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lunes, 24 de noviembre de 2014

LA TRAMA OCULTA de José María Merino.


Editorial: Páginas de Espuma.
Fecha publicación:  octubre, 2014.
Nº Páginas: 285.
Precio: 17,00 €
Género: Cuentos. 
Edición: Tapa blanda con solapas.
ISBN: 978-84-8393-175-27-123-8
Autor

José María Merino (A Coruña, 1941) se dio a conocer en 1976 con Novela de Andrés Choz, que obtuvo el Premio Novelas y Cuentos. Su novela La orilla oscura fue galardonada con el Premio de la Crítica en 1986. Además, ha recibido el Premio Nacional de Literatura Juvenil (1993), el Premio Miguel Delibes de Narrativa (1996), el Premio NH para libros de relatos editados (2003), el Premio Ramón Gómez de la Serna de Narrativa (2004) y el Premio de Narrativa Gonzalo Torrente Ballester (2006). En el campo del cuento literario ha publicado Historias de otro lugar (2010), donde se recogen los libros de relatos publicados hasta 2004, así como Las puertas de lo posible (Páginas de Espuma, 2008) y El libro de las horas contadas (2011). Su microficción completa se encuentra recogida en La glorieta de los fugitivos (Páginas de Espuma, 2007), Premio Salambó de Narrativa en castellano, y sus ensayos literarios están reunidos en el libro Ficción continua (2004) y Ficción perpetua (2014). Páginas de Espuma ha publicado además una antología de sus cuentos, La realidad quebradiza, en edición de Juan Jacinto Muñoz Rengel. En 2013 recibió el Premio Nacional de Narrativa por El río del Edén. Es miembro de la Real Academia Española.

Sinopsis

¿Qué lector no ha querido conocer los secretos de un gran escritor? José María Merino, uno de los principales culpables del actual buen estado de la narrativa breve en España, nos regala algunas claves de su literatura.

La trama oculta supone un paseo por las distintas modalidades cuentísticas y miradas creativas del autor: en su primera parte predomina lo realista, en la siguiente prevalece lo fantástico –y hasta lo futurista– y hay un broche final dedicado a la distancia más corta, el minicuento. 


Merino reúne en un solo libro, con este planteamiento, su estética y sus obsesiones en el género, al mismo tiempo que muestra la llave de su origen y su escritura. Su trama oculta.

[Información facilitada por la editorial]



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La semana pasada publicaba la entrevista con José María Merino que puedes leer aquí. Fue un encuentro de lo más productivo y agradable, en el que el autor nos desveló parte de los entresijos de la Real Academia de Lengua, así como su opinión sobre el mundo de la cultura y de la educación. Por supuesto hablamos de su último libro, La trama oculta, una lectura que ha supuesto para mí un nuevo y grato acercamiento al género de los cuentos. Y de eso vengo a hablaros hoy, de mis impresiones sobre su última publicación.

La trama oculta es una recopilación de cuentos que José María Merino ha ido escribiendo a lo largo de los años. No es el primer libro de relatos que este autor, del que también se conocen novelas, ensayos y poemas, ha escrito. Entre otros, en 2008 publicó Las puertas de lo posible y El libro de las horas contadas, un conjunto de relatos con trama novelesca, vio la luz en 2011. En esta ocasión, y siguiendo su obsesiva fijación por las estructuras como él mismo nos confesó, ha querido reunir en un solo volumen una muestra de todas sus modalidades cuentistas.

Conforman este libro un total de treinta y cinco cuentos de temática diversa que quedan distribuidos en tres bloques. El primero (De este lado) recoge aquellas historias que pertenecen a un entorno realista. Son cuentos que nos hablan de silencios y de secretos inconfesables cuyos personajes prefieren vivir mirando hacia otro lado en favor de una vida llena de privilegios. O cuentos en los que el amor transita intimidando a los protagonistas que necesitan un filtro de amor para dar aliento a sus sentimientos. O cuentos en los que el autor se adentra en la piel de una joven para hacernos llegar su dolor. O aquellos otros en los que la muerte está llena de misterio.

