

Cuando alguien lee Y Julia retó a los dioses, se va a encontrar a una emperatriz en lo alto del poder, haciendo frente a todas las enormes dificultades que tiene que afrontar para mantenerse en su posición. Si a esa persona le gusta esta novela y se pregunta cómo llegó Julia al poder, entonces podría leer la primera porque ahí se explica perfectamente.

M.G.- En la primera novela nos presenta usted a Julia, una mujer que nace en Siria, por lo tanto es extranjera en Roma, está casada con Septimio Severo, es muy inteligente, acaba de subir a la cúspide del poder pero, mi pregunta es, ¿esta segunda parte comienza justo en el momento en el que acaba Yo, Julia?

S.P.- Sí, justo. Incluso empieza en la misma escena. En la anterior novela, la dejamos en el Circo Máximo, tras haber conseguido el poder. Pero, antes de ese momento, antes de retomar la escena, he querido incluir unos aditamentos. En primer lugar, vamos a ver un cónclave de los dioses y, a continuación, veremos a Galeno, su médico personal, que le diagnostica una terrible enfermedad. A partir de ahí, se producirá un flashback que nos lleva hasta el Circo Máximo para retomar la historia. 






M.G.- Julia tiene que luchar por mantener el poder y el control. Esto fácil no debe ser, e imagino que, mucho menos, siendo mujer. 

S.P.- No, lo tiene doblemente difícil por el hecho de ser mujer en un mundo de hombres. Mientras su marido vivió, ella podía influir en la política a través de Septimio. Y se encuentra con varios problemas. El primero que Septimio, siendo muy buen militar, no es capaz de percibir las traiciones en la corte imperial. Para eso no sirve, mientras que Julia se da cuenta de todo, de todas las traiciones que amenazan a su marido. En segundo lugar, desaparecido su esposo, ella se enfrenta al problema de los hijos. Sus hijos se enfrentarán entre sí y a ella le toca mediar entre ambos. Imagínate a Julia, como madre, viendo a sus hijos enfrentándose a muerte.  

M.G.- De ahí el subtítulo de la novela: "Cuando el enemigo es tu propio hijo... ¿existe la victoria?" Es una pregunta que ella se formula o que usted lanza a los lectores.  

S.P.- A esa pregunta, Julia respondería que sí. Para ella, incluso en esa situación, existe la victoria. Por encima de todo, Julia tiene un objetivo político, que no es otro que mantener el control del imperio.

M.G.- Caracalla y Geta eran sus  hijos. ¿Cómo eran?

S.P.- Crecen en constante competencia. Caracalla tiene que ser prácticamente transformado por su madre, en alguien violento capaz de llevar a cabo sus objetivos. El problema viene cuando Caracalla se transforme en alguien violento que Julia no puede controlar, aunque ella haya influido en esa transformación. Pero se convierte en un monstruo ingobernable. Eso es lo que le pasa a Julia, que no puede manejar el monstruo que ella misma ha promovido.

M.G.- De todos modos, Julia tenia una relación peculiar con sus hijos. Se habla de incesto.

S.P.- Sí, pero emplea el incesto para controlar. Julia utiliza todo lo que tiene a su alcance para mantener ese control. Si para controlar a uno de sus hijos tiene que emplear el sexo, lo hará, sin la menor duda, pero con ese fin, controlar o volver a influir sobre el hijo descontrolado. 

Esta novela es muy brutal. Dice mi editora que es la novela más desgarradora que he escrito nunca porque la historia de Julia es tremenda. De hecho, he añadido ese aditamento de los dioses, que antes te comentaba, porque quería que el final tuviera su parte de justicia poética, que el lector tuviera también su remanso de paz y disfrute. Pero claro, Julia sufre tanto, y sufrirán tanto los lectores con ella que, si el libro hubiera acabado con la muerte de Julia, hubiera sido un final muy anti-climático. He preferido poner un desenlace con tintes épicos que, de un modo, devuelva al lector la paz tras las tensiones vividas. 

M.G.- Precisamente sobre los dioses quería preguntarle. Cuando usted cuenta la vida de Julia, recurre a las fuentes pero claro, al meter mitología, habrá tenido que echar mano de imaginación.

S.P.- Sí, de imaginación pero siempre con la congruencia de que sea una mitología perfectamente acorde al mundo que ellos creían. Además, he querido hacer un guiño homérico, porque los dioses salen retratados con sus viejas rencillas, que arrastran desde la Iliada y la Odisea, desde la Guerra de Troya, con lo cual tiene un toque también irónico que pienso está agradando a muchos lectores. Por ejemplo, ver a un Júpiter hastiado de las continuas broncas de sus dioses, en las que tiene que intervenir; o ver a una Vesta desatada, en plan xenófobo, porque Roma está en manos de lo que ella llama una extranjera; o encontrarse a una Minerva, que intenta ayudar a una Julia porque la diosa siente un interés especial por la familia. Creo que todo esto son escenas que a los lectores les puede resultar muy entretenidas.

M.G.- Pero Santiago, ¿en la novela se retrata a Julia desde el punto de vista político o estratega, o también vamos a verla como persona, como mujer?

S.P.- Se verá también a la mujer. Aunque para ella la política es primordial, también se van a narrar escenas de gran intimidad, y no solo de intimidad forzada por la política. Tras la desaparición de su esposo, en esa búsqueda del hombre fuerte que necesita a su lado, surgirá una historia de amor con uno de los jefes del Pretorio, con Quinto Mecio, y ya te anticipo que algunas lectoras me han pedido el Whataspp de Quinto, y no lo tengo. 

M.G.- (Risas) Bueno, qué lástima. 

S.P.- No tengo forma de contactar con él, lo siento por todas esas lectoras que me han dicho que quieren un Quinto Mecio en sus vidas. Él le muestra a Julia un amor y una lealtad, más allá de toda prueba física y moral. 

M.G.- Pues el año pasado tuve la suerte y la oportunidad de escucharlo en la charla que dio en la Feria del Libro de Tomares que estuvo, por cierto, magnífica y le felicito. Y me llamó la atención muchas cosas que usted comentó. Por ejemplo que, cuando usted acude a las fuentes clásicas, no todas se ponen de acuerdo con respecto a Julia. Hay discrepancias entre unas y otras.





S.P.- Eso es algo muy frecuente entre las fuentes clásicas. Hay incongruencias y contradicciones. En este caso, había que estudiar cada una de las fuentes y evaluar cuál de todas podía ser más veraz, en función de su procedencia, o cuándo haya sido escrito ese texto, etc, etc,... Es un trabajo complejo, pero siempre digo que, en una novela histórica, el trabajo es para el escritor, y el placer ha de ser para el lector. 

