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miércoles, 23 de octubre de 2019

YUCATÁN (COMEDIA - 2018)

Año: 2108

Nacionalidad: España

Director: Daniel Monzón

Reparto: Luis Tosar, Rodrigo de la Serna, Joan Pera, Stephanie Cayo, Jorge Asín, Agustín Jiménez, Toni Acosta, Adrián Núñez, Gloria Muñoz, Txell Pinto, Óscar Corrales, Joche Rubio, Alex Amaral, Aranzazu Coello, Angelo Olivier.

Género: Comedia

Sinopsis: Lucas y Clayderman son dos estafadores que se dedican a timar a turistas ingenuos en cruceros de lujo. Hace años trabajaban juntos, pero la rivalidad amorosa por Verónica, la bellísima bailarina del barco, les hizo perder la cabeza y dio al traste con su sociedad. Ahora trabajan por separado, Lucas en el Meditérraneo y Clayderman en el Atlántico. Ese fue el acuerdo. Pero un inesperado botín impulsa a Lucas a irrumpir en el barco de su exsocio, lo que convierte la exótica travesía de Barcelona a Cancún -pasando por Casablanca, Tenerife, Brasil y la selva de Yucatán- en un encarnizado duelo de tramposos, sin ninguna regla pero con muchos golpes bajos.

[Fuente: Filmaffinity]


El cine español está lleno de grandes películas, una realidad que he defendido siempre desde este espacio y, sin embargo, Yucatán no es precisamente el mejor ejemplo. Dos eran los motivos que me impulsaban a ver esta película. Por un lado, la dirección de Daniel Monzón, a la cabeza de largometrajes como El niño o Celda 211. Por otra, la presencia de Luis Tosar como co-protagonista. A pesar de estos dos factores, el resultado ha sido bastante mediocre. Yucatán es una película muy olvidable, que simplemente te hace pasar un par de horas medio entretenido y poco más. Da la sensación de que este largometraje ha sido para su director un juguetito con el que estar distraído un tiempo, y que Tosar ha querido participar en algo divertido que no le exija un gran esfuerzo. Así que, lo que esperas del director y el actor se queda en una nimiedad incomprensible.

Robert Clayderman (Rodrigo de la Serna) y Verónica (Stephanie Cayo) son dos empleados de un crucero que forman pareja sentimental. Él es pianista y ella, cantante y bailarina. Aunque su verdadera vocación es estafar a los pasajeros más adinerados del crucero. Compinchados con el resto de los empleados, eligen a sus víctimas, se acercan a ellos, entablan amistad y consiguen desplumarlos con un plan elaborado y meticuloso. Eso es lo que pretenden hacer con Antonio de la Oz (Joan Pera), un humilde panadero al que le ha tocado 160 millones de euros en el Euromillón. Viudo y sin mucha ilusión en la vida, se deja enredar por sus hijas, -Leticia, Mónica y Alicia-, para realizar un viaje en familia a bordo de un crucero que los llevará a Yucatán, un lugar que Antonio recuerda con nostalgia, pues en México vivió hasta los quince años con sus padres emigrantes.

Clayderman y Verónica lo tienen todo pensado, pero el plan se complica cuando aparece en escena Lucas (Luis Tosar), otro estafador con el que trabajaban en el pasado antes de que, ciertas desavenencias sentimentales obligaran a disolver la sociedad. Lucas está enamorado de Verónica y no puede olvidarla. Así que, cada uno de ellos competirá con el otro, ideando estrategias que les permitan quedarse con el dinero de Antonio. 

Yucatán no sobresale en ninguno de los aspectos que considero fundamentales para un largometraje. El guion me parece falto de garra y con algunas lagunas que no consigo rellenar. ¿Por qué Lucas accede al barco por la zona de empleados si resulta que tiene camarote? o, si resulta que se ha colado en el barco, ¿cómo es que tiene camarote? Esta es una de las preguntas que me han ido surgiendo durante el visionado pero hay más. Algunas lo suficientemente importantes como para influir en la trama. 

