miércoles, 31 de mayo de 2023

CAMINANTE, NO HAY CAMINO

Si estás leyendo esta entrada significará que me he calzado las botas de senderismo y me he echado la mochila al hombro. En estos días estaré andando caminos, senderos que otros muchos ya pisaron antes que yo. Deseadme suerte porque será la primera vez que me lance al Camino de Santiago. Andaré por redes sociales.

Nos vemos a la vuelta. 








martes, 30 de mayo de 2023

Presentación MAMÁ de Edmundo Díaz Conde

El pasado 20 de abril tuvo lugar la presentación de una novela muy esperada. Edmundo Díaz Conde (Ourense,1966) daba a conocer su última publicación, a la que ha titulado Mamá (Algaida Editores). Conozco a Edmundo hace una década cuando, sentados en una desaparecida cafetería cultural, conversamos una tarde sobre El príncipe de los piratas, publicada en 2013. Desde entonces hemos coincidido poco pero cuando lo hemos hecho siempre ha fluido entre nosotros una conexión que trasciende la literatura. En nuestras charlas, a veces se coló en algún momento la palabra madre o padre. En alguna circunstancia hemos aludido a lo que ha supuesto para nosotros la pérdida de nuestros progenitores. Por eso, cuando supe del título de esta última novela se me hizo un nudo en la garganta. Me figuraba que Mamá sería esa última conversación con su madre, o como él mismo dijo en la presentación, una solicitud de perdón.

La sinopsis de Mamá nos habla de un adolescente que, por puro azar, encuentra unas viejas cartas en el fondo de un baúl. Son cartas de amor, cartas dirigidas a la madre del narrador, redactadas por un escritor consagrado. Aquel hallazgo fue un golpe inesperado para el joven. Algo pasa entre madre e hijo, algo que aleja a uno de la otra. Y el runrún de esas cartas sigue acompañando al narrador. Quien nos cuenta esta historia, que también se hace llamar Edmundo, decide un día pedir cuentas a aquel hombre que se atrevió a escribir a su madre. 

La presentación de Mamá estuvo conducida por el periodista y también novelista Andrés González-Barba. Tras los pertinentes agradecimientos a los presentes y la librería que acogía el acto, González-Barba resumió brevemente los tres tipos de escritores que, a su juicio, y tras una larga trayectoria como periodista cultural en el periódico Abc,  existen en el panorama literario. Habló de aquellos que son excéntricos, pocos accesibles a la hora de entrevistarlos; de los modestos y buenas personas, entre los que incluyó a Eduardo Mendoza o Antonio Muñoz Molina; y, por último, de aquellos otros que se han convertido en amigos, como es el caso de Edmundo Díaz Conde, quien «además es muy buen escritor»

Comentó el periodista que la lectura de Mamá le provocó sensaciones contradictorias. «Me suponía un reto enfrentarme a una novela muy distinta a lo que había hecho Edmundo previamente». Añadió que estamos ante una novela muy personal en la que se narra la propia historia de la madre del autor, pues Mamá es un relato basado en hechos reales. 

Partiendo del hallazgo de unas cartas, «que tienen un trasfondo muy interesante», hay que señalar que Mamá encaja en lo que hoy llamamos auto-ficción aunque, según el autor, el ochenta por ciento de lo que se cuenta en estas páginas es real. El hecho de que el autor y el narrador compartan nombre y también ciertos aspectos personales, obliga al lector a preguntarse qué es real y qué no lo es, en una suerte de juego de espejos en los que el lector verá reflejado tanto al escritor como al narrador.

Aseguró González-Barba que esta novela tiene un importante sabor gallego. Edmundo Díaz Conde presenta la ciudad de Ourense y permite al lector hacer un «recorrido magistral por las distintas calles y las tiendas, como esa librería en la que él solía comprar los libros de pequeño». 

Sobre el estilo literario, apuntó que en Mamá es tan importante la historia como la forma en la que la misma está contada. «Edmundo nos habla de forma íntima como si fuéramos un pequeño auditorio». Para el periodista, la forma que el autor tiene de atrapar al autor es seña de identidad. Destacó el importante ejercicio de introspección que Díaz Conde ha tenido que hacer, rescatando episodios que podía tener olvidados, en un proceso que, sin duda, en algún momento ha tenido que resultar doloroso.

Acabó su intervención recomendando la lectura de Mamá, aconsejando que se hiciera de manera sosegada para disfrutar de cada frase y de cada emoción.

A continuación cedió la palabra al autor que, con música de fondo y sin poder mirar a los ojos de su auditorio, recalcó que el ochenta por cierto de lo que se narra en Mamá es real. «Y el otro veinte por ciento restante pudo haber pasado así». También aseguró que esta novela es auto-ficción, que parte de la realidad, pero ésta queda modificada a través de los recursos narrativos. «Es lo que necesitaba para que esta novela alcanzara su plenitud», afirmó. 

Para contar el origen de esta novela, el por qué de su escritura, Edmundo Díaz Conde se lanzó a la lectura de diversos pasajes. Y es lo que vas a encontrar en el siguiente vídeo.


[Si quieres escuchar al autor y conocer más detalles de la novela, dale al play]


Habló de su madre, del hallazgo de esas cartas que tanto le marcaron, del escritor que las escribió. Ocho de esas cartas están escaneadas e intercaladas entre los capítulos del libro. Habló de la infidelidad de una madre, de la deslealtad a un padre, y del dolor de un hijo. Confesó haberse quedado vacío tras escribir esta novela, sin saber si esa sensación es positiva o no. Y que esta novela, en definitiva, y sintiéndose un mal hijo, no es más que una solicitud de perdón, «aunque no sirva para nada porque ella ya está muerta».

Sinopsis: UNA HISTORIA TAN CONMOVEDORA COMO REAL UNAS CARTAS SECRETAS QUE CAMBIARON SUS VIDAS.

Cuando Edmundo Díaz Conde, personaje y narrador de esta novela, es un adolescente, descubre las cartas de amor que oculta su madre, una modista de Alta Costura de Orense, firmadas por un escritor consagrado. Treinta años después de abandonarla y dejar de hablarse con ella, Edmundo busca al famoso novelista que propició la infidelidad de su madre, y tal vez su éxito en la Alta Costura, para acabar averiguando una verdad aún más dramática de lo que nunca imaginó. Vuelve el autor, quizá, más versátil de su generación para contarnos una historia sobre los sueños y las ilusiones, sobre el perdón y la redención. Una intriga inolvidable, rigurosamente documentada a través de las cartas reales, que sacudirá la fibra sensible del lector y lo mantendrá en suspenso hasta el final.


viernes, 26 de mayo de 2023

CRISANTA: UNA NOVELA DE FANTASMAS DURANTE LA GUERRA CIVIL de Juan Ramón Biedma

Editorial: Alianza Editorial
Fecha publicación: enero, 2023
Precio: 20,95 €
Género: narrativa
Nº Páginas: 440
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
ISBN: 978-84-148-130-4


Autor

Juan Ramón Biedma, autor reconocido con los principales galardones de novela negra, fue ganador del XXI Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones con El sonido de tu cabello. Crisanta, su última novela, es un thriller impecable al tiempo que un cuento de fantasmas durante la Guerra Civil, que nace del encuentro entre las historias marginales del cine de los años treinta, el enigmático aire de las sociedades esotéricas británicas del XIX y la reconstrucción de la retaguardia sevillana.

Sinopsis

Sevilla, octubre de 1936. Crisanta recibe un encargo peligroso. Ha desaparecido, en medio de los pillajes, un tríptico del siglo XVI de Jan Van Eyck. Si lo localiza y lo entrega, la ayudarán a salir del país. Sabe que no hay sitio para ella en la España sepultada por el oscurantismo, y acepta, a pesar de que sus instrumentos de adivinación le hayan desaconsejado participar en aquella empresa. Dicen que el tríptico atrajo el desastre sobre sus profanadores, pero ella no se deja amedrentar por las maldiciones. Juan Ramón Biedma, autor reconocido con los principales galardones de novela negra, fue ganador del XXI Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones con "El sonido de tu cabello". "Crisanta", su última novela, es un thriller impecable al tiempo que un cuento de fantasmas durante la Guerra Civil, que nace del encuentro entre las historias marginales del cine de los años treinta, el enigmático aire de las sociedades esotéricas británicas del XIX y la reconstrucción de la retaguardia sevillana.

