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miércoles, 5 de junio de 2019

LA SEÑORA MINIVER (DRAMA - 1942)

Resultado de imagen de película la señora miniverAño: 1942

Nacionalidad: EE.UU.

Director: William Wyler.

Reparto: Greer Garson, Walter Pidgeon, Christopher Severn, Teresa Wright, Richard Ney, Dame May Whitty, Henry Travers, Henry Wilcoxon, Reginald Owen, Peter Lawford, Tom Conway.

Género: Drama.

Sinopsis: Durante la II Guerra Mundial, una familia inglesa, que vive en un pequeño pueblo, logra sobrevivir a los bombardeos alemanes. La madre se encuentra al frente de la casa esperando que su hijo y su marido regresen de la guerra.

[Fuente: Filmaffinity]


Y de repente apareció la señora Miniver. Desconocía la existencia de esta película de William Wyler y por suerte surgió un día en no sé qué canal de Movistar+. Ahí me quedé plantada para ver este largometraje que, si bien tiene sus pros y sus contras para mí, ha resultado ser una delicia.

Belham es una pequeña localidad británica donde la vida transcurre feliz y dichosa. Katy es una ama de casa de clase media, madre de tres hijos - Vincent, Judy y Toby - y amante esposa de Clem Miniver. Su mayor preocupación es decidir si comprarse un sombrero o no, mientras que el marido se debate entre adquirir un nuevo coche cuyo coste puede echar abajo la economía familiar. La vida del matrimonio es de color de rosa, el amor es un huésped más del hogar y todo resulta perfecto, pero una negra sombra se cierne sobre sus cabezas y sobre toda Inglaterra. La guerra está cada vez más cerca, los alemanes avanzan... 

Vincent es un joven con las ideas claras. Su paso por Oxford le ha abierto los ojos y ahora intenta luchar contra la diferencia de clases. En su regreso al hogar familiar conoce a la señorita Beldon, nieta de lady Beldon, la gerifalte del condado, de la que inmediatamente se enamora. Sin embargo, estas ideas de cambiar el mundo y su jerarquía pasará a un segundo plano cuando Inglaterra entre en guerra y el joven se aliste en la aviación. La decisión de Vincent será un duro golpe para sus padres que entienden que el deber del muchacho es luchar por su patria.

Y llegan los alemanes. La guerra se convierte en la vecina de los Miniver.

Inicialmente la película muestra una sociedad rural que se debate entre si la rosa del ferroviario debe participar o no en la competición que organiza todos los años lady Beldon -una competición en la que ella siempre gana-, una sociedad que saca a relucir el materialismo y las diferencias de clases envuelta en una banda sonora alegre y brillante porque, en realidad, todos se llevan de maravilla. Como anécdota, resulta curioso desde nuestro ángulo advertir cómo la clase media habita en una enorme casa con jardín y cuenta con cocinera y doncella. Sin embargo, pronto las tornas cambiarán por completo. La señora Miniver es un largometraje que nos habla de la paz y de la guerra, de un mundo destruido por un conflicto bélico que asoló Europa y que llegó a los lugares más recónditos del país. Es la guerra de todos, de los militares pero también de los civiles que tienen que arrimar el hombro y cualquier ayuda es poca. Si se sospecha que un soldado alemán está oculto en los alrededores hay que darle caza, sobre todo porque trae un discurso aterrador y muy malas intenciones. 

Por otra parte, creo que la película rinde homenaje a la mujer, a las esposas, a las novias y a las madres de los soldados que parten al frente de batalla. Los hombres tienen que unirse a filas mientras que ellas quedan en casa, con sus miedos, con sus angustias, intentando que la vida sea como antes para sus hijos más pequeños, a los que cuentan cuentos mientras las bombas caen a su alrededor. Ellas que quedan a la espera de sus hombres, de los valientes, que se juegan la vida luchando por la patria. Y sí, el largometraje tiene un mensaje político y propagandístico pero el momento histórico es el que era. ¿De qué otra cosa y de qué otra manera se podía hablar si Europa estaba en plena guerra? Imagino que en el momento de su estreno arrancaría alguna que otra lágrima mientras el pecho se llenaba de orgullo por todos esos jóvenes que luchaban contra Alemania. 

