lunes, 21 de diciembre de 2020

NOSOTRAS, ENFERMERAS de Enfermera Saturada

Editorial: Plaza & Janés
Fecha publicación: Octubre, 2020
Precio: 14,900 €
Género: Ilustrado
Nº Páginas: 176
Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta
ISBN: 9788401025716
[Disponible en eBook y Audiolibro;
puedes empezar a leer aquí]

Autor

Héctor Castiñeira nació en Lugo y se graduó en Enfermería por la Universidad de Santiago de Compostela. Especialista en enfermería del trabajo, ha cursado másters en Formación del Profesorado, en Integración de Cuidados, Urgencias y Emergencias y en Seguridad Clínica. Experto en cuidados críticos del paciente adulto y pediátrico. Héctor ha trabajado como enfermero en el Servizo Galego de Saúde, en Emerxencias Sanitarias de Galicia 061 y en el Servicio Madrileño de Salud, donde en la actualidad desarrolla su labor asistencial.

Considerado el perfil más influyente en gestión sanitaria por la IMF Business School, colabora habitualmente en medios de comunicación (RNE, Corporación Radio e Televisión de Galicia, Antena 3 TV, El Mundo, El Huffington Post o El Progreso) donde se encarga de la divulgación sanitaria y ayuda a combatir las fake news de la salud. Embajador de la iniciativa Salud sin Bulos y miembro de la Asociación Española de Comunicación Científica, ha recibido importantes premios en reconocimiento a su labor de promoción, defensa y visibilidad de la profesión enfermeras

Sinopsis

Esta es la historia de una enfermera que luchó contra el coronavirus en primera línea, armada con una bolsa de basura y una mascarilla reutilizada. Pero, en realidad, es también la de todos los enfermeros y las enfermeras que plantaron cara al virus, esos a los que la sociedad llamó héroes, y por quienes aplaudía a las ocho, mientras ellos y ellas vivían con el miedo pegado a su espalda. Es el testimonio de sus lágrimas, temores y sacrificios, y a la vez de la inmensa felicidad que sentían cada vez que apagaban un respirador y entregaban el alta a un paciente.

[Información tomada directamente del ejemplar]



Cuánto interés tenía en leer lo último de Enfermera Saturada. Acostumbrada a unos libros cuya base principal era el humor, aplicado al mundo de la enfermería, sentí muchísima curiosidad al saber que Héctor Castiñeira se atrevía a abordar la crisis sanitaria de este 2020 en Nosotras, enfermeras. La primera duda que me surgió fue cómo iba a hacerlo. ¿Iba a dejar de lado el humor socarrón de Satu, la protagonista de los siete volúmenes que el gallego lleva publicado hasta ahora? ¿Pretendía ofrecernos un libro totalmente diferente, de carácter menos divertido? La intencionalidad de Castiñeira queda clara en las primeras páginas de este nuevo volumen. Para ello, algo novedoso en esta publicación si la comparamos con las anteriores, el libro se abre con una introducción en la que se dice:


«Este libro pretende ser un testimonio de cómo las enfermeras vivimos los días en que un virus apagó el mundo durante la primavera de 2020 y sumió a España en la peor pandemia del siglo XXI. Desde dentro y en primera línea de batalla contra el coronavirus. Un relato realista para que, con el transcurso del tiempo, todas las historias vividas a lo largo de esas semanas no se pierdan en el olvido, se reescriban o desdibujen. Y para que, quienes no lo han experimentado tan de cerca, sean un poco más conscientes de lo que pasó realmente». [pág. 12]


Estructurado en nueve capítulos, numerados y que abordan una horquilla temporal que va desde enero a mayo, en Nosotras, enfermeras se nos irá relatando cómo, tanto Satu como sus compañeras, empezaron a hacer frente al coronavirus. Por ejemplo, nos contará cuándo se detectó al primer contagiado. Fue el 8 de diciembre de 2019, quedando el paciente ingresado en el Hospital Zhongnan de Wuhan (China). Partiendo de ese inicio y de la llegada del virus a España, se nos irá narrando toda la problemática a la que el personal sanitario ha tenido que hacer frente, desde la escasez de medidas de protección, el desconocimiento inicial del virus, la dificultad de ponerse un EPI, y el calor asfixiante que producía trabajar dentro de los equipos de protección, el robo de las mascarillas,... Pero también hay espacio en estas páginas para hablar de la solidaridad, del apoyo de muchos colectivos que arrimaron el hombro. Es conmovedor leer sobre los taxistas, que pusieron sus vehículos al servicio del personal sanitario. En definitiva, una crónica de la evolución de la pandemia, vista principalmente, desde el interior de un hospital. 