[Información tomada directamente del ejemplar]




El viernes pasado reseñaba una novela fabulosa que, no por ser la primera publicada por su autor, deja de ser poco recomendable. Más bien al contrario. Y este viernes vengo con otra novela maravillosa, esta vez de un autor consagrado, una novela que, además, acaba de ganar el Premio a la Mejor Novela Negra en el Festival Valencia Negra.  Y bien merecido está. Leer esta novela implica tener que claudicar ante su autor, ante Juan Ramón Biedma, porque lo que este novelista sevillano hace en Crisanta es realmente meritorio. Os cuento con detalle.

Hablar de Crisanta es expandir sobre el tapete una trama con ramificaciones. Por resumir un poco su argumento -extenso, laborioso y cuidado-, y para que tengáis una visión más global, puedo deciros que esta novela cuenta con varias líneas argumentales que se inician en Sevilla, en el mes de octubre de 1936, por eso, en el subtítulo, aparecen las palabras «guerra civil». No obstante, esta no es una novela al uso sobre aquel acontecimiento bélico, sino que la contienda no es más que un marco para todo lo demásA saber.

Nada más abrir las páginas de este libro, el lector se encuentra con Crisanta, personaje que da título a la novela. Crisanta «pertenece a esa categoría de mujeres feas que vuelven locos a todos los hombres y a la mayoría de las mujeres». Es una mujer peculiar, una tratante de arte clandestina que emplea un péndulo, colgando de un hilo de seda, para tomar decisiones. Se mueve por los bajos fondos, contactando con tipos de escasa o nula reputación, gente sin escrúpulos que solo pretenden sobrevivir. Su objetivo es obtener artículos de valor, objetos religiosos, con los que negociar en el mercado negro. Aunque todo vale con tal de sacar provecho. Y cuando digo todo, es todo. 

Crisanta tiene una tienda en la calle Feria, y hasta allí se desplaza gente importante de la ciudad, en busca de ese capricho en forma de cáliz o de cuadro. Estamos en tiempos de guerra, las iglesias arden y se producen saqueos. Los objetos robados caen en manos de almas desaprensivas.  Y este es el caso que nos ocupa. Crisanta recibe el encargo de localizar un tríptico de Jan Van Eyck, pintado en el siglo XVI, y que ha sido sustraído de una iglesia en Lepe (Huelva). Para localizar la obra tendrá que tantear la ciudad, y contactar con diversas personas, entre ellos con Manuel Díaz Mayordomo, un tipo al que muchos se la tienen jurada, un individuo que representa el poder policial, que sabe lo que su presencia impone, que sabe de su poder y que ejerce abuso del mismo. 

Este negocio es importante para Crisanta porque, con lo que gane, podrá huir de Sevilla, «de este país de pesadilla», y marcharse a eso que llaman Nuevo Mundo, donde empezar de cero, dejando atrás tantos sinsabores.  ¿Conseguirá cumplir con el encargo y, por tanto, su sueño?

Por otra parte, otra línea argumental tiene como protagonista a Juan Serrador. Juan es cura. Tiempo atrás fue capellán de la Legión pero ahora es capellán adjunto del Hospital de la Santa Caridad. Algo le ocurrió en el pasado, algo que parece que lo ha rebajado en el escalafón eclesiástico. Cuando pensaba que acabaría frente a un pelotón de fusilamiento, la Compañía de Jesús lo rescató de una muerte segura. Juan busca entre los vecinos de Sevilla a una persona, a una mujer, a la que no ha podido olvidar. El papel de Juan Serrador tendrá mucho que ver con José María Varela Rendueles, gobernador depuesto de Sevilla, que acaba de ingresar en el Hospital de la Caridad por encontrarse enfermo, «uno de los hombres más justo que ha regido el destino» de Sevilla. Alrededor de Varela se articula todo un plan, no exento de riesgos, para liberarlo. ¿Conseguirán llevar a cabo lo que se proponen?

Y una tercera línea tiene que ver con la Sociedad Mediúmnica de Sevilla. ¿Y qué es esto?, me preguntarás. Se trata de una organización que estudia los fenómenos paranormales. Estamos en un momento en el que existe un gran interés por lo sobrenatural y emergen sociedades de este tipo. Liderada por Chacón Carter, dueño a su vez del Hotel Arenal donde la sociedad tiene su sede, entre sus miembros figuran el joven Rublos - el factótum-, Diosdada -secretaria y sensitiva-, los hermanos Galocha, Antonio y Rafael, - dos jubilados a los que les atrae la otra realidad-, o Fox, el perrito de Carter al que le ocurre algo que sumirá a su dueño en una honda preocupación. Ellos serán los encargados de estudiar los misteriosos sucesos que se producen en la casa del Malmuerto, un inmueble abandonado, sito en la calle Feria, cuyas paredes encierran un terrible secreto. No será el único lugar de Sevilla que tenga fama de habitar fantasmas. Otros edificios, cuya leyenda llega hasta nuestros días, también tendrán fama por albergar entes de otra dimensión.


"En unas pocas semanas se han multiplicado los testimonios de vecinos y testigos ocasionales que sostienen haber visto luminarias en las ventanas del caserón deshabitado y oído gritos desgarrados de un niño en la madrugada..." [pág. 21]



Y, como os podéis imaginar, el desarrollo individual de cada hilo argumental irá avanzando hasta enlazar con los demás. En Sevilla, la cosa está que arde. Se producen atentados, explosiones, revueltas, redadas, desapariciones. Más de un personaje pasará por la cárcel o tratará de huir de las manos de la policía. Y todo esto regado con la muerte de ciertos niños, cuyos cuerpos van apareciendo.  ¿Quién los ha matado y por qué?

Todas estas incógnitas, y otras tantas que irán surgiendo durante la lectura, quedan debidamente resueltas. Lo que yo me imaginaba una novela más sobre la guerra civil, en esta ciudad de Sevilla, donde muchas veces se ha dicho que apenas hubo enfrentamiento, pero a la vez queda demostrado que los barrios se convirtieron en fuertes puntos de colisión, se fue convirtiendo poco a poco en una historia compleja y bien articulada, en la que el lector va saltando de un punto de interés a otro, tratando de dilucidar qué porvenir le espera a esta singular troupe de personajes. Y eso me lleva al siguiente punto de esta reseña.

Qué me ha gustado de esta novela

Faltaría a la verdad si os digo que esta novela no me ha hecho disfrutar. Crisanta es lo que yo suelo llamar una obra de ingeniería. No solo por esas diversas líneas argumentales, que terminarán, de un modo u otro, por confluir, sino también por la galería de personajes, a cual más peculiar, inquietante, interesante; o por la ambientación que hunde al lector en tiempos de guerra, en los que la vida sigue y la gente se busca el pan como puede; o por esa Sevilla que Biedma me muestra, no siempre tan distinta a la que conocemos hoy.

Crisanta es una novela cuidada hasta el más mínimo detalle. Es una novela negra, porque hay crímenes, pero también es una novela histórica, una novela de aventuras, una novela de fantasía, o una novela de amor. Ni siquiera le falta un pellizquito de humor, liviano y volátil, que supone casi la guinda del pastel. Cuando una novela gusta tanto, a veces, cuesta mucho definirla, pero esa incapacidad para describirla también manifiesta la magnitud de la misma. Eso es lo que me ha parecido Crisanta, una novela que, por su grandiosidad, resulta difícil de definir.

 
Personajes

A vuelapluma os he referido algunos de los personajes que pueblan estas páginas, pero hay muchísimos más. Al margen de Crisanta, de Juan Serrano, o de Chacón Carter, hay otros personajes que me han gustado mucho.

