Mostrando entradas con la etiqueta LLUVIA FINA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta LLUVIA FINA. Mostrar todas las entradas

viernes, 26 de abril de 2019

LLUVIA FINA de Luis Landero

Resultado de imagen de lluvia fina
Editorial: Tusquets.
Fecha publicación: marzo, 2019.
Precio: 19,00 €
Género: Narrativa.
Nº Páginas: 272 
Encuadernación: Rústica con solapas.
ISBN: 978-84-9066-656-2
[Disponible en eBook 
y en audiolibro;
puedes empezar a leer aquí]

Autor

Luis Landero nació en Alburquerque (Badajoz) en 1948. Licenciado en filología hispánica por la Universidad Complutense, ha enseñado literatura en la Escuela de Arte Dramático de Madrid y fue profesor invitado en la Universidad de Yale (Estados Unidos). Se dio a conocer con Juegos de la edad tardía en 1989 (Premio de la Crítica y Premio Nacional de Narrativa 1990), novela a la que siguieron Caballeros de fortuna (1994), El mágico aprendiz (1998), El guitarrista (2002), Hoy, Júpiter (2007, XV Premio Arcebispo Juan de San Clemente), Retrato de un hombre inmaduro (2010), Absolución (2012), elegida la mejor novela española del año por los críticos de El País, El balcón de invierno (2014, Premio Libro del Año del Gremio de Libreros de Madrid y Premio Dulce Chacón 2015) y La vida negociable (2017). Traducido a varias lenguas, Landero es ya uno de los nombres esenciales de la narrativa española. Ha escrito además un inspirado ensayo literario, Entre líneas: el cuento o la vida (2000) y ha agrupado sus piezas cortas en ¿Cómo le corto el pelo, caballero? (2004)

Sinopsis

Tras mucho tiempo sin apenas verse, Gabriel decide llamar a sus hermanas y reunir a toda la familia para celebrar el ochenta cumpleaños de la madre y tratar así de reparar los viejos rencores que cada cual guarda en su corazón y que los han distanciado durante tantos años. Aurora, dulce y ecuánime, la confidente de todos y la única que sabe hasta qué punto los demonios del pasado siguen vivos, trata de disuadirlo, porque teme que el intento de reconciliación agrave fatalmente los conflictos hasta ahora reprimidos. Y, en efecto, la primera llamada de teléfono desata otras llamadas y conversaciones, inocentes al principio y cada vez más enconadas, y de ese modo conocemos las vidas de Sonia, de Andrea, de Horacio, de Aurora, del propio Gabriel y de la madre, y con ellas la historia familiar, desde la infancia de los hijos hasta la actualidad. Tal como temía Aurora, las antiguas querellas van reapareciendo como una lluvia fina que amenaza con formar un poderoso cauce a punto de desbordarse. Lluvia fina es la novela más emotiva e inolvidable de Luis Landero, con la fuerza y la determinación de las obras llamadas a convertirse en clásicos.

[Información tomada directamente del ejemplar]


Así empieza Lluvia fina:


[Lectura de las páginas 11 a 14,
música: Passing Time (Biblioteca Audio Youtube)]

Hay autores que cuentan buenas historias y autores que, además, saben transmitirlas magistralmente. Ese es Luis Landero.

La lectura de su anterior trabajo, La vida negociable, me pareció fabulosa,una novela llena de contrastes con un desenlace inesperado y sorpredente. Y anoche mismo terminé de leer Lluvia fina. No he querido dejar pasar ni un segundo para contaros mis impresiones, no he querido dejarla reposar, como es necesario con otras lecturas, porque Lluvia fina te arrebata por completo y es ahora, con las ideas frescas, como mejor voy a contaros mis sensaciones. 