M.G.- (Risas) Nosotros disfrutamos, desde luego. Pero tengo otra curiosidad. ¿Hay más mujeres, como Julia, en la Antigua Roma, que están por descubrir?

S.P.- Sin duda. Por eso estoy preparando una serie de televisión, para Movistar+, que se titulará El corazón del imperio, donde mi objetivo es rescatar  a más mujeres injustamente olvidadas de la historia de Roma. 

M.G.- ¿Y Julia será un capítulo?

S.P.- No, necesariamente porque creo que a Julia la hemos rescatado bastante. Así que preferiría dedicarle tiempo a otras mujeres que no son tan conocidas, o que son conocidas desde un punto de vista distorsionado, y estaría bien dedicarles más atención.

M.G.- Perfecto. Leyendo la nota de prensa, hay un personaje que se llama Plauciano, muy amigo del esposo de Julia, pero es un personaje un tanto complicado.

S.P.- Él representa esa traición interna, dentro de la corte imperial, y que Severo no es capaz de ver. No acierta a ver que ese amigo lo único que desea es traicionarlo. Será el primer gran enemigo y antagonista de Julia en esta novela. Pero, al igual que en Yo, Julia, le irán saliendo más antagonistas. La cosa se le va complicando.

M.G.- Galeno vuelve a salir. ¿Qué papel juega realmente en la novela?

S.P.- Pues cobra mucha importancia. Por un lado, Galeno es el médico personal de Julia, que habla de ella desde la admiración, por su gallardía y valentía. Es una emperatriz que, de entrada, se tiene que enfrentar a lo que Galeno le diagnostica en las tres primeras páginas de la novela, un karkinos. Galeno le explicará que eso en griego significa cangrejo, porque tiene un bulto en el seno que se ramifica como las patas de un cangrejo. Le explicará que eso, los romanos lo denominan cáncer, en latín. Galeno ha tratado esta enfermedad en otras ocasiones y sabe lo duro que es. Admirará mucho a Julia por su entereza  a la hora de sobreponerse o luchar contra esta enfermedad. Por otro lado, Galeno trabaja como un auténtico CSI, a las órdenes de la emperatriz, para averiguar esas extrañas muertes que tienen lugar en la corte imperial. Algunos amigos de su marido han muerto y ella no se cree las versiones oficiales, así que Galeno llevará a cabo una investigación para ella. Y, por último, Galeno es ese gran médico que lucha contra un virus mortal, el de la viruela, que se está extendiendo por una parte del sur del imperio. Él conseguirá detenerlo, algo que me parece fascinante. Es muy de admirar cómo Julia y Severo supeditan la autoridad política a las decisiones de la autoridad sanitaria, porque entienden que, en esas circunstancias, el que más sabe es el médico.

M.G.- En los tiempos que estamos viviendo con el coronavirus, nos vendría muy bien un Galeno.

S.P.- Pues sí. Galeno llegó a auto-inmunizarse contra la viruela, lo que pasa es que no supo cómo se había inmunizado, cómo lo había conseguido. Entonces, no tenían los avances en microbiología, ni había laboratorios, ni se podían hacer analíticas. Si Galeno viviera en estos tiempos sacaría los retrovirales del coronavirus en tres tardes.

M.G.- Un genio. Y hablando de otro tema, cuando un escritor escribe novela histórica, no solo tiene que documentarse en los libros sino también recorrer los lugares. Sé que usted incluso ha participado en una ruta con medios de comunicación. ¿En qué escenarios se van a mover los personajes?

S.P.- Sin duda, otra forma de documentarse es, dentro de las posibilidades de cada escritor, desplazarse a los lugares donde transcurre la acción. Yo ya había estado en Austria, o lo que es lo mismo es Panonia Superior, en Carnuntum, donde Severo se proclamará emperador, animado por su esposa. En esta novela, en los inicios, hacen todo un crucero por el Nilo, porque los romanos ya se admiraban mucho de la cultura egipcia. Desembarcan en muchos sitios y pasan muchas cosas relevantes para la novela. Así que, decidí hacer ese mismo crucero por el Nilo, y detenerme en aquellos lugares donde Julia y Severo detuvieron. De este modo, pude cargarme emocionalmente e incluso corregir cosas que leo en las fuentes.

Con la prensa estuvimos en el Muro de Adriano, un lugar emblemático de la novela. A Britania y al Muro de Adriano, Julia llega primero como la esposa del emperador. Luego, tras el fallecimiento de Septimio, regresará y lo hace como madre de los dos co-emperadores. Es un lugar esencial y que supone un punto de inflexión en su vida. Por eso me parecía un sitio interesante para visitar. Eso sí, tuvimos el clima típico del Muro de Adriano, con lluvia, barro, viento, niebla, frío,... El tiempo que yo describo en la novela.

M.G.- Santiago, todos los lectores coincidimos en que, como usted cuenta la Historia, no la cuenta nadie. ¿Cómo consigue hacer tan amena una temática que a muchos se nos atragantó en época de estudios?

S.P.- La clave está en la combinación de elementos. Procuro mantener el rigor histórico, ser fiel a los datos que sabemos que son ciertos, pero luego pienso mucho cómo contarlo todo para un público del siglo XXI, de qué manera narrarlo para que todo sea muy visual, muy cinematográfico, con una narración muy dinámica. Intento contar la historia con mucha acción, cruzando trama central con subtramas, con finales de cada episodio en alto, que cueste abandonar la lectura, que enganchen un capítulo con otro. Como los datos son muy fieles a la historia puedo conseguir mi gran objetivo, es decir, que el lector se entretenga con la lectura y, al mismo tiempo, que tenga la sensación de que ha aprendido Historia con un libro mío. 

M.G.- Me alegro que diga esto porque conozco una sección del público o de los escritores que dicen que, para aprender Historia, hay que acudir a los ensayos o a los libros de texto.

S.P.- No, no. Lo que ocurre es que hay distintos tipos de novela histórica. Todas pueden ser buenas novelas, eso sin duda. Pero, ¿la novela histórica ha de ser didáctica? No, necesariamente. Hay novelas históricas de distinta factura. Hay algunas que promueven la aventura. Pero hay otras, como las que yo y otros autores intentamos hacer, que tienen lo que yo llamo un elevado nivel de historicidad, término que figura en el diccionario de la Academia, pero buscando a la vez, que sea contada de forma entretenida. Tengo un ejemplo. El nombre de la rosa  recrea bien los conflictos religiosos de la época medieval, pero la trama de crímenes es una trama imaginada. Lo que ocurre es que la ambientación y la trama central es histórica, por eso, puedes aprender historia con este tipo de novelas. Si tú lees novelas que tienen tramas y ambientación históricas, ahí si puedes aprender Historia.

