Autor
José Antonio Muñoz Rojas nace en Antequera (Málaga) en 1909. Su primer libro, Versos de retorno, es de 1929. Lector en la Universidad de Cambridge durante algún tiempo y gran conocedor de la lírica inglesa, ha traducido al castellano obras de John Donne, Richard Crashaw, Willian Wordsworth, Gerald Manley Hopkins, Francis Thompson y Thomas Stearns Eliot. Dentro de su obra poética cabe destacar Objetos Perdidos (Premio Nacional de Poesía 1997) y Las cosas del campo. En 2002 fue distinguido con el XI Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana por el conjunto de su obra.
Sinopsis
De Las cosas del campo, el mejor libro en prosa de José Antonio Muñoz Rojas, dijo Dámaso Alonso en carta dirigida al autor tras la aparición de la primera edición: «Has escrito, sencillamente, el libro de prosa más bello y más emocionado que yo he leído desde que soy hombre».
Muñoz Rojas |
Ingenua. Con deciros que me he tenido que comprar un ejemplar para mí os podéis hacer una idea de por donde irá esta reseña. Porque Las cosas del campo no es lo que parece, así que agarraos.
¿Quién es José Antonio Muñoz Rojas? Poco sabía de este autor. Vamos, poco es decir mucho. Absolutamente nada y así no solo peco de ingenua sino también de ignorante porque resulta que este señor fue un longevo y magnífico poeta encerrado en cuerpo de banquero. Dedicaba su vida a las finanzas pero su verdadera vocación no estaba en los números sino en las letras (y no de cambio precisamente). Además era un apasionado del mundo rural y prueba de ello es este libro.
«Los granados son otra cosa. Tanta dureza, tanta sequedad, para luego romper en ese prodigio enrojecido, en este leve encendimiento, que pone las copas como ascuas fresquísimas, si cupiera el prodigio de un ascua fresquísima». [pág. 23-24]
La edición de Pre-Textos no arranca directamente con el texto sino que antecede una Advertencia escrita por el propio autor en el año 1975. En esas líneas nos comenta que su libro fue escrito treinta años atrás (1946-1947) y que, por tanto, muchas de las personas retratadas, de los usos y costumbres o de los oficios han dejado de existir. El campo ya no es lo que era, se han perdido instrumentos de labranzas, los viejos aperos han sido sustituidos por otros más modernos, los aldeanos ya no son aquellos que él conoció en su juventud. Son otros tiempos y el campo ha evolucionado.
De igual modo, se añade una Nota justificativa de la presente edición a modo de clausura en la que el autor nos desvela que tanto la escritura como la publicación del libro fue casual, el origen de las ilustraciones que adornan el libro y otros detalles interesantes.
Entre medio, la belleza hecha palabra.
Este libro es una oda al campo y a la vida rural. Como amante de dicho entorno, el autor rinde homenaje con pequeños textos cargados de la misma belleza que la naturaleza que describe. Su amor llega a tal punto que incluso otorga al campo identidad propia, lo humaniza, le atribuye características y actitudes propias de un ser humano. El campo suda en verano, se ilusiona con la llegada de la primavera y sufre de dolor de huesos al llegar el invierno. El campo eres tú, soy yo, somos nosotros.
En otras ocasiones lo viste con prendas femeninas, le dibuja curvas de mujer, lo acaricia, lo besa, le hace el amor, mientras él a caballo o a pie recorre sus caminos.
Muñoz Rojas es un gran transmisor de sentimientos. Sabe tocar las teclas precisas para pinzar las terminales nerviosas del lector, para hacernos sentir y visualizar el esplendor de la naturaleza aunque jamás hayamos salido de la urbe. Sus descripciones son evocadoras. Posee la facultad de hablar de un árbol con tanta pasión e intensidad, con tanto cariño y ternura, que dan ganas de sentarse frente a una encina o cualquier otra especie y pasarse las horas contemplando sus ramas y hojas. No os miento.
La facultad de describir las flores, los cambios de estación, el vuelo de las aves,... te hacen darte cuenta de que pasamos por la vida sin ser conscientes de la belleza que nos rodea. De cualquier cosa con la que se topa en el campo es capaz de extraer un hermoso poema. Y no se trata de poesía cualquiera, de esa de la que difícilmente puedes extraer su jugo, de la poesía vacía, de la del sin sentido,... sino que es pura, límpida y cristalina. La belleza en su máximo esplendor.
