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miércoles, 19 de diciembre de 2018

LOS SOBORNADOS (THRILLER - 1953)

Imagen relacionadaAño: 1953

Nacionalidad: EE.UU

Director: Fritz Lang.

Reparto: Glenn Ford, Gloria Grahame, Jocelyn Brando, Alexander Scourby, Jeanette Nolan, Lee Marvin, Peter Whitney, Willis Bouchey, Robert Burton, Adam Williams, Howard Wendell, Chris Alcaide.

Género: Thriller.

Sinopsis: Tras suicidarse el policía Tom Duncan deja una carta en la que confiesa haberse dejado sobornar por una banda de gangsters, pero también denuncia la corrupción de altos funcionarios. Cuando el sargento Dave Bannion trata de esclarecer su muerte tropieza con toda clase de obstáculos.

[Fuente: Filmaffinity]



Da gusto saber que todavía hay buenas películas en blanco y negro por descubrir, de buenos directores y con buen reparto. A pesar de los años pasados, este cine tiene algo especial que sigue haciéndolo apetecible y que, en muchas ocasiones, supera en calidad a las películas que se hacen hoy en día. 

Estamos ante una obra de cine negro y policíaco, de corte clásico donde los mafiosos se enfrentan a la policía y viceversa. Los sobornados es un título que resume perfectamente la temática de esta película y es que todo se reduce a eso, a los sobornos que permiten hacer la vista gorda, reportando pingues beneficios a los corruptos. 

El largometraje empieza con un suicidio. Tom Duncan es un policía que ha decidido acabar con su vida, no sin antes dejar una carta dirigida al Fiscal del distrito explicando los motivos que lo conducen a tal acto. El cadáver y la carta son descubiertos por su esposa que no parece ni sorprendida ni afligida, más bien se diría que esperaba que algo así ocurriera o que le fastidia sobremanera que su marido se haya quitado la vida. Tras leer la carta, la hace desaparecer y telefonea a Mike Lagana, para darle la noticia. A priori no sabremos quién es este individuo pero las piezas del puzle se irán colocando en su lugar debidamente.

De la investigación por la muerte del policía se hará cargo Dave Bannion, quien inmediatamente interroga a la supuesta desconsolada esposa. Ella se comporta de tal modo que a todos  nos hace pensar en la locución latina 'Excusatio non petita, accusatio manifesta', lo que pone en alerta a Bannion y es 'Algo huele podrido en Dinamarca', como diría el príncipe Hamlet. Efectivamente, Bannion irá averiguando más sobre Duncan, su esposa y un grupo de maleantes que campan a sus anchas. Su investigación genera alguna muerte más y a medida que el metraje avanza, la trama se va enredando hasta dar lugar a una serie de venganzas entrecruzadas que nos conducirán a un desenlace en el que la justicia y el orden prevalece sobre la delincuencia. Es decir, los buenos se salvan y los malos mueren, aunque para ello tenga que perder la vida algún inocente. 

Del argumento destaco un par de cosas. Todo se reduce a una relación 'contractual' entre los mafiosos y algunos policías, de diferentes estamentos en la jerarquía, que miran hacia otro lado a cambio de una cantidad de dinero importante. Es decir, policías corruptos frente a otros totalmente íntegros. Esta confrontación queda perfectamente reflejada en la otra parte de la película, la que muestra las escenas domésticas en casa de los Bannion. Dave es un excelente marido y padre, un policía humilde y honesto que mantiene a su adorada familia con su escaso sueldo. No importa que cobre poco. El dinero no trae la felicidad aunque no todo el mundo piensa igual en la película.

Otra cosa que me ha parecido curiosa es la nula necesidad de mostrar ni una sola gota de sangre en la escena del suicidio. ¿Para qué? Estamos ante una película, todo es mentira, para qué vamos a invertir en recursos innecesarios... No sé, me resultó curioso.