M.G.- Y para un profesor de Lengua y Literatura, ¿qué tiene el imperio romano, qué tiene Roma, que le fascina tanto?

S.P.- Roma, desde el punto de vista narrativo, tiene un montón de recursos dramáticos a disposición del novelista. Puedo hablar de traiciones, incestos, violaciones, fieras en el anfiteatro, carreras de cuadrigas, batallas, asedios, legiones que se revelan... Desde un punto de vista narrativo, es un auténtico paraíso, y siempre, con la lucha por el poder como eje. Hay grandes historias, grandes pasiones desatadas y, a todo esto, se le añade el hecho de que escribir sobre Roma atrae mucho a los lectores, porque Roma es nuestro pasado. Por lo histórico y por lo novelesco es una época que se presta bien a una narrativa que busque ser espectacular y entretenida.

M.G.- Lo cual quiere decir que usted va a seguir escribiendo sobre Roma.

S.P.- Amenazo.

M.G.- (Risas)

S.P.- A ver, mientras a la gente le siga gustando, y no llegue a un punto de saturación... No sé, Agatha Christie creo que no dejó de hacer novelas con crímenes y seguían gustando. Evidentemente, Agatha Christie era Agatha Christie y yo, soy yo, pero modestamente, creo que uno puede permanecer en un género mientras exista conexión con el público. E historias para contar sobre Roma, me quedan muchísimas.

M.G.- Pues Santiago, aquí estaremos los lectores para seguir leyendo todas las novelas que usted escriba porque todas son fascinantes. Espero verlo por Sevilla pronto, cuando todo esto pase.

S.P.- Yo también. Esperemos que esto no dure mucho y poder ir a la Feria del Libro de Sevilla, o donde me inviten.

M.G.- Pues muchas gracias por atenderme. Ha sido un placer.

S.P.- Gracias a ti.  


Sinopsis: Mantenerse en lo alto es mucho más difícil que llegar. Julia está en la cúspide de su poder, pero la traición y la división familiar amenazan con echarlo todo a perder. Para colmo de males, el médico Galeno diagnostica que la emperatriz padece lo que él, en griego, llama karkinos, y que los romanos, en latín, denominan cáncer. El enfrentamiento brutal entre sus dos hijos aboca la dinastía de Julia al colapso. En medio del dolor físico y moral que padece la augusta, cualquiera se hubiera rendido. Se acumulan tantos desastres que Julia siente que es como si luchara contra los dioses de Roma. Pero, en medio del caos, una historia de amor más fuerte que la muerte, una pasión capaz de superar pruebas imposibles emerge al rescate de Julia. Nada está perdido. La partida por el control del imperio continúa.

martes, 18 de junio de 2019

JOSÉ IBÁÑEZ: 'Las novelas nacen de las preguntas que se hace el autor'

José Ibáñez es un novelista sevillano que acaba de publicar su tercera novela, La niña perdida (El paseo Editorial), tras Dos minutos en tu vida (C&M, 2009) y Bébeme, bésame (Anantes, 2013), y con la que ganó en 2017 el XXIII Premio de Novela Universidad de Sevilla, un certamen al que ya se presentó en una edición anterior. 

Coordinador de varios talleres de escritura, ha viajado por diversos países del mundo residiendo durante un tiempo en algunos de ellos. Actualmente vive en Padurbice, una localidad checa a 100 kms de Praga pero recientemente lo hemos visto por la capital hispalense cuando, durante la Feria del Libro de Sevilla, acudió a la ciudad para recoger el premio. Aprovechamos su breve visita para conversar con él sobre esta nueva novela, de narración lineal y sin ningún carácter autobiográfico, lo que sí ocurría en su anterior publicación.


Marisa G.- José, cuéntame algo sobre este premio que concede la Universidad de Sevilla.

José I.- Se trata del Premio de Novela 'Rafael de Cózar' organizado por la Universidad de Sevilla. En 2017, me presenté a la 23ª edición con muchísima ilusión porque, modestamente, creía que tenía posibilidades pero tras presentar la obra, fueron pasando los meses y no tenía noticias de ningún tipo. Parecía que el jurado no terminaba de fallar el premio y eso me desesperó un poco. Sin embargo, a finales del mes de diciembre de ese mismo año, recibí una llamada de teléfono con la buena noticia. Es un premio que tiene mucha aceptación aunque no te podría decir cuántos manuscritos se presentaron.

M.G.- Pero es un premio que se concede a varias categoría, ¿verdad?

J.I.- Sí, otorgan un premio en distintas modalidades, en narrativa, en teatro, en poesía,... Se da la circunstancia que en esta ocasión nos hemos juntado los ganadores de la 23ª edición con los de la 24ª. Cuando yo gané acababa de finalizar el contrato con la editorial que se encargaba de publicar los textos ganadores y claro, se ha tenido que hacer una nueva licitación con todo el papeleo y el tiempo que eso conlleva. Al final, ha sido El paseo, la editorial que ha asumido la publicación. Estoy muy contento porque conozco a David González, el editor, tras haber participado en aquella antología de relatos que publicaron en 2016 y que se tituló 'El Derbi final'.

M.G.- Ah, sí, la conozco bien. Pero una curiosidad, ¿el premio consiste en la publicación de la obra o hay además algún tipo de dotación económica?

J.I.- Sí, la dotación es de 1500 €. Nos publican la obra, nos dan un diploma acreditativo y una estatuilla que representa la figura de la Fama y que corona el frontón de entrada al rectorado de la universidad. 

Estoy muy contento porque, más allá del dinero, lo que busco es que la novela tenga visibilidad y en ese sentido este premio de la universidad supone un buen respaldo. Se publican muchos libros al año y muchos pasan desapercibidos. Todos los autores queremos que nuestras obras tengan proyección, que se hable de ella en los medios para darla a conocer a los lectores. 

M.G.- Te entiendo. ¿Y de qué trata 'La niña perdida'?