En el segundo bloque (De aquel lado) todos los cuentos tienen un componente mágico y fantástico. Son los que nos narran historias llenas de peregrinos que desaparecen en la niebla santiaguina o los que nos permiten vivir una extraña aventura con tres desarrollos diferentes, cuentos llenos de misterio y leyendas de tierras lejanas o realidades paralelas que cuentan con su dosis de terror y alguna que otra pincelada de steampunk.

Y por último, los microrrelatos (Silva mínima), historias de brevísima extensión pero no por ello de exiguo valor.

Ya veis que tenéis dónde elegir pues cada uno es distinto al otro por completo aunque eso sí, hay un elemento común que los unifica. Me refiero a una voz introductoria que aparece al inicio de cada cuento, antes del cuerpo propio y que, en cursiva, nos desvela los hechos que inspiraron cada historia. En principio, se podría pensar que es la propia voz del autor que nos cuenta sus motivaciones, pero no siempre es así.  En ocasiones, esas entradillas son tan ficticias como el cuento en sí.  

Los cuentos de José María Merino, algunos con dedicatoria incluida, sorprenden por su originalidad, provocan ternura, nos absorben irremediablemente y despiertan nuestra curiosidad. Suponen todo un alarde de inventiva extraordinaria y un derroche de sublime imaginación. Me he topado con narraciones preciosas, llenas de poesía y magia, con finales que rozan el lirismo y sumamente evocadores. Todo ello, aderezado con un estilo cautivador, con un vocabulario exquisito y refinado que no requiere de florituras ni ambages para seducir.

En aquellos cuentos en los que el suspense es la pieza principal, José María Merino sabe manejar la intriga y mantener la atención del lector, sin necesidad de ser demasiado explícito para llegar a un desenlace satisfactorio. Y otro detalle importante, el uso de distintas voces narrativas, incluida la segunda persona, recurso que no suelo encontrar con frecuencia y que en palabras del autor nos permite apreciar a los personajes desde otro punto de vista, como si se tratara de una primera persona pero estableciendo cierta distancia.

Llegados a este punto, no me queda más que decir que me han encantado estos cuentos recogidos en este volumen en los que León, la tierra que vio la infancia y adolescencia de Merino, también tiene cabida pues algunos de ellos se desarrollan en el Barrio Húmedo de esta ciudad. 


Por supuesto, de los treinta y cinco cuentos tengo mis preferidos pero, de manera general, puedo decir que me han gustado todos. Por eso, desde este rincón, solo me queda recomendaros su lectura porque, para decirlo de manera simple y con pocas palabras, están muy bien escritos y cuentan con argumentos muy interesantes. 



Agradezco a la editorial el envío del ejemplar.




Retos:



     

Puedes adquirirlo en:


martes, 18 de noviembre de 2014

ENTREVISTA a JOSÉ MARÍA MERINO (La trama oculta)

Autor


José María Merino (A Coruña, 1941) se dio a conocer en 1976 con Novela de Andrés Choz, que obtuvo el Premio Novelas y Cuentos. Su novela La orilla oscura fue galardonada con el Premio de la Crítica en 1986. Además, ha recibido el Premio Nacional de Literatura Juvenil (1993), el Premio Miguel Delibes de Narrativa (1996), el Premio NH para libros de relatos editados (2003), el Premio Ramón Gómez de la Serna de Narrativa (2004) y el Premio de Narrativa Gonzalo Torrente Ballester (2006). En el campo del cuento literario ha publicado Historias de otro lugar (2010), donde se recogen los libros de relatos publicados hasta 2004, así como Las puertas de lo posible (Páginas de Espuma, 2008) y El libro de las horas contadas (2011). Su microficción completa se encuentra recogida en La glorieta de los fugitivos (Páginas de Espuma, 2007), Premio Salambó de Narrativa en castellano, y sus ensayos literarios están reunidos en el libro Ficción continua (2004) y Ficción perpetua (2014). Páginas de Espuma ha publicado además una antología de sus cuentos, La realidad quebradiza, en edición de Juan Jacinto Muñoz Rengel. En 2013 recibió el Premio Nacional de Narrativa por El río del Edén. Es miembro de la Real Academia Española.

Sinopsis


¿Qué lector no ha querido conocer los secretos de un gran escritor? José María Merino, uno de los principales culpables del actual buen estado de la narrativa breve en España, nos regala algunas claves de su literatura.