No voy a resumiros su argumento. La sinopsis aportada por la editorial es lo suficientemente reveladora como para que os podáis hacer una idea. A grandes rasgos os diré que Lluvia fina narra la historia de una familia, una madre viuda y sus tres hijos, Sonia, Andrea y Gabriel -nacidos en este orden-, y la mujer de este último, Aurora. Es una familia, como la tuya o la mía, en la que algunos miembros se llevan bien y otros no tanto, en la que se han ido acumulando rencillas, roces, disputas, discordias que, tarde o temprano salen a la luz. Dice la sinopsis que esas querellas son como una lluvia fina, como el típico calabobos que parece que no moja pero al final termina empapando. Y efectivamente es así, esas inquinas que se van generando con el paso de los años son lluvia fina que, por menudencias que parezcan, terminan por horadar nuestra alma, provocando una herida ulcerosa que no termina de cerrar nunca. Son gestos, muecas, aspavientos, ademanes o señas pero sobre todo son palabras porque, como se recoge en la novela, es incierto eso de que las palabras se las lleva el viento. Lluvia fina hace mucho hincapié en este asunto, en el valor de las palabras. Lo que a veces decimos en un momento de arrebato y furia permanece latente en nuestro interior para siempre. Habrá perdón pero no olvido. El viento se podrá llevar las palabras pero la huella que han dejado en nosotros permanece indeleble. Seguro que os ha pasado muchas veces, discutir y que vuestro interlocutor suelte a bocajarro lo primero que se le viene a la boca, sin reparar en la veracidad de sus palabras o en el daño que pudiera causar. Eso queda ahí, aunque semanas después vuelvas a estar frente a ese interlocutor que parece haber olvidado vuestro anterior encuentro, como si nada hubiera ocurrido. No sé a vosotros pero a mí esas situaciones me sobrepasan y a la menor alusión recibes por respuesta un '¡Ah!, no me eches cuenta. Es que tuve un mal día'. Inconcebible. No. Las palabras no se las lleva el viento. Y no es cuestión de dignidad sino de amor propio.

Lluvia fina habla de familias y en cierto modo alude a ese refrán tan nuestro que dice 'De la familia y del doctor, cuanto más lejos mejor'. Tiene gracia, hay que confesarlo, pero a poco que lo pienses un poco, es un dicho que encierra una gran tristeza. Pero es que hay familias, muchas, cuyos miembros es mejor que mantengan una sana distancia porque las mejores familias, a veces, son aquellas que apenas tienen contacto. Y es que puede ocurrir que tener una familia es transitar por un camino lleno de piedrecitas que uno se va guardando en el bolsillo, que nos lastran y que terminamos por lanzar contra el otro a la menor oportunidad. 

Lluvia fina habla de esto, de la mentira, de esos pequeños embustes que nos decimos todos porque no siempre es conveniente decir la verdad y ser sincero, de la manía del ser humano por complicarlo todo, de tergiversarlo todo, de ponérselo difícil al contrario, de la memoria y del recuerdo, de cómo lo manipulamos a demanda, como nos guste, como mejor nos agrade, y de los silencios cargados de significado, más que si estuvieran llenos de insultos y reproches. Y lo hace a través de las vivencias de esta familia y de un personaje más principal que otro, de Aurora, la esposa de Gabriel, que seis días después de que se desataran los acontecimientos, retrocede en la soledad del aula en la que imparte clase, para revivir lo acontecido y para, de paso, indagar en el pasado de todos los personajes, en el matrimonio de su suegra, en la relación de los hijos con la madre, en la relación entre hermanos y por supuesto, en su relación con Gabriel. 


Lluvia fina es poliédrica gracias a unos personajes quea pesar de corresponder a un perfil muy concreto y de fácil hallazgo en todas las familias, no están en absoluto estereotipados. Todos, desde la madre hasta la cuñada están llenos de matices. Son personajes profundos y densos, difíciles de esquivar, de ignorar, y entre los que sobresale Aurora como hilo conductor de esta trama. Aurora, la esposa de Gabriel, es la amapola en medio de un campo de cardos. Ella es el hombro en el que todos lloran, a la que todos le cuentan sus penas y a la que hacen mil y una confidencias porque Aurora es 'de aire apacible y un poco melancólica', 'de carácter indulgente y acogedor'. Aurorita, como todos la llaman cariñosamente después de haber descargado sus cuitas sobre ella, es el tamiz a través del cual todos miran a todos. Sinceramente, me ha parecido un personaje fabuloso, un personaje con el que el lector se siente acompañado, y a la que mira resignada porque yo creo que Aurora, a pesar de que no le importa que todo el mundo le cuente sus desdichas y sus interpretaciones, está cansada y hastiada de todos desde el mismo momento en el que Landero escribe la primera palabra del texto. Aurorita es la que mejor conoce al resto de personajes, la que realmente tiene las cifras y los datos, las idas y venidas de todos ellos con lo que es la más capacitada para valorar la auténtica realidad familiar. Es la que, además, nos anticipa desde las primeras páginas, que esta historia va a acabar más mal que bien. Y así lo intuye el lector, que se remueve inquieto en su asiento presintiendo que los mazazos que se dan unos personajes a otros no son nada buenos para el futuro familiar y avanzamos en la lectura, esperando ese momento de gloria en el que todo termine por explotar. Pero ¿qué pasa con Aurora? ¿A quién le cuenta ella sus penas? Porque también las tiene. Sin ir más lejos, tiene mucho que decir sobre su matrimonio y sobre Gabriel, ese personaje anguloso. Gabriel siempre ha sido el predilecto de su madre y eso, inevitablemente levanta muchas ampollas. Por eso, y por otras muchas cuestiones más que dejo en el aire, la relación con sus hermanas está llena de cristales rotos. Es un personaje que se vuelve desconcertante capítulo a capítulo, es casi bipolar, un individuo que pasa rápido del blanco al negro y que, como descubrirá Aurora, está lleno de dobleces.