J.I.- De entrada te puedo contar que el título hace referencia a los niños perdidos de Peter Pan, por una anécdota que hay en la historia y que no quiero desvelarte. 'La niña perdida' habla de dos mujeres, de Nerea y de Rocío, que son muy distintas y muy parecidas a la vez. La historia se centra principalmente en Nerea, una mujer invidente de cuarenta años, locutora de radio, con una vida muy independiente pero su hermano Carlos y sus padres son muy sobreprotectores. En un momento de incertidumbre en su vida decide dejarse ayudar y así entra en su vida Rocío, a la que contratan para atender a Nerea y para ayudarla en las cosas de la casa. Rocío es una joven de diecinueve años que acaba de llegar a la ciudad. Viene de un pueblo eminentemente agrario, acaba de dejar a su novio con el que llevaba unos años y pretende iniciar estudios universitarios. Su intención es alternar estudios y trabajo para tener una independencia económica y por eso empieza a trabajar para Nerea.

La novela comienza el primer día de trabajo de Rocío en casa de Nerea y durará aproximadamente ocho meses con un salto en el tiempo hacia delante. A partir de ese primer día el lector irá conociendo los momentos en los que ellas se cruzan.

M.G.- ¿Es una novela de relaciones personales entonces?

J.I.- Sí, básicamente es una novela de relaciones, la relación entre ellas dos, la relación de Nerea con su familia y una relación perdida que tiene Carlos con una francesa. Hay amistad, amor, no solamente a la pareja, sino también a la familia e incluso a la profesión y sexo. 



Siempre digo que soy un autor de identidades y en ese sentido mi referente es Borges. En esta novela, hago mucho hincapié en la orientación sexual, un tema muy importante para mí porque formo parte del colectivo LGTB. Soy bisexual y creo que ya me tocaba escribir una historia que abordara estas cuestiones pero sin pretender hacer una reivindicación política. Para eso ya están las urnas y las elecciones.

En la novela hay un mensaje implícito, un deseo de transmitir valentía y asumir lo que tú sientes. La identidad sexual no es lo más importante de una persona pero sí la define y hay que asumirlo porque de otro modo llega la represión hacia uno mismo y hacia los demás. Recientemente he vivido un episodio homófobo en el trabajo con un compañero español. Al final pienso que muchos de esos casos se producen porque una persona no termina de asumir su propia identidad sexual. Así que, 'La niña perdida' es una novela para gente valiente, independientemente de formar parte del colectivo LGTB o no, es una novela para lectores con la mente abierta que, en cierto modo, se van a encontrar con una novela feminista porque habla de mujeres empoderadas que toman sus propias decisiones.


M.G.- ¿Y cómo se te ocurrió escribir esta historia?

J.I.- Porque me quedé sin luz en la cocina.

M.G.- ¿En serio? (Risas)

J.I.- Sí. Se fundió la luz de la cocina cuando me iba a preparar la cena y la tuve que preparar medio a oscuras, usando la linterna del móvil. Y me dio por pensar en cómo se las apañaban los invidentes que viven solos. A partir de ahí me fui haciendo preguntas porque las novelas nacen de las preguntas que se hace el autor.

M.G.- Qué curioso. ¿Y qué tipo de narrador encontraremos?

J.I.- Es un narrador omnisciente. No es mi favorito pero para esta novela era fundamental porque hay mucha descripción de emociones, de pensamientos y de sentimientos. Por ejemplo, es muy importante la mente de Rocío que le da muchas vueltas a cualquier palabra. Se suele ir por las ramas, empieza pensando una cosa y termina pensando otra, lo cual viene a describir muy bien cómo es ella, qué cosas ocurren en su interior y qué le preocupa. Está en una edad en la que se están produciendo muchos cambios en su interior.

M.G.- Son dos mujeres de edades muy dispares. Quizá por cercanía, la forma de pensar de Nerea sea más próxima a la nuestra pero en el caso de Rocío, siendo una adolescente, y encima siendo una chica... Ahí habrás tenido que hacer un ejercicio importante, ¿No?

J.I.- Sí pero yo también he pasado por los diecinueve y aunque no sea mujer, sí tengo la fortuna de conocer a muchas mujeres, de ser amigo de muchas de ellas y de haberme ganado su confianza. Las mujeres son muy importantes en mi vida y creo que conozco algo el mundo femenino.

M.G.- José, siendo esta una novela que tenías que presentar a un premio, ¿tuviste cierta presión en cuanto al tiempo que empleaste en escribirla?

J.I.- En realidad, el primer borrador lo escribí en diez días. Vivo muy intensamente las relaciones personales y como esta novela trataba precisamente de eso me salió muy espontánea. Sabía en qué terreno me movía.

M.G.- ¿'La niña perdida' hace referencia a Rocío o a Nerea?

J.I.- A Rocío, aunque es Nerea la que soporta el mayor peso de la novela. Lo que ocurre es que Rocío es más joven, y está en una edad en la que tiene que empezar a pensar qué hacer con su vida, está dejando de ser niña y es más lógico que no quiera dejar de serlo y metafóricamente quiera marcharse al País de Nunca Jamás para no crecer.

M.G.- Bien José, pues te deseo muchísima suerte con esta novela. Confío en que la lean muchos lectores. llegue bien lejos y tenga tanta visibilidad como se merece.

J.I.- Gracias. Espero que te guste mucho y a todos los lectores.

M.G.- Seguro que sí. Un placer.

Hasta aquí la entrevista con José Ibáñez. Su niña perdida será una de mis lecturas de verano.

 
Ficha novela

Editorial: El paseo Editorial.
Encuadernación: Tapa blanda con solapas.
Nº Páginas: 148
Publicación: 2019
Precio: 10,00 €
ISBN: 978-84-949760-5-6
Disponible en e-Book
Ficha completa aquí.






martes, 5 de marzo de 2019

ÉRIC VUILLARD: 'Lo que me interesa es el movimiento literario a lo largo del tiempo'

En 2017, Éric Vuillard se alzó con el prestigioso Premio Goncourt con su novela El orden del día, en la que se narra 'de un modo trepidante e inédito las bambalinas del ascenso de Hitler al poder. Autor de otras obras como Tristeza de la Tierra (2014), el autor de origen galo visitó Sevilla hace unas semanas para hablarnos de su última publicación 14 de julio (Tusquets Editores),  con la que se pretende contar la toma de la Bastilla a través del testimonio de sus 'verdaderos protagonistas, gentes anónimas impulsadas por el hambre, el malestar, la carestía de lo indispensable'. Hasta ahora, conocíamos este hito histórico por lo que se recoge en los libros de historia. Sin embargo, Vuillard ha querido dar voz al pueblo y lo hace a través de un 'relato vibrante del día en que una multitud anónima cambió el curso de la Historia'

La presentación tuvo lugar en la sede de la Fundación Tres Culturas y con anterioridad se convocó una rueda de prensa en la que algunos medios de comunicación pudieron formularle preguntas directas sobre su nueva novela.