En cuanto a la parte cómica, hay un par de escenas algo divertidas pero nada memorable. Quizá, las escenas finales arranquen alguna sonrisa al espectador, cuando veamos a los yernos de Antonio, en una situación complicada. Pero si Yucatán es una película de humor es un auténtico intento fallido. Casi se acerca más a un musical, por la cantidad de números innecesarios a los que asistimos.

En cuanto al reparto, la interpretación de Luis Tosar es una sombra de lo que el actor puede dar de sí. Su personaje me ha resultado insulso y plano, sin matices. Ni siquiera en los momentos más íntimos con Verónica, de la que está enamorado, se desprende algo de emoción. Su participación en esta película, a mi juicio, lo rebaja.

El resto de personajes principales tampoco aportan gran cosa, aunque a mí me ha impresionado la versatilidad de Stephanie Cayo, como cantante y bailarina. Si acaso, y vuelvo a hacer referencia a los yernos de Antonio, Agustín Jiménez me parece más sobresaliente, siempre alterado por diversos avatares. 

En el caso de Toni Acosta, interpretando a Chusa, una de las primeras mujeres estafadas, tiene un papel muy breve y poco aprovechado. Una vez que su personaje aporta su vivencia a la historia, desaparece por completo y no se la vuelve a ver más. Ya que introducen al personaje, hubiera estado bien sacarle más partido. Es una actriz que suele gustar en comedia. Es más, hubiera hecho mejor pareja con Agustín Jiménez.

En definitiva, Yucatán es una historia simple, con poca gracia, un guión mediocre y una longitud excesiva. Por ponerle algún positivo, podría decir que la intención es buena, pues intenta transmitir un mensaje final sobre el valor del dinero, que tampoco justifica las dos horas de metraje.

Eso sí, Pullmantur ha tenido una buena plataforma publicitaria.






Tráiler:
Puedes adquirirla aquí:

                                     





miércoles, 17 de diciembre de 2014

EL NIÑO (ACCIÓN - 2014)


Año: 2014.

Nacionalidad: Española.

Director: Daniel Monzón.

Género: Thriller. Acción.

Reparto: Luis Tosar, Jesús Castro, Eduard Fernández, Jesús Carroza, Sergi López, Bárbara Lennie, Moussa Maaskri, Ian McShane, Luis Motilla, Mariem Bachir, Saed Chatiby, José Manuel Poga.

Sinopsis: Dos jóvenes, El Niño y El Compi, quieren iniciarse en el mundo del narcotráfico en el estrecho de Gibraltar. Riesgo, emociones y mucho dinero para quien sea capaz de recorrer esa distancia en una lancha cargada de hachís que vuela sobre las olas. Jesús y Eva son dos agentes de la Policía antidroga que llevan años tratando de demostrar que la ruta del hachís es una de las principales vías de penetración de la cocaína en Europa. Su objetivo es El Inglés, el hombre que mueve los hilos desde Gibraltar, que es la base de las operaciones. La creciente violencia de las advertencias que reciben les indica que van por buen camino. El destino de estos personajes, fuera y dentro de la ley, terminan por cruzarse.


[Información facilitada por Filmaffinity]



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Cuando estrenaron esta película no me sentí muy atraída por la temática. El tráfico de drogas, la lucha entre policías y narcotraficantes no me resultaba llamativa pero con la batuta en la mano estaba Daniel Monzón, cuya Celda 211 me encantó, y delante de las cámaras Luis Tosar y además Sergi López y Eduard Fernández, un actor que, a mi juicio, me parece que no está suficientemente valorado por el público. Dejé remilgos aparte y antes de que desapareciera de la cartelera me encaminé a la sala de cine. Salí entusiasmada.

