Editorial: Páginas de Espuma.
Fecha publicación: marzo, 2014.
Nº Páginas: 176.
Nº Páginas: 176.
Precio: 16,00 €
Género: Relatos.
Edición: Tapa blanda con solapas.
Edición: Tapa blanda con solapas.
ISBN: 978-84-8393-158-5
Autora
Mercedes Abad nace en Barcelona en 1961. Tras algunos escarceos con el mundo del cine y el teatro, en 1986 gana el premio de narrativa erótica La sonrisa vertical, con su libro de relatos Ligeros libertinajes sabáticos. Desde entonces ha publicado varios libros de relatos: Felicidades Conyugales (1989), Soplando al viento (1995), Amigos y fantasmas (2004, Premio Mario Vargas Llosa) y Media docena de robos y un par de mentiras (2009). Ha publicado también dos novelas, Sangre (2000) y El vecino de abajo (2007), y un ensayo juguetón y humorístico, Sólo dime dónde lo hacemos (1991). Además es autora de diversas obras de teatro y de varias adaptaciones, entre ellas XXX, versión de La filosofía en el tocador (Marqués de Sade), de la Fura dels Baus, y Las amistades peligrosas, de Chritopher Hampton. Su obra ha sido traducida al italiano, al alemán, al neerlandés, al portugués y al finés y ha sido incluida en numerosas antologías. Actualmente imparte clases de narrativa en la Escola d'Escriptura del Ateneu barcelonés.
Sinopsis
Quitarse un peso de encima. Tal vez sea eso vivir. Desprenderse de envolturas, cáscaras. Aderezarse con aromas, sabores. Ser uno mismo. Un cuerpo. Una memoria. Ser o haber sido una niña gorda. Una niña gorda adelgazada. Llenarse de recuerdos y comidas. Observar la vida de otros desde una ventana. O contemplar el plato ajeno. Y es entonces cuando el curso de las historias se agolpan y se ordenan, creando sentidos y vacíos que debemos completar. Cuando el lector asiste y se alimenta de la literatura voraz y exquisita de Mercedes Abad. De un menú de cuentos y un personaje principal. Sírvanse. Se leen al gusto. Buena lectura.
La niña gorda, el nuevo trabajo de Mercedes Abad, es un compendio de relatos no al uso. El lector está acostumbrado a enfrentarse en este género con pequeñas historias independientes que no tienen nada en común. Sin embargo, en La niña gorda, todo tiene un antes y un después, todo gira alrededor de un único personaje protagonista y su entorno.
Ser Susana Mur con once años, medir 1,50 de estatura y pesar 67,9 kgs no es fácil y no lo es cuando a la ropa le cuesta amoldarse a tu cuerpo, cuando no hay consenso entre tu volumen y las tallas, cuando a tu madre no le gustas y decide llevarte a un endocrino para que te «enderece», cuando la gente te mira y te da de lado. Y Susanita asiente y lo hace con orgullo, con la barbilla bien alta como el preso que se dirige al cadalso rechazando la compasión ajena, y se encamina a la consulta del endocrino del que no recuerda si era grueso o flaco.
Susanita es una niña retraída, que se encierra en sí misma y en la literatura para evitar un contexto social que no le es favorable, unas relaciones con otros niños de su edad que solo le traen humillaciones. Desde su atalaya contempla el mundo y lo observa con ojos escrutadores, de ahí que parezca una niña más madura de lo que le corresponde por su edad. Sus observaciones y reflexiones sorprenden al lector de forma grata y resulta fácil encariñarse con esta niña que solo busca aceptación.
Los años pasan y Susanita deja de serlo para convertirse en Susana. Y un día también deja de ser víctima para volverse culpable (Las hermanas Bruch) y conocerá a Nush, otra niña con la que establece una conexión fuerte que quedará diluida con el tiempo y cuyo acercamiento sorprenderá a la protagonista (El alféizar). Y ella sigue creciendo, madurando, observando el mundo y un día comprobará que un acto arriesgado le acarrea el aplauso de los demás (La clase de costura). Su nuevo traje confeccionado con mordacidad la envalentona.