Pero en este volumen también hay crítica y, sinceramente, me alegro que la haya. Porque es muy fácil confiar en la labor de los sanitarios y depositar en ellos toda nuestra esperanza, pero poco pueden hacer si no le damos los recursos necesarios. Y aunque IFEMA fue un auténtico logro logístico y sanitario, Satu nos advierte que tampoco fue un "hospital milagro". 


«Esa misma que perdimos a nuestra primera colega llegamos a superar la cifra de tres mil sanitarios infectados, y nuestro llamamiento para conseguir batas y mascarillas era ya desesperado. Algo que a nuestros gestores y políticos, a salvo en sus despachos, sometiéndose a pruebas PCR cada dos por tres y bien lejos de los pacientes, parecía no importar demasiado pues habían encontrado en la frase "vienen de camino" la respuesta perfecta para nuestras peticiones». [pág. 112]


No os voy a engañar. Hay pasajes realmente duros, a pesar de ser un libro de Enfermera Saturada. El capítulo sexto es demoledor. En él se habla del Palacio de hielo como una monstruosa morgue, a donde iban a parar todos esos fallecidos que habían exhalado su último aliento lejos del calor de sus familias. Satu hace una reflexión interesantísima en este capítulo. Y es que, dado que nunca se autorizó el acceso a los medios de comunicación para grabar las hileras de féretros (tan solo se filtró una fotografía), la ciudadanía vivió ajena a la auténtica realidad. Si no le expones la verdad en toda su crudeza, si procuras "proteger" y aislar a los ciudadanos de lo que verdaderamente está ocurriendo, te expones a que no lo comprendan en toda su magnitud y así, difícilmente conseguirás que se conciencien:


«Esa gente probablemente recordará todo esto como la pandemia de las sonrisas, los bailes, el papel higiénico y el hacer pan en casa, los directos en Instagram y los aplausos de las ocho... y, por supuesto, el eslogan "Todo va a salir bien". Si no te has contagiado o has perdido a un ser querido, claro». [pág. 123]


Porque ahí está el quid de la cuestión. Somos tan egoístas que jamás nos ponemos en la piel del otro, en la piel del que lo ha pasado de puta pena tras contagiarse, o de todos esas ¿sesenta mil familias? (yo ya no sé qué cifra hemos alcanzado) que ha perdido a un ser querido. 

Y en abril llegaron a fallecer casi mil personas en un día, por una única patología, y empezó a verse que la solidaridad de muchos salía a flote únicamente a las ocho de la tarde y desde los balcones de la casa de cada uno. Porque, a otras horas, había gente poniendo carteles en las viviendas de los sanitarios instándolos a abandonar el inmueble. A día de hoy, cuando ya auguramos una tercera oleada (¿estamos ya en ella?) sigue ocurriendo lo que ya ocurría en mayo, que seguimos viendo «la actitud despreocupada e irresponsable de demasiadas personas que se comportaban como si el virus ya se hubiese evaporado, como si durante el período que pasaron confinados en sus casas no hubiese ocurrido nada»




Suma y sigue. Porque ahora, con las navidades a la vuelta de la esquina, hay quien va lanzando voz en grito su intencionalidad de hacer lo que le salga de las narices, de saltarse todo tipo de medidas y recomendaciones. Se apela a la responsabilidad individual, pero es una expresión que carece de sentido frente a los que, de por sí, son irresponsables e inconscientes. No se le puede pedir peras al olmo. Enero dirá lo que tenga que decir.

Pero volviendo al libro, aunque detrás de Satu siempre está Héctor Castiñeira, es este libro donde más he detectado la presencia real del autor y, por ende, del enfermero. Si las vivencias de Satu en los libros anteriores eran un reflejo de lo que el autor gallego y sus compañeros vivían en las unidades en las que prestaban sus servicios sanitarios, en este caso, se percibe mucho más esa realidad de la que bebe Nosotras, enfermeras.

Y un dato a tener en cuenta, aunque el enfoque desde el que parte Castiñeira es mucho más serio y respetuoso, Satu sigue siendo Satu, y su sentido del humor sigue estando ahí. Eso sí, bastante más eclipsado por la pesadumbre. Además, con el avance de la lectura percibí que ese humor se iba difuminando, adentrándose en un terreno mucho más sombrío y con un efecto más paralizante. Nada de lo que se cuenta en el libro es motivo de risa. 