Y tendremos a Andrea, el típico perro del hortelano que ni come ni deja comer, que si las cosas le van bien, mal y si le van mal, peor. Andrea es una mujer llena de amarguras, siempre dispuesta a culpar a los demás de sus desdichas porque el mundo ha confabulado contra ella para hacerla desgraciada. Andrea es huraña, esquiva, rebelde, dominante, condenada a un ostracismo auto-impuesto, sin vida social, ni amistades, muy melodramática y muy teatrera.  No se lleva bien con Gabriel, ni tampoco con Sonia, tan distintas la una de la otra pero al menos, con ella comparte esa herencia social tan apegada al género, ese 'los hombres nunca se enteran de los problemas de las mujeres' que, en cierto modo, las une porque los hombres no tienen una visión nítida de los asuntos domésticos, pero, a la vez, hay un abismo entre ambas porque Sonia es la niña buena, la niña aplicada, tan alegre y buena estudiante, la que a la vida le sonrió. ¿De verdad? 

Ninguna de las dos lo ha pasado bien, ninguna se ha sentido querida por una madre fría que desde el momento en el que fallece el marido -un hombre alegre y luminoso-  cubre la existencia de la familia con un velo opaco. Pesimista, hermética, agorera y de espíritu fatalista, la madre cree realmente que el mundo es un valle de lágrimas y aquí hemos venido a sufrir porque toda dicha vendrá aparejada a un castigo posterior inevitable.

Y por último, estará Horacio, el ex marido de Sonia, pero de este personaje no suelto prenda porque es la guinda perfecta para un desenlace que a mí me ha parecido brillante y colosal. Solo añadiré que en la construcción de personajes, Landero es un cirujano que, en plena operación, va apartando los órganos sanos a un lado para llegar hasta la negra bilis. Y es que teje una maraña de luces y sombras, es el creador de una familia literaria que tiene un reflejo real en muchas familias auténticas. Hay pasajes en los que la atmósfera que recrea es tan asfixiante como la que se pueda sentir en las reuniones familiares de Navidad. Maravilla su elección del léxico, su certero lenguaje y su capacidad para decir lo que realmente quiere decir con absoluta naturalidad. Lluvia fina, como ya ha demostrado con sus restantes novelas, tiene una calidad literaria brutal. Da gusto leer párrafos enteros una y otra vez, perderse entre las sentencias, circunvalar esas palabras tan hermosas que emplea y que denotan la riqueza lingüística de nuestro idioma. Pero si hay algo que encandila en cuanto a estilo en esta novela es su habilidad para trenzar diálogos paralelos, para enredar unos discursos con otros de tal modo que la historia en sí queda integrada en un solo plano aunque se haya desarrollado en niveles distintos. 

El mundo de las familias no tiene límites. Bien se demuestra en Lluvia fina. Como dice Aurora 'En tu familia hay que tener cuidado con las palabras' y es verdad. En esta familia literaria de Landero todos tienen que tener cuidado con las palabras. Por desgracia, en muchas familias reales también porque a veces no medimos el alcance de nuestras palabras, y si acaso algo te salpica, casi que es mejor callar, obviar la cuestión, compartir con los tuyos fruslerías, ser políticamente correcto y poco más. Porque no es verdad que las palabras se las lleve el viento. No es verdad.