Hace muchos años pasé un verano en Barbate (Cádiz), con preciosas playas de arena blanca y aguas verdosas, un pueblo con mucho turismo que vive de la pesca y gente encantadora pero con un ruido ensordecedor. El rugido de motos, motocicletas y quads era una constante en las calles del pueblo. De día y de noche el tráfico de estos vehículos no paraba hasta tal punto que, en ocasiones, resultaba complicado conciliar el sueño. Me resultaba curioso ver tanto trajín de jóvenes motorizados y más llamativo me parecía aún verlos correr a toda leche por las playas durante la madrugada. Comenté el asunto con unos amigos del pueblo y ellos aclararon mis dudas. Aquellos jóvenes corriendo como si el demonio los persiguiera eran los bosquimanos (no me preguntéis de dónde viene el nombre), adolescentes reclutados por los narcotraficantes a quienes encargaban recoger los fardos de hachís que llegaban a las calas y playas y que luego entregaban en el lugar convenido. Su juventud, su inmadurez, su irresponsabilidad, y sobre todo, sus ganas de ganar mucho dinero de forma rápida los hacían el enlace perfecto en este tipo de operaciones.  Desconozco si siguen realizando tales prácticas pero por aquellos años esta actividad ocupaba algunos titulares de la prensa y suponía un grave problema para el pueblo. Pues bien, en cierto modo, El Niño trata de esto mismo.

Jesús (Luis Tosar) y Eva (Bárbara Lenni) son dos policías de la Unidad Antidroga que trabajan en Algeciras. Llevan dos años investigando a El Inglés, un tipo residente en Gibraltar, máximo responsable de la entrada de la cocaína en Europa. La labor de estos dos policías es discernir qué contenedor de los cientos llegados a puerto contiene un cargamento ilegal que no corresponda con lo declarado en los documentos aduaneros. No es tarea fácil, a veces es como buscar una aguja en un pajar pero estos agentes son pertinaces y, aunque cometan algún traspiés, cada vez se cierra más el cerco.

Por otro lado, el Niño (Jesús Castro) trabaja en un taller de reparación de embarcaciones de recreo. Él y su íntimo amigo Antonio, el Compi (Jesús Carroza), sueñan con cambiar de vida. Han visto como las playas que conocen desde pequeños se han convertido en el paraíso de los extranjeros. Los Lances, Bolonia, Valdevaqueros, Puntapaloma, Tarifa... playas espectaculares en las que los amantes del windsurf, flysurf, kitesurf... disfrutan de nuestro clima mientras que los avispados empresarios montan chiringuitos aquí y allá «en plan cutre pero bien» y hacen el agosto casi todo el año. Pero para emprender algo así hace falta dinero, algo de lo que el Niño y el Compi carecen. ¿Cómo conseguir liquidez? Para ello contactarán con Halil, un morito que trabaja bajo el amparo de Rachid, un traficante de hachís. Comienzan con un escaso trapicheo y poco a poco se van enredando en operaciones más gordas, arriesgando en cada viaje un poco más.

Mientras tanto Jesús, un policía muy comprometido con su trabajo, se ve amenazado por los capos y Vicente (Sergi López), su jefe, decide apartarlo durante un tiempo del ojo de huracán. Para ello lo destinará como piloto del helicóptero de la policía junto a Sergio (Eduard Fernández), cuya misión será vigilar las aguas españolas en el Estrecho. El Niño y el Compi siguen con sus líos y conocerán a la preciosa Amina (Mariam Bachir), su enlace con Marruecos que será la detonante de una historia amorosa que edulcora ligeramente la acción y trae una brisa fresca con olor a sal.

La acción es absolutamente trepidante desde el minuto cero. Persecuciones por tierra y mar siendo las escenas del helicóptero las más destacables, rodadas en la playa de los Genoveses en San José (Almería). El «pájaro» de la Policía, pilotado por profesionales expertos en las escenas más duras, acosa las lanchas llenas de fardos que intentan cruzar el Estrecho... Palabra que son imágenes impactantes. Sin entender mucho de técnica de rodaje, a mí me han dejado impresionada.




Por otra parte también resulta muy interesante ver cómo la policía se mueve en operaciones antidrogas, con qué recursos y material cuentan, así como las tretas de las que se valen los narcos para introducir la droga y despistar a la policía. 


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