La trama oculta supone un paseo por las distintas modalidades cuentísticas y miradas creativas del autor: en su primera parte predomina lo realista, en la siguiente prevalece lo fantástico –y hasta lo futurista– y hay un broche final dedicado a la distancia más corta, el minicuento. 


Merino reúne en un solo libro, con este planteamiento, su estética y sus obsesiones en el género, al mismo tiempo que muestra la llave de su origen y su escritura. Su trama oculta.

[Información facilitada por la editorial]



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Los que soléis andar por aquí (y aprovecho para daros las gracias) sabréis por mis comentarios que últimamente he sido muy afortunada con mis lecturas. Nosotros, que saltamos de un libro a otro casi sin pausa, y en ocasiones de manera casi obsesiva, agradecemos infinitamente cuando los libros en los que nos sumergimos nos hacen pasar momentos placenteros. Lamentablemente no ocurre siempre así, por eso nos llenamos de entusiasmo cuando encontramos ese libro, esa lectura que nos llena como ninguna otra. 

Comentaba estos días atrás que lo más curioso es que las dos lecturas que me han hecho disfrutar sobremanera pertenecían a un género al que prestamos poca atención, los cuentos y los relatos. Y de cuentos va la cosa hoy pues hace una semana, tuve la enorme suerte de poderme sentar junto a un hombre cercano, cordial y entrañable. José María Merino estuvo por Sevilla promocionando su nuevo libro La trama oculta, un libro lleno de historias maravillosas sobre las que estuvimos hablando. Esto fue lo que nos contó.


Marisa G.- José María, ¡cuánto he disfrutado leyendo su libro! 

José Mª M.- Me alegro, me alegro mucho. ¡Qué más puede pedir un autor!

M.G.- Me han parecido una maravilla, de verdad. No solamente me han sorprendido sus cuentos si no también su curriculum. Es impresionante.

J.M.M.- Bueno, es que también tengo muchos años.

M.G.- Pero no todo el mundo con sus años tiene esta trayectoria. Veo que su vida siempre ha estado relacionada con el mundo de las letras. Está usted vinculado a la Fundación de la Lengua Española, es tesorero de la Asociación de Academias de la Lengua Española, además es miembro y vicesecretario de la RAE,... 

J.M.M.- Así, es...

M.G.- Antes de hablar del libro, permítame que le haga una pregunta porque tengo mucha curiosidad. Recientemente se ha publicado una nueva edición del diccionario de la RAE en la que se han incorporado nuevos términos. ¿Cómo es el proceso que siguen estas incorporaciones? ¿Cómo se decide qué términos se incluyen o los cambios que se van a realizar?

J.M.M.- Bueno, realmente somos los propios académicos los que debatimos estas cuestiones o bien nos llegan sugerencias de otras personas. Por ejemplo, en el caso de los palos del flamenco que se han incluido todos, fue Antonio Rodríguez Almodóvar el que se puso en contacto conmigo. Transmití su sugerencia al resto de los académicos y al final decidimos incluirlos. 

Evidentemente, el diccionario tiene carencias y lagunas que se van corrigiendo. Por ejemplo, hay un dulce en Úbeda que se llama Ochío y que en el diccionario aparecía antes con h. Claro, en Úbeda estaban indignados. Mi amigo y cuentista, Medardo Fraile, ya fallecido, tenía mucha relación con Úbeda y me comentó que aquello había que corregirlo. Y así ha sido. La gente acude a nosotros, nos hacen propuestas y los académicos  debatimos sobre estas cuestiones. De este modo se incluyen términos nuevos o bien se corrigen acepciones que no son correctas.

M.G.- Sí, oí en la radio que del adjetivo «femenino» se ha eliminado la acepción «débil».

J.M.M.- Claro. No hay que olvidar que las cosas cambian. Por ejemplo, «patriarca» ya no significa hoy lo que hace veinte años porque tiene connotaciones que antes no tenía. Las palabras se van moviendo y evolucionando. Todo eso hay que comprenderlo. Incluso hay palabras que siguen teniendo una connotación negativa y no se la podemos quitar porque la gente la sigue  utilizando. Solo las palabras que dejan de ser usadas en el flujo lingüístico se retiran y pasan al diccionario histórico, porque ninguna palabra desaparece. Lo que ocurre es que estamos trabajando en el diccionario histórico con muchos problemas económicos y nos está costando mucho pero cuando lo terminemos y tengamos la plantilla en la red será impresionante porque cada palabra tendrá todas sus etimologías.