Si has leído hasta aquí, te será fácil entender lo mucho que me ha gustado Lluvia fina. Con cada página me he ido adentrando en esta familia, observando desde la distancia los reproches de unos y otros, examinando desde la objetividad lo que acontecía sin posicionarme de un lado o de otro, si acaso, del lado de Aurora, Aurorita, la buena de Aurora. Así que, no me queda más remedio que recomendar esta novela hasta el hartazgo.  Será una de mis mejores lecturas del año.

Fabulosa.







 

[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

Puedes adquirirlo aquí:


martes, 16 de abril de 2019

Presentación LLUVIA FINA de Luis Landero

El pasado 19 de marzo tuvimos la suerte de contar en Sevilla con la presencia del autor Luis Landero para presentar su última novela Lluvia Fina (Tusquets). El acto tuvo lugar en la Biblioteca Infanta Elena donde se reunió un buen número de lectores. La directora del centro, Anabel Fernández, agradeció la visita del autor y comentó que cada dos años Landero nos regala una nueva novela que viene a presentar a esta biblioteca. Concretamente, sobre Lluvia fina se ha dicho que es una 'obra extraordinaria que ningún amante de la literatura debe perderse' y mencionó que en la obra resuenan los ecos de 'la prosa cervantina, la perspicacia y la hondura de las novelas de Unamuno o la voz de Faulkner'.

La presentación estuvo conducida por el también autor Daniel Ruiz (Maleza, 2018) quién aseguró que con Lluvia fina 'el lector se siente implicado de principio a fin porque no vemos las cosas como son realmente sino como nosotros somos'. Ruiz considera que Luis Landero es una de las figuras claves de la literatura actual en castellano y que Lluvia fina es 'una novela magnífica y el acercamiento más potente que se ha hecho a la familia como institución pero también como drama.' Recalcó también que en la obra existen muchos ecos literarios y cinematográficos siendo el más obvio el relativo al Ana Karenina de Tolstoi, 'por ese comienzo célebre de considerar que las familias infelices lo son cada una a su manera'. Estamos ante una novela en la que sus personajes podrían ser miembros de nuestra propia familia, en la que se habla mucho de secretos y mentiras, en la que existen muchos silencios y sobreentendidos, que profundiza en la familia, hurga en  sus intestinos provocando un intenso dolor y todo ello articulado a través del diálogo que permite conocer la verdadera relación que existen entre los personajes, 'una verdad que se abre ante los ojos del lector', aseguró Ruiz. 

Tras esta introducción, Ruiz inició un diálogo con Luis Landero quien, tras dar los agradecimientos oportunos, nos explicó el origen de la novela pues, según apuntó el presentador, la novela gira en torno a la idea del hijo pequeño de una familia de tres hermanos de organizar una fiesta para celebrar el ochenta aniversario de la madre. 'Cada uno de ellos tiene una circunstancia personal, hay muy ruido en las relaciones entre ellos y al final la fiesta se convierte en una oportunidad para abrir la caja de los truenos. Al final, todo termina explotando en un ejercicio de sinceridad'. Sin embargo, comentó también que la crítica ha visto en Lluvia fina un trasfondo político como si este asunto doméstico pudiera ser trasladable al mundo de la política. Landero contestó que, efectivamente, le habían preguntado si existía algún tipo de intencionalidad, de metáfora o simbolismo pero él aseguró que solo había querido escribir una novela sobre una familia. Lo explica en el siguiente vídeo.




Destacó Daniel Ruiz, como otra baza importante de la novela, la habilidad narrativa de Luis Landero, asegurando que 'los diálogos se construyen en base a las matriuskas rusas, donde unos están incrustados en otros y estos en otros'. Una estructura de este tipo puede hacer pensar al lector que estamos ante una novela enrevesada pero, por paradójico que parezca, 'es todo lo contrario', afirmó el presentador, 'ya que la forma de escribir es totalmente rítmica y diáfana, muy transparente, como si no se hubiera necesitado la mano del narrador'. Precisamente sobre la estructura, el estilo narrativo, el narrador y sus voces, Luis Landero nos explicó cómo se enfrenta al proceso creativo.