En cuanto al reparto, Glenn Ford interpreta a Dave Bannion. No es que sea un actor que me guste mucho pero en esta ocasión encarna bien su papel, especialmente en las escenas de puñetazos o cuando le toca diálogos cargados de ironía porque otra cosa distinta son las escenas domésticas y almibaradas. Ahí no se lo cree ni él mismo. Pero si tengo que hablar del reparto, me decanto por Gloria Grahame, la chica rubia del matón, el florero que queda bonito en cualquier parte y de lo que ella se burla. Me ha gustado su interpretación y su papel, ese as en la manga que se guarda como último recurso, esa reacción que nadie espera pero que desata la resolución del filme en buena dirección. Es una mujer hermosa, de esa belleza antigua tan admirable. 

Pero Los sobornados no es de las películas de Lang que más me gustan. Al margen de un argumento poco original, aunque esto no es tan poco un gran obstáculo, no hay gran cosa en este largometraje que me parezca digno de mención. La banda sonora no me ha resultado atractiva, no hay encuadres imposibles, ni una dirección que resulte llamativa. Aunque es un largo que tiene una crítica espectacular, para mí no basta que sea una película de género a la que no le falta ni uno solo de sus elementos, ni los polis buenos, ni los polis malos, ni los matones, ni la rubia guapa, ni la víctima inocente, ni los antros, ni el whisky, ni los puñetazos, ni los finales felices.

Los sobornados está bien pero no creo que sea una joya del cine y esta es solo mi opinión. Que nadie me asalte al cuello. Me sigo quedando con otros títulos del cineasta austriaco. De todos modos, si no la has visto y te gusta el género, no deberías dejarla pasar, aunque solo sea para rebatir todos mis argumentos.




Tráiler [en ingles]:


Puedes adquirirla aquí:









miércoles, 26 de agosto de 2015

GILDA (DRAMA - 1946).


Año: 1946.

Nacionalidad: EE.UU.

Director: Charles Vidor.

Reparto: Rita Hayworth, Glenn Ford, George MacReady, Joseph Calleia, Steven Geray, Rosa Rey, Joseph Sawyer, Gerald Mohr, Mark Roberts, Ludwig Donath, Donald Douglas, Lionel Royce, Saul Martel.

Género: Cine negro. Drama.

Sinopsis: Johnny Farrell (Glenn Ford), un aventurero que vive de hacer trampas en el juego, recala en Buenos Aires. Allí lo saca de un apuro Ballin Mundson, el propietario de un lujoso casino, que acaba haciendo de él su hombre de confianza. Un día, Mundson le presenta a su esposa Gilda. Su sorpresa no tiene límites: fue ella precisamente quien lo convirtió en lo que es, un ser cínico y amargado.

[Información facilitada por Filmaffinity]


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Hablar de Gilda es facilisimo. Es una de esas películas de culto, todo un clásico, de la que la inmensa mayoría de los espectadores guardan en su memoria dos fotogramas y un par de melodías, porque es difícil no pensar en Gilda y no tararear Amado Mío. Con este largometraje me ocurre como con algunas películas de Marilyn Monroe de las que podré olvidar el título pero jamás me olvidaré de un par de escenas míticas.

Gilda es Rita Hayworth, o sería más certero decir que Rita Hayworth es Gilda. Fue uno de los papeles más importantes de su vida, el que la encumbró como mito erótico sin que la hazaña se volviera a producir. Censurada en algunos países,  la película se hizo tan famosa que incluso la imagen de Gilda se colocó en la bomba atómica que Estados Unidos lanzó a modo de prueba sobre las Islas Bikini el mismo año del estreno, 1946.




Pero vayamos al argumento.

Buenos Aires. Johnny Farrell es un granuja que pasa las noches en partidas ilegales de dados donde despluma a sus contrincantes. Es un timador, un tramposo de los bajos fondos que mira con recelo a su alrededor, temeroso de las envidias de sus adversarios. Tanto es así que no descarta ser atacado para despojarlo de sus ganancias y de hecho, el ataque se producirá pero por suerte contará con la ayuda de un caballero, Ballin Mundson, quien lo salva de una más que probable paliza. Mundson le aconseja dejar las calles y acudir a establecimientos donde se juega de verdad, un casino. Y hasta allí se dirige Farrell para poner en práctica sus artimañas y desvalijar la banca, algo que lo conducirá irremediablemente al despacho del dueño del casino, ante el propio Mundson. Ambos llegarán a un acuerdo y Farrell pasará ser hombre de confianza del empresario.