Diosdada.- Su incorporación a la Sociedad Mediúmnica es reciente, pero «ya se ha convertido en un elemento indispensable». Viuda de guerra, se esconde tras sus gafas ahumadas y no deja de pensar en Anselmo, su marido muerto en el frente, «perro sin nombre, cuerpo abandonado en el barro, espíritu descaminado». Diosdada, qué personaje más bueno, es una mujer inquietante, uno de esos que, a priori, pasa desapercibido pero irá ganando en protagonismo hasta casi desconcertar al lector. Diosdada es como un cajón con doble fondo. Ya lo veréis.

Rublos.- Tiene un pasado muy turbio y su vida no ha sido fácil. Su apodo procede de su nacionalidad. Es ruso y ha dado muchos tumbos en su vida, hasta llegar a Sevilla. Algo perturba al personaje, algo que no lo dejará vivir. Tiene una especial capacidad para ver lo que otros no pueden.

Hermanos Galocha.- Antonio y Rafael son dos hermanos que me han resultado muy divertidos. De ellos se dice en la novela que «se han pasado la vida enseñando Historia Medieval en la Universidad de Deusto, hasta que ésta fue clausurada durante la República y regresaron a su Sevilla natal, donde, ya jubilados, se han dedicado de lleno a su vieja pasión por la ciencia sobrenatural». Ellos dos protagonizan algunos momentos más cómicos.

Manuel Díaz Mayordomo.- De este personaje prefiero no adelantar casi nada. Para mí será un personaje que evoluciona pero, incluso así, ¿resulta posible empatizar con él? Si leéis la novela, entenderéis a lo que me refiero.

Pero como digo, esto es solo un botón de muestra. A lo largo de las más de cuatrocientas páginas que componen la novela, irá apareciendo un rosario de personajes que contribuirán en mayor o menor medida al desarrollo de los hechos.

Temas

Aparte de hacer un bosquejo de cómo vivían los ciudadanos de a pie en aquellos tiempos de guerra, Biedma toca diversas cuestiones. Una de las de mayor peso tiene que ver con esa asociación que dirige Chacón Carter.  La labor de este curioso grupo permite al autor hablarnos de temas tan interesantes como los albores del espiritismo. Aprovechando la trama, podremos aprender sobre las hermanas Fox, que yo ya conocía. Kate y Margaret fueron casi las creadoras del espiritismo moderno. La historia de estas dos mujeres, con sus luces y sus sombras, es muy curiosa y no debéis dejarla pasar.

Y también será interesante el retrato que se hace de la homosexualidad. Entre las páginas de este libro hay personajes que se esconden, incluso en los ámbitos menos esperados. Las diversas inclinaciones sexuales, especialmente de aquellos a los que se les denominaba los desviados, están muy bien tratadas porque Biedma refleja de qué modo se las componían, y cómo tenían que actuar, en aquellos tiempos en que la homosexualidad era perseguida.


«Los dos procuran sujetar sus amaneramientos; tienen los mismos gustos, y, por tenerlos, saben que nunca habrá entre ellos algo más que esta relación que, más que amistad, es una alianza frente al desprecio de los demás». [pág. 239]



Sevilla

Disfruto muchísimo con novelas que se desarrollan en Sevilla. En este caso, la ciudad se presenta como otro gran protagonista. Biedma permite al lector moverse por sus calles y conocer los rincones más luminosos, y también los más oscuros. De la parte más tenebrosa de la ciudad todavía nos llegan ecos hoy día pero desconocía muchos aspectos que el autor nos desvela a través de esta novela, como la existencia de fumaderos de opio, las compañías callejeras de teatro, o el asentamiento de los moros de Franco en el Parque de María Luisa, un terreno peligroso en el que podías tener problemas si te adentrabas en sus jardines, donde los guardias tenían orden de no entrar. 


«Nadie los quería tener cerca. Pero ellos se habían desplegado por toda la arboleda, convirtiéndola en un gigantesco campamento de tiendas y chozas». [pág. 157]


No quiero cerrar este apartado sin mencionar el cariñoso guiño que Biedma hace a una conocidísima librería de esta ciudad.

Estructura y estilo

Narrada en presente por un narrador omnisciente, la historia se desarrolla entre octubre y noviembre de 1936. Dos meses en los que pasarán infinidad de cosas. Desconozco cómo serán el resto de sus novelas pero, en este caso, hay pasajes que me han recordado a la estructura de las piezas teatrales, con frases cortas, ritmo rápido y capítulos en los que de una acción se salta a otra distinta. 

Por otra parte, la dicción de los personajes, el uso de ciertas expresiones, el empleo de un idioma u otro, según se requiera, serán cuestiones muy cuidadas.

Crisanta está estructurada en tres partes, a lo largo de las cuales se van distribuyendo los capítulos -algunos cortísimos-, que vienen encabezados por las fechas para que el lector no se pierda en la línea temporal.



Juan Ramón Biedma es autor sevillano y, aunque parezca mentira, es la primera vez que leo algo suyo. A mí me ha dejado encantada con Crisanta, novela que recomiendo sin lugar a dudas. Ahora me toca la tarea de leer los títulos previos del autor.

[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

Puedes adquirirlo aquí: 


miércoles, 24 de mayo de 2023

FENÓMENAS (COMEDIA - 2023)

Año: 2023

Nacionalidad: España

Director: Carlos Therón

Reparto: Belén Rueda, Gracia Olayo, Toni Acosta, Emilio Gutiérrez Caba, Ivan Massagué, Miren Ibarguren, Óscar Ortuño,...

Género: Comedia

Sinopsis: A finales de los años 90, Sagrario (Belén Rueda), Paz (Gracia Olayo), Gloria (Toni Acosta) y el padre Girón (Emilio Gutiérrez Cava) forman un equipo de investigación especializado en fenómenos paranormales: el grupo Hepta. Aunque el grupo no está pasando por su mejor momento, aceptan investigar un anticuario en el que suceden cosas extrañas. Pero lo que parecía un caso como otro cualquiera, se convertirá en el más difícil de sus vidas. Y solo juntos podrán resolverlo.

[Fuente: Filmaffinity]

Si te gustan los fenómenos paranormales y acostumbras a leer libros sobre esta temática, o a ver programas del tipo Cuarto Milenio, estoy convencida de que te sonará el Grupo Hepta. Y si no, pues te cuento qué es. Si entras en su página web, podrás ver que se definen como «un equipo formado por profesionales de distintas disciplinas que se dedica a la investigación de campo del fenómeno paranormal». En esa misma página se describe cómo se fundó el grupo, qué miembros han formado parte de él, y en qué sucesos han intervenido, o las jornadas que organizan. Y eso es lo que narra la película Fenómenas.






Tratando de asuntos paranormales, el espectador puede pensar que esta película es de terror. A priori, pensar así es lo más lógico. Y también lo es si empiezas a verla y te topas con ciertas escenas. De hecho, me senté a ver Fenómenas junto a mi marido, al que no le hace ni chispa de gracia el género de terror pero yo traté de convencerlo de que esta película no era de miedo en sí. Sin embargo, tras los primeros diez minutos, tuve que quitarla. Al final, la he visto yo sola. ¿Y es de miedo? No y sí. Fenómenas tiene un fuerte componente humorístico, a pesar de que algunas escenas son propias de películas sobre fenómenos paranormales, entes del más allá, y sucesos inexplicables. Realmente, no estoy muy segura de que enfocar esta historia desde el humor haya sido lo más acertado. Quizá, lo que pretendían era mantener un suave equilibrio, intercalar escenas de más tensión con otras más jocosas. ¿El resultado? Bueno, no tan satisfactorio como esperaba. Os cuento.

La historia arranca en Madrid, en el año 1998. El padre Pilón (Emilio Gutiérrez Caba), fundador del Grupo Hepta en 1987, ha quedado con los miembros del grupo en un bar. Componen el equipo, el profesor Gerardo Plana (Fran Cantos), Sagrario (Belén Rueda), Paz (Gracia Olayo), y Gloria (Toni Acosta). Todas ellas son lo que se llaman sensitivas, personas que tienen capacidad de sentir lo que para el resto de los mortales pasa desapercibido. Se unirá al grupo Pablo, un alumno de Gerardo, físico y matemático, que tratará de dar coherencia a los sucesos a los que el equipo se enfrenten. 

El nuevo caso al que tienen que enfrentarse los llevará a la tienda de un anticuario. En primer lugar, y saltándose el protocolo, acudirá en solitario el padre Pilón. Extraños sucesos tendrán lugar en el inmueble que acabarán con el cura en un hospital. Para tratar de averiguar y solucionar lo que ocurre en aquel lugar, Sagrario, Paz y Gloria se desplazarán a la tienda. Allí hablarán con la portera del edificio (Miren Ibarguren), cuyo marido falleció en aquel inmueble tiempo atrás, y con los propietarios de la tienda, Enrique (Ivan Massagué) y Marisa (Lorena López), quiénes aseguran que en la casa suceden cosas muy raras. Y efectivamente, todos ellos serán testigos de hechos insólitos.  ¿Qué mal se esconde entre las paredes de esa casa? Bueno, para averiguar qué ocurre en ese lugar tendrás que ver la película. Os adelanto que su desenlace me ha parecido flojo, aunque hay partes de la historia que no están excesivamente mal.

Qué me ha gustado y qué no de esta película

Por empezar por lo positivo, diría que me ha gustado la temática y el punto de arranque. A mí me fascina todo lo que tiene que ver con lo paranormal. Me encanta ver películas de miedo aunque, con los años, me voy volviendo algo más blandengue. Por otra parte, cada vez es más difícil encontrar una buena película de terror. Además, siempre he tenido curiosidad por saber más de este famoso grupo, que hoy sigue en activo. 

Fenómenas empieza bien. Con el padre Pilón acudiendo a la tienda del anticuario donde el espectador se enfrentará a escenas de difícil explicación. Y continuará en esa línea, pero llega un momento en que parece que la película se desinfla. Mi interés cayó en picado. Es cierto que, pasado ese bache, vuelve a remontar y los últimos veinte minutos, llenos de fantasía y muchísima acción, llegan a atrapar de nuevo, con efectos especiales interesantes y una sucesión de circunstancias aceptables. (Alguna vez me tuve que tapar los ojos). No obstante,  y como mencioné antes, el desenlace no me gustó mucho. Hay una primera explicación de sucesos que no convence. Y la resolución definitiva tampoco resulta muy convincente. 

Sí hay que destacar la ambientación, cuidando los detalles y recreando un periodo no tan lejano. Y también hay que señalar el trabajo de peluquería y vestuario. 

Retomando lo que no me ha gustado, insistiría de nuevo en el componente humorístico de la cinta. No me creo que los miembros del Grupo Hepta bromearan con cosas tan serias y tan desconocidas.

Reparto e interpretación

A mi juicio, todos están correctos pero creo que Toni Acosta sobresale por encima de los demás. Su personaje es que el soporta la mayor tensión dramática de la historia pero también la que aporta esas dosis de humor que vamos a ver en la película. En este sentido, Gracia Olayo también pondrá su granito de arena.

Muy cómicos son también la pareja propietaria de la tienda de antigüedades. Especialmente él, Enrique, interpretado por Ivan Massagué. Lo que este hombre vive en su tienda le supera tanto que llega a situaciones histriónicas. Él, por el pavor que tiene a los sucesos que vive, y ella, por el entusiasmo que pone en las vivencias que está experimentando, serán los responsables de arrancarnos alguna risa. El resto, aceptable.

La vida personal de estas mujeres

Pero esta película no solo indaga en los casos en los que interviene el Grupo Hepta. También nos va a dejar ver de qué manera, la vinculación de Sagrario, Paz y Gloria con esta organización, afecta a sus vidas personales.

Sagrario arrastra lastre del pasado. Es viuda. Su marido Carlos falleció desde hace mucho tiempo. Antes del triste desenlace, acordaron una especie de código que emplearían cuando uno de los dos falleciera. La idea era que el fallecido contactara con el que quedaba en este mundo. Desde entonces, Sagrario se pasa los días (y las noches) aferrada al recuerdo de su marido, y tratando de sentirlo en cualquier lugar, circunstancia y momento. Además, también dirige un programa de misterio en la radio.

Paz es una abuela de su tiempo. Es decir, es una mujer que se hace cargo de sus nietos con bastante frecuencia, algo que a ella no le importa porque esos niños le dan la vida. Es vidente, pero su misión en el grupo es grabar las sesiones.

Gloria será la que tenga un mayor protagonismo en las actividades que desarrolla el grupo. Farmacéutica de profesión, posee del don de la clarividencia pero ella está harta de toda esta historia. Lo que ella busca realmente es una vida cotidiana y tranquila, que no trascienda los límites de esta realidad. Le gustaría encontrar a un hombre con el que fundar una familia, pero su pertenencia al Grupo Hepta se lo pone difícil. Los hombres huyen de una mujer así.


Poco más os puedo contar. Inspirada en hechos reales, y con una fuerte combinación entre terror y comedia, mezclada con otros géneros más, Fenómenas se deja ver, aunque creo que puede dejar un sabor agridulce. Buen inicio. Final decepcionante. Fenómenas pudo ser un buen homenaje (está dedicada a Paloma Navarrete, una de las integrantes del Grupo Hepta) y se queda en una parodia.

La tenéis en Netflix.




Tráiler:



martes, 23 de mayo de 2023

XENIA GARCÍA: ❝Lo que denuncio es que los pedófilos viven entre nosotros❞

Llevo siguiendo a Xenia García por redes sociales desde hace mucho tiempo y, aunque no interactúe con ella, admito que siempre ha sido un gusto leerla. Tiene un algo especial e incluso en los momentos más delicados consigue transmitir calma y serenidad. Un halo que ya se intuye tras esa sonrisa luminosa que jamás pierde.

La vida es una moneda con cara y cruz. Nunca sabes de qué lado va a caer si la lanzas al aire. Pero está claro que a veces se hace. Después de algunos sinsabores, uno termina recibe alguna recompensa y el destino termina por premiar el trabajo y el tesón. Es lo que le ha pasado a Xenia en los últimos tiempos. Todavía no había asimilado el premio de la Fundación Monteleón, por su volumen de relatos Cárceles de azúcar, cuando se entera de que su novela Kudryavka (perra de pelo rizado) se alza con el Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones. ¿No os parece un título curioso? Definir esta novela es muy difícil. Leed la sinopsis y así os hacéis una somera idea. Pero sí os puedo adelantar que trata temas muy duros y complicados, narrando de ese modo en el que debemos leer entre líneas.

Xenia que reside en Sevilla y aprovechando la proximidad, nos sentamos a conversar hace algunas semanas. Yo, ante un zumo de naranja por aquello de luchar contra los virus que entonces me invadían. Ella, ante agua con gas. Fue una conversación larga. Mucho más de lo que recojo aquí. Y al final de nuestro encuentro, la dejé en aquella cafetería, enredada entre papeles y seguramente con alguna idea literaria en mente. Os cuento nuestra conversación.

Marisa G.- Xenia, te tengo que felicitar por dos cosas. Primero, por los premios que has recibido últimamente. Porque no solamente está el Premio Fernando Quiñones, sino que hay otro más. Y, segundo, por lo vitalista que eres. Da gusto leerte en redes sociales. Incluso en los momentos complicados, das como un chute de entusiasmo. 

Xenia G.- Muchas gracias. Yo lo tengo como vía de escape. Cuando no escribo mucho, lo hago por Facebook, por redes sociales. La verdad es que a mí me sirve mucho.

M.G.- Y a los que te leemos, también. 

X.G.- Me quito peso de encima. La privacidad la mantengo, por supuesto, pero me gusta como soltarme ahí. 

M.G.- Bueno, tu volumen de relatos previo, Cárceles de azúcar, también ha recibido un premio, pero hoy vamos a hablar de la novela. Kudryavka (perra de pelo rizado), que recibe el Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones. ¿Por qué decidiste presentarte a este premio exactamente?

