lunes, 10 de septiembre de 2012

LA ABUELA LOLA



Autor

Cecilia Samartin es una autora cubana. Nacida en la Habana, cuando tan solo era una niña se vio obligada a huir de Cuba debido a la Revolución. Desde entonces vive en California con su marido. Muchos de sus libros tratan esa dura realidad que le tocó vivir en su más tierna infancia. Estudió Psicología, Terapia familiar y Terapia matrimonial. Actualmente está inmersa en un proyecto para ayudar a mejorar las condiciones de los más desfavorecidos en Los Ángeles.

Entre su larga trayectoria como escritora destacan títulos como Señor peregrino, La abuela Lola o Ghost Heart.

Sinopsis

Sebastian sueña con ser un niño igual que los demás, con ser capaz de correr como el viento en el campo de fútbol, chutar la pelota de tal manera que dibuje una perfecta parábola y marcar un gol. Pero su corazón tiene un defecto desde que nació, lo que significa que no puede cumplir sus deseos. No obstante, Sebastian ha logrado encontrar su lugar en el mundo gracias a su excéntrica abuela Lola y al amor que esta siente por la cocina. Ambos preparan juntos riquísimos y exóticos platos puertorriqueños, el país de origen de su abuela. La complicidad que crece entre ambos (un niño enfermo y una anciana) se convierte pronto en un fuerte vínculo que logra unir de nuevo a una familia desestructurada, pues, como siempre dice Lola, "una comida preparada con amor no solo alimenta el cuerpo, sino también el alma".

Esta es la historia mágica de un niño que aprendió a bailar con la muerte y de cómo las pequeñas victorias de una familia pueden servir para reconstruir corazones heridos de muy diversas maneras. La abuela Lola nos enseña que la diferencia entre la alegría y la tristeza a veces pende simplemente de un hilo frágil, casi invisible. Una historia conmovedora que te emocionará. 




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Salvo que uno tenga el corazón de hielo o bien carezca de él, resulta del todo imposible no conmoverse ante este libro. Con leer las primeras líneas de la sinopsis notas un entripado en la barriga y en casos extremos, como el mío, puede incluso aflorar cierta humedad a los ojos. Sebastian es un niño enfermo de corazón con inmensas ganas de vivir. Éste será uno de los pilares del libro. El otro, su encantadora abuela, una luchadora que intenta por todos los medios poner orden en la caótica vida de su familia, a la que intenta mantener a flote, aunque para ello tenga que recurrir a engaños o echar mano del recetario familiar. 


Sebastian y su abuela conforman una espiral que va a atrapando inexorablemente al resto de los miembros de la familia. Ambos conseguirán sentar a familiares y amigos alrededor de una mesa para degustar exquisitos platos que nieto y abuela preparan con verdadera fruición. "Una comida preparada con amor no solo alimenta el cuerpo sino también el alma" y en este caso, no solo alimenta el alma sino que también la depura, pues la mezcla de sabores consigue despertar del letargo las pesadas cargas que todos llevan dentro para liberarlas después.

Mientras leía este libro me paraba a pensar en el papel tan importante que juegan los abuelos, especialmente en esas familias unidas que tanto valor dan a la consanguinidad. Los abuelos son como las columnas de un templo, o al menos deberían serlo, aunque con los años, y a medida que van envejeciendo, perdiendo facultades, quedándose estancados en sus viejos conocimientos, sin poder seguir el ritmo del mundo,... se les tiende a arrinconar. Ni hij@s ni niet@s somos capaces de valorar su papel o de colocarlos en el lugar que les corresponde por derecho, cuando realmente deberían ser columna vertebral. 

La que suscribe tuvo pocas oportunidades de "fundirse" con sus abuelos y las que tuvo no supo aprovecharlas. A uno ni siquiera lo conoció, a otra tan sólo de refilón, siendo la ignorancia de la infancia un lastre que me impidió acercarme a ella. Con los dos restantes,... hubiera sido mejor poner más de mi parte. Así que, si hecho la vista atrás no puedo evitar sentir una de mis espinas. Por todo esto siento tanta admiración por esas familias unidas hasta llegar a ser "jartibles" en las que los abuelos son el ombligo del universo familiar.

La abuela Lola es así. Un núcleo que se esfuerza por mantener todos sus elementos unidos y con gran esfuerzo y pérdidas en el camino lo conseguirá. 

Aunque en algún momento puntual pueda resultar lento, es un libro que recomiendo por su ternura y especialmente por su final abrupto que todo lo puede y con el que se cumple una máxima: solo el sacrificio de una víctima conseguirá solventar  los problemas del pasado. 

Cecilia Samartin

Como nota curiosa destacar el regalo que la autora nos hace: una colección de recetas puertorriqueñas que se recogen en las últimas páginas del libro; las mismas recetas que se van elaborando a lo largo de la narración y en las que dan ganas de sumergirse.