Aunque alega que las historias siempre lo eligen a él, comentó que siempre le había interesado analizar el episodio de la toma de la Bastilla, ese acontecimiento histórico que tuvo lugar el 14 de julio de 1789, a través de la voz de sus participantes, un acontecimiento en el que unas 'treinta mil personas se levantaron en armas' y que dejó una impronta importantísima recogida en los archivos. Nos relató que un total de novecientos cincuenta nombres figuran en la documentación que ha consultado y de los que podemos conocer datos personales, como el nombre de sus padres, de sus esposas e hijos,... todo tipo de detalles. Con todo el material al que ha tenido acceso ha conseguido escribir una historia que está viva, un nuevo punto de vista, porque, según comentó, el 14 de julio y la Revolución francesa abren una secuencia que va a modificar no solo la historia política sino también la literaria. 'Se ve perfectamente cómo, después de la Revolución francesa, los escritores se sintieron liberados del poder que los controlaba'. Así surgen las obras de  Balzac, Stendhal, Hugo o Flaubert, todos ellos escritores que escriben contra el poder establecido y para el pueblo de forma universal. 

Me interesaba especialmente qué tipo de archivos y documentos ha tenido que consultar para acceder a toda la información que configura el libro. Aunque está en francés, lo explica en este vídeo.





Pero, grosso modo, os comentaré que Vuillard ha consultado tres o cuatro grandes bloques de documentación. Recalcó especialmente que no hay ningún dato o nombre inventado y que todo lo ha extraído de los archivos. Es algo que siempre procura hacer con sus libros aunque, en este caso concreto, 14 de julio, exigía un trabajo mucho más estricto y concienzudo. 'No deja de ser una novela pero una novela que contiene hechos reales y el trabajo de archivo debe ser muy serio', apuntó.

El primer bloque corresponde a pequeños relatos que los propios participantes escribieron días después de la toma. En ellos se cuentan lo que vieron con sus propios ojos. 'Son testimonios muy interesantes de participantes a pie de calle. No se trata de meros testigos sino de actores cuyos relatos son extremadamente sinceros'.  Entre ellos, encontró relatos escritos por cerrajeros, vinateros o algún otro algo más detallado que el autor ha completado con descripciones de París, pues se van mencionando los lugares y calles por los que el testigo caminaba. 

Luego está el relato de los vencedores. La victoria los incita a señalarse, a citar su nombre, oficio, estado civil. A eso se añade que las familias de muchos que murieron ese 14 julio exigieron algún tipo de contra-prestación económica, alguna pensión mucho tiempo después y presentaron una reclamación ante Lafayette. Ahí figura un dossier muy preciso. A través de todos los archivos y toda la documentación a la que ha tenido acceso, el autor dice haber podido sentir la debilidad y la fragilidad de la existencia de estos ciudadanos. 'Me he dado cuenta de lo que vivieron, he podido incluso seguir su trayectoria a través de las mudanzas que realizaron, siempre a barrios más pobres, en la periferias en algunos casos.' 

Otra fuente importante han sido la de los comisarios, una mezcla entre policías, notarios y jueces. A ellos se les entregaban los cadáveres de las personas que murieron ese 14 de julio. En las actas que ha consultado se describen las ropas que vestían, dónde fueron hallados, las heridas que causaron su muerte. Son dosieres que posteriormente se completaban con la identificación del fallecido, cuando sus familiares acudían a reconocernos, historias también muy tristes las de los parientes.

Por último, ha podido revisar las memorias que se escribieron mucho tiempo después, veinte o treinta años después de la toma. En este punto, Vuillard hizo un aparte para describir el papel de la mujer en semejante acontecimiento histórico. Nos contó que apenas encontró datos sobre mujeres participantes. De los novecientos cincuenta nombres que se recogen en los archivos solo se nombran a dos mujeres. Por otra parte, también figuran algunas mujeres en las actas levantadas por los comisarios pero muy pocas. Y ninguna de ellas escribió su testimonio. 'Todo esto está vinculado con la desigualdad de hombres y mujeres de la época', un asunto que con la Revolución francesa cambiaría porque en el mismo ejército francés se producían reivindicaciones feministas. 'Hemos encontrado huellas de mujeres que no solamente se dedicaban a alimentar a los soldados o a ejercer labores sanitarias; algunas incluso se vestían de hombres para pasar por soldados'.

Con respecto a lo que le empuja a escribir señaló que 'lo que me interesa es el movimiento de la historia literaria en el tiempo'. Como comentó con anterioridad, la Revolución francesa cambiará el estatus del escritor pues dejará de escribir para un pequeño grupo de aristócratas y lo hará en su lugar para todo el público. 'Siempre me ha interesado contar la historia real porque la imaginación es una forma que hemos encontrado de descalificar la realidad' y aclaró que, en Estados Unidos, existen dos grandes categorías literarias: la ficción y la no ficción. 'Es una forma de decir que la ficción es fabulosa pero no tiene mucha importancia porque todo es inventado. Y la no ficción es seria pero hay que controlarla' para no caer en la difamación y proteger la vida privada. Y a este respecto sobre realidad y ficción, contó algo que a mí me pareció sumamente interesante. Cuando Flaubert publicó Madame Bovary fue juzgado y 'no se le acusó de haber contado cualquier cosa sobre la burguesía normanda. No se le dice que ha difamado a las mujeres porque engañan a sus maridos. Lo acusaron por ser demasiado fiel a la realidad'. Mencionó también el caso de Juan Goytisolo, cuyas obras Vuillard ha leído. De él dijo que sus libros se prohibieron no porque se alejaran del reflejo de la situación española sino precisamente porque ese reflejo que se veía en sus libros era demasiado real. 

Como última pregunta, quise saber qué otros hechos históricos le resultan interesante narrar bajo un ángulo distinto al que nos ofrecen los libros de historia. Nos contó que no sabría responder de manera concreta. 'La elección se impone y yo no decido de antemano. De todos modos, a veces lo que me interesa no son siempre hechos históricos, puede ser un personaje cualquiera, un región,...' Con respecto a la novela con la ganó el Premio Goncourt, El orden del día, lo que le interesaba era el periodo previo a la guerra y después analizar cómo ciertas situaciones que comienzan a derrapar pueden llegar a convertirse en conflictos bélicos tan terribles. 'La idea de escribir sobre ese periodo me llegó a partir de unos textos que me habían parecido muy potentes y que cambiaron mi idea de compromiso'. 