En cuanto a los personajes, hay mucho cliché. La vieja lady Beldon es una señora gruñona pero en el fondo tiene buen corazón. Lo único que le ocurre es que se siente sola. Tendremos también a esos matrimonios llenos de amor, al rebelde, a la jovencita encantadora,... pero qué importa si luego te encuentras una trama que va de menos a más. Y es que, con algunos saltos en el tiempo, la película, que es de larga extensión, avanza a un ritmo sosegado con algún que otro sobresalto, como la llamada a filas del hijo, la aparición de un personaje inesperado o la acción de la población civil que obliga a Clem Miniver a alejarse de la familia. Pensé que toda la película avanzaría en esa línea, con una ligera falta de intensidad, pero llegan los bombardeos y hay que refugiarse en los sótanos, y hay que despedirse del hijo, y una ráfaga de disparos cruzan un camino y el ritmo crece y se acelera. Confieso que hubo alguna escena angustiosa.

Con respecto a la interpretación, destacaría el papel de Greer Garson como la señora Miniver. Mirándola en pantalla me repetía lo mucho que me queda todavía por descubrir de un cine que se hacía con pocos recursos y con tantos buenos actores y actrices. Qué maravilla ver a esta mujer en su alegría y su sufrimiento, por no hablar de su belleza que nada tiene que envidiar a nombres de más relumbrón. Su trabajo no tiene fisura y fue por eso por lo que se llevó el Oscar en 1942 a la Mejor Interpretación. Pero no fue la única estatuilla que ganó la cinta. Cayeron cinco más, entre las que figuran Mejor Película y Mejor Dirección.

Me ha gustado mucho esta película. Hoy en día, puede ser que no la veamos tan buena como para llevarse el Oscar a la Mejor Película pero yo me traslado al año 1942 y pienso en todos esos países en guerra, en todos esos militares desplazados, en las familias huérfanas, en los hogares destrozados,... La señora Miniver es el retrato de una vida rasgada por la guerra con un mensaje esperanzador.






Tráiler [en inglés]:


                                    Puedes adquirirla aquí:






miércoles, 15 de abril de 2015

LA LOBA (DRAMA - 1941)


Año: 1941.

Nacionalidad: EE.UU.

Director: William Wyler.

Reparto: Bette Davis, Teresa Wright, Herbert Marshall, Patricia Collinge, Carl Benton Reid, Dan Duryea, Charles Dingle.

Sinopsis: A finales del siglo XIX, en una población sureña, la calculadora y despiadada Regina Giddens entabla una lucha sin cuartel contra sus hermanos para quedarse con la herencia familiar. En sus planes no tienen cabida los sentimientos, ni siquiera hacia su marido, un hombre honrado que regresa a casa después de sufrir una grave enfermedad. En medio de la asfixiante atmósfera creada por la desmedida ambición de su esposa, sólo encontrará calor humano en el amor de su hija.

[Información facilitada por Filmaffinity]


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Tercera película de William Wyler que pasa por el blog pero es que sus trabajos merecen mucho la pena y es un gustazo sentarse a ver un largometraje dirigido por él.

Mala, perversa, canalla, infame, dañina, cruel, diabólica,... pero siempre maravillosa Bette Davis. ¡Qué frialdad en su mirada! ¡Qué porte! Adoro a esta mujer con esa actitud altiva, arrogante, despiadada, capaz de helar la sangre al más pintado. Su belleza radica en otro lugar muy diferente al plano físico.  