Añadió Landero que en el proceso de escritura es donde el autor se la juega de verdad. 'Uno puede tener una idea muy buena en la cabeza pero lo difícil realmente es escribirla porque con grandes argumentos se han escrito muy malas novelas, y al revés'. Al margen de la idea de partida, también comentó que en la escritura interviene la invención menuda de cada frase, de cada página, 'escenas pequeñas que son como unidades narrativas y que no se pueden planear de ninguna manera'. Confesó que él trabaja con un esquema porque de otro modo se pierde y que además tiene la suerte de contar con una inventiva febril que a veces tiene que refrenar.  'Suelo escribir un folio al día, casi todos los días, pero esta novela ha cobrado vida y ha tirado de mí, hasta el punto de escribir hasta diez o doce folios diarios y porque he parado'. Asegura que la inmersión ha sido absoluta. 


Sobre esos personajes que bien podrían ser parte de nuestra familia, se comentó que poseen una importante educación sentimental, íntimamente relacionada con la familia. Decía Landero que hay personajes como Andrea y Gabriel que sienten un enorme rechazo a abandonar la infancia porque es la época en la que más felices hemos sido, en la que poseemos una enorme capacidad de asombro, un tiempo en el que no conocemos la muerte ni tampoco tenemos constancia del argumento de la vida. El autor confesó que solía animar a sus alumnos a no dejar morir el niño que un día fuimos 'porque nos va a ayudar mucho en nuestro desarrollo intelectual. El asombro es la antesala del conocimiento'. Sin embargo, también advirtió que existe un modo enfermizo de prologar la infancia, que tiene que ver con el fracaso vital, con todos esos proyectos que un día urdimos en nuestra cabeza y que no hemos cumplido, o bien, los hemos cumplido a medias. 'Todo esto genera una gran frustración que solemos proyectar en nuestras relaciones sociales y surge inmediatamente el victimismo. En esta novela, hay personajes que son unos fracasados, como Andrea y Gabriel, que no han cumplido sus sueños y que intentan justificarse constantemente'.

También habló de otro personaje, de Aurora, mujer de Gabriel, 'donde el narrador delega', señaló Landero. Es un personaje al que todos los miembros de la familia cuentan sus secretos. 'Aurora es la clave de la novela porque ella es donde va a desembocar todos los relatos personales de la familia y por eso no quiere que se celebre la fiesta. Tiene miedo de que todos los secretos salgan a la luz'. Según el autor, es el personaje más noble y puro de la novela, 'muy hospitalaria y acogedora, que sabe escuchar y comprender sin juzgar', convirtiéndose en un personaje central en la trama. 

Tal y como el presentador comentó al principio, en Lluvia fina hay muchos silencios, muchas mentiras y muchos secretos. Quiso saber Daniel Ruiz si existe siempre un posicionamiento de la moral en relación con la mentira y cómo el ser humano se relaciona con ella. Luis Landero se pronunció al respecto comentando que la mentira, salvo si es fruto de la cobardía u oculta algún perjuicio severo, es estrictamente necesaria para que podemos medio convivir.




Para cerrar el acto, y también este post, quisiera compartir con vosotros una anécdota muy cálida que me puso los vellos de punta. Entre el público figuraba un señor mayor, sentado bajo un altavoz porque tenía problemas de audición. Fue la primera persona que tomó la palabra tras la intervención de los autores y quiso compartir con los asistentes su experiencia con la literatura de Luis Landero. Con timidez y humildad, comentó que, a su edad, había leído mucho en la vida, que generalmente leía los libros una sola vez; en alguna ocasión, había leído algún título dos veces pero tan solo un libro lo ha leído tres veces, precisamente uno de Luis Landero, El balcón de invierno. 'Es uno de los libros más bellos que he leído en mi vida y que no dejo de recomendar a todo el mundo'. Dijo tener la costumbre de anotar en los libros la fecha en que los lee y en la primera página de El balcón de invierno figuran las fechas 2015, 2016 y 2018. 'En cuanto termine un par de libros más que tengo pendiente, volveré a leerlo y por supuesto, también leeré "Lluvia fina". A mí me pareció uno de los elogios más bonitos que un autor puede recibir de un lector. Y tras, algunas intervenciones y preguntas más, se concluyó el acto. Fue un encuentro muy ameno, distendido porque Luis Landero es una persona muy cercana y divertida.





Ficha libro

Editorial: Tusquets.
Encuadernación: Rústica con solapas.
Nº Páginas: 272
Publicación: febrero, 2019
Precio: 19,00 €
ISBN: 978-84-9066-656-2
Disponible en e-Book y Audiolibro.
Puedes empezar a leer aquí.
Ficha completa aquí.





Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...