TÚ ME ACOSTUMBRASTE de Silvia Grijalba.

Editorial: Espasa.

Fecha publicación: Abril, 2014.

Nº Páginas: 272.

Precio:  19,90 €

Género: Novela.

Edición: Rústica con solapas.

ISBN: 978-84-670-4113-2

Autora

Silvia Grijalba es novelista, periodista, poeta y ensayista. Publicó en 2003 Alivio rápido y en 2006 Atrapada en el limbo. Fue la ganadora del Premio Fernando Lara de Novela en 2011 con Contigo aprendí.

Sinopsis

Tú me acostumbraste es la historia de Marta, una mujer a la que se le tambalea su vida laboral y sentimental. Un día conoce a Alberto, un galán aventurero al cual se entrega ciegamente para transitar por un limbo de viajes a países exóticos, fiestas en mansiones de lords y paseos por el Bósforo.

Un giro vital la lleva a Marbella, donde comienza un juego de apariencias engañosas en el que todos tienen un secreto que esconder. Una etapa de glamour en los tiempos de crisis que la hace sentirse como las protagonistas de las altas comedias de equívocos y enredos del Hollywood de los años cuarenta.

Madrid, Estambul, Londres y Marbella son algunos de los escenarios de este viaje vital lleno de aprendizaje, personajes excéntricos, sofisticación y amores épicos. Una aventura que lleva a Marta a descubrir su verdadera esencia y a desechar lo que durante toda su vida le ha impedido ser lo que realmente es.

[Información facilitada por la editorial]

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Llegas a una cubierta como la que tiene este libro, tan colorida con esa ilustración que huele a vacaciones, y una piensa que Tú me acostumbraste es un chick-lit y si no, al menos, una lectura ligera y de fácil digestión. Ya con leer la sinopsis te puedes hacer una idea de lo que te vas a encontrar, algo que se agradece porque no hay nada que más rabia de a un lector que un resumen argumental incierto.

Marta es una joven escritora de cuarenta años que será la primerísima voz de esta novela. A través de sus pensamientos la iremos conociendo y sabremos qué sentimientos transitan por su interior. De momento comienza con pocas energías. Suele llorar mucho y se siente abatida, especialmente porque su relación de pareja con Juan va de mal en peor. Apenas tiene ánimos para asistir a la fiesta que su editor Alejandro, que celebra su cincuenta aniversario, ha organizado en casa de su vecino Alberto, un joven de 1'80 de altura, de muy buen ver y musculoso. La conexión entre ambos es inmediata. Miradas incendiarias, coqueteos, insinuaciones,... Todo apunta a que la noche acabará con las sábanas revueltas pero lo que quedará revuelto será su vínculo con Juan. Al llegar a casa, encuentra el vacío esperándola. Juan la ha abandonado. En su lugar, una carta. Él necesita tiempo para pensar si realmente la ama.

Dice el refrán que Un clavo saca a otro clavo. Un dicho que, en cierto sentido, se puede aplicar a la situación de Marta porque Alberto, el seductor, el galante, el aventurero y viajero incondicional ejerce una fuerza demasiado poderosa sobre ella. Las reticencias iniciales se derraman entre sus manos como el agua y junto a él comienza un viaje que será igualmente una búsqueda de sí misma. Estambul y Londres serán los destinos que acogerán a la pareja rodeados de lujo y glamour. Marta vive en una película y como una protagonista del cine en blanco y negro vestirá modelo distinto para el desayuno, el almuerzo, el paseo al atardecer y la cena en los restaurantes caros. 

Hasta aquí todo el argumento me recordaba demasiado a la típica película americana en la que la chica conoce a un chico forrado de pasta hasta la cejas y que le hace vivir una vida idílica. No me sentía cómoda con este argumento, no conectaba con la protagonista y no porque ella me cayera mal (¿Qué mujer no sucumbe a un hombre guapo y apuesto que te hace sentir como una reina y te lleva a lugares maravillosos? Engaños, los mínimos), sino porque todo lo que rodea a Marta me parecía demasiado fantasioso incluso para el cine. Tampoco es cuestión de abusar de los sueños.

Lo bueno es que hacia el capítulo diez de los veintiuno más epílogo distribuidos en cuatro partes que tiene la novela, la cosa se vuelve un poco más real. Algunos acontecimientos rompen el espejismo. Marta abre por fin los ojos, mira a su alrededor y cambia de escenario y de compañías. Nuevos personajes entran en escena y algunos serán determinantes para que Marta retome las riendas de su vida. Su mundo laboral se tambalea. No todo es de color de rosa, aunque las apariencias imperen en ocasiones. La suerte de Marta es volver a aquellas personas que de verdad la quieren, aunque permanecer junto a ellas sea sinónimo de precariedad. ¿Qué verá? ¿Qué encontrará? ¿Con quién podrá contar? 

Tú me acostumbraste es una novela que se lee en un suspiro. Como veis no tiene un argumento sesudo ni hace falta prestar los cinco sentidos a la trama para no perder detalle. Es como ver una película de sobremesa, que entretiene sin dejar una huella indeleble. Me ha resultado una lectura fresca, amena e incluso muy actual en cuanto a lo que representa Marta como mujer en la sociedad de hoy en día, relaciones amorosas idílicas aparte. Creo que es una lectura idónea para los meses veraniegos como lo son las ensaladas de pasta. Ya lo decía antes, de fácil digestión .

A mí me ha parecido entretenida y además creo que cumple su función y para lo que fue concebida. Y lo sé porque se lo oí decir a la autora durante la Feria del Libro de Sevilla. Estando en el stand de una librería donde firmaba llegó una chica que sopesaba la idea de comprar un ejemplar o no. La chica dudaba, mucho, y le preguntó a Silvia: ¿Pero esto es de mucho amor? Es que a mí las novelas empalagosas, con tanto amor para arriba y para abajo no me gustan nada. A lo que Silvia contestó: No, no es de mucho amor. Amor tiene sí, pero también otras muchas cosas. Es una novela para entretener. 

Cierto. Por supuesto tenemos un final feliz al que Marta llega a través de un camino de aprendizaje.

Retos: