domingo, 15 de junio de 2025

REGRESANDO...

Buenos días a todos y a todas. Espero que estéis bien. He estado ausente de este espacio e incluso de redes sociales durante mucho tiempo. Lo último que publiqué fue la entrevista a Javier Sierra y de eso hace más de un mes. Por cierto, muchas gracias por vuestros comentarios. Me hacen muy feliz. Pero, si desaparecí fue por una razón de peso. Os cuento. El pasado 12 de junio tuvo lugar el fallo de los Premios de Novela Ateneo de Sevilla y Ateneo Joven. Los que asomáis por aquí desde hace tiempo seguro que recordáis que son unos premios a los que he acudido siempre como invitada. Pues bien, este año ha sido un tanto diferente porque, en esta ocasión, me tocó conducir toda la gala. 




La propuesta de ser la presentadora de estos premios me llegó hace unos meses. En aquel momento, sentí un gran pavor porque suponía mucha responsabilidad y porque, hasta ese momento, la gala la había presentado un periodista bastante conocido en Sevilla. ¿Y si me entraba pánico escénico y me quedaba sin habla? Durante las semanas previas se me han pasado por la cabeza mil escenarios posibles pero no podía dejar pasar la oportunidad. Tenía que aceptar aquella propuesta. Así que, en ese último mes y medio, he estado preparándome para la noche del 12 de junio, pensando y dándole vueltas a todo lo que quería decir, a cómo debía decirlo, manteniendo reuniones con miembros del Ateneo para ir perfilando detalles y, sobre todo, leyendo las nueve novelas finalistas, las seis que llegaron a las últimas cribas del Premio de Novela Ateneo de Sevilla y las tres que lo hicieron para el Premio de Novela Ateneo Joven. Obviamente, de estas novelas no os puedo contar nada pero sí lo haré de las dos ganadoras en unos días. 



La noche del 12 de junio empezó con muchos nervios pero fue subir al escenario, decir cuatro palabras y, de repente, los nervios desaparecieron. Fue justo ahí cuando empecé a disfrutar muchísimo del momento. Y casi a las 12 de la noche, cuando puse punto y final al acto, sentí una gran satisfacción. 




No sé si realmente lo hice bien o mal. Seguramente cometí errores. Yo misma, horas después, detecté alguna cosa que debería haber pulido pero, para ser la primera vez que hacía algo de tanto peso, me siento feliz con el resultado. 

Este es el motivo de mi ausencia. Me quedan muchas entrevistas y reseñas que publicar todavía, que se han quedado en el limbo, a la espera de que pasaran estas fechas, así que, regreso la próxima semana (si nada se tuerce).

Por supuesto, debo agradecer a la Junta Directiva del Ateneo de Sevilla que apostara por mí y me diera esta oportunidad. Al menos, ya puedo decir que un día presenté unos premios literarios importantes.

Nos leemos pronto.


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