Mención aparte merece el uso de una amplitud de vocablos que podríamos calificar de "técnico". La ingente cantidad de términos relacionados con el mundo rural obligan a echar mano del diccionario con inusitada frecuencia. Advierto que puede llegar a abrumar por lo que aconsejo aparcar el diccionario con el objeto de no interrumpir la lectura constantemente, ya que el desconocimiento de ciertas palabras no nos afecta a la comprensión.
Al margen de su prosa, el libro está regado con frecuentes ilustraciones que aportan un valor añadido. Se trata de dibujos simples, apenas unas líneas trazadas aparentemente al vuelo pero que a la vez esconden belleza.
Os decía antes que es un libro que me ha gustado tanto que me he tenido que comprar un ejemplar y poder así volver a él cuando lo desee, porque es un libro al que te gustará regresar una y otra vez. Leer un pasaje, disfrutarlo, saborearlo, rendirse ante él y dejarlo reposar para volver semanas después a por otro grano de belleza. Y me ha gustado no solamente por lo que me ha hecho sentir sino porque junto a él he regresado a mi infancia, a aquellos veranos rodeada de olivos, amapolas, margaritas, zorzales,... He regresado a aquellas meriendas campestres y fáciles que consistían en alargar el brazo y coger una naranja del árbol. He regresado a aquellas caminatas a pleno sol y al aire libre, pisando terrones y descubriendo allí y aquí todo tipo de bichos a cual más extraño. Llevo dentro de mí un hermoso legado rural lleno de horas de sol, de paseos sin rumbo con una cantimplora, de baños en albercas, de noches contemplando un cielo estrellado y de días en completa comunión con la naturaleza. Por todo esto me he sentido especialmente vinculada a este libro y particularmente cercana al sentir de su autor.
Pero no te asustes si eres urbanita. Este libro es también para ti.
Retos:
De igual modo, se añade una Nota justificativa de la presente edición a modo de clausura en la que el autor nos desvela que tanto la escritura como la publicación del libro fue casual, el origen de las ilustraciones que adornan el libro y otros detalles interesantes.
Entre medio, la belleza hecha palabra.
«Cuando florecen las encinas, decía, hay que temblar. Se anuda la delicia en la garganta. Pasa como cuando llora un hombre fuerte y maduro, cuando viene un estremecimiento a colmar una plenitud». [pág. 31]
Este libro es una oda al campo y a la vida rural. Como amante de dicho entorno, el autor rinde homenaje con pequeños textos cargados de la misma belleza que la naturaleza que describe. Su amor llega a tal punto que incluso otorga al campo identidad propia, lo humaniza, le atribuye características y actitudes propias de un ser humano. El campo suda en verano, se ilusiona con la llegada de la primavera y sufre de dolor de huesos al llegar el invierno. El campo eres tú, soy yo, somos nosotros.
En otras ocasiones lo viste con prendas femeninas, le dibuja curvas de mujer, lo acaricia, lo besa, le hace el amor, mientras él a caballo o a pie recorre sus caminos.
«Cuando va vuestra sombra sobre los llanos, cuando se pliega sobre los barrancos, cuando parte en claros y oscuros los trigos, cuando bajáis tremendas, o graciosas subís, subís, vosotras nubes, nostalgia de la tierra, ligeras desterradas, apresuradas amantes, cuyo besar nunca es largo, cuyo destino es tan humano que está pendiente del primer viento».[pág. 41]
Muñoz Rojas es un gran transmisor de sentimientos. Sabe tocar las teclas precisas para pinzar las terminales nerviosas del lector, para hacernos sentir y visualizar el esplendor de la naturaleza aunque jamás hayamos salido de la urbe. Sus descripciones son evocadoras. Posee la facultad de hablar de un árbol con tanta pasión e intensidad, con tanto cariño y ternura, que dan ganas de sentarse frente a una encina o cualquier otra especie y pasarse las horas contemplando sus ramas y hojas. No os miento.
La facultad de describir las flores, los cambios de estación, el vuelo de las aves,... te hacen darte cuenta de que pasamos por la vida sin ser conscientes de la belleza que nos rodea. De cualquier cosa con la que se topa en el campo es capaz de extraer un hermoso poema. Y no se trata de poesía cualquiera, de esa de la que difícilmente puedes extraer su jugo, de la poesía vacía, de la del sin sentido,... sino que es pura, límpida y cristalina. La belleza en su máximo esplendor.
Mención aparte merece el uso de una amplitud de vocablos que podríamos calificar de "técnico". La ingente cantidad de términos relacionados con el mundo rural obligan a echar mano del diccionario con inusitada frecuencia. Advierto que puede llegar a abrumar por lo que aconsejo aparcar el diccionario con el objeto de no interrumpir la lectura constantemente, ya que el desconocimiento de ciertas palabras no nos afecta a la comprensión.