Escrito en pasado, como si esta pesadilla hubiera quedado atrás, este volumen, al igual que los anteriores, cuenta con las ilustraciones de @Clarilou. Siguen siendo dibujos igual de bonitos y entrañables, aportando ese colorido tan característico en los libros de Enfermera Saturada.

Poco más os puedo contar. Sé que muchos sois tan fans como yo de las aventuras de Enfermera Saturada. Bajo mi punto de vista, este es el mejor libro de toda la colección. El más necesario. Por eso, os invito a leerlo. Y como complemento, en este enlace encontráis la conversación que mantuve con Héctor Castiñeira, en relación a este libro. 


[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

Puedes adquirirlo aquí: 



11 comentarios:

  1. Éste no me llama. Mira que quiero leer cosas de este autor pero casi que prefiero las anteriores. Sobre el virus no me apetece nada leer aunque reconozco que debe ser muy interesante este libro
    Besos

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  2. Hola! Me lo regalaron para mi cumpleaños y espero leerlo en breve. Gracias por tu reseña.

    Un saludo!

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  3. ¡Hola, Marisa!
    Coincido contigo en que "no se le puede pedir peras al olmo". ¡Cuánta irresponsabilidad! En enero veremos los resultados también por estos lares, en efecto ya se habla que nos tocará de nuevo el confinamiento estricto... pues no hay forma de que la gente respete las normas que se han dictado :(
    El libro me ha llamado mucho la atención y me encantaría leerlo. Lástima que ya no llegan muchos libros a este país y los que llegan son incomprables, muy costosos para nuestros bolsillos, pues me tocará ahorrar y comprar la versión digital en Amazon.
    Gracias por tu reseña, un fuerte abrazo ;)

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  4. ¡Hola Marisa! Yo sigo de cerca a Enfermera saturada en las redes, desde el inicio de la pandemia. Me encanta..., y creo que sus libros seguramente son una maravilla con sus experiencias, pero si te soy sincera, ahora no necesito libros que traten el tema, por mucho humor que tenga. Necesito lecturas que me evadan de esa maldita palabra "Coronavirus". Quizás más adelante
    Besos

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  5. ¿Tercera oleada? Yo creo que será la misma segunda en la que estamos y que no veo por ningún sitio que haya terminado.
    Ni solidaridad ni empatía ni nada. Este es el país del "hago lo que me da la gana", " a ver si me van a decir a mí con quién tengo que pasar las navidades"... etc.
    A veces pienso que es mejor poner a la gente ante la verdadera dimensión de los hechos. Una hilera de cientos de féretros igual le quitaban a la gente las ganas de hacer "lo que le da le gana". El caso es que los noticiosos están llenos de eso de "advertimos que las imágenes que van a ver pueden ser..." Y son imágenes que no aportan nada a la noticia y hasta son irrespetuosas, y luego cuando sería bueno mostrar las escenas duras para concienciar al personal, las omiten por no asustar. Un despropósito todo.
    Un beso.

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  6. ¡Hola!

    Creo que ya te había comentado hace un tiempo otra reseña de un libro, no sé si del mismo autor pero del mismo estilo, y es que a mí estas historias relacionadas con el mundo sanitario me encantan. Me gusta que el autor relate las cosas tal como son, sin suavizarlas. Creo que la situación en la que se encuentran todos los profesionales sanitarios no está para "quitarle hierro al asunto".

    ¡Muchas gracias por la reseña, besos!

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  7. Y encima que te dicen que van a hacer lo que les salga de las narices, te miran como si el raro fueras tú por hacer lo correcto. En fin, que así nos va. No he leído ninguno de estos libros pero no me importaría empezar con éste.
    Besotes!!!

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  8. Me encantan estas historias, tanto las de la enfermera, como la profesora, como los del SAMU, me parecen fantásticas: reales y con humor.

    Besos 💋💋💋

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  9. No soy fan de los libros ilustrados, pero gracias por la info.
    Un beso.

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  10. Estos libros me llaman más para regalar que para mí
    Besos

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  11. No leí ninguno de los libros de esta serie que relata Enfermera Saturada. Veo que disfrutas mucho con cada una de sus entregas, y que resultan atractivas por el enfoque que les da. No me importaría leer alguno, aunque sin darle preferencia sobre otras lecturas que tengo pendientes. Besos.

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