X.G.- Eso no me lo han preguntado nunca. A ver, tenía el manuscrito desde hace un año guardado en un cajón y me pasó que me diagnosticaron cáncer de mama. Y ahí fue cuando me dije que no lo quería tener guardado. Busqué entre los premios que pensaba que eran limpios porque yo, aunque haya salido a relucir los nombres de Sara Mesa y Juan Bonilla, no tengo padrinos. Si los he conocido ha sido por temas literarios pero, de hecho, ninguno de los dos sabía que me presentaba al premio. Me fijé primero en el Premio Herralde, al que me presenté. Luego, vi también el Felipe Trigo y este, el Fernando Quiñones. Quedé finalista en el Felipe Trigo y entonces, releyendo las bases del Herralde, vi que no podía presentarme a ninguno más y me retiré de ese. Y nada, me presenté al Felipe Trigo y al Fernando Quiñones porque pensaba que los dos eran honestos y transparentes. Además, Alianza ha sido mi editorial desde pequeña. Para mí era como un sueño poder publicar con ellos.

M.G.- Alianza nos ha acompañado a todos, incluso desde muy jóvenes.

X.G.- Claro, claro. Me decían que era un premio honesto y que miraban la calidad de la obra. Así que me presenté, con dos manuscritos, Cárceles de azúcar y este.

M.G.- Y se alinearon los planetas.

X.G.- Sí, sí, sí.

M.G.- Bueno, hasta ahora solo habías escrito relatos. Esta es tu primera novela. Entiendo que este premio te ayuda a seguir en el género.

X.G.- Sí. Leo mucho, digamos, lo que escribo. Desde pequeña he leído muchos cuentos pero llevaba uno o dos años leyendo exclusivamente novelas. El género es distinto. Ahora, me apetece otra novela así.

M.G.- Como dices, el género es distinto. Y la manera de aproximarse a la obra y de escribirla también es distinta. Es verdad que los relatos, bajo mi punto de vista, tienen esa dificultad de la concreción, de contar mucho un poco. La novela te permite explayarte más pero, en cualquier caso, todo género es difícil.

X.G.- El cuento es un género súper difícil y una escuela maravillosa porque no puede sobrar nada. Bueno, yo no soy muy partidaria del cuento redondo, donde nada debe faltar ni sobrar. Creo que el cuento tiene existencia después del lector. De hecho, la novela está claro que no es de una novelista, digamos.

M.G.- Es que tiene ese toque típico del relato, en el que cuento sin contar.

X.G.- Efectivamente. Me encanta jugar con las elipsis. Y cada capítulo es casi un cuento en sí mismo. Podría quitar algún capítulo y transformarlo en un cuento para un libro de cuentos. Tiene el punto de giro, tiene el conflicto, el personaje evoluciona. Tiene todo eso propio del cuento.

M.G.- Y antes de preguntarte por el título, ¿cómo se gesta esta historia en tu cabeza? 

X.G.- Pues hay un montón de semillas, realmente. Y no me he dado cuenta hasta después. Esta novela viene de un cuento de Cárceles de azúcar que se llama Kudryavka. Lo escribí durante el confinamiento, cuando estábamos encerrados. Quizá aquella situación me permitió meterme en el cuento con una profundidad que, por el tipo de vida que solemos llevar, no hubiera podido de otro modo. Después de aquel cuento, sentí que quería contar algo más sobre Pepa, su protagonista. Como que tenía muchas más ideas en mi cabeza y el cuento no era el género adecuado. Además, hay temas que siempre me han interesado mucho, como el abuso, la infancia, la muerte simbólica y física,... De hecho, en Cárceles de azúcar toco el tema de la muerte pero de una muerte simbólica, y también hablo de la locura, de la depresión, del suicidio y de la muerte real. Durante el confinamiento, recibí la noticia de unos cuantos suicidios. Aquello me hizo pensar en la forma de afrontar el suicidio, en cómo cada familia afrontaba ese hecho, en la interpretación de la muerte y en el peso de la religión a la hora de afrontar una muerte por propio deseo. Porque el suicidio es un tema tabú, de lo que no se habla.

Y, por otra parte, también me llevaba rondando una noticia desde hacía mucho tiempo. Hablaba de una mujer que, después de veinte o veinticinco años con su marido, un día descubre que tiene material pedófilo en su ordenador pero no lo denunció. ¿Por qué no lo denunció? Ahí me puse a hacer conjeturas y estuve pensando qué haría yo si me pasara a mí algo así. Y aunque no denunció, al final la Policía de Delitos Tecnológicos irrumpió en su casa y lo requisó todo. Bueno, pues todo eso se me quedó ahí, en la cabeza. Así que, esta novela ha sido fruto de muchas semillas. 

Pero con el cuento de Kudryavka empecé a investigar y a documentarme sobre el suicidio. Leí muchísimos ensayos sobre el tema y también leí mucho sobre la pedofilia, los perfiles psicológicos. Hablé con jueces, psicólogos y policías expertos en delitos tecnológicos. Me metí en la dark web. El proceso de documentación se desarrolló paso a paso y fue así como me venía el argumento de la novela.

M.G.- Y la experiencia de meterse en la dark web, ¿qué tal? Eres el primer autor/a que me cuenta que se ha documentado a ese nivel. Es verdad que he leído novelas que tratan este tema pero sus autores no se habían metido.

X.G.- Yo sí me metí pero tampoco quise indagar demasiado. La protagonista de mi novela, en su necesidad de intentar entender de dónde vienen esas barbaridades, le pide a un informático que le enseñe. Mi marido es informático y le pedí ayuda. Yo no quería hacer una tesis ni un ensayo pero sí quería saber de qué estábamos hablando porque yo no tenía ni idea. Me di cuenta lo fácil que es encontrar todo tipo de barbaridades. Bueno, y no barbaridades también. Ahí la gente habla sin miedo, sin tapujos y de todo. Hay documentos de todo tipo. Por ejemplo, esa lista que incluyo en el libro (se refiere al capítulo Lista de precios) la tomé de la dark web. Me metí también en un chat. Pero vamos, desgraciadamente, la pornografía infantil está también en la web normal. 

M.G.- Cierto. Y más cerca de lo que pensamos. 

Bueno, el título es lo primero que llega al lector. Queda explicado en la lectura pero no deja de ser un título curioso que llama la atención. ¿Por qué eliges este título concretamente?

X.G.- Cuando escribí el relato se me quedó este título. Estuvimos barajando la posibilidad de quitarlo porque es de muy difícil pronunciación pero es que a mí me interesaba mucho el bautizo de las personas. En esta novela, los personajes apenas tienen nombre. Solo en casos muy contados, hay personajes con nombres. Digamos que, la única que tiene nombre es Pepa pero a ella, debido a un acontecimiento oscuro de su vida, se lo cambian. Un adulto, en una situación de abuso, le pone otro nombre. Me gusta jugar con eso de manera simbólica. 

Los soviéticos le cambiaron el nombre de Kudryavka a Layka al lanzarla en órbita. Y ese el mismo periplo que vive Pepa. A mí me gusta mucho jugar con los símbolos y por eso también le puse el subtítulo de Perra de pelo rizado.

M.G.- Y más allá de la sinopsis en la que se habla de una mujer de cuarenta años que se llama Pepa, de un ex marido que muere de un infarto, de un incendio y de secretos, si alguien te preguntara qué narras en este libro, ¿qué dirías? Porque creo que es difícil de definir.

X.G.- Muy difícil. Además es que lo que se cuenta en la sinopsis luego no tiene nada que ver con lo que se narra en la novela. Era muy difícil no contar nada para no desvelar lo que pasa en la novela y cargarse así la experiencia lectora. Esta es una novela que tiene muchas capas. Es como la dark web que tiene también muchas capas. Empiezas a escarbar, a escarbar, y te vas encontrando cosas, y cosas, y cosas. Se tocan muchos temas. A lo mejor, no profundizando mucho, pero es que no hay un único tema en la novela. No se puede decir que esta novela trate sobre pedofilia, sexo o suicidio. Ni el Opus Dei, que está en la novela de forma anecdótica. Todos ellos son pilares básicos de un secreto. Es como un mosaico. Es lo que yo buscaba, la complejidad de temas, que no hubiera ni buenos ni malos, aunque claro, no creo que nadie se ponga a defender a un pedófilo, pero para mí los monstruos no existen, no nacen, sino que todos, en este engranaje que estamos viviendo, propiciamos un poco que haya personas así y además miramos para otro lado. Eso es lo que quería reflejar en la protagonista.