En La niña gorda hay tragedia pero también comedia, situaciones tristes unas y perturbadoras otras. Encontraremos un conjunto de cuentos llenos de jocosidad e ironía que, como Mercedes nos comentó en la entrevista que concedió a este blog, «recogen la construcción de la identidad de Susana que se construye contra un enemigo, la gordura en este caso».
Diez capítulos titulados componen La niña gorda que recorren la vida de Susana desde la adolescencia hasta una edad madura indeterminada. A lo largo de los mismos iremos apreciando una evolución que queda muy palpable, no solamente por el discurrir de los hechos sino también por el cambio de voz narradora. En los primeros cuentos, cuando Susana no tiene suficiente autonomía, nos hablará una tercera persona hasta que llega un momento, un determinado cuento, en que ella adoptará la voz principal.
Aunque como dije al principio, en la vida de Susana hay un antes y un después, estos cuentos se pueden leer de forma independiente sin perder la conexión con un protagonista constante. Creo que todos estamos de acuerdo en que este género te permite adentrarte en un historia de manera rápida, sin demoras, sin invertir excesivo tiempo. Esa es la magia del relato que funciona perfectamente en cualquier instante y ocasión.
La niña gorda es una manera distinta de acercarse a un género que muchos lectores consideran menor dentro de la literatura y que, en ocasiones, deja ganas de más pero, como bien dice su autora «es mejor quedarse con ganas de más en vez de con ganas de menos» cuando, por ejemplo, nos enfrentamos a una novela de mil páginas a las que le sobran doscientas.
Si te gustan los relatos, La niña gorda es una opción muy recomendable.
Agradezco a la editorial el envío del ejemplar.
La niña gorda, el nuevo trabajo de Mercedes Abad, es un compendio de relatos no al uso. El lector está acostumbrado a enfrentarse en este género con pequeñas historias independientes que no tienen nada en común. Sin embargo, en La niña gorda, todo tiene un antes y un después, todo gira alrededor de un único personaje protagonista y su entorno.
Ser Susana Mur con once años, medir 1,50 de estatura y pesar 67,9 kgs no es fácil y no lo es cuando a la ropa le cuesta amoldarse a tu cuerpo, cuando no hay consenso entre tu volumen y las tallas, cuando a tu madre no le gustas y decide llevarte a un endocrino para que te «enderece», cuando la gente te mira y te da de lado. Y Susanita asiente y lo hace con orgullo, con la barbilla bien alta como el preso que se dirige al cadalso rechazando la compasión ajena, y se encamina a la consulta del endocrino del que no recuerda si era grueso o flaco.
Susanita es una niña retraída, que se encierra en sí misma y en la literatura para evitar un contexto social que no le es favorable, unas relaciones con otros niños de su edad que solo le traen humillaciones. Desde su atalaya contempla el mundo y lo observa con ojos escrutadores, de ahí que parezca una niña más madura de lo que le corresponde por su edad. Sus observaciones y reflexiones sorprenden al lector de forma grata y resulta fácil encariñarse con esta niña que solo busca aceptación.
Los años pasan y Susanita deja de serlo para convertirse en Susana. Y un día también deja de ser víctima para volverse culpable (Las hermanas Bruch) y conocerá a Nush, otra niña con la que establece una conexión fuerte que quedará diluida con el tiempo y cuyo acercamiento sorprenderá a la protagonista (El alféizar). Y ella sigue creciendo, madurando, observando el mundo y un día comprobará que un acto arriesgado le acarrea el aplauso de los demás (La clase de costura). Su nuevo traje confeccionado con mordacidad la envalentona.
En La niña gorda hay tragedia pero también comedia, situaciones tristes unas y perturbadoras otras. Encontraremos un conjunto de cuentos llenos de jocosidad e ironía que, como Mercedes nos comentó en la entrevista que concedió a este blog, «recogen la construcción de la identidad de Susana que se construye contra un enemigo, la gordura en este caso».
Diez capítulos titulados componen La niña gorda que recorren la vida de Susana desde la adolescencia hasta una edad madura indeterminada. A lo largo de los mismos iremos apreciando una evolución que queda muy palpable, no solamente por el discurrir de los hechos sino también por el cambio de voz narradora. En los primeros cuentos, cuando Susana no tiene suficiente autonomía, nos hablará una tercera persona hasta que llega un momento, un determinado cuento, en que ella adoptará la voz principal.