«El campo es una gran sinfonía en amarillo donde apenas dan una leve nota, blancos de nievecillas, morados de lenguazas y nazarenos, rojos de amapolas y aquella florecillas, que el jaramagal, que llega ya a la cruz de los olivos y a los ijares de los caballos, permite florecer». [pág. 47]
Al margen de su prosa, el libro está regado con frecuentes ilustraciones que aportan un valor añadido. Se trata de dibujos simples, apenas unas líneas trazadas aparentemente al vuelo pero que a la vez esconden belleza.
Os decía antes que es un libro que me ha gustado tanto que me he tenido que comprar un ejemplar y poder así volver a él cuando lo desee, porque es un libro al que te gustará regresar una y otra vez. Leer un pasaje, disfrutarlo, saborearlo, rendirse ante él y dejarlo reposar para volver semanas después a por otro grano de belleza. Y me ha gustado no solamente por lo que me ha hecho sentir sino porque junto a él he regresado a mi infancia, a aquellos veranos rodeada de olivos, amapolas, margaritas, zorzales,... He regresado a aquellas meriendas campestres y fáciles que consistían en alargar el brazo y coger una naranja del árbol. He regresado a aquellas caminatas a pleno sol y al aire libre, pisando terrones y descubriendo allí y aquí todo tipo de bichos a cual más extraño. Llevo dentro de mí un hermoso legado rural lleno de horas de sol, de paseos sin rumbo con una cantimplora, de baños en albercas, de noches contemplando un cielo estrellado y de días en completa comunión con la naturaleza. Por todo esto me he sentido especialmente vinculada a este libro y particularmente cercana al sentir de su autor.
Pero no te asustes si eres urbanita. Este libro es también para ti.
Retos:
Sólo por ser de esta editorial ya me lanzaría a por él, porque tiene unos libros maravillosos. Me ha gustado mucho eso, a pesar de la melancolía que desprende, que ya no existen ni las personas ni los aperos que conoció.
ResponderEliminarBesotes
Dorothy yo no conocía esta editorial pero si todos los libros que publican son así, es para tenerla en cuenta. Besos
EliminarNo te preocupes Marisa que yo también soy genial criticando libros. Pienso que serán muy aburridos, o simplemente que no están hechos para mi, y luego me doy cuenta de lo equivocada que estoy!!
ResponderEliminarLa verdad es que tengo curiosidad. Casi que puedo oler las flores y los campos que nos describes con tu reseña, de verdad.
Sin embargo, no sé porque me da la impresión de que igual podría resultar incluso pesado. Suposiciones mías, supongo. Ya te digo que soy lo peor para elegir libros jajaja.
De hecho, en los que elijo yo, la suelo cagar. Los mejores son los recomendados, sin duda.
Y una servidora, a pesar de vivir en la ciudad, adora el campo :)
besitos. Menuda lectura más bonita
Igone no te voy a mentir. Es verdad que todo son flores, árboles,... o casi todo. Sin embargo es la manera en la que está escrito el libro lo que realmente engancha. Besitos.
EliminarQué reseña más bonita. Sólo por eso ya apetece hacerse con el libro, parece uno de esos para leer poco a poco y disfrutar del lenguaje.
ResponderEliminarBesos
Así es Norah. Un libro para desgustar a pequeños sorbos. Besos
EliminarEsta reseña es preciosa, me lollevo apuntado, y no sólopara mi,creo que a mi hermano mayor le encantará...Un beso!
ResponderEliminarOk Meg. Espero que ambos lo disfrutéis. Besos
EliminarMarisa se nota cunando algo te llega, se nota y mucho, preciosa la reseña, precioso el final y una joya de campos la que nos traes hoy. Y en mi ignorancia compartida, me has instruido porque no lo conocía de nada a este autor. Hoy no solo me lo presentas, sino que me lo llevo bien anotado. Gracias ahijada. Besos
ResponderEliminarSoy muy evidente, ¿verdad madrina? jejeje. Creo que este libro te gustaría Marilú e incluso tú le podrías sacar mucho más jugo. No lo dejes pasar. Besos
EliminarYo soy urbanita y me he dado por aludido jajaja, esa línea final parecía que estaba diciendo... ¡ni se te ocurra! jajaja
ResponderEliminarEso es lo que se dice "juzgar el libro por la tapa", yo casi siempre me equivoco, si has tenido que salir a por uno para ti pues me imagino la sensación. Los fragmentos que has puesto son preciosos así que me lo apunto. Besos Marisa :)
Espero no defraudarte con mi recomendación Yossi. Besitos.