M.G.- Muy interesante... Y trabajó usted en el Ministerio de Educación y Cultura.

J.M.M.- Muchos años, sí. 

M.G.- Son dos temas que a mí me preocupan muchísimo. ¿Cree usted que vamos por buen camino en estas dos áreas?

J.M.M.- Yo creo que no y no solamente lo digo por los políticos sino también por las familias. Las familias no están educando a los niños, no están iniciándolos en la ficción, en los cuentos, en la relación con el mundo literario. Por otra parte, las modificaciones en el sistema solo están consiguiendo que la gente sea menos culta. Los jóvenes están cada vez menos formados y eso lo veo cuando hablo con ellos. Yo tengo libros juveniles y antes los jóvenes me decían que no sabían lo que significaba la palabra jarcia pero es que ahora me preguntan qué significa la palabra absorto. Claro, esto dice mucho... Se está perdiendo léxico a una gran velocidad. Además en mi época había como más curiosidad y buscábamos palabras en el diccionario. Por ejemplo, la palabra puta, allá que íbamos a leer lo que significaba (risas). Y ahora los jóvenes piensan que con pocas palabras pueden decirlo todo. No solo es un problema de incultura es que resulta que si van perdiendo palabras también perderán recursos para poder enfrentarse a la realidad. Desde luego, yo no estoy nada satisfecho con el sistema educativo. Además toda esta crisis al final la paga la cultura, la educación,... que son la base de nuestra sociedad.

M.G.- Exactamente. Es importantísimo para la sociedad y sin embargo, lo que usted comenta, los chicos cada vez salen menos preparados de los centros educativos. Y en cultura, pues al revés, en vez de fomentarla, se ponen muchas trabas, con lo que enriquece todo esto.

J.M.M.- Claro, así que yo no soy nada optimista en ese sentido.

M.G.- Hablemos de literatura. Ha trabajado usted con diversos registros. Comenzó con poesía, narrativa, ensayo, relato,... ¿en qué aguas nada usted con más soltura?

J.M.M.- Bueno, la poesía me abandonó porque era muy narrativa, así que derivé de forma natural en la prosa. No sé si navegaré con más soltura en la novela o en el cuento pero lo sí hago es navegar con la misma osadía (risas). 

Con los años también he publicado ensayos porque cuando empecé a escribir me decía que un escritor no tenía por qué tener una teoría pero a la larga he terminado por pensar que un profesional, de la rama que sea, acaba teniendo una teoría del oficio. En cualquier caso, en lo que más me muevo es en novela y en cuento.

M.G.- Este libro, La trama oculta, es un compendio de muchos cuentos de diferente temática. Me gustaría saber por qué ha elegido este título para su libro, ¿qué esconde ese título?

J.M.M.- En la realidad, la apariencia es un gran disimulo. Lo estamos viendo a diario. Estamos tan tranquilos y de repente nos enteramos de que hay un montón de mangantes que se han llevado mucho dinero y los demás vivimos en un mundo donde pagamos a Hacienda, los impuestos,... En la realidad, sin duda hay una trama oculta. Bueno pues, en este libro, quería jugar con la diferencia existente entre la superficie de la trama, lo que vemos claramente, y lo que puede estar debajo de esa trama, en lo que se refiere a las relaciones personales, en los afectos,... Es algo que se ve a diario en la vida. Por ejemplo, cuando vemos a dos personas que se han llevado siempre tan bien y de repente se llevan a matar,... Ahí indudablemente había una trama oculta. Pues bien, yo he pretendido jugar con eso que es tan típico en la literatura porque la ficción trata siempre de lo que se esconde debajo de la más simple apariencia. La literatura es la historia de cómo somos, cómo nos comportamos, cómo es el corazón humano,... Los seres humanos somos muy complejos. Tenemos una superficie y una serie de niveles, en algunos casos tan oscuros en ciertas personas que los demás difícilmente los podemos racionalizar. 