Regina (Bette Davis), Ben (Charles Dingle) y Oscar (Carl Benton Reid) son tres hermanos pertenecientes a la familia Hubbard. Oscar está casado con Birdie (Patricia Collinge), padres de Leo (Dan Duryea). Por su parte, Regina está casada con Horace Giddens (Herbert Marshall), padres de Alexandra (Teresa Wright), a quien por intereses familiares quieren casar con su primo Leo aunque sus ojos se han posado en otro joven, David Hewitt. Dos familias bien acomodadas, que viven en el sur con plantaciones de algodón y esclavos que trabajan la tierra. 

Mientras Horace se encuentra fuera de la ciudad, hospitalizado por una dolencia cardíaca, Regina, Ben y Oscar estudian la manera de asociarse con un acaudalado empresario para construir una fábrica de algodón pero para eso les hace falta una importante cantidad de dinero. Ben y Oscar tienen su parte pero Regina necesita que su marido vuelva y aporte el capital necesario para la inversión. Los tres hermanos, que aparentemente mantienen una relación sana, entablan una lucha encarnizada por el poder. Lo que en un principio puede resultar un negocio que beneficiará a todas las partes se convierte en una batalla en la que los hermanos se colocan la zancadilla una y otra vez. Regina es una mujer pero, a diferencia de su cuñada Birdie, sabe defender sus intereses con uñas y dientes. Su ambición no conoce límite, ni siquiera el consanguíneo, y así, como una loba, o más bien, como una zorra, si nos atenemos al título original de la obra, no dejará títere sin cabeza. Regina quiere más, más que sus hermanos, más que nadie en el mundo, anhela convertirse en una persona rica y poderosa, y si para ello tiene que humillar y pisotear lo hará. Nada la detendrá, ni siquiera la muerte. 

En este singular elenco de personajes se percibe dos grupos claramente diferenciados que encarnan el mal y el bien. Por un lado los que operan en el lado oscuro -Leo, Regina, Oscar y Ben- que con tal de obtener sus objetivos no sentirán remilgos ante comportamientos poco éticos. Por otro, aquellos a los que les mueve la compasión y la bondad - Birdie, David, Alexandra y Horace-. ¿Quién ganará? ¿El mal frente al bien?

miércoles, 4 de marzo de 2015

LA HEREDERA (DRAMA - 1948).


Año: 1948

Nacionalidad: EE.UU

Director: William Wyler.

Reparto: Olivia de Havilland, Montgomery Clift, Ralph Richardson, Miriam Hopkins, Vanessa Brown, Mona Freeman, Ray Collins.

Género: Drama.

Sinopsis: Año 1849, en Nueva York. Catherine Sloper, una rica heredera, tímida, inocente, poco agraciada y no muy joven, es pretendida por un apuesto joven. Ella se enamora de él apasionadamente, pero su cruel y despótico padre se opone a la boda y amenaza con desheredarla... 

[Información facilitada por Filmaffinity]


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Después de un mes lleno de películas de Goya o de Oscar, regreso al cine clásico que cada día me gusta más. Y lo hago de nuevo de la mano del director William Wyler, cuya película La calumnia ya pasó por este rincón. 

En ocasiones, esas películas en blanco y negro que recrean grandes historias dramáticas me hacen disfrutar casi más que el cine actual. Es posible que sea una apreciación errónea pero no puedo evitar pensar que antes se hacían las cosas de una manera muy distinta, con más cariño y mimo, con más cuidado, mejor. Las grandes divas del cine poseían un aura especial y la ambientación era un aspecto especialmente cuidado. Quizás solo se deba a que soy una enamorada de ese cine de época y que siempre miro con buenos ojos lo que se hacía mucho tiempo atrás. Sea como fuere, yo disfruto enormemente con este tipo de largometrajes que visiono una y otra vez sin cansarme un ápice.