El tiempo pasa y todo marcha sobre ruedas. Farrell prospera a la sombra de Mundson y este siente que la seguridad de su negocio está en buenas manos. Pero nadie dijo que la vida fuera fácil y como si de una macabra burla del destino se tratara, Mundson regresa de un viaje y no lo hará solo. Lo acompaña su nueva y flamante esposa. Gilda, la mujer que hundió a Farrell en el fango, vuelve a aparecer en su vida. Comienza así la trama central de la película pero sería un error calificar Gilda como una película que únicamente se sustenta en el odio y el amor entre un hombre y una mujer. Gilda no es solamente una película de amor y celos. Su argumento toca otros temas como la lealtad y asuntos legales que tienen tanto peso con las cuestiones amorosas. Amor, misterio, celos, suspense, intriga y algún giro argumental conforman este largometraje de obligado visionado.

En relación al reparto, Glenn Ford da vida a Johnny Farrell, un truhán desconfiado y tramposo que vagabundea y trapichea por las calles porteñas sin que sepamos qué lo condujo a esa situación. Por un golpe de suerte, la vida pone en su camino a Mundson y desde ese momento se convertirá en su protector en el sentido más amplio de la palabra. Ford consigue que de sus ojos emane el odio más visceral cuando contempla por primera vez a Gilda ante sus ojos pero sus sentimientos parecen encontrados. No puede evitar repudiar a la mujer que le hizo daño pero su corazón marcará otro ritmo distinto.

Y luego está Rita, la bellísima Rita que cuando rodó esta película contaba con 28 años de edad aunque aparentara unos cuantos más, algo habitual en aquellos tiempos. Como decía al principio de esta reseña Rita es Gilda, la provocadora, sexy, seductora, descarada, coqueta y embaucadora esposa de Mundson y por encima de todo eso, la supersticiosa neoyorquina que no está dispuesta a perder su libertad bajo ningún concepto. Ha sido así siempre y así será. Probablemente la admiración que Gilda despertaba en los hombres es la misma que despertaba la propia Rita, una mujer con raíces españolas y cuyo nombre real era Margarita Carmen Cansino.

Nacida en Nueva York, su padre - Eduardo Cansino- era natural de Castilleja de la Cuesta, un pueblo de Sevilla. Bailarín de profesión, emigró a Estados Unidos donde conoció a Volga Hayworth, bailarina también, ambos formaron el dueto Cansino's Dancing aunque Eduardo terminó por montar espectáculos con su hija cuando esta alcanzó la adolescencia. No parece que la actriz llegara a tener mucha relación con la rama paterna y española de la familia aunque  corre el rumor de que hizo una visita al pueblo, asunto este del que no he podido encontrar ningún testimonio gráfico. Rita Hayworth falleció a los 68 años de edad a causa del Alzheimer que padecía, en su apartamento de Manhattan. Aquí puedes ver un documental muy interesante sobre su vida, desde sus orígenes y sus inicios hasta el momento de su muerte.

En la película, la relación entre Farrell y Gilda discurre en un tira y afloja. Los sentimientos laten bajo una coraza que ambos se colocan, intentando disfrazarlos de aversión. El espectador asiste a esa lucha que comienza con un cruce de miradas en el primer instante en que ambos se reencuentran. No sabremos concretamente qué paso entre ellos en el pasado. Intuiremos que hubo un desprecio, un rechazo, una afrenta pero no se abarcará de manera explícita. En cualquier caso, eso será lo menos porque lo importante es que ninguno de los dos le hace sombra al otro. Sus interpretaciones son electrizantes.



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