Con respecto a 14 de julio, no es una fecha que representa únicamente una fiesta nacional sino que es una fecha de carácter universal. 'Era algo que tenía delante de mí y no era capaz de verlo. Me apetecía hablar esa revuelta, que nos enseña algo, hablar de ese hecho de una forma serena porque es un fenómeno que termina por afectarnos a todos'.

Y así culminó este encuentro con los medios. A mí me resulta original y novedoso el enfoque que Éric Vuillard adopta para hablar de la toma de la Bastilla. De hecho, después de haber citado todas las fuentes a las que ha acudido y habernos confesado que no hay ni un solo nombre ficticio, ha aumentado mis ganas de acercarme a este novela, cosa que espero hacer muy pronto.



Ficha novela

Editorial: Tusquest Editores.
Encuadernación: Rústica con solapas.
Nº Páginas: 192
Publicación: Enero, 2019
Precio: 17,90€
ISBN: 978-84-9066-642-5
Disponible en e-Book
Puedes empezar a leer aquí.
Ficha completa aquí





martes, 22 de enero de 2019

FERNANDO IWASAKI: En 'Ajuar funerario', el terror y la brevedad se han confabulado para que este libro tenga una vida muy larga.

Justo antes del inicio de las Navidades, cerré el ciclo de entrevistas 2018 con Fernando Iwasaki. Limeño de nacimiento pero con raíces que cruzan medio mundo, su nombre resuena frecuentemente en las tertulias y encuentros literarios de Sevilla. Es autor de cuentos, novelas, ensayos, relatos,... y se cuentan por decenas sus publicaciones. Por si no hubiera abarcado suficientes géneros, ahora también se estrena con el cómic.

La cita tenía por objeto conversar sobre su última publicación, Ajuar funerario, de la que recientemente la editorial Páginas de Espuma ha lanzado al mercado una novela gráfica. Estamos ante un volumen de casi una veintena de microrrelatos escritos por Iwasaki, de los que Imanol Ortíz ha elaborado los guiones y Beñat Olea las ilustraciones. Que me gusta la novela gráfica es algo que todo el mundo sabe o puede intuir si asoma por aquí con frecuencia. Suelo zambullirme en ese género hasta el punto de haber iniciado el 2019 con una reseña de ese género. Pero Ajuar funerario tiene algo que la hace diferente. Para empezar, posee un título que inevitablemente conecta con la muerte. Y luego está la temática y la perspectiva, terror visto desde el ángulo del humor. La mezcla sin duda es singular.

Marisa G.- Fernando, 'Ajuar funerario', el texto original es del año 2004 y desde entonces se ha editado nueves veces.

Fernando I.- Exacto. Probablemente si no se hubieran lanzado nueve ediciones, este cómic no existiría.

M.G.- Pero resulta interesante que un género como el microrrelato, aguante tantas ediciones, ¿qué características poseen estos microrrelatos para que ocurra algo así?

F.I.- Para empezar el tema. El terror tenía su público. Los editores, y no me refiero a Juan Casamayor (editor de Páginas de Espuma), no creían hace veinticinco años ni en el microrrelato ni en el terror. Siempre hemos sido muy duros con los géneros. Por ejemplo, en España había una colección de relatos eróticos de Tusquets que terminó desapareciendo. Luego todo el mundo escribe novela negra y no pasa nada. 

Quiero recordar que este es un libro que escribí a lo largo de ocho años. Los primeros diez microrrelatos que se publicaron aparecieron en una antología de Lengua de Trapo que se titulaba 'Líneas aéreas', del año 98. Posteriormente, Páginas de Espuma publicó en 2001 'Pequeñas resistencias' para el que Andrés Neuman me pidió otro cuento y yo le mandé más microrrelatos. Ahí fue donde Neuman me preguntó si tenía algo más. Y sí, tenía mucho más.

M.G.- Pero ¿por qué escribir todos estos microrrelatos a lo largo de tanto tiempo? Quiero decir, ¿existía una intención de publicar o más bien era un ejercicio de escritura por probar otro género?

F.I.- Siempre escribo para publicar. El tiempo es lo de menos. Llevo escribiendo una novela desde el año 2006, así que, puedes hacerte una idea. A lo mejor la abandono muchos meses y luego la vuelvo a retomar pasado mucho tiempo. Es más, acaba de aparecer un libro mío, de historia, en el Fondo de Cultura Económica, '¡Aplaca, Señor, tu ira!' Tiene como quinientas páginas y he tardado veinte años en escribirlo. El tiempo no me preocupa. Entre otras cosas, quizá, porque no vivo de lo que escribo.

Con 'Ajuar funerario' pasó algo similar. Lo fui escribiendo a mi ritmo, añadiendo relatos según mi ánimo y fue Andresito Neuman el que me dijo que no podía aguardarme todo aquello. Además él descubrió que había cuentos colgados en Internet porque yo los iba regalando, sin más. Este no fue un libro escrito por la prisa de una feria, de un premio. Su premio han sido los lectores.

M.G.- Pero escribir un microrrelato tiene que ser muy complicado. A veces son solo dos o tres líneas y con eso hay que alcanzar al lector. Imagino que, cualquier microrrelato que se precie, tiene que tener unas cualidades muy concretas, el autor debe cumplir unas máximas, ¿no? 

F.I.- No sé si tiene que tener unas cualidades muy concretas o no. Para escribir microrrelatos es necesaria mucha paciencia. Todo lo que escribes en una distancia tan corta, tiene que ser releído muchas veces, a lo largo de mucho tiempo, para que deje de ser algo que sea simplemente un chispazo. En ocho años, la cantidad de micros que tiré y deseché es mucho mayor que lo que he publicado porque los releía y me parecían malas versiones de otros que ya formaban parte del libro. Lo que se ha publicado es lo que ha sobrevivido a un proceso de selección muy duro.

M.G.- También los que se han publicado habrán sido objeto de un proceso de remodelación.

F.I.- Sí, claro. Es un libro que, si ha tenido la vida tan agradecida que tiene, probablemente se deba a esa exigencia que al final ha tenido su fruto. Pero esto no ocurre siempre así. 'Neguijón' es otra de mis novelas. Esa tardé también como cinco o seis años en escribirla y, sin embargo, tan solo tiene una edición. No es cuestión de menos o más trabajo, de menos o más dedicación. Simplemente fue una novela que preparé como una tesis doctoral pero quizá no encontró su público. 

M.G.- Es que esas cosas nunca se saben.

F.I.- No, claro pero en 'Ajuar funerario', el terror y la brevedad probablemente se han confabulado para que este libro tenga una vida muy larga. Si hubieran sido microrrelatos eróticos o de terror pero de mayor longitud, entonces lo mismo no habría tenido la misma suerte.