En este caso, literatura y cine se dan la mano una vez más para recrear la historia que Henry James escribió en Washington Square. No he leído la novela y por lo tanto no puedo decir si es una adaptación fiel a la fuente original o no, aunque tengo entendido que más que en la novela, el guión se basa en la pieza teatral que se llevó a escena.  No obstante, más allá del texto escrito por el novelista estadounidense os puedo asegurar que este largometraje es un peliculón imprescindible si te gusta el cine.

Estamos en 1849. Catherine Sloper (Olivia de Havilland) es una joven neoyorquina, heredera de una gran fortuna, huérfana de madre que vive junto a su padre el doctor Austin Sloper (Ralph Richardson) y la hermana de este, Lavinia Penniman (Miriam Hopkins). Catherine es una joven extremadamente reservada e inocente. Apenas sale de casa, rara vez acude a algún acto social, es tímida, apocada y no posee una gran belleza (aunque esto es discutible). Su padre comienza a estar preocupado pues a su edad debería tener algún pretendiente y estar pensando en matrimonio. Sin embargo, Catherine se pasa el día metida en casa, bordando un tapiz tras otro, sin apenas relacionarse con jóvenes de su edad y, a lo sumo, acudiendo a algún acto caritativo. 



Cuando asiste junto a su padre a la fiesta de tía Elizabeth en la que se anunciará el compromiso de su prima Marian con Arthur Townsend, Catherine se emociona al ver la felicidad de su prima y sabemos que por dentro a ella le gustaría estar en una situación así. Será en esta celebración donde conozca al impetuoso y educado Morris Townsend (Montgomery Clift), el primo de Arthur. Para sorpresa de muchos comenzará un noviazgo que termina en compromiso, algo que hipotéticamente debería alegrar al doctor Sloper. No obstante ocurrirá todo lo contrario. El padre de Catherine se niega rotundamente al matrimonio alegando que Morris es solo un cazafortunas. ¿Son ciertos los argumentos de su padre? ¿Ama Morris a Catherine? La película juega ligeramente con el espectador que se posiciona junto al padre en ocasiones para regresar posteriormente del lado de Morris. No será hasta un momento clave en el que la tormenta se desata y entonces lo tendremos tan claro como el agua o quizás no. Aquí Wyler juega con una ambigüedad que nos dejará dudando incluso tras los créditos finales. De un modo u otro, la tensión de la película no decaerá. Vendrá un segundo punto de inflexión que nos conduce a un desenlace de aplauso.

Sin ser un argumento excesivamente original, se puede decir que esta historia cuenta con ciertos matices que la recrudecen aún más, una vuelta de tuerca a través de una figura paterna que nos dejará atónitos. No estamos ante el típico padre ciego por la relación consanguínea. El doctor Sloper se caracteriza por su sinceridad zafia y desagradable, que nace en buena parte de la resignación por haber perdido a su bella y perfecta esposa. La palabra «sinceridad» flota continuamente en el ambiente y no solo por parte del doctor sino también por parte de Morris, el futuro novio, que la usa como alegato a su favor cuando manifiesta su amor por Catherine. Entre ambos se establece un duelo interpretativo y nos resultará inevitable posicionarnos casi completamente al lado del joven, a quien llegaremos a ver como una víctima de la crudeza de su futuro suegro. Por tanto, aquí no solo subyace una historia de amor, también hay mentiras, traición, desengaño y odio. 

miércoles, 7 de enero de 2015

LA CALUMNIA (DRAMA - 1961).


Año: 1961.

Nacionalidad: EE.UU

Director: William Wyler.

Reparto: Audrey Hepburn, Shirley MacLaine, James Garner, Miriam Hopkins, Fay Bainter, Karen Balkin, Veronica Cartwright, Mimi Gibson, Debbie Moldow, Diane Mountford, William Mims, Sally Brophy.

Género: Drama.