M.G.- Creo que esta novela cuenta más por lo que calla, por lo que se lee entre líneas, que por lo que realmente se narra. En algún momento, al ir leyendo, me paraba y volvía a releer porque intuía que ahí me querías decir algo más. 

X.G.- Sí. De hecho, Pepa mantiene un diálogo con su mejor amiga en el que se dice que una mujer vale más por lo que calla que por lo que dice. Así nos lo han enseñado a muchas de nosotras, o por lo menos, a mí. En las familias, casi es más importante lo que no se dice que lo que se dice. Muchos de los personajes de la novela denuncian esa incomunicación a través de los malentendidos.

M.G.- Antes has mencionado la palabra símbolos. Yo he apreciado un juego de metáforas. Al menos, así lo he percibido yo. Por ejemplo, hay una muñeca de cartón que, sin entrar en detalles, en algún momento se deshace. También hay una niña que pinta constantemente gusanos. No sé, en todo eso yo veo otros significados.

X.G. Claro, es que era muy difícil hablar de temas tan duros, siendo muy explícita. En este sentido, trabajamos mejor con metáforas y con símbolos. Y luego, otro de mis propósitos era desanimalizar la pedofilia. Es decir, no son animales. Y precisamente para ello, he incluido en la novela muchos animales, muchas veces, porque además intentaba buscar comportamientos análogos en el reino animal. Por eso, para el tema del suicidio, se habla de la mariquita, del pulgón del guisante, o de la abeja. Y con respecto a los gusanos, pues son repugnantes para la mayoría de las culturas, o para los occidentales. Todo eso me interesaba. 

M.G.- Lo has comentado antes. Cada ciertos capítulos vas incorporando listas, como esa lista de precios que sale de la dark web, y luego hay otra lista que recoge los cien libros más vendidos de Amazon en 2010. Esta lista, ¿es real? Lo digo porque uno de los libros más vendidos habla sobre la pedofilia.

X.G.- Es real. Me encontré con eso documentándome y no pude no ponerlo. En parte, es una novela de denuncia. A mí realmente no me gusta usar ese término como etiqueta, pero como sí se está denunciando una realidad, me traje muchos elementos reales a la novela. Y antes de incluir esas listas, algunos lectores me decían que la lectura de la novela los dejaba sin aire.

M.G.- Así que las introduces como respiro.

X.G.- Sí, aunque realmente es más una estocada. Cuando me encontré que uno de los libros más vendidos era una guía para pedófilos...

M.G.- Eso lo que refleja es lo enferma que está la sociedad.

X.G.- Claro, es que eso lo descargan personas. No lo descargan boots. Es algo que me parece terrorífico. Y después está la lista de los 27 pasos para captar a una niña. Ese es un documento real de una asociación con ex miembros del Opus Dei, con los que me documenté.

Y luego está la lista que lleva el Hombre en el bolsillo, con una serie de nombres. Creo que fue en 1977 cuando un montón de intelectuales franceses trataron de derogar una ley que regulaba las relaciones sexuales de los menores.

Es decir, el libro tiene muchas lecturas. Evidentemente, si no lo explico no se entiende pero claro, yo lo quería poner en boca del Hombre, por eso ese hombre tenía la lista con esos nombres en el bolsillo. Aquellos intelectuales defendían el amor libre y que un niño o una niña de trece años tienen libertad como para tener relaciones sexuales con adultos y que eso no debería estar penalizado ni nada. Y sobre eso, se han escrito muchos libros.

M.G.- La historia está contada principalmente por Pepa, por esta mujer de cuarenta años. Como has dicho antes, es el único personaje que tiene nombre porque los demás se llaman Hombre, Niña, Hijo. ¿Por qué hacerlo así?

X.G.- Porque cualquier niña puede ser la Niña. Cualquier hombre puede ser el Hombre. Y cualquier hijo puede ser el Hijo.

Durante el proceso de documentación fui viendo qué perfil psicológico tenía un pedófilo y una niña abusada, y los adapté a los personajes. Un porcentaje mayoritario de niñas abusadas tienen en torno a los doce años. Suelen tener un comportamiento raro o peculiar con respecto a su cuerpo, con respecto al sexo. Lo que he hecho es coger las estadísticas y los perfiles psicológicos de los dos y les he dado carne. Lo que denuncio es que los pedófilos viven con nosotros y como puede ser cualquier hombre, no quería nombres propios. 

M.G.- Pedófilos que abusan de niños y que, a su vez, tienen hijos. Y en esta novela, vamos a ver la visión que tiene Hijo de Hombre, el hijo del padre, un padre que es pedófilo. Y Pepa está en medio. 

X.G.- Esa parte me costó un montón. Es la culpable, entre comillas, de que haya usado tres puntos de vista, de tres personas distintas. Porque, al principio, intenté hablar del Hombre en primera persona pero no fui capaz. Mira que me documenté un montón. Incluso llegué a hablar con pedófilos en la red pero no, no era capaz. En el papel de la niña me podía poner más fácilmente pero en el papel del hombre me costaba un montón. Y entonces se me ocurrió usar la segunda persona. Como leí que los pedófilos sufren mucho de disociación, me planteé una segunda persona como si fuera el hombre hablándole al monstruo, o el monstruo hablándole al hombre. 

Con la niña prefería usar la tercera persona porque le daba mucha riqueza. Y además, también me permitía darle pistas al lector sobre quién estaba hablando. Como la estructura es compleja, si hubiera utilizado siempre una primera persona para tres personajes, creo que hubiera sido más lioso.

M.G.- Nos hubiéramos liado.

X.G.- Sí, claro. Aunque existan giros distintos, porque Pepa habla con frases muy cortas, casi como una letanía, y el hombre use frases subordinadas porque esa es su forma de pensar o interpretar el mundo. Hubiera sido más complicado al usar solo la primera persona.

M.G.- Y del sentimiento de culpa que planea constantemente sobre Pepa, ¿qué me dices?

X.G.- Es un mecanismo de control brutal. Eso es algo que vivimos desde pequeñitas. Pepa tiene muchos episodios de culpa. Empezando por cuando era pequeña que no habló y ahora vuelca en la Niña toda esa necesidad de denuncia que ella no consiguió. Además, Pepa se sentía una niña fea pero sexualmente se libera. Quería construir un personaje en el que el lector no confiara al principio en ella. No quería un personaje bueno o malo, porque no creo que los personajes así funcionen. Según los episodios de tu vida, te comportas de una forma o de otra. Al final, te adaptas al medio. Cuando una persona no tiene más remedio que mentir para conseguir lo que quiere, pues miente.

Pepa es una mujer que le fue infiel al Hombre y ahí vuelve a estar cargada de culpa. También se considera una mala madre, más culpa. El personaje de Pepa lo trabajé incluso con psicólogos. Vamos a ver una evolución de su personaje, desde el dolor, sin saber además por qué le duele tanto, la ira, el enfado, el odio hasta llegar a la compasión. A lo mejor, Hombre no era tan malo, ¿no? O todos hemos contribuido un poco a convertirse en lo que fue. 

Mira, me documenté sobre un pedófilo muy joven, que se sentía atraído por las niñas, y fue a pedir ayuda a una psicóloga pero ésta lo echó de la consulta. A mí eso me generó mucha compasión. No soy psicóloga ni creo que la pedofilia sea una enfermedad pero, ¿de verdad estamos listos para ayudar a los demás? Por eso el libro está plagado de preguntas. No pretendo ser yo las que las responda pero sí quería plantearlas porque ese hombre tenía un dolor inmenso.

M.G.- Y por eso acude a la consulta de un psicólogo, ¿no?, porque quiere eliminar ese comportamiento y como respuesta recibe rechazo.

X.G.- Claro.

M.G.- Bueno, entre los temas que tratas en la novela está la pedofilia, pero también el suicidio, la maternidad, las infancias rotas. Y en la novela también hablas del Opus Dei, algo que me interesa. ¿Por qué introducir lo que en la novela se llama la Obra?

X.G.- Porque es una organización basada en el secretismo y la novela está plagada de secretos. 