M.G.- Claro. Pero, ¿por qué hacer un cómic ahora? 

F.I.- El cómic lo vio de una forma muy clara nuestro guionista, Imanol Ortiz. Él hizo en primer lugar un corto sobre 'Peter Pan'.

M.G.- Lo he visto. Muy bueno.

Peter Pan from Sonora Estudios on Vimeo.


F.I.- Pero para hacer el corto, en vez de preparar una escaleta, dibujó un cómic. Aquel fue el primer latido de este libro. 

Coincidió además que Juan (Casamayor) empezó a publicar novelas gráficas. Y así surgió todo. 

M.G.- Juan es un hombre que apuesta fuerte. Adentrarse en los cuentos, en los relatos, un género que yo defiendo a muerte pero que a muchos lectores no le atrae, y ahora atreverse también con la gráfica... Es cosa de valientes.

F.I.- Debe ser que es de Zaragoza. (Risas)

M.G.- (Risas) Sí, va a ser eso.

Bueno, hay muchas ediciones, traducciones, adaptaciones audiovisuales, ahora un cómic. ¿Qué aporta cada formato al texto original? Lo pregunto porque en lo visual o audiovisual, la imaginación del lector queda regalada a un segundo plano.

F.I.- En el cómic o en el corto, el niño de 'Peter Pan' tiene un rostro, una personalidad, la casa del niño tiene una iluminación concreta, el padre tiene otro aspecto. El audiovisual y el cómic tienen a su favor toda esa plasticidad que concede la imagen. Luego, también están los actores y el equipo de producción en el caso del corto, o el dibujante con sus colores y su propia personalidad, en el caso del cómic. 

El dibujante de 'Ajuar funerario', Beñat Olea, al que no conozco todavía, es maravilloso. Solamente hemos hablado por teléfono. Me encantó su trabajo de las distintas propuestas que recibió Juan. Si el dibujante elegido hubiera sido otro, este cómic hubiera sido otra cosa muy distinta. Porque el color que emplea Beñat y sus ilustraciones conectan muy bien con el tipo de cómic que leen actualmente los jóvenes, los Marvel o los Manga. Había otros dibujantes cuyas ilustraciones recordaban a los cómics en blanco y negro de los años 70.

M.G.- Como los 'Creepy'.

F.I.- Sí pero no nos parecía que era el dibujo idóneo para estos cuentos. 

No voy a engañarme. 'Ajuar funerario' tiene una vida muy larga gracias a los institutos y a los profesores que lo han propuesto como lectura. También es verdad que en las universidades se estudia hoy el microrrelato y me siento afortunado porque 'Ajuar funerario' es uno de esos libros que leen los filólogos que trabajan el género. Pero entre el peso del mundo académico y el peso de la educación secundaria y el bachillerato, este último es mucho más grande y sospecho que si este libro tiene nueve ediciones es porque muchos profesores lo han propuesto como lectura, para que los chicos que ya leen poco, puedan dedicar un mínimo tiempo a la lectura a partir de textos muy breves. Esto funciona así. De un texto muy breve, como cualquiera de los que hay en el libro, el profesor es capaz de ir tirando del hilo y sacar una madeja. Lo mismo eso ha animado a los niños a leer más, algo que he comprobado cuando he visitado los institutos y se me han acercado para decirme que se han enganchado a la lectura. 

M.G.- ¡Algo muy bueno!

El cómic recoge una selección de todos los que se publicaron en el formato original, ¿verdad?

F.I.- Sí, el cómic contiene solo quince microrrelatos frente a los cien que tiene el volumen original. Imanol ha elegido temas: monstruos, niños y difuntos. Si esto va bien, seguro que Imanol le propone a Juan hacer otro cómic con otros tres temas, por ejemplo, monjas.

M.G.- Hay uno de monjas en el cómic.

F.I.- Sí, pero en el libro original hay muchos más cuentos sobre monjas.

M.G.- Entonces la selección la ha hecho íntegramente Imanol.

F.I.- Sí. Yo no he tenido nada que ver. En este caso, el guionista y el ilustrador tenían que tener su protagonismo. Y el editor, que es un valiente.
M.G.- De todos modos, todos estos cuentos ¿de dónde proceden? ¿Proceden de la imaginación? ¿Son esas pesadillas que tenía de pequeño?

F.I.- Algunos son pesadillas, sí, pero otros proceden de mis obsesiones de niño, las que tenía en casa de mi abuela. A partir de la quinta edición, se añadió un epílogo al libro, en el que cuento que muchos de estos microrrelatos se originan de la memoria que yo tengo de la casa de mi abuela, en Lima, una casa vieja, antigua, una casa de campo que luego quedó integrada en la ciudad cuando esta última creció. Era una casa donde se decía que pasaban cosas, que había fantasmas, almas en pena y que ocurrían sucesos extraños. Había mucha tía vieja, soltera, que te asustaba de una manera criminal y unas costumbres que hoy en día seguirían siendo muy sorprendentes pero que, en aquella época, eran normales. Por ejemplo, velar a los muertos en tu casa. Hoy tenemos tanatorios y la gente joven no sabe lo que es tener el funeral de tu abuelo o de tu abuela en tu propia casa. Para velar en casa hay que tener toda una intendencia de la muerte y en casa de mi abuela la teníamos. En aquella casa se guardaban todo tipo de objetos, reclinatorios, velas, cruces,..

M.G.- Eso tiene que impresionar muchísimo.

F.I.- Claro, impresiona mucho a un niño de ocho años como yo. A veces todo eso se guardaba en un cuarto, el que se usaba para las visitas. Y cuando yo me quedaba allí a dormir, con siete u ocho años, me tocaba en la habitación de los trastos de la muerte. Como comprenderás yo no dormía en toda la noche. Estaba aterrado. (Risas)

M.G.- (Risas) Ahora entiendo algunos cuentos.

F.I.- Había un corredor muy largo con habitaciones clausuradas. En las puertas se clavaban unos largueros de madera, formando una equis, y con una tiza se escribía el nombre de la hermana que había muerto allí. Al fondo de ese corredor estaba el baño. Jamás fui al baño en casa de mi abuela.

M.G.- (Risas) ¡Muy fuerte!

F.I.- Todos esos recuerdos están en mi memoria y muchos de los microrrelatos de este libro están inspirados en esos recuerdos. O, por ejemplo, en Lima se iba la luz con mucha frecuencia, y mis tías, viejas, sacaban velas y decían: 'Estas son las velas que se usaron en el funeral de tío Rodrigo'. ¡Pánico!