Aunque como dije al principio, en la vida de Susana hay un antes y un después, estos cuentos se pueden leer de forma independiente sin perder la conexión con un protagonista constante. Creo que todos estamos de acuerdo en que este género te permite adentrarte en un historia de manera rápida, sin demoras, sin invertir excesivo tiempo. Esa es la magia del relato que funciona perfectamente en cualquier instante y ocasión.
La niña gorda es una manera distinta de acercarse a un género que muchos lectores consideran menor dentro de la literatura y que, en ocasiones, deja ganas de más pero, como bien dice su autora «es mejor quedarse con ganas de más en vez de con ganas de menos» cuando, por ejemplo, nos enfrentamos a una novela de mil páginas a las que le sobran doscientas.
Si te gustan los relatos, La niña gorda es una opción muy recomendable.
Agradezco a la editorial el envío del ejemplar.
Me gusto la entrevista y el libro parece interesante, besotes
ResponderEliminarNo soy muy de relatos, pero me ha llamado la atención tu reseña. Creo que puede ser una lectura interesante, ir viendo la evolución de Susanita.
ResponderEliminarBesos!
La verdad es que los relatos no me van así que en esta ocasión, lo dejo pasar.
ResponderEliminarBesos
Me llama bastante la atención. Es una lectura que me voy a apuntar sin demora.
ResponderEliminarUn beso, Marisa!
Los relatos no son lo mío y el tema tampoco me llama mucho. No me lo llevo.
ResponderEliminarBesos.
Me gustan los relatos. Y por lo que cuentas, estos que traes hoy me atraen mucho. Así que apuntado que me lo llevo.
ResponderEliminarBesotes!!!!
Tiene buena pinta, no lo conocía, pero ya me lo he apuntado.
ResponderEliminarUn beso!
Me gustan los relatos que además forman un conjunto y una historia, me gusta la protagonista y la autora me pareció honesta y simpática. Apuntado.
ResponderEliminarBesos
Es verdad que somos muchos los que no nos sentimos atraídos por los relatos. Besos.
ResponderEliminarMe gustan los relatos, y es otro de los ejemplor que no me llamaban mucho, pero has conseguido que cambie de opinión, a ver esa niña. Un beso!
ResponderEliminarNo me llama mucho este libro, creo que no disfrutaría con la lectura ya que no soy demasiado aficionada a los relatos
ResponderEliminarBesos
No creo que lo pasara demasiado bien con esta lectura, así que la descarto. 1beso!
ResponderEliminarPues no sólo me gustan los relatos, es que estos parecen además muy asequibles y cercanos. Apuntado queda.
ResponderEliminarBesos
El otro día lo estuve mirando, después de tu entrevista me llama bastante, en algún momento espero leerlo, creo que me gustaría.
ResponderEliminarBesos
Creo que ya te lo dije, pero me parece original la estructura de esta novela-recopilación de relatos. Y sí que me atrae esa protagonista que va creciendo.
ResponderEliminarUn beso.
Este me pareceque no me llama mucho, no veo que llegue a ver los relatos me digan demasiado. Un beso :)
ResponderEliminarMe gustan mucho los relatos!!!
ResponderEliminarGracias por tu recomendación, a veces es difícil tener listado de libros de relatos recomendados!!! ;-)
Saludosss
No sabía muy bien a que me iba a enfrentar pero al final,cuando cerré el libro el resultado fue muy stisfactorio
ResponderEliminarAmo los relatos. A Mercedes Abad la conozco por tres de sus libros de relatos, precisamente, que me dejaron muy buen sabor de boca. Y la sinopsis me parece muy atrayente. Así que los llevo apuntados porque sé que pueden ser una buena lectura para mi.
ResponderEliminarBesucos.
Parece interesante, aunque no soy muy fan de los relatos =)
ResponderEliminarBesotes
Éste lo dejo pasar. NO soy amante de los relatos y no me llama.
ResponderEliminarBs.