M.G.- ¿Y usted cree que los cuentos tienen aceptación entre el público lector?

J.M.M.- Mire, es sorprendente. Me gusta recordar que en España tenemos una tradición de cuentos que empieza en el siglo XIII. A mediados de ese siglo se traduce del árabe Calila e Dimna, una maravilla de libro. Luego vino Patrono y el conde Lucanor,... Somos un país con una importante tradición de cuentos. Don Miguel de Cervantes  pasa esos cuentos a la modernidad con las Novelas ejemplares. Así que siempre hemos sido un país que ha escrito cuentos y sin embargo no tenemos una buena relación con ellos, entre otras cosas por lo que hablábamos antes, porque no estamos formados literariamente. La gente no sabe lo que es un cuento. Yo he dado talleres donde a los alumnos les daba antes unos cuentos para leer y cuando quería que los comentáramos, nadie se los había leído, así que decidí comenzar las sesiones del taller leyendo primeramente el cuento. Era como si diera misa. Lo leía primero para poder trabajar luego sobre él. Y resulta que los alumnos se sorprendían cuando lo escuchaban porque estaban encantados, les gustaba mucho. ¡Pues claro, si es que los cuentos son muy interesantes!, pero como no hay costumbre,... La gente prefiere novecientas páginas reiterativas, que te cuentan siempre lo mismo, en vez de un cuento que es un género de síntesis que requiere de la colaboración del lector porque el cuento no te lo dice todo. Pero todo se reduce a un problema de formación porque la tradición del cuento en España es enorme.

M.G.- Pero además es un poco absurdo porque lo primero que leemos o nos leen de pequeños son cuentos y luego, a medida que crecemos, abandonamos el género.

J.M.M.- El sistema educativo se equivoca en ese sentido. En los colegios se les mete novelas que en ocasiones no son lecturas apropiadas. Mira a Baroja, con un cuento de cuatro páginas estudias al autor. Con un cuento de ocho páginas de Valle-Inclán se estudia el modernismo,... En los cuentos está todo porque pueden reflejar mucho mejor lo que es una época y un autor, sobretodo para la gente que se está iniciando, pero eso no se valora aquí.

M.G.- Su libro empieza con unas palabras introductorias y en esa introducción hay un párrafo, el último concretamente, en el que dice usted: «En cierto modo este libro es un "arca de Noé", bastante adecuado para mí freten al diluvio de tenebrosas expectativas que estamos viendo en tantos aspectos.» ¿A qué aspectos se refiere?

J.M.M.- (Risas). Pues yo creo que no hay aspecto de la realidad que no sea tenebroso. Me hace gracia cuando veo la tele y veo al político de turno diciendo que se nota claramente una recuperación económica... ¿Una recuperación? Si resulta que el otro día estoy en Radio Nacional y han cerrado Radio Exterior, han acabado con Onda Corta,... De recuperación nada, la siega continúa. Yo, que he sido aficionado a la jardinería pero ya lo dejé porque no se me daba bien (risas) pero tengo una teoría. Mire usted la cultura es un jardín y los jardínes no se siegan, se podan. El buen jardinero sabe dónde podar para mantener el jardín sano y bonito pero aquí han sacado la guadaña y directamente han segado. Con eso solo se destruyen ramas que han crecido durante muchísimos años . Es muy fácil romper un tejido, lo complicado es volver a reconstruirlo, a regenerarlo. Aquí la crisis es terrible pero además, es que no se ha aplicado con la sabiduría y seriedad suficiente. Si hay necesidad de recortar primero hay que pensar en qué se puede y en qué se debe recortar.

M.G.- Han recortado donde no debían.

J.M.M.- Efectivamente, en el tema sanitario, en la educación, en la investigación,... Entiendo que si hay que recortar en estas áreas pues habrá que estudiar cómo y de dónde. Si esta ramita se puede cortar o si esta otra no,... Es una cuestión de poda y no ha habido poda, sino siega. Bueno, siega para lo que han querido porque luego nos damos cuentas de los múltiples escándalos, como el de las tarjetas de Caja Madrid. ¿Nadie sabía nada? ¿Nadie sabe todavía las que andan por ahí?

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