M.G.- (Risas) Pero volviendo a las ilustraciones. Son bastante gore, ¿no?

F.I.- Tienen que serlo si el volumen es de terror. 

M.G.- Pues sí, pero son ilustraciones que contienen homenajes. La primera, por ejemplo, es muy Tim Burton. Esa especie de novia cadáver,... 

F.I.- Sí, sí. Incluso hay un personaje que está leyendo uno de mis libros. 

M.G.- Exacto, también me fijé. Y aparecen en otra ilustración dos gemelas que recuerdan....

F.I.- ... al resplandor, de King.

M.G.- Pues precisamente hablando de King, el otro día leí algo suyo que me pareció muy inteligente. Dijo que 'Los monstruos son reales y los fantasmas también. Viven dentro de nosotros y a veces ganan'

F.I.- Sí, claro, una afirmación muy cierta, sin duda.

M.G.- Pues sí. Bueno, hemos dicho que el libro se estructura en tres partes: Difuntos, Infantes y Monstruos. ¿Por qué nos dan tanto miedo los niños?

F.I.- El niño es la paradoja. De un niño no te esperas que sea un monstruo. Te podrás esperar la crueldad infantil. Arrancarle las patitas a una araña, las alas a una mosca,... pero hay otro tipo de crueldades más terroríficas. Un niño que habla solo porque tiene un amigo invisible no te asusta pero si ese amigo es el vecino que murió el año pasado, la cosa cambia.

M.G.- Los niños en el cine también dan mucho miedo. Leyendo el libro recordé la película que rodó en el 76, Narciso Ibañez Serrador, '¿Quién puede matar a un niño?' Aunque es antigua, la ves ahora y sigue asustando. Esos niños crueles, tan silenciosos y organizados como un ejército.

F.I.- Si, sí... Terrible.

M.G.- Me impresionó mucho esa película. Pero bueno, volvamos al libro. Algunas historias del volumen ni siquiera añaden texto.

F.I.- Eso es una creatividad y originalidad de Beñat. Cuando Imanol le propone a Beñat ilustrar 'El monstruo de la laguna verde', decide hacerlo sin guion. En este caso, el que puso las reglas fue el dibujante. Conste que para mí, en ese cuento, el protagonista debería ser un adolescente gordito, o un adolescente, pero a él se le ocurrió un adulto. Me pareció genial. 

M.G.- La historia funciona igualmente sin texto. Ocurre lo mismo con 'El horóscopo'

F.I.- Exacto. No hay necesidad de una sola línea.

M.G.- Y otros microrrelatos son 'Familia numerosa' que me recuerda un poco una leyenda urbana, con esos muertos que se aferran a los lugares que fallecieron, 'Larga distancia' que tiene un final brutal o 'Papillas' que me dejó ...

F.I.- Con 'Papillas' pasa una cosa. Cuando me invitan a leer algún cuento de 'Ajuar funerario', jamás leo 'Papillas' o 'Familia numerosa', pero Beñat e Imanol le han dado a esos dos microrrelatos una personalidad nueva. Le han encontrado en el cómic un discurso diferente. A mí eso me ha encantado.

M.G.- ¿Y te gustaría destacar alguno más del volumen?

F.I.- Me encanta cómo han trabajado el primero, 'Father and Son'.

M.G.- Es como si solo fuera una sola viñeta y el lector debiera seguir el camino del vehículo.




F.I.- Me parece una idea prodigiosa para luego pasar al desenlace en la última página. Te diré que cada historia tiene solo tres páginas.

M.G.- ¡Ah! No me había fijado en ese detalle.

F.I.- Está hecho adrede. Tres páginas sin contar la portada.

M.G.- Y hay una historia al final, 'Kruszwicy' que rompe la estética de los demás. 

F.I.- La rompe sí, pero es precioso. Ese mircorrelato está basado en un hecho real. En la Edad Media, los pobladores de aldeas pequeñas, con tantas hambrunas, eran devorados por las ratas. El flautista de Hammelin es un cuento para niños pero inspirado en todo esto. ¿Cómo que las ratas se llevan a los niños? Lo que hacían es que se los comían. Es una preciosidad este cuento.

M.G.- Pero son cuentos de terror que tienen su pizca de humor. Algunos te pueden llegar a arrancar una carcajada.

F.I.- Evidentemente. El humor siempre me ha interesado. Aquí el tema es el terror a través del humor. En 'Neguijon' es el dolor físico a través del humor. En 'Libro del mal amor', el tema es el fracaso amoroso pero desde el humor. 

M.G.- Pero también subyacen algunos temas muy actuales como el acoso escolar, el secuestro de niños,...

F.I. Ese del rapto de niños, 'No hay que hablar con extraños', es otro de los cuentos que leo muy pocas veces en voz alta pero se han hecho algunos montajes, combinando teatro, literatura y música. Mis hijas son actrices y lo han interpretado. Lo convirtieron en un monólogo. 

M.G.- Y se termina de imprimir el libro el 31 de octubre de 2018, víspera de la noche de brujas. He notado que cada edición se termina en una fecha muy concreta y especial. Hay mucho juego aquí. 

F.I.- Siempre hay mucho juego. Suelo preguntarle a Juan cuando se terminará de imprimir el libro. Él me da dos o tres fechas y sobre ellas, busco la que me pueda dar pie para un colofón real pero que encaje con el tema.

M.G.- La segunda edición por ejemplo coincidió con el aniversario de la muerte del actor Bega Lugosi. Fantástico. 

F.I.- Cada uno es como un microrrelato nuevo.

M.G.- Pero también la composición. Cómo están distribuidas las palabras. 

F.I.- Sí, es muy importante que parezca como un rosario que cae.

M.G.- Pues sí. Bueno, Fernando, no tengo más preguntas. Muchas gracias por compartir este rato conmigo y desvelarme tantas cosas interesantes sobre el libro.

F.I.- Muchas gracias a ti. 

'Ajuar funerario' es uno de esos libros que bien merece la pena echarle un ojo, especialmente si te gusta el terror, pero un terror especial, de esos que a veces te hacen sonreír. Las ilustraciones son fabulosas, los textos ingeniosos y todo ello conforman un todo que no hay que perderse.






Ficha novela 

Editorial: Páginas de Espuma. 
Encuadernación: Tapa dura 
Nº Páginas: 96 
Publicación: noviembre, 2018 
Precio: 17,00 € 
ISBN: 978-84-8393-245-2 
Ficha completa aquí






Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...