Contacté con varios ex miembros del Opus y vi la manipulación a la que sometía la organización. Es una organización muy jerarquizada que intenta esconderse. Tiene una doble moral y eso va mucho con el argumento de la novela.

M.G.- ¿Pero este tipo de organización sigue tan viva? Cuando yo era pequeña se hablaba mucho de ellos pero, sinceramente, hace muchísimos años que no he vuelto a escuchar nada del Opus Dei. ¿Siguen con fuerza?

X.G.- No sé si con mucha fuerza o poca pero sí siguen cerca del poder.

M.G.- Y a la hora de documentarte sobre ellos, ¿con quién has hablado?

X.G.- He hablado con ex miembros. En los agradecimientos menciono una página web y solo con el material que tienen publicado ahí da para escribir varias novelas. Además, he conocido a gente del Opus, en todos los entornos. Ni todas las familias son así, ni todos los miembros del Opus son así. Pero tenía que hablar de alguien en concreto.

M.G.- Xenia, yo es la primera vez que te leo, más allá de las redes sociales. Veo que tu estilo es muy peculiar. Creo que te gusta jugar y emplear todos los recursos a tu alcance, bailar con las voces narrativas, con el tiempo narrativo, llevas al lector adelante y atrás,... Algo muy propio.

X.G.- Eso me han dicho. Tardé en encontrar la estructura de esta historia. Desde el principio, sabía lo que quería contar pero los puntos de vista y la estructura, me costó. A Juan Bonilla, en la última etapa, lo traía loco. Soy muy metódica a la hora de construir la historia en mi cabeza. En cada capítulo lanzo una pregunta que es respondida cuatro o cinco capítulos después. Lo hago así para mantener la atención del lector. Y luego, el tema del pasado y del presente, me permitía mostrar que no somos muy conscientes del impacto que tiene la infancia en nuestra vida adulta. Me fascina cuando hablo con alguien, un amigo, que de pronto me confiesa cosas de su infancia. Somos de dónde venimos y somos lo que vamos siendo.

M.G.- Sevilla es una sombra en la novela. La ciudad no tiene gran repercusión en el desarrollo de los hechos pero aparece de vez en cuando. Podías haber elegido cualquier otra ciudad.

X.G.- Era como otra lista más, como otra ancla con la realidad. Lo escribí en Sevilla, una ciudad que tiene mucha luz. Quería dar algo de luminosidad a la historia. Los hechos se desarrollan principalmente en el piso de Hombre, muy oscuro y muy tétrico. Pensé que, la ciudad podría dar un poco de contrapeso porque, de otro modo, esto iba a parecer Londres.

M.G.- Entiendo, pues no tengo más preguntas. Te agradezco mucho que me hayas atendido y espero que te vaya todo muy bien.

X.G.- Muchas gracias a ti.


Sinopsis: "Kudryavka (perra de pelo rizado)" cuenta la historia en primera persona de Pepa, una mujer a quien la policía avisa de que su exmarido ha muerto de un infarto, al mismo tiempo en el que se producía un incendio. Kudryavka es una perra perdida en el espacio sideral y otra que despedaza una muñeca. Es una niña de doce años en una mujer de cuarenta que narran la historia en presente, el tiempo de las heridas abiertas y sangrantes. Es la historia de un amor tembloroso, de un duelo corrupto y patológico, pero también es la historia del Hombre, del Hijo. De la Niña. De aquello que decimos cuando callamos. ¿Estamos preparados para descubrir los secretos que guardan los muertos? 

viernes, 19 de mayo de 2023

LA SOSPECHA ETERNA de Pablo Alaña

Editorial: Versátil Ediciones
Premio Valéncia Nova de Narrativa 
en Castellano 2022
Fecha publicación: noviembre, 2022
Precio: 18,50 €
Género: suspense
Nº Páginas:360
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
ISBN: 978-84-18883-38-5

Autor

Pablo Alaña (Castelló de la Plana, 1991) vive desde los ocho años en la ciudad de Santander, donde trabaja como abogado. 

Ha publicado dos monografías de temática jurídica y dedica parte de su tiempo libre a su auténtica vocación: la escritura. 

La sospecha eterna, ganadora del Premio València Nova en su edición de 2022, es su primera novela. 

Sinopsis

Santander, 13 de noviembre de 2019. 

Nada más iniciar su jornada laboral, la abogada penalista Clara Caballero recibe una noticia perturbadora: su amiga Irene, una dulce profesora universitaria, ha sido detenida en el pueblo cántabro de Comillas. Es la única sospechosa del asesinato de un hombre al que nadie parece conocer. 

Convencida de que se trata de un error, Clara asume su defensa. Sin embargo, su confianza no tarda en desvanecerse cuando descubre que el marido de Irene la sorprendió en el jardín del domicilio familiar arrodillada junto al cadáver y empuñando el arma del crimen. La situación se complica todavía más cuando advierte que el asunto podría estar relacionado con la muerte violenta de la anterior pareja de Irene hace casi seis años, un caso que no se consiguió resolver. A partir de ese momento, Clara no podrá evitar preguntarse quién es realmente Irene. 

Atenazada por las circunstancias, deberá investigar por su cuenta para averiguar la verdad. Ya no se trata de defender a su amiga, sino de encontrar al responsable de los asesinatos.  

Una novela ambientada en un entorno en el que las apariencias son, a menudo, más importantes que la realidad.  

[Información tomada directamente de la web de la editorial]


La sospecha eterna es la primera novela de Pablo Alaña, un joven abogado, nacido en Castellón de la Plana, pero afincado en Santander. Es la primera novela que escribe, la primera novela que publica y la primera que obtiene un premio, el Premio València Nova de Narrativa en Castellano 2022. Y no me extraña que se haya alzado con este galardón porque la novela bien lo merece. Tampoco me extraña que, si sigue por esta línea, vuelva a ser un autor premiado. Sin duda, a mí me ha convencido totalmente. Máxime cuando resulta que es lo primero que escribe (eso me confesó en la entrevista que puedes leer aquí). Ni siquiera tiene intentos previos guardados en un cajón, sino que se ha lanzado a la piscina con esta novela para luego subirse al pódium. Bien que me alegro. Así que, desde ya, y antes de entrar en materia, os tengo que decir que La sospecha eterna es muy recomendable y que merece la pena su lectura. Os cuento un poco más.

Clara Caballero es una joven abogada, que ejerce en Santander. Trabaja en un bufete en el que predomina la presencia masculina, pero es buena en su trabajo y se la tiene en consideración. Robledo Abogados, despacho sito en el número 21 de la Calle Hernán Cortés de Santander, está formado por el fundador del bufete y su equipo. Antonio Robledo fundó la firma hace quince años y a ella se unió en calidad de colaborador y socio, Fernando Álvarez, juez en el País Vasco que decidió dejar la judicatura para volver a su tierra natal como abogado. Hoy día, compagina su labor como defensor con las tareas propias de un afamado escritor. Tras ellos, Virginia que se encarga de las labores administrativas, la propia Clara y Tomás Herrero, un joven de veintiocho años que ha sido la última incorporación. 

La vida de Clara transcurre entre los pasillos y las salas de los juzgados. Su vida da un vuelco cuando descubre que su mejor amiga, Irene Arias, ha sido acusada de asesinato. No da crédito. Irene es una profesora universitaria, esposa y madre de un niño de siete años. Su perfil no encaja con el de una asesina pero todos los indicios apuntan a que ella ha cometido el crimen. Y es que su marido, Diego Hermosilla, gerente de un hotel, la sorprende en el jardín de su casa, arrodillada junto al cadáver y empuñando un cuchillo. ¿Quién es la víctima? Se trata de Pedro Ortega, un periodista de investigación, de la publicación El Norte. Pero Irene se aferra a su inocencia, alegando que ella no tiene nada que ver, que no ha matado a nadie, y que todo es un malentendido. Ni siquiera su marido la cree. Asustada y sin saber qué hacer, Irene pide a Clara que se haga cargo de su defensa y no solo eso, sino que también averigüe la verdad. En este trance, la propia abogada tendrá sus dudas con respecto a la inocencia de su amiga y eso la coloca en una situación comprometida. ¿Irene miente? ¿Se vale de la amistad que hay entre ellas para ocultar su culpabilidad? Para destapar la verdadera identidad del asesino, Clara contará con la ayuda de Tomás, el joven abogado del bufete, de esos que están todavía por pulir, que se conocen bien la teoría pero necesitan coger tablas. Tomás será un gran escudero en la empresa que Clara tiene que acometer.