Sinopsis: Karen y Martha son las directoras de una exclusiva escuela para niñas. Una alumna maliciosa y vengativa, despechada por un castigo que ha recibido, oye por casualidad un comentario y lo utiliza, distorsionándolo, para acusar a sus profesoras de una conducta reprobable. Los escandalosos rumores se extienden velozmente por la comunidad escolar, con repercusiones inmediatas, devastadoras y trágicas.



[Información facilitada por Filmaffinity]



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¿Cómo puede un rumor destruir la vida de una persona? ¿Qué fuerza tienen las murmuraciones para arrastrarnos hasta un fangal? Estrenamos el año, en cuanto a reseñas se refiere, con una magnífica película que aborda un tema complicado. La calumnia (título original The Children's Hour) fue dirigida en 1961 por William Wyler (Cumbres borrascosas - 1939, Vacaciones en Roma - 1953, Ben-Hur - 1959), basada en la obra de teatro de Lillian Hellman.

En el enclave de una pequeña localidad, Karen Wright (Audrey Hepburn) y Martha Dobie (Shirley MacLaine), dos mujeres jóvenes que se conocen desde la época de universidad, dirigen una residencia de señoritas con la ayuda de Lily Mortar (Miriam Hopkins), una actriz en la cuneta que busca el cobijo de su sobrina Martha como sustento para sobrevivir. La puesta en marcha del colegio les ha supuesto un duro año de trabajo por lo que Karen ha tenido que posponer su boda con Joe Cardin (James Garner), un joven guapo y con un futuro prometedor en el hospital del condado. Todo parece ir de maravilla. Karen y Martha trabajan a destajo pero lo hacen con ilusión para atender a la veintena de niñas a las que les imparten clase. Una de las alumnas es Mary (Karen Balkin), la nieta de la acaudalada señora Tilford, tía de Joe Cardin. Mary es una niña problemática. Siempre se está quejando por todo, es sabihonda, manipuladora y mentirosa por lo que Karen y Martha se ven obligadas a tener mano dura con ella y suelen castigarla con frecuencia. El odio crecerá cada vez más en el corazón de Mary. 



Por otra parte, la relación entre Karen y Joe comienza a tener sus altibajos. Él está cansado de tener que posponer sus planes de boda por el bien del colegio y ella, viendo que lo puede perder, decide casarse con él al finalizar el curso. Una noticia como este tendría que llenar de jubilo a su amiga, sin embargo, Martha recibe la buena nueva con un profundo recelo, temiendo quedarse al margen en la vida de Karen y perder el futuro en el colegio que juntas han creado. Una fuerte discusión entre ambas y unas palabras desafortunadas de tía Lili en relación a la actitud de Martha serán la semilla suficiente para que germine la venganza de Mary. 

Rumores, chismes, murmullos, miradas esquivas,... un mundo oscuro que condenará a las dos profesoras al ostracismo. El colegio se hundirá en un profundo silencio cuando los padres decidan sacar a todas las alumnas del centro educativo y las dos mujeres se verán despojadas de sus vidas felices y soleadas, teniendo que soportar un juicio y un veredicto. ¿Pero qué va diciendo la gente sobre ellas? ¿Esos rumores son realmente infundados? Os voy a dejar con la duda y os emplazo a visionar esta película que no solamente cuenta con un argumento que seguramente levantaría ampollas en su día, de hecho lo sigue haciendo hoy en según qué sectores, sino que además tiene un rodaje impecable. Hay planos simples pero absolutamente pensados hasta el más mínimo detalle que me han parecido maravillosos. Escenas en las que solo se contempla el perfil de Mary mientras espía una escena que se produce en la habitación de una de las profesoras, un primer plano de los ojos de la niña mientras maquina su venganza, otra escena en la que prima el silencio pero el espectador sabe perfectamente lo que está ocurriendo,... y tantas y tantas otras que demuestran el cuidado trabajo de su director que sabe poner toda la carne en el asador justo en los momentos precisos. 

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