Por último, podéis dar un paseo por el blog de la traductora Julia C. Gómez y leer su reseña. En ella nos cuenta las sensaciones que experimentó mientras traducía esta obra de Samartin. ¡No os lo perdáis aquí





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16 comentarios:

  1. Lo lei hace unos meses y me pareció un libro precioso, la relación entre abuela y nieto, la historia de Sebastian y luego también está genial el tema de las recetas
    besos

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  2. Es un libro magnífico y muy recomendable. Gracias Tatty!

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  3. He visto muchas veces este libro y no sabia ni de que iba pero tu reseña me ha encantado y me ha convencido para al menos apuntarlo a mi lista, besos.

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    1. No te lo pierdas Rocío, ya verás como te gusta. Es una historia de superación y otros muchos valores que seguro que te conmueve. Un beso y gracias por tu comentario.

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  4. Lo leí también hace poquito y tienes razón. Es de esas historias que te emocionan de una manera... Una historia triste pero preciosa a la vez. Aún tengo pendiente probar alguna de las recetas.
    Besotes!!!

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    1. Margari ya me dirás que tal te salen las recetas. Yo no me he atrevido porque en cuestiones culinarias voy con lo justo, nada de experimentos! Un saludo.

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  5. Tiene que estar bien, pero de momento con tantos pendientes no me llama lo suficiente. Saludos.

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  6. Apúntatelo para un momento en el que no sepas qué leer o te apetezca una lectura más tierna. No te arrepentirás. Un saludo!

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  7. Con este argumento me lo apunto, seguro que me gusta porque yo en parte fui criado por mi abuela, así que sin duda me traerá muy buenos recuerdos.

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  8. Pues entonces seguro que vas a recordar muchos momentos vividos con tu abuela... Ya me contarás. Por cierto, atención que en breve te caerá un premio bloguero (jeje)

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  9. Yo lo leí en una lectura conjunta y creo que casi todos coincidimos en que es una historia entrañable y esa abuela y nieto inspiran mucho cariño. Pero el final me dejó un poco afectada, eh?? Un beso

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  10. El final es tremendo. Me quedé con los ojos como platos y triste. Un besito

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  11. ¡Hola, Marisa!

    Por fin logro dejarte mi comentario. Gracias por la reseña. ¡Me ha gustado! Me parece muy interesante la reflexión que haces de la relación con nuestros abuelos: es verdad que muchas veces es una relación familiar esa que se da por hecha, pero no deberíamos. Como tú dices, tendríamos que poner más de nuestra parte mientras podamos.

    Y, por supuesto, gracias por la mención y por pasarte por mi blog y dejarme tu comentario. Anima mucho saber que el esfuerzo de traducción tiene receptores, y emociona, anima, sorprende de la mano de la labor de la autora. (Las críticas negativas infundadas a veces desaniman mucho y a mí me pasa que me olvido de lo positivo). Por todo eso: ¡Muchas gracias! Espero tener la enorme suerte de traducir otras novelas de Cecilia porque ha sido todo un placer.

    ¡Un abrazo fuerte!

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    1. Gracias a ti por tu comentario Julia y por tu gran labor. Un saludo!

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  12. Hola Marisa, como siempre decirte todo lo que te "curras" las reseñas.Tal vez tu deberías escribir ¿no lo has pensado?. Me parece que tu reflexión sobre los abuelos es acertadísima. Lo malo es que cuando podemos disfrutar de ellos estamos "en la edad del pavo" y no reparamos en el verdadero valor que tienen. Precisamente en lo que ando enfrascada viene a ser un homenaje a una de mis abuelas.
    Ahora que ya no está es cuando mejor la entiendo. Me estoy leyendo el libro a ratos pero me has dejado preocupada con lo del final abrupto. Espero que no sea de llorar porque yo ya de eso tengo para rato. A veces el escribir cosas propias es algo parecido a abrirse las venas y dejar que algo fluya.¡Cómo duele!.Aprovecho para desearte un feliz Año Nuevo. Un beso

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    1. Hola Ana! Ya me gustaría a mí escribir algo digno pero de momento no me sale nada. Me alegra saber que estás haciendo ese homenaje a tu abuela. Desde donde quiera que esté, seguro que se siente muy orgullosa. Yo cada vez tengo más presente a las personas mayores. Mis padres ya alcanzan los 80 e intento ayudarles en todo lo que puedo. Sé que me quedo corta. En cuanto al libro, el final es abrupto sí, así que ten cuidado cuando te estés acercando a las últimas páginas. Yo también te deseo un Feliz Año Nuevo. Creo que el mundo entero necesita buenos deseos y muchos ánimos porque los tiempos que corren están destrozando a muchos. Un millón de besos y que seas feliz.

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