A todo ello se une un asunto del pasado que viene a echar más leña al fuego sobre la propia Irene. La profesora universitaria ya estuvo involucrada en otro asunto peliagudo seis años atrás. Hubo otro crimen no resuelto en el que ella fue también sospechosa. ¿Están ambos casos relacionados? ¿Acaso Irene es un lobo con piel de cordero? No os quiero contar más detalles sobre la trama de esta novela. Solo os diré que la historia tiene bastante más complejidad de la que, a priori, podríamos pensar, pues Pablo Alaña enlaza pasado y presente, y pone sobre la mesa a una serie de posibles sospechosos, adentrando al lector en el divertido juego del whodunit que tanto usaba Agatha Christie en sus novelas. ¿Averiguará Clara quién mató a Pedro Ortega? Para averiguarlo tendrás que leer la novela.

Qué me ha gustado de esta novela.

Voy a ser muy concisa. TODO. La sospecha eterna es de esas novelas a las que no le puedo poner ninguna pega. Bueno, para ser exactos hay un minúsculo detalle que, teniendo en cuenta el global de la historia, pasa muy desapercibido. En líneas generales, solo puedo decir que me ha gustado mucho la trama. Es decir, me ha gustado mucho la historia pero también cómo se desarrolla, de qué manera Alaña va desgranando los hechos para que vayan aumentando la intriga y la curiosidad del lector. Me he pasado buena parte de la lectura haciendo cábalas sobre la identidad del asesino y aunque tenía varios personajes en el punto de mira, no llegué a acertar. Cuando me lo vi venir fue justo cuando el autor expone sobre la mesa las claves necesarias para que atemos cabos y ahí sí, ahí ya vi quién era el criminal y solo puedo aplaudir a Pablo. Creo que este joven y prometedor escritor tiene mano a la hora de urdir la historia, a la que no le he encontrado ningún fleco suelto. Es más, os tengo que confesar que me pasé de lista pues pensé que, en un momento dado, Alaña había cometido un resbalón de más enjundia. Que tampoco hubiera pasado nada porque el que tiene boca se equivoca, y más en el caso de ser una opera prima, pero son cosas que afean. Y resulta que no. No había error. A medida que fui leyendo la novela tuve que reconocer que ni siquiera aquello había sido un despiste por parte del autor, sino que aquel detalle que a mí me había chirriado estaba ahí era por algo. Así que, más aplausos para Pablo.

Por otra parte, al tratarse de un thriller jurídico, por aquello de que está protagonizado por abogados, y teniendo en cuenta que el autor ejerce como tal,  cabría pensar que la trama está llena de tecnicismos y procedimientos que se nos escapan.  Nada más lejano de la realidad. Pablo Alaña sí expone cómo se lleva a cabo una defensa, cómo se realizan los interrogatorios, cuáles son las prácticas que se llevan a cabo en dependencias judiciales, o cómo procede la Guardia Civil en un caso de asesinato, pero en ningún momento se excede y hace un ejercicio de exhibición. Alaña explica lo estrictamente necesario para que el lector se sitúe, y cuando entra en detalles, lo hace de tal modo que, con cuatro pinceladas, podemos entender perfectamente. 

Clara Caballero y otros personajes

Como he comentado, Clara es una joven abogada, especialista en casos fiscales,  bien considerara en su bufete. Tiene treinta y tres años y, aunque ha mantenido relaciones sentimentales, su trabajo está por encima de todo. Tanto es así que, al inicio de la novela, la veremos en plena ruptura.  Después de un tiempo de convivencia ha decidido poner punto y final a su relación con Ricardo. Él quería un compromiso que ella no estaba dispuesta a darle. 


«No le faltaba razón: mi profesión me estimulaba bastante más que él». [pág. 18]

 

Y esto que parece únicamente un detalle insignificante, también tendrá su importancia porque la ruptura de Clara con Ricardo generará en la abogada cierta inquietud y repercutirá en la investigación que desarrolla.

Clara está bien dibujada. Es digno de mención también el hecho de que el autor haya elegido una voz femenina para narrar esta historia. Me decía Pablo en la entrevista que optó por alejarse de un perfil masculino para evitar cualquier conexión con su persona. Y tengo que decir que ha conseguido crear un personaje muy creíble y con el que empatizamos desde el inicio.

Por otra parte, el escudero de Clara será Tomás. Me ha gustado mucho cómo Pablo usa a este personaje para mostrar la dureza de esta profesión si quieres llegar a algo. Tanto Clara como él mismo están muy comprometidos con su trabajo y no les importa echar más horas de la cuenta. Pero en el caso de Clara, ella ya tiene forjada una reputación y además, en estos momentos, no tiene pareja. Sin embargo, Tomás tiene que compaginar su trabajo con la relación que mantiene con su pareja y más de una vez lo veremos haciendo difíciles ejercicios de equilibrio. Eso le otorga al personaje no solo credibilidad sino también humanidad. 

Además, incluso los personajes más secundarios están bien trazados y tienen una personalidad muy definida y verosímil. Se mueven, actúan, conversan e interactúan con solvencia, convirtiéndose en puntales de la historia.  Porque el elenco de personajes se va ampliando a medida que vamos leyendo. Se irán incorporando nuevos nombres que contribuirán a dar más complejidad a la historia, hasta llegar incluso a desencuentros familiares, de los que mejor no os cuento nada.

Escenarios

Cantabria será la Comunidad Autónoma en la que se desarrolla la acción. Más concretamente en las localidades de Santander y Comillas. Pablo Alaña da la importancia justa a los escenarios, detallando brevemente los lugares por los que transitan los personajes. Para los que vivan en la zona, les será muy fácil reconocer los lugares.  También lo será, aunque no con el mismo nivel de profundidad, a los que hayamos visitado tanto una ubicación como otra, pues el autor hace un barrido por los edificios más importantes de ambos lugares. 

Más allá de Santander y Comillas, y con menor importancia, el pueblo de Bergara, en el País Vasco, también tendrá su protagonismo.

Estructura y estilo

Escrita en primera persona, en la voz de Clara, que ejerce el doble papel de protagonista y narradora, la novela se compone de un total de cuarenta y un capítulos numerados, manteniendo un equilibrio entre diálogo y narración. Debo decir que la acción se desarrolla a lo largo de un mes, iniciándose en noviembre de 2019. También tengo que señalar que el primer capítulo es introductorio, unas cuantas páginas iniciales nos van a adelantar parte de la trama, finalizando en un punto de tensión. Esta cuestión hay que tenerla muy en cuenta porque, a partir del capítulo segundo, la acción se retrotrae y nos situaremos en un punto cronológico concreto, exactamente diez horas antes de los hechos que se narran en el capítulo uno, y a partir de ahí, la acción comenzará a correr en sentido lineal.   

La prosa de Pablo Alaña es impecable. Da gusto leer esas líneas en la que predomina un léxico elegante. El autor tiene un estilo muy cuidado y se nota a leguas que es un gran lector. Su forma de narrar está muy trabajada, tras la cual se percibe que se ha esforzado en la elección de términos que den belleza al texto.

«Al aproximarnos al lugar, sorteamos a dos hombres que fumaban a la entrada de una chocolatería, arrebujados en un saliente que goteaba jirones de la tormenta». [pág. 9]

Poco más os puedo decir, más que reiteraros que me ha gustado mucho leer La sospecha eterna, una novela que explora cuestiones como la sombra de la duda, la culpabilidad, las relaciones de amistad o la dificultad de tener que defender a alguien a quien no se cree totalmente. Bien escrita, bien urdida, con buenos personajes, La sospecha eterna apunta ser el inicio de una fructífera carrera como escritor y espero que Pablo Alaña lo consiga. Muy recomendable.

[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

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