EliminarLa verdad es que los textos que nos ponen muestran una prosa convertida en poesía
ResponderEliminarEs así Pedro. Poesía hecha prosa. Una maravilla. Besos
Eliminar¡¡Hola Marisa!!
ResponderEliminarMe pasa como a ti, muchas veces me guío por cosas superfluas (un titulo, una portada...) y después me encuentro verdaderas maravillas en novelas que a priori no hubiera escogido.
Gracias por tú reseña.
Besos.
Gracias a ti Susana. Besos
EliminarSe nota que te ha gustado mucho, aunque a mi no me termina de llamar.
ResponderEliminarBesos!
Todos tenemos nuestros gustos. Besos y gracias por comentar.
EliminarSí que te gustó, eh! Tu reseña es de lo más insistente; habrá que buscar hueco! 1beso!
ResponderEliminarMe gustó mucho Tizire. No me esperaba un libro así. Besos
EliminarPues no me convence el hecho de que parezca tan descriptivo, por muy preciosas que me hayan parecido las descripciones; además me pone nerviosa leer demasiadas palabras desconocidas y me siento culpable si no las busco :)
ResponderEliminarHasta ha habido un fragmento de los que has puesto que se me ha dado un aire a "Platero y yo"... pura poesía.
Un beso!
Jejeje Caminante si te vas a poner nerviosa mejor lo dejamos no?.. jejeje Besos
EliminarSe nota que te ha gustado y contagias tu entusiasmo, con los párrafos que has destacado ya dan ganas de leerlo pero tu último párrafo me ha convencido porque a mí también me gustaría regresar a mi infancia en el pueblo y qué mejor manera que de la mano de una lectura
ResponderEliminarbesos
Tatty yo he recordado con este libro muchos momentos del pasado. He disfrutado con su lectura. Besos
EliminarNada más empezar la reseña he empezado ya negando...que si se me iba a hacer pesado qué tal...pero hacia el final me has convencido, ya sin contar el valor de volver a recordar nuestra infancia...si te has ido a comprar hasta un ejemplar será por algo. Así que me lo llevo anotado jeje
ResponderEliminarUn beso!
Pues espero que te guste Lesincele. Hay que tomarlo en pequeñas dosis si piensas que te puede resultar pesado. Besos
EliminarCuando he terminado esta fantastica reseña tuya sabes que me he dicho a mi misma ESTE LIBRO ES PARA MI !!! un besote.
ResponderEliminarJejeje pues espero que no te defraude la lectura. Besos Rocío.
EliminarA mí tampoco me sonaba ni el autor ni el libro pero la verdad esa vuelta al campo un tanto bucólica me atrae. Los párrafos que has elegido son preciosos, muy líricos. Me gusta!
ResponderEliminarBesos,
Gracias Carmen. Para mí ha sido un verdadero descubrimiento. Besos
EliminarPues es un autor del que no he leído nada, no estaría de más conocerlo =)
ResponderEliminarBesotes
Escribió mucha poesía..., por si te gusta el género. Besos Shorby.
EliminarUna reseña fantástica. Al autor lo conocía pero como poeta y me gusta bastante.. Este libro no lo conocía, así que me lo llevo apuntadísimo.
ResponderEliminarBesotes!!!
Margari, el otro día en tu reseña de Cernuda te dejé un comentario diciéndote que te "presentaría" a un poeta, aunque imaginé que podrías conocerlo, como así ha sido. Besos.
EliminarCreo que no es para mí, al menos durante un tiempo. Este tipo de libros me suelen terminar resultado cargantes y he salido hace poco de una lectura rural llena de palabros
ResponderEliminarBesos
Ok Mientrasleo.. pues entonces mejor dejarlo. Besos
EliminarPues yo soy más de campo que las amapolas, así que me lo llevo más que apuntado. Te ha quedado una reseña preciosa, qué bien que lo hayas disfrutado tanto :)
ResponderEliminarUn beso shakiano!!!
Gracias shaka, espero que lo disfrutes. Besos
EliminarSe nota que este libro lo has disfrutado, aún así no termina de gustarme lo suficiente.
ResponderEliminarBesitos.
Ok Inés. Besitos.
Eliminar¡Nostalgia rural! Pinta fantástico. Yo también pasé parte de mi infancia lejos de la ciudad, veranos en casa de mi abuela que vive en un pueblucho alejado de casi todo. La verdad es que, si lo pienso ahora, es casi un mundo a parte. Me apunto tu recomendación de hoy :)
ResponderEliminarUn besín, Marisa!
Me alegro de que te guste Rober. Besos
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